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martes, 16 de abril de 2019

Hotel Roc Presidente dedica su renovación al aniversario 500 de La Habana

Fiel a su distinción como símbolo habanero, el hotel Roc Presidente c
ongratula especialmente el aniversario 500 de la fundación de la capital cubana, a partir de proyectos renovadores que darán más estilo y confort a las habitaciones y áreas exteriores de esparcimiento.
Tal motivación hace que las perspectivas de trabajo de 2019 incluyan “esfuerzos especiales para mejorar el producto, sobre todo en este hotel que ya tiene 90 años de inaugurado”, refirió a Opciones Agustín Sainz, director general.
Explicó que en línea con el quinto centenario de La Habana está concebido el plan de inversiones, en el cual se incluyen la rehabilitación completa de 30 habitaciones más, en las cuales se realizarán cambios en los baños y mobiliarios. 

Igualmente, destacó las remodelaciones en áreas comunes como la terraza y los solárium, en uno de estos se prevé construir con carpintería ligera un sitio para eventos y otro para deportes, con un pequeño Spa.

De esta manera, en la instalación perteneciente a la cadena hotelera Gran Caribe y gestionada por la compañía española Roc Hotels, se facilitarán nuevos servicios que contribuirán con la comercialización y la satisfacción de sus clientes, en opinión del Director.
También habló acerca del interés por dar seguimiento y consolidar las ventas en línea, vía internet, así como en las redes sociales, en cuyo incremento también se fundamentael programa de este año.
Sobre este particular subrayó la importancia de avanzar junto con las nuevas ofertas para seguir captando clientes pues, según dijo, “muchas personas no se dan cuenta de cómo es este hotel hasta que entran, incluso hay quienes se han formado un concepto de hace muchos años, pero aquel ya no se parece en nada al actual”.
Acerca de la presencia en internet, Arianna Hernández, encargada de relaciones públicas, refirió que la instalación se comercializa en línea a través de las agencias Viajes Cronos, Buking.com y Expidia.com, dado el interés por lograr mayor alcance. Igualmente, se impulsan la presencia en las redes sociales mediante perfiles abiertos en Twitter, Facebook, Instagram, You Tube y Google Plus, todos con el nombre de hotel Roc Presidente.
Explicó que en la web de viajes TripAdvisor dicho inmueble ocupa el lugar número 13, entre 148 instalaciones de la capital, en su opinión, un buen posicionamiento gracias a las frecuentes declaraciones positivas que han permitido bajar desde el puesto 36 ocupado hace año y medio.
En la red social alemana Holiday Check se encuentra en el número uno entre los hoteles de La Habana “y tenemos el 93 % de recomendación; por los comentarios favorables, este año estamos optando por el premio de esta red”, indicó.
Con 10 pisos y 158 habitaciones (dos suites, 16 triples y el resto estándar) se presenta a los clientes el hotel Presidente a los 90 años de fundado (el 28 de diciembre de 1928).
No obstante, se distingue por su estilo ecléctico propio de los años 30 en La Habana y por atesorar unas 400 obras de arte, tanto objetos decorativos como cuadros de pinturas originales, exhibidas en el lobby y en la decoración de los pasillos y habitaciones.
Tiene una pequeña piscina con servicios de snack bar, donde se realizan bodas, fiestas de quince y otras celebraciones para unas 150 personas.
Aunque precisó que a diario los clientes disfrutan de la tranquilidad de las áreas de la piscina y de las vistas desde los solárium.
Entre sus múltiples servicios sobresalen en estos tiempos las presentaciones todos los días de grupos de música tradicional cubana en la terraza, en un ambiente que hace más agradable la estancia.
Dedicado a La Habana
Una oferta especial de cocina cubana fusión prepara el experimentado chef del hotel, el belga Philippe Denis, quien explicó a este semanario que cuando lo solicitaron pensó en una creación de la culinaria nacional adaptada a las tendencias actuales y darle un toque diferente a partir de “mis conocimientos de más de 40 años en la cocina”, señaló.
Por eso espera presentar un menú con tres entrantes tipo tapa, seis variedades de platos principales y cuatro dulces. Señaló, por ejemplo, una croqueta líquida de costilla salada de cerdo y maíz, como uno de los entrantes. De los platos principales destacó el prensado de cerdo mamón confitado, cremoso de malanga con finas hierbas y para los postres las croquetas de arroz con leche fritas, sobre una crema inglesa y cremoso de plátanos.
El elevado nivel de la culinaria en este hotel se puede apreciar en el restaurante a la carta Chez Merito -capacidad para 60 personas- donde se ofrece un menú ejecutivo y otro de tapas estilo español y servicios para eventos de coffe break, almuerzos para empresas y firmas.
Igualmente, la mesa bufé es reconocida sobre todo por la excelencia de los desayunos, degustados por el ciento por ciento de los clientes. Según las encuestas el 98 % asegura que se trata de calidad cinco estrellas y se señala como uno de los más completos ofrecidos en La Habana, aseguró Edel Mario Cervantes Valiña, subdirector de alimentos y bebidas del hotel.
En su opinión tal éxito se debe a la naturaleza y variedad de la oferta y al riguroso chequeo, en lo cual se desempeña cada día para garantizar los parámetros requeridos en los alimentos como temperatura y presentación de los platos en todos los servicios de los restaurantes, áreas exteriores y en los que se sirven en las habitaciones, así como en las celebraciones y eventos.
Según dijo, el chequeo es muy estricto para garantizar los estándares de higiene, asegurar que los comestibles carezcan de entrecruzamiento y mantengan las temperaturas correspondientes, en tanto las presentaciones cumplen con los colores establecidos en el catálogo. Al respecto afirmó: “Hacemos que se cumpla todo lo que está establecido para que los clientes estén satisfechos”.

