THALIA RUIZ DESDÍN | FOTOS: JUAN PABLO CARRERAS VIDAL
Holguín, 16 ene (ACN) La fábrica de confituras José Ramón Anglada Toro, ubicada en el municipio holguinero de Banes y especializada en la producción de sorbetos con destino esencialmente al sistema comercial del oriente de Cuba, es víctima también del impacto que origina el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la Isla por Estados Unidos desde hace casi seis décadas.
Con unos 40 años de funcionamiento, la instalación afronta limitaciones en los procesos productivos, debido precisamente a la falta de equipos y medios indispensables para sus operaciones, lo cual limita la estabilidad en la elaboración de sus principales renglones, incluidos además del sorbeto, la galleta dulce, el refresco instantáneo y el polvo para natilla y mezcla saborizada a base de harina de maíz.
Actualmente esta industria se mantiene funcionamiento con el mismo equipamiento de hace cuatro décadas atrás, motivo por el cual su nivel de deterioro requiere de cambios en sus principales componentes, pero cada vez se hacen más costosos y difíciles debido al recrudecimiento de las medidas de la administración norteamericana contra el pueblo cubano, reafirmó a la ACN, Bárbara Ruiz Chabebe, jefa de producción de la entidad.
Los equipos que conforman las estructuras de la fábrica, perteneciente a la rama alimenticia, añadió, funcionan en su mayoría por los aportes innovadores que ofrecen los integrantes de una brigada de reparaciones procedente de la localidad de Nicaro, ubicada en el municipio de Mayarí, quienes laboran a fin de automatizar sus líneas de producción y lograr por esta vía mejorar su efectividad operacional.
Nacionalmente esta planta lidera el mercado de sorbetos y su producción en este renglón resulta notable para cubrir en cierta medida las demandas destinadas a la población y hacia los polos turísticos situados en la provincia de Holguín.
Francisca Rodríguez Cruz, especialista en calidad, señaló a la vez que para mantener el posicionamiento del producto en el país y optimizar el proceso de embalaje, resulta necesario anexar un fechador a la máquina de empaquetamiento y priorizar a la vez el empleo de un formato fijo en relación con el tamaño de las cajas empacadoras para evitar el deterioro de su contenido durante el proceso de transportación.
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