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viernes, 26 de junio de 2020

La historia y los desafíos de hoy.

Por Dr. Julio Carranza 

Recientemente se ha suscitado toda una discusión sobre lo que significó la Ofensiva Revolucionaria de 1968 que implicó la estatización de toda la actividad económica en Cuba incluyendo los medianos, pequeños y hasta los pequeñísimos negocios, también sobre si las propuestas del Che correspondían con esto o no. 

  El Che fue Ministro de Industrias hasta el 65, la Ofensiva Revolucionaría es de Marzo del 68, el Che había caído combatiendo en Bolivia en el 67, de manera que directamente no tuvo que ver con ese momento, lo cual tampoco cambiaría mucho las cosas en relación con lo qué hay que hacer hoy, porque es obvio que esta discusión que ha surgido precisamente ahora no tiene que ver con el estudio siempre importante de la historia, sino con cómo posicionarse frente a las necesarias transformaciones que se deben asumir en este momento para la economía cubana. 

La Ofensiva Revolucionaria fue anunciada por Fidel en su discurso del 13 de Marzo de 1968 en la escalinata universitaria, los argumentos fueron esencialmente de carácter político en el contexto de una fuerte lucha de clases. Inmediatamente después, esa misma noche, hubo una reunión en la Sede del Partido Provincial en La Habana para acordar cómo se implementaría. 

Es pertinente, necesario e interesante el análisis de este hecho histórico, como lo es el análisis de cualquier hecho histórico relevante, obviamente teniendo en cuenta las circunstancias nacionales e internacionales en el que tuvo lugar, es importante y cabe la discusión de si aquel proceso fue un error con consecuencias posteriores o no, lo cual supone una discusión en sí misma.

Sin embargo, cualquiera sea la conclusión, estos no deben ser argumentos determinantes para resolver los problemas y desafíos de la economía cubana hoy.

Los que tomaron decisiones entonces lo hicieron a partir de sus propios análisis de aquella realidad, argumentaron sus ideas y actuaron responsablemente con acierto o no, pero se guiaron por sus propios análisis y aunque seguramente tuvieron en cuenta y estudiaron también la experiencia internacional e histórica sobre el tema, no determinaron sus posiciones por si tal personalidad dijo o dejó de decir o que si tal o más cual cosa estaba en las “sagradas escrituras”
o no,  actuaron y decidieron responsablemente y asumieron las consecuencias de la evolución del proceso.Hubo aciertos y desaciertos pero no dogmatismo.

Algunos judíos, sobre todo los ortodoxos jasídicos, siguen de manera exacta los textos sagrados basados en la Torá que es parte del Viejo Testamento y que contiene lo que se considera la ley judía (halajá), de ella viene hasta la forma en que comen (comida Kosher) donde por ejemplo en cuanto a los mamíferos y animales terrestres sólo se pueden comer rumiantes con más de un estómago y que tengan pezuña partida.

Esas normas corresponden en gran medida a lo que por una razón o por otra se consideraba adecuado para la alimentación en los tiempos del viejo testamento, o sea hace miles de años, también se determina cómo vestir, cómo cortarse el pelo o cómo llorar a los muertos. Todo eso me parece muy respetable como lo es cualquier creencia religiosa, pero la política revolucionaria y de transformaciones sociales debe responder a las condiciones concretas, las circunstancias específicas, el contexto, las demandas sociales, la evolución del pensamiento y los desafíos que se han de superar, esta no puede estar atada a lo que se hizo o se dijo en tal o más cuál momento porque las circunstancias, los desafíos, la situación internacional y las demandas sociales son muy diferentes, si los que tomaron decisiones entonces hubieran actuado atados a dogmas no hubiéramos llegado hasta aquí.

Los principios de independencia nacional, justicia social y democracia popular son irrenunciables, pero las formas políticas y de organización para abordarlas cambian en cada periodo histórico y debemos entender y asumir esos proceso con responsabilidad y audacia, sin el más mínimo asomo de ortodoxia y parálisis del pensamiento.

Utilizar infantilmente lo que se dijo o se hizo en un momento determinado para definir el cómo se debe actuar en el presente es lo menos revolucionario que se pueda hacer. Ya sabemos que el marxismo es esencialmente un método para el análisis de la realidad concreta y a partir de allí actuar sobre ella para transformarla, lo otro sería tomarlo como otra “torá”.

Digo todo esto para aterrizar en una cosa muy sencilla, qué sentido tiene lo que se hizo o se dijo de manera acertada o no durante la ofensiva revolucionaria del 68 con los desafíos que plantea la actual realidad cubana, donde la necesidad de una economía más diversa en sus formas de organización, propiedad y gestión son más que evidentes para recuperar la eficiencia y la sostenibilidad del proceso socialista, hay cosas tan esenciales en juego como la producción de alimentos (y no solo de alimentos), resolver eso es determinante hasta para la seguridad nacional, es una responsabilidad de las actuales generaciones (aquí y ahora).

Hay que partir de la historia y sus enseñanzas pero hay que ir más allá de la historia, el hoy es parte de la historia del mañana, hay que crear soluciones.

A la religión lo que es de la religión (cualquiera que esta sea) a la política revolucionaria lo que es de la política revolucionaria.

25 de Junio 2020.

2 comentarios:

  1. Comparto los puntos de vista expresados por el Co. Julio Carraza y en particular coincido con su apreciacion de que "Sin embargo, cualquiera sea la conclusión, estos no deben ser argumentos determinantes para resolver los problemas y desafíos de la economía cubana hoy." Y el desafio segun Cuba entra en el período de recuperacion de la pandemia del Covid 19, no puede ser mayor.

    La muchas veces repetida politica de la "fruta madura" que, ajustandose a las circunstancias de cada etapa historica, aun guia la politica de los Estados Unidos hacia Cuba y no es posible ignorar que uno de los tres elementos basicos de esa politica, en su enunciado por Quincy Adams, es que los cubanos "incapaces de sostenerse a si mismos" no pueden sino gravitar hacia los Estados Unidos.
    Lamentablemente, en mi apreciacion, el sistema economico cubano como fue modelado por 1968, 1976, 1994 y hasta el presente, es incapaz de generar las riquezas que le permitan no solo avanzar, pero inclusive sostener los logros de la Revolucion.
    O reformamos el sistema siguiendo los documentos discutidos y aprobados por todo el pueblo y resumidos en la Constitucion vigentes, o no lograremos demostrar que somos capaces de sostenernos a nostros mismos, o sea a Cuba soberana e independiente.

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  2. Viera. Nada que agregar a tus observaciones. Las suscribo. Carranza, tú como siempre muy acertado.

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