Por Rafael Alhama Belamaric
Entre los tantos temas de problemas cotidianos, sobre los que cada día se
escribe más y más, a veces se aparece alguno de importancia, no sólo práctica
sino teórica, profundamente enraizado a la ideología, entendida esta como el
conjunto de ideas fundamentales que caracterízan el pensamiento de una
colectividad o una época, o como diría Marx, representaciones que el hombre se
hace de la realidad ligadas a las condiciones materiales de existencia.
Como para desarrollar nuevos conceptos es necesaria la práctica, las
implementaciones, la teoría lamentablemente anda un poco a la zaga, o se siguen
interpretando de la misma forma de acuerdo a prácticas pasadas, o dogmas
establecidos.Es más que necesario hacer algunas aclaraciones, o al menos
recordatorios; sin estridencias, ni planteamientos extremístas, que no llevan a
entendimiento, ni a y debate necesario, o a análisis crítico constructivo. Aunque
las ideas transformadoras se realicen con conocimientos y análisis objetivos,
se llevarán a hecho cuando las realidades
históricas así lo indiquen.
Uno de estos problemas, es evidentemente la “liberación de fuerzas
productivas“, presente no desde ayer o el mes pasado, sino desde hace años en
los debates e investigaciones y eventos. Así lo obligan los contextos y situaciones
específicas, singulares, de una economía, sociedad, país subdesarrollado en
estado de permanente asedio económico, con mayor o menor presión, más
concretamente grandes limitaciones financieras, económicas y comerciales de
todo tipo, que hacen que la economía se lleve a cabo en “condiciones
anormales“, y que aparecen cada día más agresivas. Pero, el problema se
presenta lamentablemente no siempre en su mejor propuesta ni respuesta.
Estas condiciones de una economía que debe funcionar en condiciones
anormales, se ha tenido en cuenta en cuanto estudio e investigación seria se han
realizado a lo largo de los últimos más de 40 años, para ubicar una línea de
tiempo en las que tuve la posibilidad y privilegio de participar como investigador.
Se ha considerado desde las proyecciones de los 80, pasando por los escenarios realizados
a mediados de los años 90, hasta los análisis prospectivos del último lustro
como parte de los estudios sobre propiedad en los últimos 12 años, realizado
por un grupo de investigación del proyecto de propiedad del Instituto de
Filosofía, que es avalado por la participación activa en diferentes etapas de
más de 50 investigadores, especialistas y expertos en diferentes temas
relacionados.
Ahora, las pasiones y cuestionamientos se presentan cuando se vincula la
“liberación de las fuerzas productivas“ a la posible aprobación-implementación
de PyME (incluye la microempresa, ultima forma y tamaño incorporado), y de cuál pudiera
ser su papel, táctico y estratégico, en la liberación de las fuerzas
productivas, como forma de gestión y propiedad privada, desde luego, forma de propiedad
integrada al sistema de propiedad.
Para entender el lugar que ocupa la PyME, o puede ocupar, no sólo como
forma organizativa y de gestión, sino incluso como forma de “propiedad
privada“, es necesario recordar y aclarar algunas cosas, por ejemplo, que:
Las Fuerzas Productivas (FP), concepto central del marxismo, es base
material y técnica de la sociedad. Es el conjunto de los medios de
producción y de los hombres que los emplean para producir bienes materiales,
por tanto, expresan una relación entre el hombre y los objetos y las fuerzas de
la naturaleza. Cada sociedad los utiliza para obtener los bienes necesarios
para su subsistencia. Comprende desde las riquezas naturales o productivas,
como máquinas, instrumentos, materias primas,pasando por los medios
técnicos utilizados para la producción,los procedimientos de trabajo, el
agrupamiento de los trabajadores, división del trabajo y su
racionalización, hasta los conocimientos y las ciencias.
Dentro de la
concepción marxista, las FP están necesariamente en conexión con un tipo determinado de relaciones entre los
hombres en la producción e incluso con un conjunto de la formación social. Por
tanto, esta puede verse obstaculizada o favorecida por el sistema de las relaciones de producción (RP), así como por las
superestructuras políticas e
ideológicas. Tener en
cuenta que las RP constituyen una parte
necesaria de cualquier modo de producción,
puesto que son las relaciones económicas
que se establecen entre los hombres en el proceso
de producción, cambio,
distribución y consumo de los bienes materiales; por tanto, son
tan importantes las relaciones sociales de producción, como las FP y su
liberación.
