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sábado, 21 de marzo de 2020

La baja letalidad del coronavirus en Alemania: una excepción que podría dejar de serlo



Imagen del coronavirus al microscopio. SMITH COLLECTION/GADO/GETTY IMAGES



Las cifras del coronavirus en Alemania esconden un enigma: el país tiene 19.000 casos confirmados y solo 68 muertos. Eso deja una tasa de letalidad del 0,36%, muy inferior a la de Francia (2%), España (4%) e Italia (8%). Sabemos que en esta diferencia influye la capacidad de Alemania de hacer miles de test. Pero debe haber algo más. La tasa de letalidad alemana también es excepcionalmente baja si se compara con Corea del Sur (1%), cuya capacidad de diagnóstico también se considera alta. ¿Cómo se explica entonces el caso alemán? El viernes, el portavoz del Ministerio de Sanidad español, Fernando Simón, dijo que no lo saben. Y tampoco las autoridades alemanas tienen una explicación definitiva. Pero existen al menos tres hipótesis.

1. Es posible que el virus brotase en Alemania más tarde. El primer brote local de contagios dentro de Europa se detectó en Italia y estaba muy avanzado cuando emergió: por eso los muertos llegaron rápido allí. Solo pasó una semana desde el infectado número 20 al muerto número 20. Eso sugiere que el brote llevaba semanas activo, porque la enfermedad tarda dos o tres semanas en provocar la muerte.




Casos confirmados y muertes por país

La alarma en Italia hizo que los países europeos redoblaran sus esfuerzos de detección. En España se multiplicaron los casos detectados de un brote que en realidad ya estaba aquí.

También se detectaron los primeros casos en Alemania, pero su brote estaba seguramente en una fase incipiente. “Alemania reconoció su brote muy temprano. Vamos dos o tres semanas antes que algunos países vecinos”, explicaba el virólogo Christian Drosten a Zeit. “Lo hicimos porque realizamos muchos diagnósticos, testamos mucho. Ciertamente se nos pasaron casos en esa primera fase. Pero no creo que nos hayamos perdido un brote importante”.

Eso podría explicar que su tasa de mortalidad sea inferior. Por dos motivos. Primero, porque si Alemania ha detectado los casos desde el principio, habrá detectado más infectados jóvenes, que son los primeros en contagiarse (viajan más y tienen más contacto con extranjeros). Los jóvenes resisten mejor al virus. Las muertes son más comunes cuando el virus avanza y se contagian personas de más edad.

El otro motivo es que las muertes tardan un tiempo en producirse. En muchos países hemos visto subir las tasas de mortalidad con el tiempo. Es lo que pasó en Corea del Sur, donde los test están siendo exhaustivos y la mortalidad se ha doblado: pasó del 0,5% al 1,1% entre el 1 y el 20 de marzo. Si el brote en Alemania es más reciente que el de España o Italia, sus cifras de letalidad podrían aumentar.

2. Los enfermos alemanes son más jóvenes. En Alemania se publica a diario la edad de una muestra de los infectados, por eso sabemos que la media son 47 años y que solo el 20% tiene más de 60 años. Son cifras similares a las de Corea (I), pero muy diferentes de las de Italia, donde la edad media de los infectados —que se detectan— son 66 años y donde el 58% tiene más de 60 años (I). Los enfermos de Covid-19 más ancianos son casos con mayor riesgo. La pirámide de población de cada país también podría influir. Italia es el país europeo con más mayores de 65 años (26%), mientras que en Corea son solo un 14%. Pero eso no ayuda a explicar el caso alemán, donde el 25% de los habitantes tiene 65 años o más.

Pueden pesar también factores culturales. Los datos de China dicen que entre el 75% y el 80% de los contagios de la Covid-19 se han producido en núcleos familiares, según ha explicado Bruce Aylward, de la OMS, a The New York Times. Pero el contacto cotidiano entre jóvenes y mayores no es igual en todas las sociedades. Como sugiere Moritz Kuhn, de la Universidad de Bonn (Alemania), las personas de entre 30 y 49 años que viven con sus padres superan el 20% en Italia, China o Japón, mientras que en Alemania son poco más del 10%.

3. Detrás de todo están los test. Alemania ha asegurado a través del Instituto Robert Koch, el centro responsable del control de enfermedades, que puede hacer 160.000 test a la semana. El país podría haber hecho hasta 4.000 pruebas por cada millón de personas, muy lejos de los 625 por millón que ha hecho España. Es evidente que una mejor detección reduce las tasas brutas de letalidad para acercarlas a la realidad: si contabilizas todas las infecciones —incluidas las más leves—, el ratio de muertos por infectados será menor.

Es lo que sugieren también los números de Corea del Sur. Es el país que ha hecho más test (más de 5.000 por millón de habitantes), y aunque su brote tiene ya bastantes semanas, sigue siendo uno de los países con la letalidad más baja, un 1,1%, que a menudo se usa como referencia.

Es probable que la baja letalidad del virus en Alemania se deba a una mezcla de varias cosas. Sus cifras seguirán probablemente lejos de las de España e Italia, mientras el país siga siendo capaz de testar masivamente. Pero si otro factor es que su brote está en una fase más temprana, sus cifras de muertos aumentarán y la letalidad crecerá. La pregunta es cuánto.

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