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martes, 14 de abril de 2020

CRISIS ECONOMICA EN CUBA DESPUES DEL COVID 19 o PERIODO ESPECIAL DESPUES DEL CORONAVIRUS II


Por Joaquín Benavides*
                                                                                   ( II )

Albert Einstein sobre la crisis:
. ¨La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche¨
. ¨Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias¨
. ¨Quién supera la crisis se supera a sí mismo, sin quedar superado¨
. ¨La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia¨

Papel de la Banca Cubana en la superación de la Crisis.

Sin un cambio profundo en el papel del Banco Central de Cuba y de la banca comercial subordinada al Banco Central, será prácticamente imposible dinamizar productivamente la economía nacional.

El instrumento principal del Estado Cubano para financiar la actividad empresarial, debe ser la banca comercial. No el presupuesto del estado. El Presupuesto cuando subsidia empresas lo hace con dinero del Estado y tiene que aprobarlo la Asamblea Nacional pues afecta los gastos que tiene que garantizar el Estado. Cuando un banco comercial financia a una empresa, le otorga un préstamo, que esta tiene que pagar con intereses. Y como tiene que pagar con intereses, la empresa está obligada a obtener utilidad y el banco está obligado a revisar si se van a obtener utilidades, antes de concederlo.

Por Ley, el rector de la política monetaria del país, es el Banco Central. De acuerdo con eso la Institución estatal  responsabilizada con proponerle al Gobierno una tasa de cambio oficial para las empresas que requieran para su actividad comprar divisas es el Banco Central de Cuba. Para ello tiene que consultar con otros organismos como los Ministerios de Economía y Planificación, y de Finanzas, pero la responsabilidad de proponerla es del Banco. 

Una economía abierta como la cubana, nunca podrá lograr eficiencia en términos de economía internacional, sin una tasa de cambio oficial, que tenga en  cuenta su relación aproximada con las del resto del mundo. La tasa de cambio es el instrumento que permite comparar la eficiencia en costos de las empresas cubanas con las del resto del mundo.

La banca comercial dependiente del Banco Central debe ser la encargada de gestionar crédito comercial en divisas para financiar las importaciones de las empresas que son sus clientes. Para ello las empresas, sean estatales, cooperativas o privadas tendrían que tener abiertas cuentas en cada banco comercial con el que opere, en CUP y también en divisas. Ese banco seria con el que opere la empresa cubana para sus operaciones dentro o fuera del País.

Una vez aprobada una Ley para las PYMES, que debiera ser prioritaria como casi la única posibilidad de inyectar liquidez en divisas en la economía en estos momentos, estas para poder operar tendrían que constituirse legalmente, en una entidad jurídica y a continuación abrir una cuenta bancaria. El banco comercial en que decida abrirla, establecería las reglas para que pueda operarla, entre ellas el fondo obligatorio a depositar para poder operar, según su plan de negocios. A partir de ese momento todas las operaciones de ingresos por las ventas de la empresa privada tendrán que acreditarse  en su cuenta y todos los pagos por sus gastos tendrán que debitarse de su cuenta. Es una diferencia fundamental con la forma de operar de los Trabajadores por Cuenta propia, cuyas cuentas a las que les obliga la ONAT, tienen solo una función fiscal. Para hacer negocios es necesario ser una persona jurídica, que tiene que responder ante la Ley. Las personas naturales no están concebidas para hacer negocios.

Para poder importar directamente o a través de una empresa facultada para comercializar importaciones, las PYMES tendrían que abrir una cuenta en divisas en su banco. Con esa cuenta  solo operarían  sus operaciones externas. Se le debitarían los pagos por importaciones, y se le acreditarían los ingresos por exportaciones y las aportaciones de capital en divisas para inversiones. El sistema del Banco Central tendría que tomar las previsiones necesarias para controlar el lavado ilegal de divisas.

A partir de este esquema se podría constituir una organización bancaria nacional, especializada en el financiamiento agrícola, que capte recursos financieros de la banca internacional, para inversiones en la pequeña y mediana agroindustria estatal, cooperativa y privada con fines de producción para el consumo nacional y para la exportación de frutas, vegetales, tomates, granos y otros productos de origen agrícola y pecuario, procesados industrialmente y envasados con tecnología moderna y competitiva internacionalmente.