La Ley Helms-Burton: Una historia silenciada

Por: Ricardo Alarcón de Quesada Cubadebate y Segunda Cita

Infografía: Edilberto Carmona

La trampa

Desde que comenzó este año el Departamento de Estado norteamericano ha emitido varios anuncios sobre la suspensión parcial de la aplicación de algunos aspectos de un capítulo de la llamada Ley Helms-Burton. Lo ha hecho con el estilo tramposo, fraudulento, característico de los actuales gobernantes, con la clara intención de crear incertidumbre y confusión, propósito para el cual cuentan, como es habitual, con los medios que se supone debían dedicarse a informar.
Ante todo hay que decir que en rigor se trata de un aspecto secundario de la mentada Ley, adefesio pseudojurídico que viola groseramente el Derecho Internacional, cuya ilegalidad y agresividad en nada cambian, apliquen o no la tan cacareada suspensión. Se trata de abrir o no, ahora, la posibilidad de presentar demandas ante tribunales norteamericanos por actos realizados fuera de su jurisdicción, en este caso en el territorio de la República de Cuba. Como quiera que tales litigios pudieran afectar a empresas extranjeras con inversiones en la Isla, el asunto provocó el rechazo de otros países y condujo a que la Unión Europea presentase en 1996 una denuncia formal ante la Organización Mundial de Comercio. El asunto se selló entonces cuando Washington se comprometió a suspender la acción ante sus tribunales lo cual han hecho, religiosamente, cada seis meses Clinton, W. Bush, Obama, incluso Trump.
Fue un ejercicio repetido durante más de veinte años hasta que el pasado 16 de enero se anunció que esta vez la suspensión sería por 45 días. Cuando tal plazo se venció en marzo hicieron saber que lo prorrogarían por otros 30 días aunque agregando que a partir del 19 de ese mes permitirían la presentación de demandas ante sus Cortes contra unas 200 empresas cubanas arbitrariamente incluidas en una lista confeccionada por Washington. Nuevamente en abril extendieron el plazo por dos semanas, hasta el primero de mayo manteniendo la excepción contra las entidades cubanas.
Ya en 1996 Fidel Castro había anticipado que la clausula suspensiva era una “tomadura de pelo”. Desde el pasado enero, veintitrés años después, el señor Pompeo aparece, en pose dubitativa, “deshojando la margarita” burlándose de todo el mundo especialmente de sus aliados europeos convirtiendo en papel mojado el compromiso suscrito con ellos.
Este rejuego sirve, sobre todo, para desviar la atención de lo fundamental, aquello de lo que apenas se habla y a lo que quisiera referirme confiando en la benevolencia de los lectores de Por Esto!
La Helms-Burton tiene cuatro Capítulos o Títulos. El Primero convierte en Ley todas las medidas, que hasta entonces eran decisiones ejecutivas y conforman el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba y lo amplían y tratan de extenderlo por todo el planeta. La infame política, así Codificada, sólo podría ser eliminada por una decisión de ambas Cámaras del Congreso.
El Segundo describe, con cierto nivel de detalle, lo que ocurriría a partir de la hipotética derrota de la Revolución cubana como consecuencia de la guerra económica. Habría lo que llaman “período de transición” durante el cual se produciría el desmantelamiento de todas las instituciones de la sociedad cubana y el país quedaría bajo total dominio norteamericano. Para que nadie pueda dudarlo el proceso estaría dirigido por un funcionario norteamericano designado por el Presidente de Estados Unidos al que la Ley pudorosamente denomina Coordinador para la transición en Cuba. Este verdadero procónsul fue designado por W. Bush aunque nunca llegó a cumplir su encomienda en la Isla. Tuvo que dedicarse a promover fuera de Cuba el Plan para la transición que Bush, cumpliendo con la Ley, presentó al Congreso en 2004 y en una versión ampliada en 2006 y que nadie ha derogado.
A todo lo largo del Título II se repite con machacona insistencia que para la eliminación del Bloqueo y las futuras relaciones con una supuesta Cuba post-revolucionaria una condición indispensable será la devolución de sus propiedades a quienes las perdieron el primero de enero de 1959 (tema al cual deberé regresar más adelante).
Hasta aquí, con el Título I y el Título II, la Helms-Burton es un texto que pisotea el Derecho Internacional de punta a cabo. Su carácter extraterritorial es más que obvio pues el archipiélago cubano no forma parte del territorio bajo la jurisdicción de Washington.
En adición a lo antes expuesto la Helms-Burton agregó un Título III que establece la posibilidad de promover acciones legales ante tribunales norteamericanos contra empresas o personas que usen de cualquier modo propiedades reclamadas por quienes, alegadamente, eran sus dueños o sus descendientes. Este Título incluye un artículo que permite al Presidente suspender el inicio de tales acciones por períodos semestrales, tema al cual dediqué la parte inicial de este escrito.
Finalmente el Título IV, aplicado ya en varias ocasiones, niega el visado para entrar a Estados Unidos a empresarios y a sus familiares que utilicen propiedades objeto de reclamación.
La Helms-Burton, recuerda la advertencia que muy temprano nos hiciera Carlos Manuel de Céspedes. El Padre de la Patria cubana, en 1870, descubrió que “el secreto” de la política norteamericana era “apoderarse de Cuba”. Gracias a Helms y a Burton los designios del Imperio aparecen a la luz del día. Que puedan hacerlos realidad es, desde luego, algo bien diferente. Desde Céspedes hasta Fidel los cubanos han demostrado que sabrán luchar hasta el fin y que jamás volverán a ser esclavos de nadie.
EL REGRESO DE BATISTA

Una vez que hubiesen conseguido la imaginaria derrota de la Revolución cubana, quimera siempre perseguida por el Imperio, la isla entraría en una etapa de transición que debería desembocar en un Gobierno “democrático” aceptable y aprobado por Washington. Para asegurarlo el Presidente de Estados Unidos designaría un Procónsul que conduciría la descomunal tarea de deshacer todo el sistema político, económico y social edificado en Cuba por más de medio siglo. La descripción minuciosa de ese proceso está en el Título II de la Helms-Burton y en el Plan Bush.

Hay un elemento constante que acompaña todo el recorrido desde la ocupación del país, su “tránsito” hacia la “democracia” y más allá, hasta un porvenir indeterminado, una “condición indispensable” para levantar el bloqueo y para las relaciones futuras incluso con un Gobierno “democrático” made in USA: Ese elemento clave, decisivo, sería la cuestión de las propiedades reclamadas por individuos de origen cubano que hoy ostentan la ciudadanía estadounidense. Lo dice la Ley, una y otra vez, con todas las letras, para que lo entienda cualquiera: “La devolución de las propiedades” a quienes las perdieron “el primero de enero de 1959”. Vale la pena detenerse en este punto pues permite descifrar la esencia del engendro disfrazado de Ley.

