Otras Paginas WEB

martes, 30 de junio de 2020

EL MUNDO HOY Y DE MAÑANA

Por Jorge Gómez Barata

La idea de que de la COVID-19 emergerá un mundo mejor es una fantasía de quienes alimentan su ideología con utopías. Atribuir a una enfermedad la función de “motor de la historia” es un desatino.

Cien años atrás el orden social y político constituido por el capitalismo y la democracia liberal, instalados en el siglo XVIII, fue retado. Desde la Rusia bolchevique se intentó un cambio revolucionario cuya propuesta de instalar un modelo de sociedad alternativo resultó inviable y, aunque marcó algunas huellas, colapsó y dejó de formar parte de las soluciones factibles.

Desde otra orilla, hace unos 75 años, como parte del reajuste geopolítico asociado a la II Guerra Mundial, el propio sistema capitalista comenzó a desplegar una transición pacífica que, aunque desigual y asimétrica, condujo a la globalización. Debido a que la mutación concebida no requería cambios políticos, sino que se asentaba en el modelo de capitalismo y democracia liberal existente, las transformaciones se concentraron en los escenarios económicos y
jurídicos.

La promoción de la globalización, que disfrutó de amplios consensos, incluido el respaldo de la entonces Unión Soviética, en lugar de batallas políticas se concentró en la creación de la ONU, cuya Carta y estructura, especialmente el Consejo de Seguridad, es lo más parecido a un gobierno mundial y en la puesta a punto de las instituciones de Breton Woods, principalmente el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el GATT creó un entorno económico, financiero y comercial, incluida una moneda virtualmente común, para dar viabilidad
a esa opción.

Con la presencia de la Unión Europea que forma parte del núcleo del proyecto y la adhesión al G20 de países tercermundistas emergentes, como China, Rusia, India, Australia, Brasil, Argentina, México, Corea del Sur, Turquía, Sudáfrica, Indonesia y otros, la globalización se constituyó en el curso económico más viable para la humanidad en su conjunto.

Por su significado histórico y por su escala planetaria, la globalización ha sido confrontada por el neoliberalismo que intentó secuestrarla y más recientemente las posiciones aislacionistas y chovinistas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que ha ralentizado su avance, sin anularla como proyecto histórico.

Lamentablemente, el sabotaje a las esencias globalizadoras desde Estados Unidos que no ha podido vencer la resistencia de Europa, China, Rusia, ha entroncado que la COVID-19, que además de sus terribles costos humanos, ha ocasionado a la economía mundial perjuicios que no podían ser imaginados.

No obstante, la globalización económica mundial es de las fortalezas con que cuenta la humanidad para reponerse. El camino no será expedito, aunque tampoco intransitable. Con toda probabilidad, el curso anterior a Trump y a la COVID-19, será retomado y llevará a la humanidad a nuevas cumbres. Ello no ocurrirá por ninguna crisis sanitaria ni económica, sino a pesar de ellas. Allá nos vemos.
…………………………………………………………………..
El presente artículo fue publicado por el diario ¡Por esto! 
Alreproducirlo citar la fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario