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sábado, 25 de enero de 2020

La economía cubana en 2019, ¿no decrece?

El mejor antídoto es abrir la economía interna y aprovechar las reservas productivas existentes por todas las formas de propiedad.

Este 2020 será el año decisivo para destrabar las fuerzas productivas
Foto: Archivo IPS
Desde la terminación de la última sesión de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral), en diciembre de 2019, se ha estado esperando la traducción de “no se decrece”, en referencia a la economía cubana y, más recientemente, en intervención del Ministro de Economía ante la televisión nacional −el 9 de enero−, se volvió a repetir lo mismo. Ello indica, entonces, que es la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la entidad que saca cuentas primero, al indicar un ligero 0,5 por ciento de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Es muy cierto todo lo que se plantea acerca del apretón de tuerca del bloqueo en 2019 y lo que va de 2020. De hecho, no se escucha a ningún economista cubano en desacuerdo con los dañinos efectos de esa política. Quienes intentan descalificar a quienes decidimos escribir públicamente nuestras opiniones sobre la economía cubana, recurren a la idea de que no cuestionamos el bloqueo en nuestros artículos y trabajos.
Pero una vez que los recursos atraviesan el malecón, al elevado precio que le cuestan al país, no se entiende que no se utilicen eficientemente ni se cumplan los plazos de las inversiones. Esto es una realidad hoy, que sucede desde tiempos lejanos. Quienes duden de ello o vayan a descalificarlo, pueden recurrir a los anuarios estadísticos de Cuba, a los informes del Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) −desde el primero, realizado en 1975, hasta la actualidad− y a otras informaciones o trabajos elaborados por académicos, donde se repiten esas situaciones.
Entonces, ¿no será una deficiencia de una parte del modelo seguido?

Revisando las cifras oficiales

¿Qué dice el 0,5 por ciento de crecimiento de la CEPAL? Que no decrecimos y eso es bueno. Pero otra pregunta se impone: ¿cuál fue la estructura de ese crecimiento en 2019? Me imaginaría entonces −y ya se ha planteado− que crecieron la salud, la educación, las comunicaciones y otros sectores. Creo que es una buena noticia social y no se está en contra de ello.
Y,¿la economía material cómo queda? Me refiero, por ejemplo, a la agricultura y la industria, sin entrar en otros sectores. Todo indica que estos podrían decrecer, es decir, se han repartido menos bienes de producción interna.
El turismo recibió cuatro millones de visitantes, pero no se cumplen las tasas planificadas. Significa que pudo aumentar el número de turistas; no los viajeros de cruceros, por la hostil política de la administración de Estados Unidos. Pero seguramente los ingresos al país se desaceleraron o no crecieron al mismo ritmo que se construyen nuevas habitaciones. Pudieron afectarse los ingresos por habitaciones existentes.
A Cuba siempre le ha sido adverso el escenario internacional, tanto cuando suben los precios, como cuando bajan. No nos favorecemos porque no exportamos cantidades de azúcar cuando los precios son altos, porque no hay cantidades físicas de ese y otros productos. Sucedió con el níquel cuando los precios eran muy elevados, pero la cantidad a producir rondaba siempre las 55.000 toneladas. El tema, entonces, no es solo la exportación, sino la producción en los rubros tradicionales. Políticas fallidas han afectado a esas dinámicas, como fue el caso de la reducción de los centrales azucareros. Aunque se están tomando fuertes medidas para revertir la situación, eso lleva tiempo.
Muchos de los problemas económicos de Cuba son crónicos. El informe Central al Primer Congreso del PCC, en 1975, exhortaba a aumentar las exportaciones, a sustituir importaciones, a mejorar la eficiencia de las inversiones, entre otros elementos. Para una nación como Cuba, sin grandes recursos, pequeña y con una economía tan abierta, es lógico que su primera tarea sea buscar divisas, ahorrarlas y no endeudarse.
No estar en ningún organismo financiero internacional multilateral nos ha protegido, en cierto sentido, de los endeudamientos que padecen muchas economías en desarrollo. El bloqueo impide la participación cubana, pero a la vez nos evita la tendencia al endeudamiento, que es algo que presiona. Aunque por otras causas, Cuba sufre de endeudamiento externo. Hoy intenta cumplir los acuerdos firmados de condonación de deudas y de los créditos comerciales recibidos en los últimos 10 años, pero evidentemente han tenido lugar atrasos en ciertos pagos.
La actualización del modelo, hasta ahora, no ha rendido los frutos económicos que debería haber dado. Los Lineamientos de la Política Económica y Social se aprobaron hace nueve años porque no se crece suficientemente, se mantienen los desequilibrios macroeconómicos. En una década, el crecimiento se ha mantenido en dos por ciento como promedio, entre otros problemas.