Y es precisamente este
campo de interrelaciones donde más se puede discutir, de proponer nuevas ideas,
a partir de qué y cómo se ha entendido y seguido en la práctica. De manera que
estas conexiones y relaciones siempre se han presentado, se han enseñado y
aplicado, entendiendo un ideal de sociedad, como se verá.
Unos lo siguen rechazando de plano, puesto que representa ciertamente una
“propiedad privada“, con medios de
producción y dominación de unos sobre otros, no reconocida ni en teoría de los
manuales, ni en la mayoría de las sociedades del llamado “socialismo real“
hasta bien entrada la última etapa antes de su desmembramiento y desaparición,
sin haber analizado y aprehendido críticamente lo dicho por los clásicos del
marxismo.Quizás fue una de las grandes carencias, tanto como lo fue tratar la
propiedad social como estatal, sin la necesaria socialización de los medios
de producción ni de los resultados.
Se crearon unas relaciones entre los hombres que condujo a similar
enajenación (o como señalan algunos autores “enajenación socialista“) a la que
conduce la propiedad privada capitalista con apropiación de plusvalía, sin que
se produjera una verdadera emancipación ni autorealización del hombre,
visión de Marx como parte de una etapa superior del proceso de construcción socialista.
En consecuencia, se produjo, realmente
un desarrollo de una propiedad social limitada, excluyente, no
participativa, empezando por el proceso de trabajo. Se trató de
“trascender“ a la fuerza un proceso y una etapa histórica, proceso que por
supuesto no metabolizó al capital, que sigue jugando un papel fundamental.
Hay que reconocer que no se ha llegado
establecer una sociedad de productores libres y asociados, donde el
desarrollo de los seres humanos es el objetivo explícito de la producción; el
trabajo sigue mediado; la interdependencia de todos los miembros del obrero
colectivo, el trabajador colectivo para sí, está lejos de su realización; el
patrón de necesidades considerado como inmutable apenas entendido; la “sociedad de la libre individualidad,
basada en el desarrollo universal de los individuos y en la subordinación de su
productividad colectiva convertida en su riqueza social” (Marx, C.) sigue
siendo ideal a alcanzar.
No entender el real significado de la propiedad privada, eliminarlo y no
integrarlo al sistema de propiedad, entendida la propiedad como sistema, a un sistema
de propiedad (social), aún insuficiente y necesariamente socializado, como debió haber sido hasta ahora, es seguir los conceptos y
preceptos aprendidos.
Desde luego, no estaba presente en los manuales de economía política su
papel en una sociedad de construcción socialista mercantil, sino
supuestamente se partía del socialismo como sociedad “postmercantil“. Significa
que trasciende lo mercantil, donde pudiera no estar presente la enajenación de la fuerza de
trabajo. Pero, en algunas sociedades del “socialismo real“ hasta la propiedad
personal, individual, se cuestionó y se consideró en un momento como propiedad
privada y recibió tratamiento como tal.
Creo que en este concepto de “sociedad postmercantil“, de cómo se
quiso en el pasado imponer un ideal, sin condiciones, y sin cambios de las
relaciones sociales correspondientes, se encuentra el punto de posible
inflexión y explicación, pero también de no comprensión, explicación o
aceptación de nuevos conceptos, y razón por la espera de aprobación y la
implementación de PyME de propiedad privada.
No se trata de buscar justificaciones para una práctica, sino de una base
teórica, existente, pero no reconocida, que reconozca la realidad y el momento
histórico concreto del socialismo, para una política real.
Se aceptó
que el “socialismo“, sin aclarar en cual de las etapas del proceso se
encuentra, es un sistema de producción post-mercantil, es decir,
que la producción se orienta al valor de uso para satisfacer las necesidades
humanas o las demandas económicas, en lugar de producir exclusivamente
para generar un beneficio, o maximizar el valor de cambio. Aquí se pueden
abrir muchas interrogantes sobre la base de experiencias pasadas y presentes,
así como condiciones y contexto actuales, por no
hablar del nivel de desarrollo alcanzado. Pero, sin duda, muchas explicaciones,
conceptos y tratamientos cotidianos económicos y financieros y comerciales se
enfocan como si fuéramos una sociedad y una economía post-mercantil.
