Es un plan ambicioso que deberá sortear tanto la escasez de recursos como las deficiencias del proceso inversionista
Como si no hubiera sido un esfuerzo tremendo las 1 143 viviendas construidas en 2019 aquí, Ciego de Ávila se ha propuesto edificar 1 258 en el año que transcurre, en medio de condiciones incluso más complejas en el suministro de materiales.
Cemento, acero, marqueterías y enchapes tensan hoy las cuerdas de la construcción no solo en predios avileños, sino en todo el país, explica Aramís Hernández Rodríguez, Coordinador de Programas y Objetivos del Consejo Provincial del POder Popular, mientras habla de disminución de asignaciones y decrecimiento en las importaciones, por ejemplo, del enchape cerámico.
Pero el mandato de exprimir los planes y pensar en las familias que esperan un techo seguro, dejado en noviembre último por el presidente Díaz-Canel, obliga a calcular al límite las posibilidades reales de ofrecer soluciones. En esa oportunidad, el ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña, había dicho que la provincia avanza en este sector, fundamentalmente en la producción local de materiales, a partir de la capacidad instalada en los municipios, con excepción de Venezuela y Baraguá.
De ahí que las industrias locales deberán apretarse el cinturón y responder con iniciativas y calidad al déficit de estos elementos que ya se adivina, al punto de requerir nominalizarlo todo para que las cuentas den. De lo contrario, de las 294 viviendas a terminar por esfuerzo propio, el territorio podría quedarse a medias, a riesgo de incrementar el por ciento (31) del fondo habitacional evaluado como regular o malo.
Respaldadas en el plan están 422 células básicas y 542 viviendas estatales, en estas últimas se incluyen cuatro edificios que darán respuesta a diferentes programas priorizados a nivel de país: Tarea Vida (un edificio en la comunidad Ramón Domínguez de la Peña); apartamentos para médicos internacionalistas de la Misión Barrio Adentro; atención a la Fiscalía y la solución parcial al viejísimo anhelo de los habitantes de casillas de tren en Morón.
Las casas edificadas por la vía estatal también cobijarán a madres con más de tres hijos ―concreción del programa de atención a la dinámica demográfica―, y a casos sociales tan complejos que ni siquiera pueden asumir un subsidio.
Aunque el número total parezca grande, no debemos perder de vista que todavía es menos de la mitad de los derrumbes totales pendientes, heredados del huracán Irma. No obstante, sería la mayor cantidad de viviendas terminadas en el último quinquenio y, de concretarse, demostraría el potencial de la provincia aun en las actuales circunstancias.
Para ello habrá que conjurar de una vez la trinidad de problemas subjetivos descritos ya en estas páginas, agazapados detrás de la escasez de recursos: la organización del proceso, la agilidad en los trámites y la atención diferenciada a cada caso.
La solución solo podrá darse cuando se utilicen las mismas tecnologías y técnicas que se utilizan en la construcción de Hoteles. Las técnicas que hacen que se terminen más de 400 habitaciones en dos años con el máximo de calidad.
ResponderEliminarMientras que el ritmo de terminación no sea superior al de derrumbe, deterioro y crecimiento de las familias siempre habrá necesidad de viviendas y el programa será insuficiente.
La vivienda es el bien más preciado de las familias, exceptuando los casos especiales, las construcción de estas tiene que ser un negocio rentables y cada trabajador tener la posibilidad de comprar la que esté a su alcance.
Rogelio Castro Muñiz