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jueves, 2 de enero de 2020

Libro " Economía cubana: entre cambios y desafíos" (II)

Cuba: Coyuntura, crecimiento y desarrollo económico

Dr. Juan Triana Cordoví


El desempeño de la economía cubana en el 2017

Luego de la rectificación al alza de la tasa de crecimiento del año 2016, el crecimiento alcanzado en el 2017, 1,6% del PIB no cambia de forma significativa la tendencia de mediano plazo de la economía nacional, que mantiene un crecimiento promedio de alrededor del 2% del PIB a precios constantes, tal cual se muestra en el gráfico 1.

GRÁFICO 1. EVOLUCIÓN DEL PIB


Alcanzar la meta de crecimiento propuesta para el año 2018 será un ejercicio tenso por varias razones, algunas de tipo coyuntural y otras más bien estructurales. A continuación se enumeran cuatro de esas razones.

— El crecimiento de la economía mundial que se pronostica tenga un comportamiento relativamente positivo y mejor que en 2017, aunque aún alejado del comportamiento experimentado hace unos cinco años. 

— El probable comportamiento de los precios de los productos de exportación, a saber, derivados del petróleo, níquel y azúcar. En el caso del níquel no parece que vayan a experimentar una recuperación significativa, mientras, los precios del azúcar crudo, a pesar de un superávit en los stock, se espera oscilen entre 15 y 17 centavos de dólar por libra, lo cual es sin duda una buena noticia.1 Por su parte, los precios del petróleo mantendrán una relativa estabilidad y no se espera rebasen la cota de 60 dólares el barril. Y en el caso de los biofármacos y genéricos, sus precios no están sujetos a variaciones pero los ingresos obtenidos, en parte, dependerán de la situación de Venezuela.

— Los ingresos por exportación de servicios, las tendencias del turismo para 2018 parecen positivas en general, aunque Cuba deberá enfrentar los impactos de las medidas de la administración Trump y compensar esa posible evolución negativa del turismo proceden-te de Estados Unidos con el crecimiento en otros emisores. Este es otro de los problemas que puede influir negativamente es la relación precio-calidad de los servicios turísticos cubanos en comparación con sus competidores del Caribe. 

— En el caso de los servicios médicos, nuestro principal mercado, Venezuela, sigue afrontando una situación económica y política sumamente compleja y ello impacta en los ingresos recibidos por esos servicios. 

— El comportamiento de nuestros principales socios comerciales: en el caso de Venezuela, la CEPAL pronostica otro año de números rojos en el crecimiento económico, China es probable alcance una tasa de crecimiento de más del 6%, lejos de los crecimientos de dos dígitos que la caracterizaron, mientras Canadá se estima tenga un desempeño mayor de 3% de crecimiento. 

— La relación con el gobierno de Estados Unidos no da señal creí-ble de posible mejora, más bien puede esperarse que se mantenga tensa.
  
1   Sin embargo, los resultados que se van obteniendo de la cosecha cañera y de la producción azucarera no son buenos, de donde resulta probable que debido al incumplimiento de las metas de producción, los ingresos de exportación de azúcar no alcancen las cifras planteadas.

En resumen, el entorno internacional no parece peor que en 2017, pero sigue siendo complejo y con incertidumbres significativas.

De esta forma, los determinantes internos se convierten en decisivos si se desea remontar la senda del crecimiento.

La economía y la política económica

Los “arreglos institucionales” serán determinantes en las aspiraciones de crecimiento tanto para el corto como para el largo plazo.

La economía y la sociedad cubana han cambiado significativamente en estos últimos cinco años. Uno de esos cambios está asociado a la dinámica del empleo y el rol del sector no estatal en la misma, como muestra el gráfico 2.

GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN DEL EMPLEO

Cabe destacar aquí varios aspectos de interés:


a- Como puede apreciarse (gráfico 2) se ha producido un crecimiento sustancial del peso del empleo no estatal (formal) en el total del empleo, que alcanza para el año 2016 la cifra de 1 321 100 ocupados del total del empleo del país, alrededor del 25% del total de ocupa-dos. Sin embargo, esa cifra puede ser mayor pues es conocido que aún existe un grado de informalidad elevado en el sector.
b-Una caída sustancial del empleo en el sector estatal en 1 163 000 de ocupados 2 en los últimos cinco años, mucho mayor que la disminución de la cantidad total de ocupados 419 100.

c- El crecimiento del empleo es liderado por el sector privado y dentro de este por los llamados trabajadores por cuenta propia, como muestra el gráfico 3.

d- El peso del sector no estatal en el total del empleo ha crecido desde el 18% hasta el 24%.

e- El llamado sector “por cuenta propia” ha mantenido un crecimiento positivo en el número de ocupados (de hecho es donde único crece el empleo) a pesar de las fuertes restricciones que aún pesan sobre él.

f- Es posible esperar que en el 2017 la dinámica de crecimiento del sector no estatal haya disminuido o que su dinámica se haya ralentizado debido a las regulaciones emitidas en agosto que detuvieron la entrega de nuevas licencias.

GRÁFICO 3. EVOLUCIÓN DEL EMPLEO NO ESTATAL

2 Cálculos del autor sobre la base de ONEI, 2016.

Sin embargo, en términos de peso en el producto y de complejidad tecnológica de sus productos y servicios la situación es bien diferente. Dada la carencia de datos oficiales públicos al respecto pudiera hacerse algún tipo de estimación. Atendiendo a que una parte del sector no estatal se encuentra en el sector agrícola (cooperativas agropecuarias, de crédito y servicio, arrendatarios, etc.) y que el sector agrícola en su conjunto tiene un peso en el PIB de no más del 3,9% (ONEI 2016, tabla 5.8) y a que dentro del sector cuentapropista, las licencias de restaurantes y cafeterías, el sector del comercio y la hotelería en su conjunto tienen un peso en el producto del 26%, es posible afirmar que, siempre, con un margen de error que puede ser importante, el peso del sector no estatal en la economía no debe sobrepasar el 20% del PIB.


Otra forma de aproximación a esta asimetría sería a través de la estructura del consumo de la población. Como muestra el gráfico 4 los hogares cubanos gastan en el mercado estatal el 71% de todo su gasto de consumo, mientras que el 29% restante se divide en entre todas las otras formas de mercado no estatal.

GRÁFICO 4. CONSUMO DE LOS HOGARES POR DESTINO

No obstante ser el 30% del gasto en consumo de los hogares, también es cierto que en los últimos cinco años el gasto en el Mercado de TCP se ha incrementado en un 204%. Sin embargo, en términos de complejidad tecnológica, apenas ha ocurrido alguna diferencia sustancial en estos últimos cinco años. En otras palabras, se ha producido una expansión en términos cuantitativos, pero no se han verificado procesos de diferenciación de los bienes y servicios en cuanto a complejidad tecnológica.

Las palancas de la “actualización”


En la segunda sesión del año 2017 del Parlamento cubano se abordaron un gran grupo de asuntos decisivos para el futuro inmediato y mediato del país, una buena parte de ellos asociados con políticas económicas que se han estado adoptando en el último lustro. Algunas de ellas son las siguientes:

-La evolución de la reforma empresarial


Reconocida como “decisiva” para la consolidación del socialismo cubano, la reforma empresarial emprendida desde el 2014 no parece haber logrado los impactos deseados en los resultados macroeconómicos del país, pues con excepción del sector agrícola, donde el peso del sector privado y cooperativo en la gestión de la tierra es decisivo y que solo significa el 3,9% del PIB, en el resto de los sectores, el peso de la propiedad y la gestión estatal es decisivo, por lo general más del 80%.

De otra parte, el ritmo de crecimiento del PIB apenas es el 2% pro-medio anual en los últimos cinco años, las exportaciones han decrecido en más de un 50%, en general la calidad de esas exportaciones en términos de complejidad tecnológica no ha variado, ni tampoco se han incorporado nuevos productos y servicios a nuestra cartera de exportaciones.

Ello significa que la Reforma Empresarial que nos trajo las OSDE y las UEB aún dista de satisfacer las expectativas creadas. Lejos de lograr estructuras más planas, se ha reforzado una estructura piramidal con varios escalones que a todas luces incrementa la burocracia y conduce a una menor autonomía, con costos importantes en eficiencia y productividad.

La nueva disposición que consolida la separación de los Ministerios de la tutela de las empresas puede contribuir al propósito de aumentar la “autonomía” empresarial, pero no es suficiente.


