Roturas imprevistas y secuelas de la sequía mantienen en ascuas al sistema de acueductos y fuentes de abasto, sujeto a inversiones este año
Entre inversiones programadas y roturas doblemente irritantes por la sensibilidad del servicio y su condición inesperada, la administración de recursos hidráulicos ha mantenido protagonismo en Cuba este año, en franca competencia con la pandemia. Parte importante de las obras se concentran en torno a La Habana, eje de las limitaciones más preocupantes desde hace meses.
Una fractura imprevista en las redes de abasto de agua a la capital empañó en julio la conclusión días antes de una obra fundamental en igual dirección geográfica y la confirmación de la prioridad asignada por el gobierno a la actividad hidráulica. Al cierre de junio, varias brigadas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) repararon en 20 horas una articulación compleja de varias líneas del sistema de abasto El Gato. La tranquilidad llegó entonces al Este de La Habana.
Nueva avería
Pero diez días después la empresa Aguas de La Habana informó de una rotura en la conductora principal de 78 pulgadas del sistema de abasto llamado Cuenca Sur. La empresa alertó entonces de afectaciones en seis municipios habaneros, incluidos ahora los más céntricos y poblados e informó del inicio de reparaciones.
El director general de Aguas de La Habana, Leonel Díaz Hernández, dijo que la nueva avería en la Cuenca Sur era de grandes proporciones. Precisó que el sistema dañado aporta al centro de la capital unos 3 000 litros de agua por segundo y prometió suplir el déficit temporalmente mediante enlaces con otros sistemas de abasto. Las autoridades locales, entretanto, abastecen con pipas de agua a otras áreas y servicios afectados.
Las brechas y fugas de agua no dejan saborear muchas veces anuncios de costosas inversiones en los sistemas de abasto de la capital: Ariguanabo y Cosculluela, además de El Gato y Cuenca Sur. De marzo a junio se han rehabilitado 9,78 kilómetros de redes de acueductos con tecnología avanzada, se repusieron equipos de bombeo y se instalaron dos desalinizadoras pequeñas (Cojímar y Playa).
Las reparaciones e inversiones han ganado intensidad. Los tubos negros de gran diámetro, fabricados con polietileno de alta densidad, suelen ser visibles mientras aguardan a los constructores a la orilla de las carreteras de acceso a la capital o en cualquier rincón en los barrios de La Habana profunda.
Inversiones en Varadero
En el país avanzan otras inversiones para mejorar acueductos de ciudades, reservas de agua y canales de distribución a la agricultura y la industria.
Una de esas inversiones busca ampliar el abasto al balneario de Varadero con la construcción de un Centro de Distribución de Agua Potable para ese enclave turístico, en franca expansión inversionista desde hace unos años.
De acuerdo con reportes de la Empresa de Construcción y Montaje de Obras del Turismo, se encuentra en un punto avanzado el hormigonado del segundo tanque que servirá de reservorio de agua. Cada uno, con capacidad de 10.000 metros cúbicos.
El Presidente del INRH, Antonio Rodríguez, informó en el espacio televisivo Mesa Redonda que los programas hidráulicos no se detuvieron a pesar de la pandemia. Además de continuar las reparaciones planificadas, han priorizado el abastecimiento a puntos sensibles en el enfrentamiento a la covid -19, como hospitales y otras instalaciones de salud, los centros de aislamiento, los consejos populares en cuarentena y la producción de medicamentos y alimentos.
Alivio relativo
Sobre el abasto de agua en el país, después de una sequía que alcanzó matices preocupantes en los primeros meses del año, Rodríguez informó que la situación ha experimentado algún alivio. En mayo “llovió al 153 por ciento de la media. Solo dos provincias, Santiago de Cuba y Guantánamo, se quedaron por debajo de la media”, dijo.
La situación de las represas ha mejorado pero todavía se mantiene en niveles deprimidos. “En nuestros embalses se acumula el 53 por ciento del agua, 224 millones menos de lo que deberíamos tener, pero no cabe dudas de que hemos tenido una recuperación importante, y que además se ha podido garantizar hasta el cierre de mayo el balance de agua comprometido”, informó Rodríguez.
Bajo lupa se mantiene la capital, a juzgar por las declaraciones del Presidente del INRH. Cinco cuencas y fuentes de abasto a La Habana se encuentran en estado desfavorable: la de Jaruco, la de Ariguanabo, la de Almendares, la de Vento y el sistema Coca Zarza Bacuranao.
De ahí, la prioridad que otorga el gobierno al programa de inversiones en la capital, a las reparaciones cada vez que salta una rotura y a la insistencia en ahorrar y consumir racionalmente, en una ciudad que se traga 600 litros por persona, cuando los estudios estiman que debían ser 250. La realidad del suministro contrasta con ciclos demasiado elevados e incómodos en no pocos repartos y ciudades. (2020)
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