El primero de enero de 1959 el tirano Fulgencio Batista se fue de Cuba tras delegar el mando en el General Eulogio Cantillo que se pasó la jornada tratando de conformar una Junta cívico militar. Con el dictador se fueron sus colaboradores más cercanos y muchos otros comprometidos con el régimen derrocado siguieron el mismo camino en vuelos organizados por Cantillo y la Embajada yanqui durante todo ese día.

Ese primero de enero Fidel Castro convocaba desde Oriente a la huelga general revolucionaria contra la Junta golpista que encabezaba Cantillo y duró hasta el día 5. Hubo manifestaciones populares y enfrentamientos con bandas armadas batistianas. El Ejército Rebelde avanzaba, en el Este y en el Centro hacia zonas controladas todavía por fuerzas del viejo régimen. Ese día no fue promulgada ninguna medida nacionalizadora o revolucionaria por la sencilla razón de que el movimiento revolucionario aún no había llegado al poder. La entrada victoriosa de Fidel en La Habana no se produciría hasta el 8 de enero.

Lo que se produjo el primer día del año 59 fue la fuga de asesinos, torturadores, politiqueros corruptos y otros cómplices del régimen depuesto. En su estampida dejaron atrás, abandonaron, numerosas propiedades muchas de las cuales, por cierto, eran fruto del robo, la malversación y otras ilegalidades. Esas propiedades incluían grandes latifundios, fábricas, centrales azucareros, edificios de apartamentos y residencias particulares.

Desde aquella fecha se pasaron el tiempo añorando el momento en que el Ejército yanqui invadiese Cuba y les devolviese todo. Seis décadas después ahora son sus descendientes los que sueñan adueñarse nuevamente del país. La Ley Helms-Burton es su gran “victoria”.

Finalmente lograron que el gobierno de Estados Unidos –Congreso y Administración– convirtieran su delirante empeño por regresar al pasado en la pieza central de la política hacia Cuba.

Hay algo que suele olvidarse y que, sin embargo, se debe subrayar. Los que emprendieron la fuga aquel enero no se fueron con las manos vacías. Antes de irse saquearon el tesoro de la República, vaciaron las reservas del Banco Central y se llevaron los recursos que sustentaban el valor del peso cubano. The New York Times calculó el robo en casi 500 millones de dólares de la época y dedicó a este asunto un editorial en el que afirmaba que en esas condiciones ningún gobierno podría sostenerse y gobernar.

No sólo a Cuba no le fue devuelto ni un céntimo sino que además la Administración Eisenhower se negó a otorgar un préstamo para aliviar la crítica situación. Todo esto sucedía antes que Fidel asumiera la jefatura del gobierno y se adoptasen las primeras medidas revolucionarias.

A veces los eruditos discuten acerca de la fecha en que se inició el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba y las razones para fundamentarlo. La verdad histórica es que esa guerra económica comenzó en la madrugada del Primero de enero de 1959 y si se llevasen a cabo las pretensiones de la mafia anexionista-batistiana no terminaría nunca.

Fuentes: https://www.poresto.net/2019/04/11/la-ley-helms-burton-una-historia-silenciada/
                 https://www.poresto.net/2019/04/12/el-regreso-de-batista/


Producción porcina en Cuba: ¿Qué pasa en Villa Clara? (+ Fotos y Video)

Por: Yunier Javier Sifonte Díaz
Publicado en: Con Punto y Aparte
La producción de carne de cerdo es uno de los principales renglones de la economía de Villa Clara. Foto: Vanguardia.
Desde hace años la provincia de Villa Clara es referente si de producir carne de cerdo se trata. El mayor aporte tanto al balance nacional como al plan del país, junto a una experiencia consolidada de trabajo e innovación, convierten a los porcicultores del territorio en piezas clave para garantizar un alimento fundamental en la dieta del cubano. Sin embargo, desde hace algún tiempo el panorama no les sonríe a ellos, ni a sus clientes.
Para los habitantes de una urbe acostumbrada a la regularidad de un producto ofertado a 16 pesos la libra, la disminución percibida en los últimos meses representa un tenso escenario. Si hace poco más de un año el principal mercado recibía un promedio de 500 cerdos por semana, hoy en toda la capital provincial solo se venden entre 150 y 200 animales cada domingo.
Aunque la situación en Villa Clara es espejo de un fenómeno que ocurre a nivel de país, muchos se interesan por la salud de un territorio estratégico para cumplir las proyecciones de Cuba en el actual año.
¿En qué estado se encuentra la producción de carne de cerdo en la provincia? ¿Cuáles son las estrategias para recuperar el ritmo de crecimiento de años anteriores? ¿Cómo optimizar los recursos disponibles para que este alimento llegue a la población? Son algunas de las interrogantes que Cubadebate trató de responder en este primer acercamiento al tema.

