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sábado, 18 de julio de 2020

¿Nuevas medidas o implementación de lo acordado?

El Estado ha comenzado a acelerar, al fin, la puesta en vigor de los lineamientos aprobados tiempo atrás. En 2019 se informaba que solo se había implementado el 20% de los lineamientos acordados dos años antes.

Por Omar Everleny (OnCuba)



En Economía, una ciencia social, hay reglas y mecanismos que si no se utilizan en el tiempo requerido producen muchas afectaciones a la sociedad en general. Muchas veces se ponen en práctica ideas antes apuntadas por los economistas solo cuando la situación es apremiante y no se ven más salidas, y no pocas veces se demuestra que eran válidas. 

Los economistas hacen sus propuestas partiendo de lo aprendido; los hacedores de política proponen también ideas; los políticos proponen e implementan. Pocas veces coinciden y, por supuesto, no tienen por qué coincidir en todo. Pero lo que tal vez no quieren entender los directivos es que siempre hay un tiempo político, y ese tiempo estuvo apremiando en Cuba.

Por consiguiente, ya se estaba necesitando una fuerte inyección que permitiera ofrecer resultados concretos, no solo esfuerzos. Lo expresado el 16 de julio por los dirigentes cubanos en el programa televisivo Mesa Redonda da un aliento y un oxígeno necesarios a la situación que venía afrontando y aun afronta la economía cubana.

La situación crítica de la falta de las divisas, el decrecimiento esperado de un 8% en 2020 de la economía, las continuas escaseces de alimentos y el bochornoso bloqueo a que está sometido el país, indicaban las urgencias en la toma de decisiones.

Hace unos meses, en un trabajo publicado por la agencia IPS y por OnCuba se realizaba un somero inventario de medidas que podrían dar oxígeno a la población y estimular a esas fuerzas productivas inactivas presentes en Cuba. También se reflexionaba sobre si estarían alineadas o no a lo que las autoridades estaban pensando. Hoy podría decirse que esas ideas no estaban tan lejanas, toda vez que en la Mesa se mencionaron algunas de las que se habían propuesto en esa ocasión. Eran las siguientes:

  1. Ampliar la lista de los oficios aprobados para ejercer por cuenta propia.
  2. Crear mercados de insumos mayoristas con empresas extranjeras o firmas comerciales extranjeras para todas las formas de propiedad, incluyendo el Estado.
  3. Suprimir el gravamen estatal al dólar de Estados Unidos.
  4. Estimular los depósitos en USD en los bancos mediante un estímulo en las tasas de interés bancarias.
  5. Crear zonas económicas especiales para compras de ciudadanos cubanos en el territorio nacional con tasas de ganancias aceptables.
  6. La Ley de Empresas y la Ley de Cooperativas son leyes necesarias para legitimar todas las formas de propiedad.
  7. Implementar las micro, pequeñas y medianas empresas.
  8. Aprobar empresas exportadoras o importadoras que permitan que las formas no estatales canalicen sus insumos o ventas a través de las mismas.
  9. Los empresarios extranjeros verían con muy buenos ojos eliminar la agencia empleadora para las entidades extranjeras, es decir, permitir la contratación directa y cobrar los impuestos a los salarios que devengan los trabajadores allí contratados.
  10. Mayor proactividad en la búsqueda de capitales externos provenientes de individuos o familias cubanas residentes en el exterior.
El Estado ha comenzado a acelerar, al fin, la puesta en vigor de los lineamientos aprobados por el III Pleno del Comité Central del PCC del 18 de mayo de 2017. En 2019 se informaba que solo se había implementado el 20% de los lineamientos acordados dos años antes.

El vicepresidente del gobierno y ministro de Economía, Alejandro Gil, reflexionaba respecto al sistema de comercio interior: «se trabaja en el diseño de un mercado mayorista con ofertas en moneda libremente convertible (MLC), tanto para la base productiva como para el sector no estatal». Asimismo, anunció la próxima apertura de un grupo de tiendas minoristas dedicadas a la venta en monedas extranjeras.

Aunque la medida fue explicada por las autoridades y ya existe polémica al respecto, aquí no hay nada nuevo. Es solo retrotraerse al período 1993-2004. El Estado tiene que aceptar que hay un proceso de dolarización de la economía, beneficioso para obtener esas divisas, pero que a la vez encuentra críticas en amplios sectores de la población, que perciben sus bajos salarios en CUP. Estas actitudes son lógicas.

Lo expuesto en la estrategia en el sentido de iniciar el «diseño de la micro, mediana y pequeña empresa, siempre ajustadas a nuestras condiciones y no exclusivas del sector privado», constituye un paso crucial para desarrollar la pequeña industria cubana privada y determinados servicios.