-Nuevas regulaciones para el sector no estatal

Las expectativas creadas de alcanzar una mayor integración entre el sector no estatal y el sector estatal no se alcanzaron. En el caso del sector por cuenta propia, no se alcanzó la expectativa de que le fuera reconocido su condición de pequeñas y microempresas y no hay in-formación de que las nuevas regulaciones que se anunciarán tengan en cuenta este aspecto, que no es meramente formal.

Tampoco parece estar en la agenda para este sector la ampliación de los “empleos” a trabajos de mayor calificación. Se anunciaron nuevas regulaciones para las cooperativas no agrícolas, pero aún no hay suficientes detalles al respecto.

En sectores como el de la construcción, donde la fuerza de la cooperativas no estatales es significativa, las nuevas regulaciones emitidas por las autoridades del sector, que, entre otras cosas, se reducen o “en-cierran” a estas cooperativas a su ámbito territorial, constituyen una barrera a su expansión y limitan drásticamente la competencia entre ellas, otorgándole derechos cuasi monopólicos sobre los mercados de los territorios donde están constituidas.

 - La inversión extranjera directa


A pesar de las críticas sobre la excesiva burocracia y lentitud en los procesos negociadores, el año 2017 cerró sin señales de flexibilización en las “reglas del juego” que “faciliten” y “acorten” la apertura de nuevos negocios con inversión extranjera.

Existe una cierta asimetría entre el esfuerzo que el país hace en términos de promoción de inversiones (ferias comerciales, ferias sectoriales, misiones de promoción al extranjero, organizaciones de visitas de negocios de compañías y hombres de negocios extranjeros a Cuba, etc.) y aquel otro que tiene que ver con la facilitación de la inversión.


Si se atiende a algunos de los comportamientos culturales hacia la IED es posible identificar los siguientes:

1- La preferencia por los grandes proyectos vs. la subvaloración de los pequeños proyectos.

2- El papel prácticamente nulo de los territorios en los procesos de conformación de proyectos y de decisiones al respecto y la ausencia de una “cartera territorial de proyectos de IED” que promueva oportunidades del territorio que no aparecen en la gran cartera nacional.

3- La percepción de que algunas personas en los Ministerios Sectoriales son los (únicos) que pueden identificar una posible oportunidad de negocio.

4- La escasez / falta / ausencia de información pública accesible sobre la IED con excepción de los datos publicados en la cartera de negocios anual, lo cual no contribuye a crear la confianza necesaria.

5- La percepción generalizada de que el “mercado cubano” es la única opción para el inversionista extranjero.

No obstante es posible reconocer que en el año 2016 y en el 2017 se verifica un mayor dinamismo en la aprobación de “nuevos negocios”. En el año 2017 se firmaron acuerdos por valor de 2 000 millones de dólares norteamericanos, concentrados fundamentalmente en infraestructura (ferrocarriles, energía eléctrica) y en producción industriales (acero).


-  La unificación cambiaria y monetaria y la adopción de un régimen cambiario adecuado a las necesidades de Cuba

Se reconoció la demora en solucionar la más importante de todas las distorsiones 3 económicas que padece nuestra economía. Cuba tiene hoy tasas de cambios oficiales que están sobrevaluadas, tanto para el peso cubano en relación al dólar como para el CUC en relación al dólar. Ambas generan incentivos negativos a la exportación, a la productividad y a la eficiencia y, por lo tanto, muchas veces conducen a una mala o poco eficiente asignación de recursos.

Además de la unificación cambiaria y monetaria habrá que decidir qué régimen cambiario adoptará el país; tipo de cambio fijo, flotante entre bandas, flotante, etcétera. El régimen cambiario es decisivo pues de él dependerá la internalización adecuada de los cambios en la economía mundial y poder evitar el surgimiento de nuevas distorsiones monetarias con sus incalculables costos.

El otro gran reto asociado a la unificación cambiaria y monetaria será el del manejo de posibles procesos inflacionarios, debido al traspaso monetario del ajuste de costos y precios que la devaluación de las tasas oficiales debe provocar a un plazo de tiempo no muy prolongado y su posible impacto en los salarios reales de los trabajadores.