Los números sobre la mesa

Durante meses los mercados de Villa Clara tuvieron estabilidad en el producto. Foto: Yunier Sifonte/ Cubadebate.
Para Alexei Martín Pérez, director de la Empresa Porcina de Villa Clara, analizar la producción de carne de cerdo en Cuba pasa por una cuestión esencial: la disponibilidad de alimento para los animales.
Desde inicios de 2018 ese representa el principal escollo para los productores del país, una situación que en la provincia tuvo su peor momento a partir de septiembre de ese año.
“Los últimos cuatro meses de 2018 fueron muy tensos. En diciembre, por ejemplo, hubo días que no pudimos alimentar a las reproductoras o solo les garantizamos media ración de comida. En el cerdo eso crea mucho estrés y facilita la circulación de virus que habitualmente no infectan a los animales en condiciones óptimas y que dañan generalmente el sistema reproductor de las hembras. Así recibimos el 2019 y aún no logramos recuperarnos”, explica.
En el primer trimestre del actual año el territorio apenas recibió el 69% de la materia prima necesaria (soya y maíz) para garantizar la alimentación de los animales. Aunque Martín Pérez explica que ya eran productos contratados con los proveedores internacionales, a última hora países como Brasil y Argentina decidieron no enviar los cargamentos.
Por esa razón, hasta el momento Villa Clara sacrificó 460 de sus casi siete mil reproductoras. Si consideramos que cada una de ellas pare un promedio de 10 crías, los productores de la provincia perdieron casi cinco mil animales para la ceba en este período. Visto de otro modo, dejaron de entregar aproximadamente 450 toneladas de carne.
Los problemas de alimentación afectaron fundamentalmente a las reproductoras. Foto: Vanguardia.
El panorama no es mejor cuando se miran las estadísticas de los abortos y los alumbramientos con problemas. Para Rigoberto Antonio Rodríguez Antelo, médico principal de la Empresa Porcina de Villa Clara, ambos indicadores también demuestran con claridad por qué llega menos carne a los mercados.
De acuerdo a unos números que conoce casi de memoria, hasta noviembre de 2018, cinco reproductoras parieron animales muertos y otras tres tuvieron abortos. Sin embargo, en diciembre esa cifra se elevó hasta 140 y 151, respectivamente, y al cierre de marzo de este año ya se habían malogrado 275 partos y dos mil 46 crías nacieron sin vida. Los números se traducen en otras 184 toneladas de carne perdidas en un trimestre.
“Es un fenómeno complicado, porque el animal puede enfermar antes de dar a luz, pero los resultados se observan meses después. Si mueren reproductoras, fallan los embarazos o nacen menos animales con vida, eso crea baches en la entrega a largo plazo. Dentro de diez meses, por ejemplo, no podremos tener la cantidad que planificamos, porque perdimos muchos animales al inicio del ciclo”, explica.
Benigno Bauta Artiles, director de Ventas de la Empresa Cárnica de Villa Clara, asegura que esa disminución impacta en todos los programas de entrega de carne de cerdo en el territorio. Aunque hasta el momento su entidad sobrecumple los planes de cada mes, son cifras mucho menores si se les compara con lo registrado hace apenas un año.
“Nos encargamos de distribuir el producto para las unidades del comercio interior, la gastronomía, el turismo y la Empresa Provincial de Acopio, así como de contribuir con 30 toneladas mensuales al balance nacional y otras cien destinadas a La Habana. Aunque ´en el papel cumplimos´, solo en el primer trimestre del año vendimos mil 151 toneladas menos respecto a igual período del 2018”, comenta.
A partir de todo ese contexto, la Empresa Porcina de Villa Clara reestructuró por segunda vez su plan de producción para 2019. Si en los últimos tres años la entrega anual de carne de cerdo estuvo entre las 23 mil y las 26 mil toneladas, ahora solo prevén llegar hasta poco más de 15 mil. A nivel de país la cifra proyectada se redujo en 50 mil toneladas.

Comercialización: Llevar la carne a los barrios

Desde hace más de un mes, 24 mercados de Santa Clara reciben carne una vez por semana. Foto: Yunier Sifonte/ Cubadebate.
Desde hace cuatro semanas Leonardo García Oquendo recibe el domingo en el portal de uno de los mercados agropecuarios de Santa Clara. Solo tiene 25 años y pasar toda una noche a la intemperie le deja una sensación de cansancio impropia para su edad. No obstante, para él significa la única manera de comprar la carne de cerdo en los establecimientos estatales y evitar el alza de precios impuesta por los vendedores privados.
“La cosa se ha puesto difícil con la carne. Antes uno llegaba y casi siempre podía alcanzar algo. No sobraba, pero al menos existía más tranquilidad. Ya eso no es así y aunque te levantes temprano y tengas buena posición en la cola, puedes quedarte sin comprar”, asegura.
Ante esa realidad, el Consejo de la Administración Provincial limitó la venta a 10 libras por persona y más tarde la descentralizó del mercado “Los Pilongos”, el lugar que durante meses lució las tarimas más surtidas. Entonces reubicó la carne en 24 establecimientos situados en distintos puntos de la ciudad, tanto del centro urbano como de la periferia.
Es un panorama que conoce Irving Toledo Ordez, director comercial de Acopio en Santa Clara y uno de los encargados de organizar la distribución. Explica que el nuevo esquema no coloca más carne en los mercados, sino que los abastece de acuerdo a la disponibilidad existente cada semana, porque ante la disminución el objetivo es acercar el producto a los barrios. Hace 15 días entregaron cerdo en 20 comercios; una semana después solo lograron surtir a 12.
Dulce María López es una de las santaclareñas que aplaude la decisión de llevar la carne casi hasta la puerta de su casa. Para ella, que ya no debe recorrer los más de tres kilómetros que la separan de “Los Pilongos”, el cambio representa un alivio. No obstante, ahora tiene nuevas inquietudes sobre una disposición llamada a funcionar con eficiencia para no crear otros problemas.
“¿Por qué si la carne llega el sábado en la mañana es necesario esperar 24 horas para venderla? Cuando el cerdo tiene falta de frío enseguida toma mal olor. El último en comprar se lleva un producto que ya no tiene la primera categoría. Es comprensible la disminución de la oferta y uno agradece las medidas para palearla, pero se puede mejorar en la organización”, comenta.
Las condiciones para vender y conservar la carne son elementos por mejorar. Foto: Yunier Sifonte/ Cubadebate.
A su lado, Migdalia Molina Toledo, una ama de casa acostumbrada a ir al mercado los domingos, también elogia la iniciativa, pero alerta sobre la necesidad de elevar el control para no cederle espacio a las ilegalidades. En el actual escenario apenas basta un descuido para que la corrupción se instale tanto en las afueras como en el interior de los establecimientos.
De hecho, según constató Cubadebate en un recorrido por varios mercados, ya aparecen fenómenos como la venta de los turnos de la cola o el acaparamiento.
Osvaldo Ciriano, un jubilado de 67 años, cuenta cómo el último fin de semana estuvo desde el día antes en la cola y aun así solo alcanzó un modesto puesto 36. Junto a él, otros clientes pasaron la noche en las afueras de los establecimientos para no perder su lugar. Sin embargo, vieron cómo los primeros en la fila marcaron para más de una persona y luego vendieron esos turnos.
“Cuando llego cada domingo encuentro siempre a un hombre durmiendo justo en la entrada del establecimiento. Por lo general dice que viene con cinco personas, pero al final vende la cola a 50 pesos y así termina el día con 250. Esa es la mitad de mi salario y trabajo todo el mes”, apunta indignada Sonia Castro, la Administradora de uno de los mercados del centro de la ciudad.
Como ella, Alejandro Rodríguez dirige otro establecimiento con idénticas experiencias. Según dice, es un fenómeno incontrolable, porque no disponen sobre el funcionamiento de la cola fuera del local. Dos preguntas parecen evidentes: Si es un hecho conocido, ¿no pueden los administradores realizar una denuncia oportuna? ¿Por qué el nuevo esquema de venta no descentralizó también a los inspectores que antes mantenían el orden en “Los Pilongos”?
Aunque Bárbaro Monteagudo Fernández, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial, informa sobre 15 personas multadas por cometer ilegalidades en las colas, todo parece indicar que falta mayor sistematicidad en los controles. Solo así se explica la ausencia de inspectores justo el día de mayor afluencia a los mercados.
Otro problema radica en el acaparamiento, y aunque no lo parezca es tal vez más difícil de controlar. La disminución en la venta de carne no solo afectó la cocina de los hogares, sino también la de paladares y restaurantes particulares, necesitados de mucho más de las 10 libras permitidas por comprador. La estrategia es sencilla: alguien marca para tres o cuatro personas, pero a diferencia de los traficantes no vende los turnos, sino que los emplea para surtir su negocio.
En una mirada rápida, legalmente no ocurrió ninguna violación y cada cual compró hasta el límite establecido, pero a fin de cuentas esa carne va toda a un mismo destino y no llega a los hogares. En este caso, otra vez la ausencia de mercados mayoristas para el sector privado obliga a compartir un surtido que por lógica debería estar separado.
Son elementos por mejorar para disminuir el impacto de la merma en la disponibilidad de carne de cerdo. Mientras se resuelven los problemas de organización, perfeccionar la distribución de las capacidades existentes, evitar el descontrol y la desidia, resultan piezas clave para no empañar una decisión agradecida por casi todos.

