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miércoles, 3 de junio de 2020

Mi reino por un boniato

¿Puede ser próspero un país que no alcance a satisfacer adecuadamente las necesidades de alimentos de su población? Algunas preocupaciones y algunas ideas sobre este tema.


Una vieja fórmula es conocida en Cuba: ¡Leche de chiva y boniato! Una receta humilde de comida alimenticia para pobres, desde el tiempo de los abuelos.

Harina con boniato fue el plato de cualquier familia de las más pobres de Cuba, aunque, al menos para mi gusto, es un plato de Dios, especialmente si le ponemos encima un par de huevos fritos. ¡Huevos! ¡Fritos!

El boniato es una de las cinco viandas principales de la dieta del cubano. Es también la más humilde de todas. El boniato siempre se supo muy lejos de la inaccesible papa mientras, la siempre buscada y a veces poco encontrada malanga, aparece como la más aristocrática de todas, con precios que dan miedo. Por su parte la yuca siempre ha sido la preferida y más demandada en nuestros festejos, sobre todo por esa gracia de acompañar tan, pero tan bien, al mamífero nacional (el cerdo), ahora desaparecido. El plátano verde, por otro lado, siempre listo para chicharritas y que convertido en chatinos acompaña de maravillas a un buen bife de carne de “el innombrable”. El boniato, sin embargo, ha permanecido ahí, imperturbable en su tarima, sabiéndose un recurso de última instancia, viendo que su precio siempre ha estado por debajo de sus vecinos, pero listo para socorrer a los de pocos ingresos, para complementar la alimentación de las mascotas y la del mamífero nacional. Nunca en su vida pensó convertirse en un recurso escaso, en ser tan deseado y buscado. Hoy sonríe pensando en cuan importante se ha convertido y casi llora de emoción, cuando decenas de personas preguntan insistentemente a los tarimeros ¿cuándo vendrá el boniato? Él, el preterido de todas las viandas, se ha convertido por la gracia de ¿de quién? en algo muy deseado.




El boniato es un cultivo de ciclo corto, de esos cultivos que constantemente en el noticiero nos dicen que se están fomentando y que todos esperamos ver sobre las tarimas dentro un par de meses (paciencia, mucha paciencia). No tenemos datos de estos primeros tres meses para saber:
  • Cuánta tierra se ha dedicado a sembrar boniato
  • Cuánto boniato se ha cosechado en estos meses.
  • Cuánto boniato se ha vendido en los mercados agropecuarios en sus diferentes modalidades en estos meses.
  • Cuánto boniato demanda y se ha entregado a la alimentación de cerdos, como paliativo a la falta de pienso.
Podemos, utilizar los datos del 2018 para aproximarnos a la producción.

La superficie cosechada de boniato experimentó un incremento sustancial a partir del 2015 cuando alcanzó las 55 682 has. un 36% más que en el 2014. Para el 2018, la superficie cultivada fue de 55 040 has. El sector no estatal es decisivo con prácticamente el 90% del área cosechada (49 354 has. de un total de 55 040 has.)

La producción de boniato ha estado por encima del medio millón de toneladas desde el 2014 con un pico de 594 378 toneladas en el 2016. En el 2018 la producción alcanzó las 549 512 toneladas, el sector estatal produjo 55 668 toneladas, mientras que el sector no estatal producía 493 844 toneladas, esto es, el 89,8% del total producido. No tenemos los datos del 2019, pero no parece que en ese año haya disminuido drásticamente la superficie cosechada ni tampoco los resultados productivos.

Tal cual muestra la tabla en el 2018 se vendieron en los mercados agropecuarios (en todos ellos) 34 622,1 toneladas de boniato. Esa cantidad es apenas el 6,3% de todo lo producido. No conozco que se haya vendido boniato por la libreta, así que los destinos del 93% de la producción deben estar entre el autoconsumo, y comedores sociales, pienso yo.


Parece que los problemas no están en la producción, más bien habría que revisar la distribución que es donde pudiera existir un problema.

Lo cierto es que la oferta de boniato en los mercados agropecuarios, al menos en la Habana, es hoy insuficiente, ya sea por un incremento inusitado de la demanda ante la desaparición del arroz y las pastas, o porque una parte decisiva de la producción se está dedicando a otros destinos como puede ser la alimentación animal (cerdos). Pero si los niveles de producción de boniato se acercan en un 80% a los alcanzados en el 2018, es posible asegurar que no es un déficit de producción lo que provoca su limitada oferta en los mercados agropecuarios.