Crecimiento positivo pero alejado de nuestras necesidades de desarrollo

El 2018 debe ser un año importante en nuestras aspiraciones de crear bases sólidas para avanzar sostenidamente hacia el desarrollo económico. Crecer a una tasa adecuada de forma saludable y en sectores estratégicos será indispensable.

- La meta de crecer a un 2%

3  No es la única, otras serían la “moneda única”, una tasa de interés que no está sustenta-da en los volúmenes reales de operación del sector bancario y salarios desconectados de los precios minoristas en una parte significativa del mercado.

Si atendemos a las restricciones que enfrenta la economía cubana y que fueron detalladas en el informe rendido por el Ministro de Economía, la meta del 2% sigue estando lejos de nuestras necesidades de desarrollo, y requerirá un esfuerzo significativo. No debe olvidarse que ese crecimiento se alcanzará con una salud fiscal comprometida después de dos años seguidos con un déficit presupuestario de más del 10% que pone sobre la mesa el problema de la relación entre el crecimiento económico y la sostenibilidad del déficit.

-  Factores decisivos en el crecimiento económico en el corto plazo. La tasa de inversión

Se anunció que la inversión alcanzará los 10 400 millones de pesos cubanos. Se asume que en esa cifra no está incluida la correspondiente a la inversión extranjera directa, ni tampoco la inversión nacional proveniente del sector no estatal. En 2016 el monto total de la inversión fue de 6 507 millones de pesos (ONEI, tabla 12.7), un 10% mayor que en 2015, a pesar de ello, la economía decreció en 2016. No se han hecho públicos los datos de la inversión en 2017, ello impide aquilatar el esfuerzo inversionista que significan esos 10 400 millones en 2018; sin embargo en relación con 2016, significarían un crecimiento cercano al 60%, aunque como por ciento del PIB (a precios corrientes) rondaría el 11%,4 mientras alcanzaría el 15% del PIB 5 a precios constantes; en ambos casos, aún se encuentra lejos de una participación de al menos 22% del PIB como se necesita para obtener crecimientos sostenidos por encima del 5%.

Como puede apreciarse la pérdida del peso del sector manufacturero dentro de los destinos de la inversión es relevante. La tendencia de los cinco últimos años también lo confirma.

Así mismo la pérdida de peso del sector manufacturero dentro del producto ha tenido y debe tener costos importantes en las aspiraciones de crecimiento a largo plazo y también en las aspiraciones de desarrollo de desarrollo, pues como afirma Devlin y Mogillansky (2009): “la industria manufacturera suele ser un baluarte de aprendizaje, innovación y desarrollo tecnológico”.

 4 Estimaciones del autor sobre la base de ONEI y Anuario Estadístico de Cuba 2016.

5 Estimaciones del autor sobre la base de Anuario del 2015 y del 2016 e informaciones del Ministro de Economía.

El consumo, de gobierno y privado, en ambos casos estará limitado por las restricciones a la importación y por la disponibilidad de divisas.

- Las exportaciones (bienes y servicios)


En el caso de los bienes de exportación de Cuba, no se pronostican cambios drásticos en el comportamiento de los precios internacionales del níquel, del azúcar y del petróleo, por lo que los ingresos provenientes de las exportaciones de esos bienes no parece vayan a incrementarse de forma considerable. Diferente pudiera ser el caso de los fármacos (genéricos y biotecnológicos) pero la carencia de información no permite una estimación medianamente seria sobre estos productos.

En el caso de los ingresos por la exportación de servicios, el turismo y las comunicaciones podrían mantener dinámicas positivas importantes; aunque en el caso del turismo, el impacto negativo de las políticas de Estados Unidos puede tener efectos negativos.

La exportación de servicios profesionales debe mantener una dinámica positiva, pero probablemente menor a años anteriores.

La capacidad importadora continuará limitada por el acceso a nuevas fuentes de financiamiento de corto plazo y por los impagos a proveedores. Existe una alta sensibilidad del crecimiento y las exportaciones a la variación de las importaciones.

Los sectores que serán líderes en el crecimiento, construcción, comercio y turismo, significaron el 29% del PIB del año 2015.6 De tener el mismo peso en 2018, el crecimiento planeado para ellos tendrá una contribución positiva de importancia en la meta global de crecer al 2%.