Vendedores privados: ¿El renacer del oportunismo?

Solo en un mercado de la ciudad el precio de la carne está topado. Foto: Yunier Sifonte/ Cubadebate.
Pagar 40 y 50 pesos por una libra de carne en los establecimientos privados resultaba inimaginable hace más de un año, pero ahora es casi obligatorio si alguien pretende conseguir el alimento sin madrugar o hacer colas. Solo en uno de los mercados de la ciudad destinado a vender bajo el principio de oferta y demanda, el Consejo de la Administración topó los precios y exige un límite máximo de 30 pesos por cada libra.
Fuera de ese lugar los vendedores particulares incrementan sus tarifas y obligan a más de uno a llevar menos carne a la mesa. Ya sea en un mostrador improvisado, sobre una tabla rústica o en el más limpio de los locales, lo único invariable allí es la constancia y la diversidad de ofertas. Incluso los domingos, cuando los mercados estatales reciben el surtido de la semana, pocos particulares dejan de abrir los negocios para exponer sus productos.
Yoel Cortina es uno de ellos y sin medias tintas asegura que el actual contexto significa una oportunidad para obtener mayores ganancias. Según cuenta, su local fija el precio a partir del horario y la afluencia de personas, y hasta ahora casi nunca ha dejado de vender toda la mercancía. “Empezamos con 40 pesos la libra -dice-, pero si veo que llega mucha gente la subo a 50 en la tarde”.
Sin embargo él, que no es el dueño del negocio y se limita a acatar los designios de quien le paga por atender la tarima, no tiene una explicación coherente cuando se le pregunta de dónde obtienen tantos cerdos. Mientras el territorio padece por la alimentación y la disminución de animales, tal pareciera que solo ellos conocen el mecanismo más efectivo para crecer.
José Rodríguez Cruz, director de la Unidad Empresarial de Base “Cría Charco Hondo”, dedicada a la reproducción y la segunda más grande de la provincia, explica que muchos de estos vendedores adquieren los cerdos de criadores privados que los engordan en pequeños patios o parcelas dentro de la ciudad, pero otros van hasta los productores asociados a la Empresa Porcina -insertados en el programa de cría con animales propios-, e intentan comprárselos.
Muchos productores no pueden llevar los animales hasta los 90 kg exigidos. Foto: Trabajadores.
El mecanismo no carece de lógica. Un productor vinculado a esta inciativa debe entregar el cerdo al estado con un mínimo de 90 kg, pero si falta la comida y “se estanca” antes de llegar a ese peso muchos prefieren venderlo y no arriesgarse a perder la inversión. Es un mecanismo que ha empleado Abelardo Rojas, uno de los tantos productores de Santa Clara, que cuenta en total con 560 adscritos a convenios.
“Algunas personas me han propuesto pagar hasta 20 pesos por cada libra de cerdo en pie. Esa es una cantidad considerable. Por ejemplo, no puedo entregar al convenio un animal de 70 kg, pero si lo vendo a un particular gano alrededor de tres mil pesos. Siempre trato de no llegar a eso porque debo cumplir mis compromisos, pero a veces no queda más remedio”, explica.
En medio de todo ese paisaje sobrevuelan dos cuestiones esenciales que inciden tanto en la producción de carne como en la salida de cerdo hacia el sector privado. El primero de ellos: la deuda en el suministro de alimento a los productores vinculados a los diferentes programas; el segundo: el inicio en 2018 del cobro del impuesto sobre ingresos personales a los porcicultores.
Según Alexei Martín, al cierre de marzo existía un atraso de más de 13 mil toneladas de pienso para la modalidad de cría con animales propios, mientras en solo un trimestre la cifra llega a mil 744 toneladas dejadas de recibir por los porcicultores asociados a las distintas UEB del territorio.
Aunque el Director de la Empresa Porcina de Villa Clara confirma la voluntad de honrar esas obligaciones, un desafío mayor radica en perfeccionar el sistema para no arrastrar el problema de un año a otro.
El caso del cobro del impuesto sobre ingresos personales es más complejo. Con una escala progresiva que va desde el 10% para quienes obtienen ganancias de hasta 12 mil pesos, y termina en el 45% si el productor excede los 150 mil, la medida causa polémica e incluso muchos consideran inoportuno el inicio de su aplicación.
“Aunque la ley estaba aprobada desde 2012, los porcicultores comenzaron a pagar en 2018, cuando arreció la escasez de pienso. Entonces, si el país llama constantemente a producir alimentos, no creo que este sea el mejor momento para aplicar ese impuesto. Al menos se podría considerar una bonificación o disminuir un poco el tipo impositivo”, comenta Denis Martínez, un productor con casi cinco años de experiencia que aún se debate entre criar menos animales o dejar el negocio.