¡Mi reino por un caballo!, gritó a voz en cuello Ricardo III cuando en el medio de una batalla decisiva (1) por su reino, su caballo mal herrado por falta de un clavo, cayó primero a tierra y después al levantarse huyó despavorido dejándolo en medio de las tropas enemigas. El rey perdió la vida, la batalla y el reino. Fue un clavo, un modesto clavo, lo que lo provocó.

En esta batalla que Cuba libra contra la pandemia, sin dudas, la vanguardia, encargada del golpe principal es nuestro sistema de salud. Pocos tendrán alguna duda de que lo viene haciendo muy bien. Es una vanguardia sólida, que cuenta con recursos, (aunque quizá no todos) que ha establecido líneas de defensas bien escalonadas y con suficiente información de inteligencia que le permite a las mujeres y hombres que están en las trincheras empeñarse al máximo y ganar. En esa misma batalla, la producción de alimentos es la retaguardia y, como toda retaguardia, es también fundamental para ganar definitivamente la batalla. Todo el esfuerzo y la entrega de las mujeres y hombres de la vanguardia puede ser deshecho por la debilidad de la retaguardia.

Sin embargo, esta batalla de hoy, la de la Covid-19 es parte de una contienda más grande, la que el país libra en pos de aquella visión de desarrollo donde la prosperidad es una condición sine qua non. ¿Puede ser próspero un país que no alcance a satisfacer adecuadamente las necesidades de alimentos de su población? ¿Puede ser próspero un país donde sus ciudadanos dediquen la proporción mayor de sus ingresos a adquirir alimentos? ¿Puede ser próspero un país que dedique el 20% de su fuerza de trabajo a un sector que no alcanza a satisfacer por mucho las necesidades de alimentación de su población? Evidentemente no.

En esa contienda mayor, la del desarrollo, la batalla contra la Covid es solo uno de los frentes, hoy por hoy el de mayor urgencia, pero el frente decisivo ha sido y es, el de la dependencia externa (alimentaria, energética, etc.) donde el bloqueo de las administraciones norteamericanas contra Cuba ha tenido y tiene un peso decisivo, y en ese frente, al igual que en la contienda por el desarrollo, la producción de alimentos es una dirección principal en la guerra.

Sin dudas hay que hacer muchísimo para lograr producir más alimentos. Hoy, en casi todos los reportajes que aparecen en los medios, la falta de financiamiento, junto al bloqueo, surgen como parte de los obstáculos mayores. El bloqueo no está en nuestras manos, obtener financiamiento para producir alimentos y crear las condiciones para que esa producción sea sostenible, sí. Posibilidades existen.

Solo un ejemplo, Cuba tiene en plan construir 4000 habitaciones anuales en hoteles cuatro y cinco estrellas, la mayoría de ellas con capital propio, proveniente de los ingresos del propio turismo. Creo que no hay que hacer una investigación muy profunda para demostrar que, con las habitaciones que tenemos hoy, dada la ocupación lineal que históricamente se ha alcanzado, y las perspectivas para los próximos tres o cuatro años, esas habitaciones son más que suficientes. Si miramos la cartera de oportunidades del turismo podemos comprobar que el costo de una habitación en hoteles cuatro y cinco estrellas según los proyectos presentados es de entre 150 y 200 000 dólares, esto es, entre 600 y 800 millones de dólares. Si la decisión de no empezar nuevas inversiones permite aprovechar una parte de ese dinero en la creación de poderosos de sistemas de producción de alimentos, donde todas las formas productivas tengan participación, creo que se ayudaría mucho a reducir aquella dependencia.

Y tenemos tierras que pueden ser licitadas a empresas extranjeras y a empresas cubanas no estatales para el fomento de la producción agrícola y de la exportación de esos productos, allí donde se pueda. Obviamente hay que cambiar muchas de las reglas de juego que existen hoy en la agricultura y en las regulaciones para la Inversión Extranjera Directa (IED), pero no es imposible.