Factores retardatarios del crecimiento: de los factores coyunturales a las causas estructurales del bajo crecimiento. Nuevamente el desarrollo en entredicho


Las instituciones son decisivas para fomentar el crecimiento económico, su impacto es difícil de medir, pero resulta hoy un hecho innegable que sin un arreglo institucional adecuado, la sostenibilidad del crecimiento económico es difícil de alcanzar. Las instituciones constituyen las reglas del juego de una sociedad y se definen como las restricciones creadas por los hombres que dan forma a la interacción entre los agentes (Bergara, 2015, p. 19).

6  No existen aún datos oficiales públicos para el 2016.

No parece posible ignorar la relación entre el “ambiente de negocios”, el crecimiento económico y los posibles impactos en las aspiraciones de desarrollo, aun cuando tampoco puede establecer una relación causal directa entre ellos. Quizás el concepto que más se aproxime a expresar esa relación sea el de competitividad, definido como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de los países (Schwab, WEF, 2014).


En ese mismo sentido habría que apuntar las influencias mutuas entre la productividad y la economía política; al respecto cabe recordar que “para entender la tragedia de la baja productividad en la región (se refiere a América Latina) es necesario no solo entender cómo las políticas individuales (tributaria, social, comercial, crediticia) influyen en la productividad, sino también cómo influye la economía política de un país en esas políticas” (BID, 2010).


La calidad del ambiente de negocios es el resultado de esos arreglos institucionales. Las regulaciones permiten o limitan que las empresas aprovechen de forma eficaz y eficientemente las oportunidades que se generan en el país o en los mercados externos. Por lo general un buen diseño institucional es uno de los elementos claves de los modelos de crecimiento exitoso en tanto contribuye positivamente a la competitividad de los países (Melguizo, 2018).

CUADRO 1. LOS PILARES DE LA COMPETITIVIDAD

Los doce pilares de la competitividad

1-
Instituciones
2-
Infraestructura
3-
Ambiente macroeconómico
4-
Salud y educación primaria
5-
Educación superior y entrenamiento
6-
Mercado de productos eficiente
7-
Mercado de trabajo eficiente
8-
Mercados financieros desarrollados
9-
Buena disponibilidad tecnológica
10-
Tamaño del mercado
11-
Ambiente de negocios (entendido como la calidad de las redes de negocios

y de las operaciones de las compañías individuales)
12-
Innovación


Fuente: WEF,  Schwab, 2014.

De esos doce pilares, Cuba alcanza un buen desempeño en dos de ellos, salud y educación primaria y educación superior y entrenamiento, aunque en este último, debe tenerse en cuenta que existe una diferencia importante entre nivel de instrucción de la fuerza de trabajo, determina-do por los grados de escolaridad de la misma y las habilidades y calificación necesarias para el desempeño de un tipo específico de labor.

En el ámbito de las instituciones, habría que decir que desde el año 2007 Cuba se encuentra en un franco proceso de construcción institucional, sin embargo, si atendemos a la tasa de crecimiento promedio anual alcanzada en estos últimos diez años, se puede afirmar que esas nuevas reglas del juego no han propiciado el crecimiento necesario para rebasar las fallas de la economía nacional. 7

En infraestructura, en especial en el tipo de infraestructura que resulta decisiva hoy para el desarrollo, las tecnologías de la información y las comunicaciones, Cuba se encuentra muy lejos de la media mundial y de los países latinoamericanos y presenta una asimetría significativa entre la dotación de recursos calificados y la penetración de internet de banda ancha fija y móvil.

Los equilibrios macroeconómicos siguen comprometidos. Las distorsiones macroeconómicas, en particular la distorsión cambiaria y monetaria, sigue siendo de los mayores obstáculos para el crecimiento económico (Hidalgo, 2016).

Las distorsiones cambiaria y monetaria impactan de forma decisiva en la eficiencia de los mercados. Precios relativos distorsionados y, sobre todo, los tres precios decisivos de toda economía, la tasa de cambio, la tasa de interés y el salario, hacen muy difícil el funcionamiento eficiente de los mismos. A ello habría que agregar dos características más, discrecionalidad y condiciones monopólicas, las cuales contribuyen a que el funcionamiento de los mercados de productos sea poco eficiente y las señales de precios puedan provocar mala asignación de recursos.