Producir alimentos en Cuba: La estrategia más efectiva

Consolidar una estrategia más amplia para la alimentación animal es esencial para la producción porcina. Foto: Vanguardia.
La Empresa Porcina de Villa Clara tiene dos objetivos esenciales: cumplir el plan de producción para el 2019 y crear garantías para volver a los niveles de entrega de carne de años anteriores. Aunque su director asegura que es un objetivo posible, resulta evidente que requiere trabajo y mucha planificación para sacarle el máximo a los recursos disponibles.
Para ello, se prevé fortalecer modalidades de alimentación que dependan menos de productos extranjeros. Entre ellas destaca la utilización de la miel derivada de la caña de azúcar mezclada con un producto llamado Hinoprovín, un núcleo de vitaminas, proteínas y minerales que cumplen los requerimientos nutricionales de los cerdos.
“Esa variante de alimentación es muy buena, porque solo necesitamos pienso importado para los primeros 75 días de la ceba. No obstante, el programa crecerá en la medida que el Grupo Azucarero Azcuba nos garantice la miel suficiente para los productores”, explica el Director de la Empresa Porcina de Villa Clara.
“Implementar una estrategia para la alimentación animal más centrada en las producciones nacionales y en los encadenamientos con otras áreas afines es fundamental. Ganamos en seguridad y evitamos que problemas de financiamiento nos afecten demasiado la producción. Generalizar experiencias valiosas, emplear la ciencia y la tecnología y garantizar los insumos para que los campesinos produzcan más, debe convertirse en un propósito diario”, apunta por su parte el Vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial.
De cara a ese objetivo, los primeros pasos ya se encaminan a crear las condiciones para que los productores vinculados a las UEB puedan sembrar hasta el 60% del alimento para sus animales (actualmente deben garantizar el 30%, mientras que el 70% se lo garantiza el Estado).
El esquema prevé la evaluación de las capacidades en los terrenos ociosos, así como la entrega de nuevas tierras para ese propósito.
Mientras, el restante 40% del alimento consistiría en pienso fortificado y otros componentes proteicos para completar la totalidad de la comida necesaria para cada cerdo. Según Bárbaro Monteagudo Fernández, esa constituye una prioridad para rescatar la producción de carne de cerdo en Villa Clara.
“De momento trabajamos con los productores más eficientes y con necesidades de terrenos para cultivar alimentos. También debemos estudiar dónde están las tierras ociosas, porque no resolvemos nada entregando espacios ubicados a varios kilómetros de las naves porcinas”, agrega.
Junto a ellos, otras líneas complementarias para ese trabajo están en la compra a Ciego de Ávila de mil 300 cerdos para ponerlos en manos de los productores. Asimismo, ya se incrementan las medidas de bioseguridad para evitar nuevas propagaciones de virus y controlar los que circulan en algunas de las unidades más importantes. Es un trabajo fundamental si se aspira a limitar las muertes de las crías o los abortos de las reproductoras.
Otra idea novedosa radica en explotar más las técnicas de inseminación artificial, sobre todo en las mayores UEB dedicadas a la entrega de precebas. Aunque es una práctica habitual en el mundo, el sector porcino cubano no la explota a gran escala y todavía realiza la reproducción con los métodos tradicionales de monta con verracos.
Entre los argumentos que Alexei Martín expone aparecen la obtención de mayores camadas por cerdo, la reducción de sementales en las naves, un mejor control epidemiológico y la garantía de contar con un material genético de calidad. No obstante, el proyecto todavía no se concreta porque faltan los microscopios, el resto del instrumental necesario, y no todas las unidades cuentan con investigadores formados para asumir el programa.
A todas luces, el trabajo y la constancia son claves para superar los actuales escollos. Tanto para los encargados de gestionar la entrega de animales para la ceba, como para los productores y las entidades comercializadoras y de distribución, el principal desafío radica otra vez en la eficacia y la sabiduría para enfrentar cada problema.
Y junto a ellos, entidades acompañantes como el Ministerio de la Agricultura, los centros de investigación y las universidades cubanas, se deben sumar con más velocidad para conseguir que el viento no se lleve las historias de la mejor provincia en la producción de carne de cerdo.

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Ciego de Ávila alimenta con energía limpia el Sistema Eléctrico Nacional

La generación alcanzada hasta ahora representa un ahorro de cinco mil 046 toneladas de combustible y 16 mil 482 toneladas de dióxido de carbono dejadas de emitir al medio ambiente.


radiosantacruz.icrt.cu

Por Lubia Ulloa Trujillo

Ciego de Ávila, 16 abr (ACN) El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) se favoreció desde agosto de 2017 hasta la fecha con 19 mil 413 megawatt-hora de energía renovable que no contamina la atmósfera, producidos por los tres parques solares fotovoltaicos que funcionan en Ciego de Ávila.

La cifra representa un ahorro de cinco mil 046 toneladas de combustible y 16 mil 482 toneladas de dióxido de carbono dejadas de emitir al medio ambiente, informó a la prensa Mario Toledo Carrasco, director de la Unidad Empresarial de Base Fuentes Renovables de Energía en la provincia avileña.

Toledo Carrasco precisó que esos tres generadores están bien ajustados y mantienen una estabilidad productiva.

