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martes, 28 de abril de 2020

“El Imperio y su endeble sistema sanitario”


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EEUU: Uno de cada 3 certificados de defunción era incorrecto antes del coronavirus. Ahora todo empeorará

USA TODAY 28 de abril de 2020

Jessica Priest

Hasta 1 de cada 3 certificados de defunción en todo el país era incorrecto antes de la COVID-19.

Estados Unidos está intentando rastrear las muertes por coronavirus en medio de una serie de pruebas irregulares, retrasos en los resultados de laboratorio ​​e informes con estándares inconsistentes. Sin embargo, un problema más insidioso podría frustrar la búsqueda del número exacto de muertes.

Antes de la COVID-19, 1 de cada 3 certificados de defunción en todo el país era incorrecto, afirmó Bob Anderson, jefe de la rama de estadísticas de mortalidad del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, en una entrevista concedida a USA TODAY Network.

“Siempre me ha preocupado recopilar datos fiables. Creo que este tipo de cosas pueden llegar a ser un problema incluso en medio de una pandemia”, reconoció Anderson.

Los expertos dijeron que las inexactitudes forman parte de un cuadro mucho más complejo en el que cada estado sigue un sistema diferente y los médicos, patólogos y médicos forenses tienen una formación específica distinta o a veces incluso inexistente.

Es probable que el problema empeore a medida que el exceso de trabajo provocado por la pandemia sature a los funcionarios que llenan los formularios, algunos de los cuales ni siquiera tienen la capacitación necesaria.

Los certificados de defunción precisos son esenciales para que los funcionarios de salud puedan determinar dónde hay que concentrar los recursos para combatir la propagación del coronavirus, explicó Umair Shah, director ejecutivo del Departamento de Salud Pública del Condado de Harris, en Texas, que incluye a Houston.

“Esa muerte representa un ecosistema de personas”, apuntó Shah.

Los informes inexactos sobre la causa de la muerte son un problema de larga data.

Un informe de los hospitales de Misuri en 2017, por ejemplo, encontró que casi la mitad de los certificados de defunción indicaban una causa incorrecta de muerte. Un estudio de Vermont develó que el 51 % de los certificados de defunción tenían errores importantes. Casi la mitad de los médicos encuestados en 2010 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades admitieron haber informado a sabiendas una causa inexacta de muerte.

Los certificados de defunción no suelen tener detalles suficientes como para determinar con precisión la causa de la muerte, dijo Anderson.

“Por ejemplo, el paro cardíaco no es una causa aceptable de muerte, porque todos mueren de paro cardíaco”, dijo Anderson. “Eso solo significa que tu corazón se detuvo”.

Falta de experiencia

Según los expertos, la inexactitud generalizada en la información que brindan los certificados de defunción se debe en gran medida a los diferentes niveles de experiencia de quienes rellenan esos formularios.

Los médicos, patólogos y médicos forenses, y en algunos estados otro personal sanitario, como enfermeras practicantes, pueden firmar legalmente certificados de defunción, apuntó Sally Aiken, presidenta de la Asociación Nacional de Patólogos que también ejerce la patología en el condado de Spokane, Washington.

Los médicos forenses y los patólogos son los responsables de los certificados de homicidios, accidentes y suicidios, dijo Aiken. Los médicos llenan el formulario cuando se producen muertes naturales, como las causadas por la COVID-19, en el hospital. Los médicos forenses y los patólogos lo hacen si la persona falleció en su hogar o en cualquier otro entorno no sanitario.

Los patólogos suelen ser médicos especializados en patología forense que pueden realizar autopsias.

Los forenses no siempre son médicos. En Alabama y Georgia el único requisito para contratar un forense es que sea mayor de edad.

Incluso quienes tienen experiencia médica se equivocan con regularidad. En Vermont no hay médicos forenses. Si una muerte es natural, ocurre en un hospital o en la comunidad, los médicos, enfermeras practicantes o médicos asistentes rellenan los certificados de defunción. Por eso la oficina del médico forense del estado, que investiga muertes violentas, revisa alrededor de 5 000 certificados cada año para detectar y corregir errores.

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