Pero, se impone una pregunta ¿es el socialismo que se conoció o conoce
hoy un sistema post-mercantil? Claro que no!
Diría Marx que es todavía es una sociedad en transición, que reemplazará al modo de producción capitalista, pero debe
entenderse que PyME privadas no hace el modo de producción capitalista. Diría
que es ”….una que
acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por
tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, (en el jurídico), en el moral y en el intelectual, el sello
de la vieja sociedad de cuya entraña procede“.
Se pregunta Engels: “ ¿Será posible suprimir de golpe la propiedad privada? No,
no será posible, del mismo modo que no se puede aumentar de golpe las fuerzas
productivas existentes en la medida necesaria para crear una economía
colectiva“.
¿Puede desconocerlo y darle la espalda a un mundo que persigue el
beneficio? Claro que no!
¿La implementación de la PyME privada es una necesidad del momento
histórico-concreto alcanzado por el socialismo? Definitivamente sí!
Por
otra parte, por socialización de los
medios de producción, concepto
profundamente importante por los cambios más que necesarios en la empresa
estatal de propiedad social, y también distorsionado, también llamado-llevado a
cabo como colectivización, o cooperativización, o en forma de empresa estatal,
llevado en la práctica de las sociedades del “socialismo real“ hasta sus
últimas consecuencias, y que de alguna manera se imbrica con la propiedad
social, es decir, propiedad estatal, se entiendió en economía política y la
ciencia política, como el proceso de estructuración o reestructuración de la economía
sobre bases socialistas, pero sin profundizar suficientemente en la participación activa de los trabajadores
como productores que conlleva a cambios en las relaciones sociales de
producción.
Hechos históricos a tener en cuenta, pues son experiencias histórico-concretas,
es precisamente cómo se entendió que debía llevarse a cabo esta socialización,
cómo se llevó en la práctica, y que consecuencias produjo.
El socialismo, entendido como proceso en construcción,
depende tanto de la radicalización de la superación de la globalización
neoliberal como rasgo central de la organización del sistema económico
capitalista mundial, cada vez mas
agresivo, como de la busqueda en estas condiciones de opciones que superen
las experiencias historicas conocidas, que no han llevado ni pensamiento
crítico ni creador.
La propiedad privada, es un problema
clave de la teoría marxista y del funcionamiento de la sociedad; pero en la
práctica, no ha estado acompañada de nuevos desarrollos reconocidos y aceptados;
sencillamente fue apartada, anulada, quizás pensando que así se resolvía el
problema.
Recordemos que la concepción filosófica de la
propiedad presente ya en Marx y Engels, es inseparable
de una visión de la sociedad en movimiento y desarrollo dialécticos, con la
política como uno de sus momentos integradores más importantes, lo que hace
de este terreno elemento central de su
obra. Vincula indisolublemente la
propiedad y el proceso de dirección social dentro de un sistema totalizador
coherente, en torno a un eje articulador: la resolución de la contradicción dialéctica
enajenación- emancipación.
“Pero, no puede haber humanismo diferente, si
son desestimadas, teórica y prácticamente, una y otra vez las formas subjetivas
de existencia de los intereses económicos, y el papel de estos en la
disposición de la conciencia y conducta de los productores; que, ni se asocian,
ni se reconocen sus intereses como necesidad concientizada, como actividad
subjetivo-volitiva de los hombres. De esta manera la realidad económica es sólo
objeto, y la economía política del socialismo, en su teoría, no llegó a incluir
la subjetividad de los agentes del sistema de relaciones de producción. El
hombre real es sustituido por un hombre ideal, manejado por cifras
macroeconómicas.” (“Cuba: propiedad social y
construcción socialista” (García Brigos, J. et
al. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012)
Otros, interpretan la liberación de las fuerzas productivas sólo,
prioritaria y fundamentalmente en función de la PyME, lo que representa también
una visión no sólo reduccionista, sino irreal, por la magnitud en la estructura
de propiedad, y el lugar que ocupa la empresa estatal y propiedad social en la
sociedad y las políticas estratégicas. Recordar también que la PyME, como
empresa y como forma organizativa, de gestión de propiedad privada, puede
adoptar diversas formas jurídicas.