En agosto de 2017 comenzó su explotación el primer parque de este tipo en Ciego de Ávila, ubicado en la localidad de Ceballos, Consejo Popular de la ciudad cabecera, con una capacidad de generación de 4,4 megawatt y en marzo de 2018 se incorporó otro en el municipio de Chambas, el cual tiene una capacidad de generación de cinco megawatt.

El tercer centro, similar a esos dos, se puso en marcha en enero último en el municipio de Venezuela y cuenta con una potencia instalada de 2,2 megawatt.

La mayoría de los países desarrollados invierten sumas millonarias para poner en explotación esas diversas fuentes, por ser limpias y sobre todo sostenibles, con sus mayores progresos en la eólica y la fotovoltaica.

Cuba, pobre en los recursos energéticos no renovables, apuesta por los renovables como el sol, el viento, la biomasa (fundamentalmente la procedente de la caña de azúcar) y la hidroenergía para la diversificación de su matriz de energía.

Durante un taller interactivo, en marzo pasado, de la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (Cubasolar) en el territorio, se informó que en Ciego de Ávila funcionan más de dos mil 190 calentadores solares, 86 biodigestores y más de 600 molinos de viento, en tanto se expanden experiencias en el uso pasivo del sol para el secado de productos agrícolas.

También se construye una bioeléctrica aledaña al central Ciro Redondo, en el municipio del mismo nombre, que operará con bagazo de caña y marabú, la cual cuenta con 34 objetos de obra y está a poco más del 30 por ciento de ejecución total, aunque se prevé comenzar a explotarla de forma parcial en este año.

El empleo de las fuentes renovables de energía llega, además, a 38 círculos infantiles mediante los calentadores solares; y a la ganadería para alimentar, mediante paneles solares, cercas eléctricas en el cuidado de cerdos y búfalos.

Universidad y empresa: ¿Matrimonio “bien llevado”?

Fotos: Del autor
Fecha: 16 de Abril de 2019
A Cuba le urge mayor participación de la universidad en el acontecer nacional. La academia posee los saberes necesarios y debe intervenir mejor en los destinos del país. ¿Puede? .  Foto de Jorge Sariol
A Cuba le urge mayor participación de la universidad en el acontecer nacional. La academia posee los saberes necesarios y debe intervenir mejor en los destinos del país. ¿Puede?

Nadie lo duda, pero no es tan sencillo. Entre el dicho y el hecho, media un largo trayecto ―demasiado largo a veces―, que comienza por organizar los modos de conseguirlo, para que la academia no sea solo representación simbólica o entelequia.

Y por otro lado, el sistema empresarial ―por definición y por esencia―, no se convierta en dueño del guante, el bate y la pelota.

Las perspectivas se han planteado. Están en las novedades de la Política para la actividad de la Ciencia, Tecnología e Innovación que la nación se ha propuesto como estrategia y que fueron presentadas a los diputados en las sesiones previas a la Tercera Sesión Extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), recientemente desarrollada en La Habana.

Dos comisiones permanentes de la ANPP se han dado a la tarea de exponer juicios y configuraciones: una de ellas sobre las políticas para fomentar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, y otra para perfilar la participación imprescindible en el desarrollo local. En ambas, la universidad cubana actúa como protagonista, o cuando menos, como importante factor de intervención.

En una de las comisiones, la ministra del CITMA, Elba Rosa Pérez Montoya, expuso ante los diputados tres bases fundamentales de las estrategias, con el punto de partida en la política para la reorganización de este sector en el país.

Esto presupone, entre otras vertientes, programas de becas doctorales para jóvenes seleccionados, incluidos recién graduados con las mejores aptitudes, para “establecer un plan de formación en el exterior”. Como otra alternativa, “perfeccionar el sistema más amplio de categorías científicas y tecnológicas y establecer la categoría de investigador consultante”.

Ambas prevén incluir un componente en la retribución personal basado en el impacto económico, científico, social y ambiental, en las diferentes fases de los proyectos.

Junto a la política para establecer fundamentos, conceptos y creación de los Parques Científicos Tecnológicos, es necesario, según insistió la ministra Pérez Montoya, entender la obligación de completar los vínculos entre las universidades y las entidades de ciencia, tecnología e innovación; y a su vez, de estas con las instituciones productivas y de servicios.

Todo armónico, fluido y ventajoso para las partes. Y esta es, tal vez, la más compleja de las barreras por saltar. Ideas como encargo social, destinos, perspectivas y proyectos andan “encontrados”, a veces perdidos, en el cruce por donde debían converger investigación, desarrollo, innovación, financiamiento y mercado, cada cual halando para su mano.

Un cambio de políticas necesita la Agenda/País. El Ministerio de Educación Superior (MES) desarrolla su perfeccionamiento, pero anda lejos de llegar a la meta. Los centros de investigación proceden en su encargo; el sistema empresarial anda demasiado lejos y necesita arreos y sobre todo de bridas.

La tercera de las políticas para la actividad científica prevé la definición y creación de Empresas de Alta Tecnología (EAT). Propone los mecanismos y la posibilidad de establecer formas de financiamiento externo que puedan instaurar ―¿de conjunto?―, las empresas vinculadas al tema y las universidades. 

Para todos los presuntos implicados, urge incrementar la cultura de la innovación y la competitividad, la estimulación y gestión en el flujo del conocimiento y tecnología entre universidades, instituciones de investigación y el imprescindible mercado.

Las políticas elaboradas reconocen el papel de las empresas de interface en la conexión entre universidades, entidades científico tecnológicas y el sector productivo y de servicio.

La definición de prioridades está planteada: las empresas de alta tecnología en el mundo andan asociadas a sectores intensivos en el conocimiento: tecnología de informática y las comunicaciones, biotecnología e industria farmacéutica, industria electrónica, automatización industrial, nuevos materiales, nanotecnología y energías renovables.

En Cuba, las EAT deberán mostrar altas capacidades e intensa actividad en la investigación, el desarrollo e innovación; pero también elevados estándares tecnológicos, ciclos cerrados que “cierren” con producción y comercialización de productos y servicios de alto valor agregado, con énfasis en el mercado exterior. 

Las políticas no bastan, es cierto. Ni la buena voluntad. Pero si en verdad la praxis es criterio de la verdad, nada hay mejor para la práctica que una buena teoría.

