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viernes, 28 de febrero de 2020

RUSIA REGRESA


El recorrido que acaba de realizar el canciller ruso, Serguei Lavrov, ha despertado gran interés en las fuerzas de izquierda y derecha mundial y, en particular, de América Latina y el Caribe. Visitó Cuba, luego México y terminó en Venezuela.

Los destinos elegidos se explican por los lazos históricos con Cuba, el respaldo al Gobierno de Nicolás Maduro y se interpreta como una nueva geopolítica en América Latina ante los cambios de ruta recientes, el vuelco de Brasil a la derecha y las variaciones en México y Argentina, que propician un relanzamiento de proyectos; la recomposición de fuerzas políticas le impone a Rusia la necesidad de acompañar la dinámica, que en 2019 vivió un tsunami de protestas en Chile, Ecuador y Colombia.

La visita afirmó la asociación estratégica con Cuba, profundizó la relación bilateral con México, importante socio comercial, cuya economía está estrechamente vinculada a los Estados Unidos y reafirmó el compromiso con el presidente Maduro, incluyendo un incremento en la venta de armamentos.

El presidente ruso, Vladímir Putin, aceptó la invitación de su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel; ambas naciones sostienen una relación político-económica calificada por sus máximos líderes como estratégica, que se ha profundizado en los últimos años, con fuertes inversiones en varios sectores vitales de la economía cubana, que se amparan en diversos préstamos, entre los que se destaca el gran contrato para modernizar la infraestructura ferroviaria de Cuba y el sistema energético, con el fin de reducir en un tercio los suministros de los hidrocarburos importados. Simultáneamente, sigue adelante la labor para garantizar los suministros de petróleo y derivados pese a las restricciones ilegales por parte de Estados Unidos y está dispuesta a estudiar posibles propuestas para seguir reforzando la capacidad de defensa de Cuba.

Lavrov catalogó su visita a México como “productiva”, se reunió con su homólogo, Marcelo Ebrard, y en rueda de prensa, anunció amplios campos de cooperación; el intercambio comercial es cercano a los 2 mil millones de dólares, trabajan empresas rusas como Rosneft y Lukoil, se cubre el área de la cooperación técnico-militar y aunque no entró en detalles, se reveló que México "está considerando una propuesta concreta" para comprar nuevos helicópteros, explicando la inversión militar del centro de mantenimiento en Veracruz. También anunció que se han hecho acuerdos sobre centros culturales, uso pacífico del espacio ultraterrestre, vínculos con agencias para la lucha contra el
terrorismo y la abolición del régimen de visados.

Lavrov continuó a Venezuela en una demostración de respaldo al presidente Nicolás Maduro, al cual Rusia ha apuntalado con miles de millones de dólares en acuerdos comerciales y líneas de financiación, para enfrentar la crisis política internacional, liderada por Estados Unidos; las conversaciones con sus dirigentes, se orientaron a profundizar "la cooperación" en materia de energía, minería, transporte, agricultura y defensa, con lo cual ha quedado claro que Moscú sigue ahí, busca ampliar su influencia y constituye el principal apoyo exterior al gobierno bolivariano. El Kremlin ve el vínculo con Caracas sobre todo como un movimiento estratégico y geopolítico, por ser uno de los mercados más importantes para la industria de defensa rusa y se anunció que los acuerdos se ampliarían.

Rusia, desde las sanciones que Estados Unidos y la Unión Europea le impusieron en el 2014, ha estrechado sus vínculos con aliados históricos y está buscando otros nuevos. Su papel en Caracas busca ir más allá; está tratando de posicionarse como un mediador, defiende que la solución debe partir de un acuerdo entre los venezolanos y apuesta por una vía dialogada y el canciller moscovita envió una señal clara sobre la importancia como interlocutor en cualquier proceso.