Otros más, con buenas intenciones y una crítica práctica proponen PyME
como una forma complementaria, como sistema particular de relaciones, posibles y
necesarios de regular (de hecho ya se regula la concentración, acumulación), también
en funcionamiento, tamaño, empleo, medios a disponer, financiamiento,
beneficios, impuestos, hasta de socialización, vías de encadenamiento con otras
formas de propiedad. Y sobre todo, proponer las actividades priorizadas.
Pero la regulación no debe anular las que se consideran ventajas de las
PyME, como son la flexibilidad, dinámica para aprovechar nichos de mercado y
posicionarse, rapidez en las decisiones, cercanía a los clientes, aumento del
nivel de competitividad y rentabilidad,
En resumen, emplear su potencialidad para dinamizar la economía, y
liberar las fuerzas productivas, a partir precisamente de una situación creada
con el TCP, y desarrollo de una parte de este, y de otras medidas, hasta las
últimas aprobadas, que ya de cierta forma preparan las condiciones para la
implementación de PyME privada. Recordar a Marx, cuando señaló que la propiedad privada "basada en
el trabajo personal del productor" se transforma en otra fundada en la
"explotación del trabajo ajeno". Por tanto, se impone su regulación.
¿Profundización de las diferencias? Si, pero con ganancias superiores para la
economía y la sociedad.
Veamos entonces el trabajo como punto de partida de la
propiedad; ya hoy existen poseedores de propiedad y trabajadores sin propiedad,
y no sólo ni primero en TCP, se da la relación capital-trabajo. ¿Cómo llamar al
TCP, fuera de esquemas mentales, que tienen 20-30-40 y más trabajadores “cuentaspropistas“
contratados, capital y benefícios, pero no reciben el tratamiento de empresa,
con sus obligaciones y derechos y posibilidades?
Antes de llegar a la propiedad privada anulada,
históricamente violentada, Marx asume tres “tipos“ de comunismo; “La relación de propiedad privada persiste
como la relación de la comunidad al mundo de las cosas“ o comunismo crudo o imperfecto,
“propiedad privada material, inmediatamente perceptible, es la expresión
perceptible material de la vida humana enajenada“ analizado por
Mezsaros. Para el que quiere un análisis y una reflexión más profunda puede
leer el libro “Cuba:
propiedad social y construcción socialista” (García Brigos, J. et al, con sus 500 páginas, que contienen 773
citas y notas, y 775 bibliografía revisada).
„Cuando Marx
señala que la propiedad expresa: “…(..).. las
relaciones de los individuos entre sí, en lo tocante al material, el
instrumento y el producto del trabajo”, nos llama ante todo, una vez más, a ver
la propiedad como un sistema, esencialmente dinámico, en movimiento, un
proceso, como totalidad...“ (idem) (el subrayado es nuestro)
“..(.)..dentro
de esa necesaria visión y enfoque práctico de la propiedad como totalidad,
dentro de la propiedad como sistema, resultan especialmente significativas
las insuficiencias en lo concerniente al contenido que debe ser recogido
por la categoría propiedad social...“(idem)
“Las
bases erróneas, o cuando menos limitada, de contraposición entre propiedad privada y propiedad
social, deben ser superadas, y esto tanto
entendiendo sólo propiedad como posesión, como la limitada expresión de la propiedad solo
en cuanto a la relación del productor respecto a los medios de producción“
(idem)
”Sin ignorar el lugar determinante del vínculo
productor – medios de producción a través de todas sus mediaciones en el
proceso reproductivo social, se ha arribado por este camino a concepciones en
extremo fragmentadas de la propiedad como sistema dinámico, que limitan la
relación con los medios de producción a planos meramente formales, a través de
expresiones jurídicas, políticas o
meramente ideológicas” (ídem)
Sería interesante preguntarnos y responder si ¿El Capital se concibió como un estudio sólo del capitalismo en su
conjunto o se pensó como un análisis del capital propiamente dicho? Quizás, de
haberlo hecho, las propuestas tendrían un horizonte mucho más amplio del que ha
tenido, más allá del capitalismo.