Robert Muse: Todo indica que el Gobierno de EEUU implementará el Título III de la Ley Helms-Burton

Por: Martha Andrés Román
16 abril 2019 


El abogado norteamericano Robert Muse. Foto: Prensa Latina.
Todo indica que el Gobierno estadounidense implementará el Título III de la Ley Helms-Burton contra compañías extranjeras con presencia en Cuba, consideró el abogado norteamericano Robert Muse, experto en leyes relacionadas con la isla.
En una entrevista con Prensa Latina, el letrado recordó que el 17 de abril la administración de Donald Trump debe tomar una decisión con respecto a ese apartado, el cual fue suspendido por todos los gobiernos previos desde 1996, pero comenzó a aplicarse parcialmente en marzo último.
A través del Título III, un mecanismo que muestra el carácter extaterritorial del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington contra el país caribeño hace casi 60 años, se permitiría a nacionales de Estados Unidos llevar a los tribunales a quienes “trafiquen” con “propiedades norteamericanas” en Cuba.
Ello incluye la posibilidad de iniciar una demanda contra aquellas personas de terceros países que inviertan en el territorio cubano en propiedades nacionalizadas tras el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959.
Incluso, en lo que es visto como una contradicción con el derecho internacional, ese acápite otorga autoridad de reclamantes a cubanoamericanos que eran ciudadanos cubanos en el momento en que las propiedades fueron nacionalizadas.
Dados los perjuicios que implicaría esa parte de la ley aprobada en 1996, no solo para Cuba, sino para Estados Unidos y aliados de esta nación como la Unión Europea (UE) y Canadá, los predecesores de Trump desde William Clinton (1993-2001) evitaron su puesta en práctica con suspensiones que se prorrogaban cada seis meses.
La actual administración, sin embargo, anunció en enero que solo prolongaría la suspensión por 45 días, y en marzo hizo lo mismo por un plazo de 30, pero en ese caso dijo que a partir del 19 de ese mes permitiría la presentación de demandas judiciales contra más de 200 empresas cubanas incluidas en una lista unilateral de sanciones.
Muse indicó que hasta el momento no ha habido ninguna acción legal contra esas entidades y subentidades del país caribeño, y eso puede estar relacionado con que los litigantes potenciales ven muchas dificultades por tratarse de empresas sin conexión o presencia en Estados Unidos.
Para él, la principal cuestión a definir este 17 de abril si finalmente el ejecutivo del presidente republicano decide seguir adelante con el Título III, será contra quiénes se podrían interponer las reclamaciones.
El abogado, quien señaló que se opuso a la Helms-Burton desde la etapa en que se comenzó a discutir en el Congreso, agregó que el modo en que está diseñado el acápite permite las demandas contra el Gobierno de Cuba.
Si Estados Unidos procediera a autorizar ese tipo de acciones, no solo contra los dos centenares de entidades restringidas, sino contra el Gobierno en sentido general, “creo que veríamos varios cientos de miles de demandas que inundarían las cortes norteamericanas”.
Tales reclamaciones, reflexionó el experto, terminarían en sentencias por default, ya que el ejecutivo de la nación antillana no trataría de presentar una defensa en esas acciones legales.
“No creo que (Estados Unidos) vaya a hacer eso, no creo que quieran llenar los tribunales con miles y miles de litigaciones”, dijo el letrado, quien estimó que si se implementa el Título III, será fundamentalmente contra corporaciones privadas presentes en la isla, por lo regular empresas que tienen joint ventures (proyectos conjuntos).
Sobre el impacto específico para las compañías estadounidenses, Muse recordó que estas no tienen exenciones bajo la ley de 1996, y por tanto pueden ser tan demandas como las europeas, asiáticas o latinoamericanas con negocios en la mayor de las Antillas.
En el caso de las aerolíneas o empresas estadounidenses de cruceros que tienen ya una amplia actividad en el territorio vecino, podrían estar libres de los peligros de una reclamación porque una provisión de la normativa establece que no constituyen “tráfico” las transacciones relacionadas con viajes legales a Cuba.
Muse añadió que aplicar el apartado contra el sector corporativo extranjero tendrá repercusiones negativas en la inversión foránea en la nación antillana.
Cuando una corporación decide realizar negocios en un país, no quieren estar en un lugar donde es posible un litigio, donde pueden recibir reclamaciones en una corte de Estados Unidos, las cuales suelen requerir demasiado tiempo y son muy costosas, afirmó.
Al respecto, el abogado llamó la atención sobre el hecho de que la Ley Helms-Burton nunca se trató seriamente del tema de las demandas, sino que estaba ideada para expandir el embargo (bloqueo) contra al territorio vecino, al poner todas estas propiedades nacionalizadas bajo cuestionamiento.
“La ley fue aprobada hace 23 años, y después de un tiempo de suspensión del título las personas comenzaron a pensar que nunca sería implementado, las compañías fueron a Cuba sin temor a eso”, explicó.
Preguntado sobre qué ha cambiado entonces con el Gobierno de Trump, el experto sostuvo que, por una parte, este ejecutivo ha tenido la idea de una implementación parcial, para sortear el problema de las miles y miles de demandas potenciales.
“Una pregunta para las cortes es si la administración tiene la autoridad de realizar una implementación parcial del Título III, creo que se puede argumentar fuertemente que no la tiene, que debe implementarlo completamente o mantenerlo suspendido”, estimó.
Muse también hizo referencia al impacto que tuvo el nombramiento de Mike Pompeo como secretario de Estado y el de John Bolton como consejero de Seguridad Nacional, por tratarse de figuras que junto al gobernante no han dudado en apelar a la Doctrina Monroe, una postura del siglo XIX que busca justificar la injerencia de Washington en América Latina.
A ello se une que el ejecutivo del republicano está menos preocupado que los anteriores por el efecto que pueda tener la legislación para aliados como la UE, aun cuando el bloque comunitario, y en particular España, han repetido su oposición a la puesta en marcha del mecanismo.
Estados Unidos está diciendo que es hora de alinear la política europea sobre Cuba con la de Washington, no creo que la protesta de esos países vaya a hacer mucha diferencia, apuntó el abogado.