Para lograr que la Banca Cubana pueda convertirse, dentro de nuestras condiciones y concepciones políticas, en un factor decisivo e insustituible de la financiación de la abierta economía cubana, será necesario dotarla, prioritariamente, de los medios técnicos, computacionales y de informatización que son normales para cualquier banco comercial en el mundo. Nuestra Banca en general, y en especial la Comercial no puede estar menos dotada que la que lo está cualquier Banco comercial importante en países como Argentina, Brasil,  México o Colombia. Supondrá un determinado esfuerzo inversionista que debe gestionarlo  el propio Banco Central, pero me atrevo a afirmar, tendría un periodo de recuperación muy rápido, sin comparación a las inversiones que habitualmente hacemos en la industria, la agricultura o el turismo.

Una acción imprescindible que habría que llevar a cabo, una vez que se hayan levantado las medidas de control con respecto al Coronavirus, sería que el Banco Central asumiera la negociación con todos los proveedores, de la deuda comercial que el País tiene con ellos y a los que se les ha estado pidiendo paciencia y confianza. Hay que entender que todos esos proveedores, grandes, medianos y pequeños, tienen un banco en alguna parte del mundo, que les ha financiado sus operaciones con Cuba. Esos bancos además de la presión norteamericana para que no realicen operaciones con empresas que negocian con Cuba, tienen que sufrir los impagos de sus clientes que comercian con nuestro país. Los bancos al final cobran con mora a sus clientes, pero el prestigio de Cuba como deudor se afecta mucho. Si queremos ganar credibilidad con la banca internacional para que nuestra banca pueda acceder con ella a que participe crecientemente  en financiar objetivos en la economía cubana es muy importante lograr renegociar la deuda comercial a corto plazo y pagar. Para lograr financiamientos de la banca internacional, es esencial tener fama de buen pagador. Al comienzo piden garantías y hay que dárselas. Pero cuando se convenzan que pagamos, prestaran las sumas que nuestro banco les solicite. El crédito bancario es mucho más económico que el crédito comercial.

Renegociadas por el Banco las deudas a corto plazo con los proveedores, y controlados por el Banco los flujos de caja de las empresas deudoras, cualquier operación de compra comercial con un proveedor extranjero a crédito, debiera ser aprobada por el banco comercial y controlado su pago en  fecha con los instrumentos conocidas de garantías bancarias. Habría que aprovechar esta época de crisis económica del Coronavirus para poner orden en las finanzas empresariales que comprometen el prestigio del País como deudor internacional.

Sin el papel protagónico del Banco no se resolverá jamás el problema de los Cobros y Pagos entre empresas estatales,  el cual no hay reunión importante en el País, donde no salga a relucir este grave problema que pone de manifiesto una gran indisciplina y falta de orden en el sistema financiero del País. Como es un fenómeno entre empresas estatales una Ley puede establecer que  cuando a una empresa deudora, otra acreedora le presente al cobro en su banco una deuda con las facturas correspondientes y no tenga fondos para pagar, el banco este facultado para  dejar sin operación la cuenta de la empresa deudora hasta que tenga dinero y pague su deuda. Mientras tanto que no pueda operar su cuenta. No es un problema de arbitraje, sino bancario. Si pasado un tiempo la empresa no tiene dinero para pagar, se le cierra la cuenta y la empresa tiene que quebrar. Si no quiere quebrar, que el Director de la empresa salga a cobrar y buscar dinero para pagar. Si al final no le alcanza, pues que quiebre. Para ello sería necesario que la Asamblea Nacional estableciera  una Ley de Quiebra. Esa es una decisión que habría que tomar para poner orden en las finanzas empresariales, y sin la participación efectiva de los bancos no se puede lograr.

No lo trato aquí, solo lo apunto, que para resolver definitivamente el histórico y perjudicial problema de los Cobros y los Pagos, habría que revisar los métodos de financiamiento por el Presupuesto del Estado de empresas irrentables y de gastos asociados al consumo social a través de empresas estatales.

Para financiar las importaciones en divisas de las empresas exportadoras el Banco Central debería crear Entidades financieras no bancarias. Estas son empresas financieras, cuyo propietario seria el Banco Central, no tendrían caja, lo que las diferencia de un banco; pero que se especializarían en intermediar y gestionar los ingresos y pagos en divisas de las empresas exportadoras. Esas empresas financieras no bancarias jugaron un papel importante en el financiamiento de la Economía durante el periodo especial. Lamentablemente la política a partir de los últimos años de la década de los 90 y principios del 2000 fue irlas suprimiendo y solo quedaron RAFIN, adscrita al GAE de las FAR y FINTUR, adscrita al MINTUR.