Por eso, debo
rendirle homenaje entre otros, a dos autores, con dos textos adelantados como
son “Más allá del Capital“ de Meszaros, I. y “Más allá de El Capital. La economía política
de la clase obrera en Marx“ de Lebowitz,M.
Si se
entiende la propiedad como sistema, expresión filosófica conceptual
totalizadora del proceso objetivo de producción-apropiación-reproducción por
los individuos de su existencia como seres sociales, pero también en el sentido
práctico, la necesidad de verlo todo en interacción e interrelación, y se
antienden las relaciones de propiedad que se objetivan en un sistema particular
de relaciones sociales, en una
totalidad, que se da en la realidad objetiva, entonces se puede
confrontar la cotidianeidad compleja.
Las Hipótesis sobre el
desarrollo futuro del sistema de propiedad socialista cubano, contenidas en “Análisis
prospectivo del sistema de propiedad cubano: 2015-2020 (IF, 2015),
señalan:
h1
La
planificación social como construcción colectiva, se consolida como
factor
emancipador socialista, eje de la articulación
sistemática y sistémica de las
diversas formas de propiedad.
h2
El sistema
del poder popular logra el avance necesario en la dinámica real de los vínculos
entre los diversos actores a los diferentes niveles y las
relaciones entre ellos, desde
el papel de los individuos como sujetos activos de la política.
h3
La actividad
económica en sus expresiones jurídicas estatales (empresas,
entidades de servicios, asociaciones, y otras) se
consolida sistemáticamente como
determinante dentro de la multiplicidad de formas de
propiedad en el
funcionamiento de la economía.
h4
Se consolida
sistemáticamente el papel de los colectivos laborales en la dirección de los
procesos.
h5
La
subjetividad se consolida efectivamente como elemento activo a través de
sus expresiones en las actividades de generación de bienes y servicios,
política, social e ideológica.
h6
Se amplía
sostenidamente la inversión extranjera hacia las diversas formas de
propiedad, atrayendo capital, nueva tecnología, y
mercados, aún bajo la influencia
del
bloqueo de los EEUU
¿Que es importante
distinguir aquí? Que las hipótesis 1,2 y 4, NO SON LAS MÁS ACTIVAS. Las
hipótesis 3,5 y 6 cubren el 65,27% dentro del sistema analizado. Se dentificaron
3 escenarios que alcanzaron en conjunto
más del 80% de cumplimiento (suma de los valores de probabilidad de los
escenarios) y se encuentran significativamente
correlacionados.
S5 (H4) Un escenario donde deben de cumplirse todas las
hipótesis excepto h4 el papel supuesto para los colectivos laborales
S17 (H2) Un escenario donde se cumplen todas las
hipótesis excepto h2 el sistema de Poder Popular
S33 (H1) Un escenario donde se cumplen todas las
hipótesis excepto h1 referida a la planificación social
En resumen, una cosa es que se cumplan las hipótesis 3,5,6, con el papel
supuesto de los colectivos laborales, sistema de Poder Popular y planificación
social, y otro bien distinto que las más activas, entre estas la referida a las
formas y gestión de propiedad se cumplan sin aquellos.
Desde luego, de acuerdo a las complejidades actuales, se pueden perfilar
mejor algunos matices en sus diversidades, sobre todo para un horizonte más lejano, pero en esencia, éstas siguen siendo válidas.
No es posible pensar en la economía nacional, mucho menos su mayor
inserción a nivel global de acuerdo a sus exigencias, con los problemas
actuales de la economía empresarial, o la tipología actual del TCP. Y, ello
incluye, desde tecnología, inversiones, financiamiento, funcionamiento, hasta
problema del empleo y su calidad, creación de nuevos puestos de trabajo, acorde
a la preparación de la fuerza de trabajo existente y su real potencialidad.
Hoy día, como están las cosas en el mundo, no basta siquiera tener
tecnología de punta, para exportar o competir en el mercado mundial digamos; es
necesario disponer de esta, pero luego es necesario crear y brindar un producto
competitivo propio. Por otra parte, el avance de las tecnologías, la
informatización, las redes, posibilita que equipos de 5-20-40 personas facturen
decenas y hasta cientos de millones en el año. Desde luego, no se trata de
cafeterías y restoranes, sino de alta tecnología.