Si bien la dimensión de la pulseada entre Moscú y Washington en la región es latinoamericana es evidente, hay otros aspectos y dimensiones a considerar. En el plano político-diplomático, pese a que no fue realizada una declaración conjunta, tanto las conversaciones con el gobierno mexicano y la reafirmación de la alianza estratégica con Cuba, apuntaron a fortalecer la expectativa de reactivar la interlocución con la CELAC, con miras a robustecer la influencia rusa y cosechar sustentos en los espacios multilaterales en función de la concepción de un mundo multipolar que Washington se niega a reconocer.

Pero quizás la dimensión menos patente de la gira, pero de crucial importancia, es la preocupación por sus inversiones y activos en Venezuela, en el último año, la compañía rusa Rosneft pasó de operar con PDVSA cinco campos de explotación de hidrocarburos, a comercializar más del 70% del crudo venezolano, evitando momentáneamente las sanciones económicas estadounidenses y oxigenando económicamente al régimen de Maduro, aunque existen deudas pendientes de Caracas. Las reacciones de Washington pueden impactar los intereses rusos en Venezuela y sobre los precios mundiales del petróleo.

Antes del viaje de Lavrov, el secretario de Estado de USA, Mike Pompeo, recorrió: Ucrania, Bielorrusia, Kazajstán y Uzbekistán, el “patio trasero” de Moscú, que conllevó a que el ministro de Relaciones Exteriores de Uzbekistán, Abdulaziz Kamilov, emitiera una declaración que subraya que a los países de Asia Central "realmente no les gustaría sentir consecuencias políticas desfavorables en relación con cierta competencia en nuestra región entre grandes potencias".

Actualmente, muchos países de América Latina perciben a Rusia como una potencia que es capaz de tener un contrapeso o un efecto disuasorio sobre Estados Unidos, igual que en los tiempos de la Unión Soviética.

Es posible que a corto plazo aumente la cooperación estratégica con la mayoría de los países de América Latina y el papel principal en este proceso sin duda pertenecerá a la diplomacia rusa, cuya política seguramente seguirá activa.

Para el gigante euro-asiático, América Latina y el Caribe es especialmente atractiva, debido a su proximidad geográfica con los Estados Unidos, su principal rival geopolítico, Atrae su atención política y diplomática porque algunos de sus países también sufren similares medidas políticas, económicas y financieras de los Estados Unidos y la Unión Europea. En este escenario estratégico, la ampliación de vínculos comerciales y de seguridad con aquellos tradicionalmente pertenecientes a la órbita de influencia de los Estados Unidos, es una oportunidad.

Latinoamérica representó el 1,2% de las exportaciones totales de Rusia en 2017, un leve aumento en comparación con años anteriores y en las importaciones, también se puede observar un ligero incremento, siendo sus principales socios comerciales Argentina, México y Brasil.

La profundización y ampliación de los vínculos con los países latinoamericanos constituye una de las muestras del regreso de Moscú a la política internacional multidimensional. Desde 2000 hasta hoy, se han firmado unos 200 acuerdos de cooperación en diferentes temas, entre ellos el técnico-militar, incluyendo a Brasil, Perú, Argentina, Chile, Venezuela y Bolivia. Es interesante mencionar también que Colombia firmó un acuerdo de colaboración técnico-militar.

Lavrov aseguró que les interesa que América Latina y el Caribe sigan siendo un centro importante del orden mundial y reitera la importancia de garantizar la soberanía y la autodeterminación propia y de otros países, para que de este modo no se impongan los intereses unilaterales de los Estados Unidos y la OTAN pues la política injerencista se ha incrementado y, con ella, la inestabilidad global.

Ambas partes enfrentan el desafío común de superar una crisis que ellos no han generado. La recuperación es costosa, pero permite ver con mayor claridad que las soluciones son posibles en el marco de una acción solidaria, coordinada y verdaderamente multilateral.

La experiencia acumulada de cooperación y los vínculos más sólidos en el ámbito político-diplomático, junto con el aumento del comercio, van a dar mayores frutos, junto con proyectos de inversiones de envergadura. La colaboración ruso-latinoamericana es una tendencia ascendente en el nuevo orden global.


Hasta Pronto

Lic. Michael Vázquez Montes de Oca

Febrero 2020

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