7    La historia de la relación entre la dinámica del crecimiento y el carácter (inclusivas o extractivas) de las instituciones, entendidas estas como las “reglas del juego” aparece bien detalladamente explicada en el texto ¿Por qué fracasan los países? de Acemoglu y Robinson (2012).

 En relación al mercado de trabajo, la permanencia de una pirámide salarial invertida y la asignación poco eficiente de fuerza de trabajo en sectores de baja productividad, constituyen fallas que deben ser eliminadas en el más corto plazo posible, para evitar la descapitalización de la economía (Cribeiro, 2012).

En cuanto a los mercados financieros, de un parte Cuba solo pertenece a una institución financiera internacional de carácter multilateral, el Banco de Desarrollo e Inversiones de Centroamérica, de otra, el sistema regulatorio del país limita el rol de la banca nacional como impulsor del crecimiento. De la misma forma, existen regulaciones que prohíben las operaciones de la banca extranjera en el país, lo cual reduce ostensiblemente los posibles impactos positivos del sistema financiero sobre el crecimiento económico.

Respecto a la calidad tecnológica, se intersectan dos fenómenos, en una buena parte del sistema productivo se experimenta un proceso de obsolescencia tecnológica moral y material indiscutible, de otra, también es cierto que la utilización de la tecnología disponible está muchas ve-ces lejos de la frontera de producción posible con la dotación tecnológica existente. No obstante, se ha verificado un cierto proceso de modernización, en parte de la mano de la inversión extranjera, en parte por la creación y dinámica de la industria biotecnológica. Sin embargo, la capacidad de arrastre de esta última hacia la economía nacional es relativamente limitada, mientras que la capacidad de encadenamiento de la industria nacional con el sector biotecnológico es aún escasa.

Si se atiende al tamaño de la población y al salario promedio, es posible afirmar que el tamaño de mercado de la economía cubana es pequeño. Sin embargo, en la evolución de la demanda agregada las importaciones siguen jugando un rol decisivo, de donde habría que considerar que dada las insuficiencias de la oferta, el tamaño de mercado puede resultar un factor positivo para el crecimiento económico.


En resumen, el llamado ambiente de negocios en Cuba se caracteriza por:

— Segmentación.
—Tanto en términos regulatorios, como monetarios, financieros y económicos.
— Alta estatización.

— Poca flexibilidad (altamente centralizado y monopolizado).

— Elevada discrecionalidad en las decisiones.

— Distorsiones macroeconómicas significativas.

— Multiplicidad de tasas de cambios.

— Distorsión de los precios relativos.

— Significativa segmentación de las cadenas productivas y logísticas.

— Subordinación de las decisiones estratégicas a las necesidades operativas determinadas por el plan.
— Restricción presupuestaria y asignación centralizada de las divisas.

— Poca independencia de las empresas estatales cubanas para decidir sobre:
-   determinación de precios

-   compras, expansión de los negocios

-   nuevos productos

-   exportaciones

-   márgenes de utilidades, reinversión de utilidades, etc.

— Escasa autonomía para definir e implementar una política de incentivos.

Estas características contrastan significativamente con el ambiente necesario para lograr altas tasas de crecimiento sostenible.


Innovación: Cuba presenta hoy una dotación de conocimientos en términos de calificación de la fuerza de trabajo, centros de educación superior y centros de investigaciones, personal investigando, etc., que compara significativamente bien con otros países de la región. Sin embargo, los efectos macro de esa dotación física no se han traducido en nuevos productos, ni en la transformación drástica de la complejidad tecnológica de la matriz productiva y exportadora cubana ni en la reducción de la importación de bienes de mediana complejidad tecnológica.

Mientras en el sector que emplea hoy cerca del 30% de la fuerza de trabajo, el sector no estatal, es posible observar cierta tendencia a la innovación en sectores como el de los restaurantes. Sin embargo, el efecto a nivel macro de ese esfuerzo innovador no es relevante.