También es posible fomentar empresas acopiadoras y distribuidoras que con capital propio puedan “competir” con nuestra eterna “Acopio”, ¿por qué no? ¿Por qué dejarle a una sola empresa, que, además no lo hace nada bien, ese enorme “negocio”, sólo porque es “estatal”? ¿Somos por eso más soberanos? Sólo hay que cambiar algunas otras reglas de juego, pero el reportaje que vi hace poco por la televisión del ciudadano cubano que podía acopiar decenas de toneladas de cebolla en buenas condiciones, demuestra que es posible. Entonces, ¿por qué no lo convertimos en una actividad lícita, que pueda ser regularizada por el Estado y controlada a través de los bancos?. ¿No es acaso posible?

***

Me pregunto:

¿Por qué mantener dos ministerios para atender un mismo y único problema?

¿Por qué no dejamos que nuestros campesinos, los que puedan, importen directamente los equipos que necesitan?

¿Cuándo cambiará la política de precios a los productores para estimularlos mejor?

¿Cuándo se decidirá cambiar las regulaciones sobre el sacrificio de ganado vacuno y recuperar aquellas instituciones tan tradicionales de los barrios como lo fueron las carnicerías, obviamente no estatales?

¿Por qué seguir persiguiendo a los productores privados de queso y obligarlos a venderlo de forma furtiva en las carreteras del país, en vez de fomentar e incentivar esas pequeñas producciones en un país donde la oferta de ese producto depende en mucho de importarlo a través de compañías extranjeras? ¿Qué le hace mas daño a Cuba?

¿Por qué se mantienen precios topados sobre la carne de cerdo en los llamados mercados agropecuarios de oferta y demanda cuando se sabe que es contraproducente y hoy esa decisión contribuye a fomentar la venta de carne de puerco fuera de esos mismos mercados a precios que son hasta un 90 % superiores a los topados? ¿Qué le hace mas daño a nuestra población, criminalizar la venta o transparentarla y obligar a la concurrencia de forma abierta?

¿Por qué no se permite la venta de huevos, pollos y gallinas (de patio) vivos en los mercados agropecuarios?

¿Por qué seguimos recurriendo a un sistema ineficiente de acopio y comercialización de productos agropecuarios?

¿Por qué no fomentamos la creación de un mercado del pescado donde todos los pescadores autorizados puedan vender sus productos sin las intermediaciones de esas empresas estatales que no han logrado resolver el problema (2)?

***

Sin dudas los territorios son también decisivos en la gran contienda por el desarrollo. Saber cada día cuan abastecidos o desabastecidos están los mercados de sus barrios, identificar los cuellos de botella, promover, estimular, incentivar la producción y la comercialización de agro alimentos a nivel micro y, sobre todo, no esperar por el Ministerio de la Agricultura. Fomentar las producciones familiares, incentivar las alianzas de pequeñas producciones a escala local, incluso con capital extranjero, lograr concretar realmente los aportes de la ciencia y la tecnología a esa escala y también los de las tradiciones, que es ese otro conocimiento que lamentablemente hemos desperdiciado ¿Cuánto potencial aún no se aprovecha a esa escala?

No hace falta ni un solo centavo de los que el Estado administra para hacer estas cosas.

Pensar como país, liberar las fuerzas productivas, hacer cosas distintas.

Atender al clavo, para que la herradura no se caiga.






1 Fue en la batalla de Bosworth, el 22 de agosto de 1495 contra las tropas de Enrique Tudor pretendiente a la corona de Inglaterra.

2 En el mercado de Cuatro Caminos se vendían más de 50 000 libras de pescado fresco todos los meses, capturado de forma artesanal en embarcaciones rudimentarias que existían antes de 1959.

( Tomado OnCuba)

1 comentario:

  1. Todas la preguntas de lo que no se hace, son como los caminos que conducen a Roma, la respuesta es la misma.
    Considero que si por alguna razón estas cuestiones, que la solución no tiene nada que ver con el Bloqueo económico de los E.U ni con las finanzas, no pueden solucionarse se deben explicar al detalle para que los que nos rompemos la cabeza pensando porque no se hace esto o aquello, nos dejemos de cuestionar y meditar sobre posibles soluciones.
    Si definitivamente tenemos que convivir con lo todo esto que está mal hecho, al menos saber que no se puede hacer otra cosa hasta que …….. alcancemos un nivel de desarrollo superior (no sé cómo) o se descubra que alimentarse es perjudicial para la salud.
    Rogelio Castro Muñiz

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