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miércoles, 12 de febrero de 2020

El bloqueo y la leche a granel

Genisley Hernández González, segundo jefe de la División Agroalimentaria, del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria explicó a Granma que la persecución financiera y el recrudecimiento del bloqueo contra Cuba han impactado, de manera determinante, en la disponibilidad de leche en polvo del país


11 de febrero de 2020 23:02:18

Foto: Internet


La persecución financiera y el recrudecimiento del bloqueo contra Cuba, males exacerbados durante 2019, han mantenido su escalada en el inicio del año y han impactado, de manera determinante, en la disponibilidad de leche en polvo del país, según explicó a Granma Genisley Hernández González, segundo jefe de la División Agroalimentaria, del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria.

«Este ensañamiento de la administración de Donald Trump ha incidido en la ampliación de los ciclos de reaprovisionamiento de las navieras, a lo que se han sumado las limitaciones financieras para adquirir la leche en polvo en el mercado internacional. Todo ello ha traído consigo arribos tardíos del producto al país», señaló.

De acuerdo con Genisley Hernández, «se ha trabajado con mucha presión para poder cumplir con los ciclos de distribución de la leche. Por el atraso con el cual ha llegado el producto al país, hemos tenido que distribuirlo casi directo del puerto a las bodegas, sin tiempo para embolsarlo».

Esta situación, dijo, unido al déficit de leche en polvo experimentado en el último trimestre de 2019, a causa de los mismos males descritos, ha afectado la cobertura del país.

No obstante, aseguró que «se han tratado de priorizar los compromisos con la canasta normada, las dietas y el consumo social, y no han existido incumplimientos en las entregas. Las afectaciones se han concentrado, fundamentalmente, en la producción de leche en polvo para otros destinos, así como en la fabricación de yogur y helados.

A esto, reconoció el Segundo Jefe de la División Agroalimentaria, se ha añadido otro déficit: el de polietileno para la fabricación de bolsas, derivado también de la tensa situación financiera que atraviesa la Isla.

Comentó que se han buscado alternativas mediante la producción nacional, pero no ha sido posible cubrir las faltas, las cuales han impactado, con mayor énfasis, en el envasado de leche fluida y yogur de soya.

Con la materia prima que hemos tenido se ha priorizado la distribución de leche fortificada para niños de cero a un año; mientras que la correspondiente a los infantes de uno a siete años se ha tenido que entregar a granel.

Para embolsar todas las producciones, apuntó Genisley Hernández, la industria necesita mensualmente un volumen significativo de polietileno, el cual no ha arribado al país. Tengamos en cuenta que solo para la canasta familiar normada se distribuyen, cada mes, 2 500 toneladas de leche en polvo, que incluye la leche de los niños, así como las dietas médicas y especiales.

Durante la segunda quincena de febrero, añadió, «debe presentarse una mejor situación, pues se estaba esperando la llegada de una carga de polietileno, con lo cual deben empezar a resolverse las dificultades del envasado, si bien no puede hablarse todavía de una total normalización».

Y con la disponibilidad de leche en polvo, resaltó, «debe ocurrir algo similar, pues los arribos tienden a estabilizarse, de modo que pueda existir suficiente cobertura para producir y envasar el producto».

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