Hace años están sobre la mesa investigaciones, alertas, y propuestas de
elevación de calidad de empleo, como respuesta a las capacidades que se fueron
creando. Tener hoy una capacidad informática, IT como se conoce, o tecnología
de la información, y no emplearlos en su perfíl, y no crear puestos de trabajo
acorde a su capacidad, más allá, en el mejor de los casos, de instrumentar la
informatización horizontal, es como no tenerlo, o peor, es como haber invertido
recursos sin resultados ni económicos ni financieros ni materiales. Eso es
parte de la liberación de las fuerzas productivas.
Recordatorio que hacen algunos autores es que del mismo modo que algunas formas precapitalistas subsistieron subordinadas al
modo de producción y apropiación capitalista, ¿por qué no puede subsistir la
propiedad privada en la construcción socialista, mediado por el Estado, sobre
todo tratandose de una sociedad no-postmercantil, con enajenación aún presente,
determinadas relaciones sociales económicas, un concepto orgánico de gobierno
aún no del todo desarrollado, y organizado de tal manera que debe buscar una participación
amplia y activa de las mayorías en las actividades económicas, sociales y
políticas de interés general?
Pero, también hay que aclarar y alertar que la liberación de las fuerzas
productivas, vinculado al sistema de propiedad, a la propiedad social, más
concretamente a la empresa estatal debe ser prioridad.
Sin este proceso de real flexibilización y otorgamiento de la dinámica
necesaria a la empresa estatal que debe ante todo cambiar su concepción y sus
métodos de gestión, la “liberación de las fuerzas productivas de propiedad
privada“ sería otra cosa.
La socialización de la empresa estatal cuenta entre las propuestas quizás
más sólidas, amplias, profundas, numerosas y de larga data, antes incluso del
proceso de Perfeccionamiento Empresarial, y a lo largo del mismo, por la
importancia como elemento de perfeccionamiento del redimensionamiento, y de
elevar cualitativamente la gestión. Siempre se planteó como condición no sólo
de la existencia y desarrollo de las PyME privadas, sino para la imprescindible
integración de estas formas de propiedad en el sistema de propiedad.
Si se hace un análisis sistémico actual, considerando la propiedad
también como un sistema, su prioridad sigue estando en primer lugar, por su
importancia, la magnitud, y los cambios necesarios que no se han llevado a
cabo, o fueron parciales e incompletos. Este proceso es imprescindible llevarlo
a cabo lo antes posible, sin el cual la implementación y desarrollo de las PyME
sería como una isla en el oceano, con problemas de inicio de las necesarias
alianzas, cooperación, integración con entre todas las formas de proiedad y
gestión. Es parte de muchas propuestas que proponen formas de mayor
socialización de los medios de producción, y de los procesos de dirección y
gestión.
Hoy, muchas empresas estatales “restringuidas“ o “limitadas“, pero que
siguen desde hace años con miles de máquinas-herramientas ancladas al suelo a
lo largo del país, sin aprovechar, sin producir, o subutilizadas, claman por
todos los elementos económicos y financieros conocidos por su
redimensionamiento y puesta en explotación.
La forma organizativa y de gestión que representa PyME (también de
propiedad privada), como necesidad de la reestructuración y redimensionamiento
de la empresa estatal, desde siempre sobredimensionada de acuerdo a nuestra
escala, de acuerdo a su tipología de los años 80-90, data también de mediados
de la década de los 90 del siglo pasado. Esta tipología varía de acuerdo a la
región y desarrollo del país, y si se trata de actividades industriales,
comerciales, de servicios o agropecuarias.
Ya en esa época se podía encontrar en buena parte de la bibliografía
empresarial, como consecuencia de las prácticas y experiencias en el mundo
desde la década del 50 .
Luego, se incorpora también como forma de propiedad, se renueva la
propuesta a partir de 2010, y en momentos actuales, por condiciones creadas y
la propia realidad de los últimos nueve años de implementación y prácticas del
trabajo por cuenta propia (TCP), se convierte en necesidad de subjetividades
transformadoras, pero también de la economía.