No serian un banco de las empresas exportadoras, pero si su financiera, no solo para asegurar la contratación y el pago a tiempo de la compra de las importaciones que garantizan su actividad, sino también para que las pequeñas empresas de la economía puedan adquirir tecnología y materias primas para sustituir importaciones de las exportadoras. Actuarían como empresas financieras, tendrían una utilidad normada por el Banco Central por sus servicios y tendrían operaciones de compra y venta de divisas con la banca comercial a la tasa de cambio oficial.

Personalmente tuve participación en la creación de la primera que se creó en el Periodo Especial, que fue TRANSFIN al Ministerio de Transporte. En esa época toda la organización del Transporte, en especial la transportación marítima internacional era autofinanciada en divisas y tenía la obligación de entregarle al Sistema de la Salud para la compra y adquisición de medicamentos y materias primas  el 50 % de sus ingresos netos en divisas. Se le llegaron a entregar al MINSAP en uno de los años más de 40 millones de dólares. La Financiera era regularmente supervisada y auditada por el Banco Central. TRANSFIN le daba servicio a la organización empresarial de transporte de Ciudad de la Habana, que no estaba subordinada al Ministerio pero que le prestaba los servicios financieros en divisas.

Yo sugeriría que se creara una Empresa financiera no bancaria para que le de servicios a las empresas de BIOCUBAFARMA. No tengo dudas de que va a resolver los problemas de falta de financiamiento para adquirir a tiempo las materias primas de los medicamentos y aseguramientos tecnológicos para las exportaciones de la industria biotecnológica. Este sería el momento estratégico para potenciar desde todos los ángulos, incluido el aseguramiento financiero, a lo que puede convertirse en el motor principal de nuestro desarrollo económico.

También sugeriría crear una Empresa financiera no Bancaria para la Industria del Níquel y cobalto y la minería de exportación. Además de que podría garantizar el financiamiento para que esta decisiva industria no le falte  nunca a tiempo sus insumos importados, puede ocuparse de financiar en divisas el equipamiento, la tecnología, las materias primas y materiales para que la pequeña industria mecánica estatal cubana le sustituya las importaciones de piezas de repuesto para sus fábricas.

Asimismo sugeriría crear una Empresa Financiera no Bancaria para que se ocupe de garantizar financiamiento para la adquisición a tiempo por AZCUBA de los aseguramientos de todo tipo para las Zafra Azucareras. También de financiar a la pequeña industria estatal para que sustituya las importaciones de piezas de repuesto de los centrales azucareros.

A las Entidades financieras no Bancarias, que como señale son empresas financieras cuyo propietario es el Banco Central, habría que dotarlas de un pequeño capital de trabajo en divisas para las primeras importaciones. Una vez que comenzaran a cobrar exportaciones, devolverían el capital prestado y el Banco Central les calcularía el capital de trabajo a mantener normalmente para sus operaciones. El resto de las divisas serian captadas por el Banco comercial con el que se relaciona mediante compraventa a la tasa de cambio oficial y  transferirlas posteriormente por el banco comercial a la Cuenta Estatal que le indique el Banco Central.

De esta forma se iría asegurando por vía bancaria y no administrativa el financiamiento de las principales empresas estatales que garantizan las exportaciones y de aquellas otras pequeñas empresas estatales que poco a poco irían sustituyendo las importaciones con producciones competitivas, económicas y tecnológicamente para la Industria nacional. Una vez cobradas las exportaciones, la Dirección de la Economía y el Gobierno contarían con las divisas reales para enfrentar el resto de sus obligaciones en que se requieren divisas, e incluso crear reservas a decisión solo del Presidente.

El Banco Central, teniendo en sus manos toda la potencialidad de exportación de las empresas estatales, cooperativas y privadas, controladas por su esquema bancario comercial, podrá, como en su época logro hacer Raúl León como Presidente del Banco, obtener financiamientos importantes de la banca internacional para el desarrollo industrial, que cree las bases materiales del Socialismo a que aspiramos.

Con respecto al importante y en cierto sentido decisivo papel a mediano plazo, de la inversión extranjera, mi sugerencia es que el Banco trabaje insistentemente por lograr establecer en la Zona del Mariel una empresa mixta con un banco extranjero que pueda operar sin dificultad fuera de la zona del dólar y que concentre en ese banco todas las operaciones bancarias de las Empresas Mixtas que se constituyan entre empresas de capital cubano con empresas de capital extranjero. Las posibilidades de un esquema como este, que pueden ser muy grandes, no lo expondré ahora. Lo dejare para otra oportunidad.

14 de abril de 2020

*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte

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