Un estudio realizado en 13 economías 8 de rápido crecimiento mostró las siguientes características comunes (Banco Mundial, 2008, p. 19):

FIGURA 1. AMBIENTE PARA EL ALTO CRECIMIENTO

Sin dudas las especificidades de cada país hacen difícil la aplicación de cualquier tipo de “fórmula importada”. No obstante, la comparación de experiencias y la identificación de tendencias generales asociadas al crecimiento es también un ejercicio útil.

En síntesis, desde la perspectiva del crecimiento y el desarrollo, las dos décadas de crecimiento experimentado por la economía cubana (de 1994 a 2017) no resolvieron problemas estructurales ni crearon las transformaciones necesarias para lograr la sostenibilidad de ese crecimiento y propiciar el desarrollo deseado. En ese sentido puede afirmarse que Cuba comparte hoy las mismas características de la región latinoamericana que señalara CEPAL (2016):

8   Los 13 países objeto de estudio fueron: Botsuana, Brasil, China, Hong Kong (China), Indonesia, Japón, República de Corea, Malasia, Malta, Omán, Singapur, Taiwán (China) y Tailandia.

La región se rezaga:

-  Crece menos que las regiones más dinámicas del mundo

-  Desaceleración del comercio

-  Poca inversión física, en capital humano e I+D

-  No se reduce la vulnerabilidad externa

Persistencia de los desequilibrios estructurales:

-  Estructura productiva poco diversificada

-  Rezago en el esfuerzo y desempeño de la innovación

-  Pobreza y concentración del ingreso

-  Vulnerabilidad al cambio climático

CEPAL: La desigualdad en el centro del desarrollo sostenible.

Mientras, en el corto plazo, revertir el desempeño negativo del PIB y alcanzar una tasa de crecimiento del 2% en medio de restricciones económicas, financieras y materiales tan fuertes, será posible por una mayor atracción y captura de ahorro externo vía inversión extranjera directa y remesas y por lograr una mayor integración de todos los agentes económicos a ese propósito, lo cual incluye al sector no estatal y dentro de él al sector del llamado trabajo por cuenta propia. Para ello es decisivo alinear los incentivos con el propósito del crecimiento, reducir la incertidumbre que la discrecionalidad genera sobre todos los agentes económicos, adoptar estándares adecuados en los procesos de facilitación de negocios con inversión extranjera, revisar profundamente la actual reforma de la empresa estatal y adecuarla a las necesidades reales del crecimiento y el desarrollo del país, y lógicamente terminar de realizar el arreglo monetario y cambiario que la economía nacional está necesitando desde hace muchos años.

No obstante, crecer al 2% no es suficiente para solucionar los problemas acumulados de nuestra economía. De igual forma la sostenibilidad del crecimiento dependerá, cada vez más, de lograr arreglos institucionales adecuados que permitan un mejor funcionamiento de la micro-economía.9
  
9    “Aunque el crecimiento del producto interno bruto (PIB) se mida en la copa del árbol de la macroeconomía, toda la acción transcurre en el matorral de la microeconomía, donde crecen nuevas ramas y donde se desecha la madera seca” (Banco Mundial, 2008, p. 2).

Bibliografía

Banco Interamericano de Desarrollo, (2010). La era de la productividad. Cómo transformar la economía desde sus cimientos.

Bergara e Hidalgo (coord.) (2016). Transformaciones económicas en Cuba: una perspectiva institucional.

Bergara M. (2016). “Las instituciones y los procesos económicos, en Transforma-ciones económicas en Cuba: una perspectiva institucional, Universidad de la Habana y Universidad de la República.

CEPAL (2016). La desigualdad en el centro del desarrollo sostenible.

Cribeiro (2012). Contribución de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento económico en Cuba. Principales determinantes. Tesis de Doctorado, Fa-cultad de Economía.

Devlin R. y Mogllansky G. (2010). Alianzas público-privadas para una nueva visión estratégica del desarrollo. CEPAL LC/W.283.

Hidalgo V (2016). “Políticas macroeconómicas en Cuba: un enfoque institucio-nal”, en Transformaciones económicas en Cuba: una perspectiva institu-cional.

Klaus Schwab, World Economic Forum. The Global Competitiveness Report 2014 -2015.

Melguizo A (2018). Repensando las instituciones (para la productividad), pre-sentado en SEGIB/CAF, La Granja, Segovia, 21 junio.

ONEI (2017). Anuario Estadístico de Cuba 2016.



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