Sector no estatal

¿Y dónde quedan las formas no estatales? El tratamiento que se les ha dado es incoherente con el discurso oficial: se les menciona constantemente, pero en la práctica se encuentran atadas y no podrá haber una reforma de la empresa estatal cubana, como se ha explicado, si esta no viene acompañada de un vigoroso sector no estatal. Es una verdad que será demostrada a futuro. Quienes discrepen, que profundicen en lo sucedido con las reformas económicas en China y Vietnam y los problemas que confrontaron con una parte de las grandes empresas estatales. Para hacer eficiente el sector estatal, una de las variables necesarias tendrá que ser la reducción de las plantillas. Si esto es así, ¿a dónde podrían dirigirse las personas desplazadas, si no es al sector privado o a las pequeñas y medianas empresas?
En la actualidad suman 127 las actividades autorizadas a ejercerse privadamente, a partir de la reorganización de algunas. La pregunta para hacernos es: ¿cuándo se ampliarán las actividades que se puedan realizar? ¿Cuándo se pudieran ampliar a oficios de cuello blanco? Aunque el número actual de licencias es 618.000, unas 160.000 corresponden a personas  contratadas. Del total, trabajan en gastronomía y elaboración de alimentos nueve por ciento; en transporte, ocho por ciento, y las personas en el arrendamiento suman cinco por ciento. Es decir, pocos oficios concentrados en la producción de bienes.
¿Un experimento puede durar más de siete años? La autorización en Cuba de las primeras cooperativas no agropecuarias tuvo lugar a inicios de 2013. Ese año se constituyeron 198 y después hubo un ligero ascenso, aunque de manera gradual se aprobaron cuatro grupos, inicialmente, y el quinto grupo se quedó esperando. En la actualidad funcionan más de 400 cooperativas no agropecuarias, que agrupan a más de 17.000 socios. Están presentes en 10 sectores de la economía, con ingresos superiores a 6.000 millones de pesos.
En 2019 entraron en vigor nuevas normas y se supo que no se crearían más cooperativas. En actividades tan importantes como la construcción, ni siquiera puede aumentar el número de socios aprobados inicialmente. Esa estrategia no va por buen camino y deberá rectificarse, ya que los propios dirigentes cubanos constantemente exhortan a dinamizar el funcionamiento de las fuerzas productivas. Entonces, ¿a qué fuerzas se refieren? Según las autoridades cubanas, este 2020 será el año decisivo para destrabar las fuerzas productivas.
En abril de 2011, el VI Congreso del PCC aprobó los Lineamientos de la Política Económica y Social para un periodo de cinco años. Como parte de ello, aprobó lo siguiente: “el modelo reconocerá y promoverá, además de la empresa estatal socialista -forma principal en la economía nacional-, a las modalidades de la inversión extranjera, las cooperativas, los agricultores pequeños, los usufructuarios, los arrendatarios, los trabajadores por cuenta propia y otras formas que pudieran surgir para contribuir a elevar la eficiencia”.
En actividades tan importantes como la construcción, ni siquiera puede aumentar el número de socios aprobados inicialmente
Foto: Jorge Luis Baños_IPS
Si las nuevas 28 medidas anunciadas y publicadas para reformar la empresa estatal cubana se aplicaran en el tiempo requerido, podría darse un salto en ese espacio de la economía; pero deberían ir acompañadas de verdadera voluntad política, ya que se escucha a los dirigentes expresarse en un lenguaje que pareciera que tienen todo el tiempo del mundo.
Pese a las flexibilizaciones, la autonomía continúa siendo un tema que desata opiniones encontradas. Recientemente se ha indicado que se necesitan “empresarios”. ¿No están ya calificadoslos miles de cuadros que se han formado en las escuelas nacionales o ramales, en la Escuela Nacional de Cuadros del Estado y en otros centros? ¿O es más que eso? ¿Las instituciones o las prerrogativas existentes para esos cuadros son insuficientes o están lastrando las posibilidades reales de los “administradores de recursos” para que sean empresarios?
Un tema que llevaría a otro análisis entre los hacedores de políticas es el relacionado con las relaciones que se suceden entre las diferentes formas existentes, como ministerios, Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE), Unidad Empresarial de Base (UEB) y otras que, al parecer, no han funcionado… y los OSDE son otros ministerios. Cuba es un país pequeño y tiene muchas estructuras que se solapan entre ellas.
En criterio de especialistas y empresarios, las libertades parecen limitarse en el rediseño que sitúa a las empresas bajo el “tutelaje” de las OSDE. Según se informó, estas organizaciones serían revisadas durante el primer trimestre del pasado año, para evaluar su efectividad.[1]
El cronograma anunciado para poner en vigor nuevas leyes sitúa a la Ley de empresas para 2022. Es mucho tiempo, pero antes que se llegue a ese momento se pueden tomar medidas importantes para erradicar parte de ese verticalismo en la toma de decisiones. El plan a largo plazo del país hasta 2030 requiere de medidas ágiles, si realmente se quiere convertir a Cuba en un país en vías al desarrollo para esa fecha.