Lo interesante y a la vez muy pragmático de las nuevas medidas fue la eliminación, a partir del próximo 20 de julio, del gravamen del 10% que se venía aplicando a los dólares estadounidenses que ingresaban al sistema bancario. Como dicen las autoridades, esta decisión sobreviene en medio de recrudecimiento del bloqueo y la hostilidad del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba. Hace unos meses en esa misma Mesa Redonda se exponía que no se podía suprimir por esa misma razón.

La idea de que la gestión no estatal pueda exportar a partir de empresas especializadas estatales no resulta descabellada, es un paso necesario: la posibilidad de exportar e importar por parte de los privados. Sin embargo, quedan interrogantes acerca de cómo estas empresas pueden ser eficientes con los privados cuando históricamente no lo han sido con las estatales. Creo debe perfeccionarse ese mecanismo si se pretende lograr resultados loables en la empresa no estatal.

Sin entrar en detalles sobre los principios de la estrategia anunciada ayer, algunos como la planificación centralizada deben profundizarse. Hasta el momento ha guiado la marcha de la economía cubana y los resultados han sido negativos o no esperados en términos de crecimiento económico, desequilibrios macroeconómicos e incremento de deudas, entre otros indicadores.

Estos principios son loables de acuerdo con el modelo económico del país, pero deberán traducirse en resultados concretos. Debe hacerse realidad lo que anunciaba el presidente cubano: no podemos seguir haciendo lo mismo en economía. Y me pregunto: ¿hay que seguir pensando cómo hacerlo? ¿No es ya hora de reconocer un camino más exitoso que el nuestro, el emprendido por Viet Nam?

Estaremos ansiosos de conocer la aclaración del ministro de Economía de que mantener la planificación centralizada no significa mantener la asignación centralizada de recursos. Trabajos ya publicados del economista y profesor universitario Oscar Fernández nos ponían en evidencia las inconsistencias de la planificación centralizada en Cuba, y cómo debía ser en las nuevas condiciones para obtener el desarrollo al que se aspira.

«Desterrar la mentalidad importadora», idea ya repetida durante las últimas reuniones del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, no indica que esa mentalidad se va a resolver rápidamente. Mientras, a la industria manufacturera no se le han asignado los montos de inversiones necesarias para romper con la descapitalización que sufre.

Un análisis de las inversiones durante los últimos cinco años da cuenta de que el turismo y otros servicios han recibido los mayores volúmenes. Por consiguiente, ese tema es más voluntad que realidad, a no ser que el próximo plan a aprobar vaya en el sentido de mejorar la producción nacional a partir de la asignación de más inversiones.

La demanda interna desempeña un papel dinamizador en cualquier economía, solo hay que dirigir la mirada hacia China, cómo intenta sortear su economía en la etapa post COVID-19. El economista Mauricio de Miranda expresaba recientemente: «no debe confundirse el concepto de demanda con el de necesidad. En Cuba la escasez generalizada de bienes esenciales para la vida moderna se combina con una insuficiente demanda solvente de la mayor parte de la sociedad, sencillamente porque los ingresos de la mayoría de la población no son suficientes para asegurar el consumo de una canasta básica de bienes y de servicios adecuados para las condiciones de la vida moderna».

Muchos temas se esbozaron en las intervenciones de las autoridades, pero seguir comentando lo que se ha expuesto no tiene sentido si aún no se han explicado concretamente en qué consisten las propuestas, ni el tiempo que hay para tomarlas.

Solo se sabe que las próximas medidas van en la línea de potenciar las fuerzas productivas, atraer las divisas en manos de una parte de la población, quitar trabas e impedimentos para el funcionamiento de las entidades y dar autonomía, entre otras. Aunque se menciona la necesidad de evitar los monopolios, estos no están solo en la agricultura.

También continúa dilatándose la solución al problema de la multiplicidad de monedas y tasas de cambios. Es un momento propicio para sacar de circulación al maltratado CUC, y de pasar esas tiendas que aún quedarán fuera del circuito racionado al CUP. Al final del día es la moneda en la que se expresan los salarios nacionales.

En conclusión, resulta prematuro aventurar los resultados de las nuevas medidas, aunque en su conjunto son válidas y un vehículo necesario para salir del estancamiento. Si son orientadas con la nueva filosofía de hacer las cosas distintas, pueden conducir al país a un nuevo momento económico donde todos los ciudadanos ganen y vean los resultados concretos de su quehacer diario.

2 comentarios:

  1. Lo que plantea la estrategia no es nuevo.de eso y más se viene hablando hace años y se instrumento muy poco.que garantías hay de que no suceda igual?mas que el discurso hace falta concreción

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  2. Nuevas y alentadoras noticias. Pero por favor es su realización lo que producirá un avance hacia adelante. Hagamos la ya. Publiquen el programa de acción. Solo sabemos que el día 20 de Julio se abren las tiendas de divisas. ¿Cuando veremos publicado el calendario de aplicación de lo demás, que es pollo del arroz con pollo?

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