Inversión extranjera

A pesar de ser una voluntad manifiesta, el establecimiento de inversión extranjera –tanto en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel como fuera de ella– no ha avanzado a la velocidad requerida. Ha transcurrido más de cinco años desde la Ley 118 de Inversión Extranjera y más de seis años desde el Decreto ley 303, de septiembre de 2013. Sin embargo, trabas burocráticas internas han frenado más de un proyecto, al tiempo que el bloqueo impuesto por Estados Unidos persiste con su poder disuasivo sobre los posibles empresarios deseosos de negociar con Cuba.
En resumen, los 2.500 millones de dólares que se deben recibir anualmente, según los planes elaborados, son hoy todavía una quimera, pese a los esfuerzos que se realizan. Se espera que la recién inaugurada Ventanilla Única, para viabilizar los trámites de la inversión extranjera, contribuya con el empeño deseado.
Como parte del paquete de medidas aprobado por el Gobierno cubano para enfrentar la situación económica del país, en octubre de 2019 se autorizó la compra de electrodomésticos, partes y piezas de carros y otras mercancías en divisas convertibles. Pero, al parecer, la planificación no tuvo la precisión que se necesita, ya que se observa en la actualidad cierto desabastecimiento que no debiera ocurrir, ya que se deberían garantizar las divisas necesarias para la erogación que se debe realizar a los suministradores. Esa fue una medida necesaria ante las dificultades de las monedas nacionales y la salida de divisas del país.
Bajo el mismo esquema de facilitar ciertas importaciones de electrodomésticos a personas naturales por parte del Estado, mediante divisas, no sería tan arriesgado permitir compras de medios de trabajo, como equipos para la construcción, tractores o implementos agrícolas para los campesinos cubanos. ¿No se trata de potenciar las fuerzas productivas?

Conclusiones

Secuenciar y parcializar en exceso las medidas adoptadas ha conducido a la economía cubana a una situación indeseable. Ni rige la lógica del pasado, ni se ha permitido que prospere una nueva lógica económica. Diríamos que, desde hace años, Cuba parece en tierra de nadie, atrapada en el medio de un proceso de cambio, quizás en la peor de las opciones.[2]
El problema, entre otros, radica en que muchos de los cambios que se han realizado en la economía cubana no logran el efecto debido, por no acompañarse de reformas en otros ámbitos complementarios o de cambios institucionales que se requieren.
No es fácil de entender, con todas las medidas de flexibilización económica que se han realizado o están en curso, que el plan económico presentado para 2020 solo aspire a uno por ciento de crecimiento. Esfuerzos no han faltado y los dirigentes cubanos al menos están asistiendo, a nivel de base, a reuniones de análisis de los planes a cumplir, pero creo que los resultados son los únicos que podrán medir esos esfuerzos.
En conclusión, el bloqueo continuará arreciándose, pero frente a ello el mejor antídoto es abrir la economía interna y aprovechar las reservas productivas existentes por todas las formas de propiedad y encontrar quiénes traban el avance de la economía. Es decir, ¿quién traba lo que hay que destrabar?(2020)
Notas:
[1] Cubadebate, “Decenio 2010-2019: diez aspectos que marcaron la actualización del modelo económico cubano”, 9 de enero, 2020.
[2] Pavel Vidal: “La reforma económica en Cuba: atrapada en el medio”, Oncuba News, 12 de enero de 2020

2 comentarios:

  1. Si, falta voluntad política, en un papel el modelo queda perfectamente estructurado.
    Quien es el encargado de tirar la primera piedra, habrá cometido pecado.
    Porque no se le pide cuentas a los responsables de cada medida a implementar, no son ministros que atienden esferas específicas.
    Hoy todo el mundo sabe lo que pasa, ningún dirigente vive aislado del pueblo, se sabe lo que hay que hacer, qué falta.
    Hará falta un motor impulsor como el Moncada en la revolución. Una revolución socialista dentro de la revolución socialista.
    Rogelio Castro

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    1. Hola Rogelio gracias por tu comentario, hay un temor al riesgo, a equivocarse, porque se satanisa para siempre y la percepciòn politica que ahora es un momento delicado en la idea de los mas conservadores. Yo comparta el criterio de que hay que hacer un giro de timon para mas socialismo para que alcancemos las metas que tenemos a la mano y no obtenemos hoy en dia. El presidente Diaz Canel quiere destrabar las fuerzas productivas, veremos.

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