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sábado, 26 de septiembre de 2020

El regreso del dólar – III ( final)

 SINE DIE  150

Tercera Etapa

juan m ferran oliva                                               septiembre 28 de 2020


La estrategia económica del país prevé, entre otros objetivos, el rescate de los trabajadores autónomos. Reciben también el nombre aplatanado de cuentapropistas. Se rigen por la ganancia y pueden tener empleados. Se elude el calificativo pero son capitalistas de poca monta. El Partido-gobierno ha decidido recuperarlos como entes económicos importantes.

Los cambistas aprovecharon la multa del 10% impuesta al dólar y lo compraban a la par o a un nivel cercano con el CUC. Las operaciones de cambio crecieron a mediados de 2019 cuando se evidenció la exagerada emisión del chavito que lo devaluó respecto al dólar.

La iniciativa privada descubrió nichos en las debilidades de la oferta. Un grupo de  negociantes –algunos improvisados- desarrolló un mercado informal con suministro en Estados Unidos, Panamá, México y  otras regiones. Electrodomésticos, medios computacionales,  motocicletas, vestuario y otros bienes fueron sus renglones mas socorridos aunque no únicos. Los involucrados compraban dólares en Cuba, los invertían en el exterior y regresaban en forma de mercancías de fácil venta.  En 2018 se realizaron 459.000 salidas con tales propósitos[1].

La génesis de las recién abiertas tiendas en dólares se relaciona con esta situación. El Estado se propone acopiar las divisas que el mencionado tráfico deja en el extranjero.

Como se señaló anteriormente Sin divisas no hay país. Las vías de captación se muestran en el cuadro adjunto. Sombreadas en naranja son consignadas las que entran a través de los mecanismos empresariales establecidos. En verde las que llegan a la población. Sus principales vías eran las remesas desde el exterior y los gastos de bolsillo turísticos, ambas en crisis debido al Covid 19..

Actualmente los ingresos turísticos externos prácticamente se han detenido.  Continúan llegando remesas pero con una grave alteración. Una disposición interna   reciente obliga a que se cambie a pesos cubanos (CUC o cup)  el monto recibido. Es una arbitrariedad administrativa y un estimulo a la informalidad. Quienes reciben a través de mulas escapan a este ukase. En rigor, el remitido tiene derecho a recibir el mismo tipo de moneda que le envía el remitente. 

Cuando a raíz del Periodo Especial el Estado aprobó indeclinables formas económicas abrió una Caja de Pandora. De ella salieron los diablos del intercambio. Guste o no, hay que lidiar con el mercado que es un mal amo pero puede ser un buen empleado. Todo está en que no se violen sus leyes que  pasan la cuenta cuando se transgreden.

Gracias a la iniciativa de los mencionados  privados, el Estado descubrió un venero de divisas. Las tiendas que operan en dólares mediante tarjeta magnética son su expresión.  La argumentación gubernamental es que con lo percibido en ellas se abastecerán las de moneda nacional ¿se cumplirá este propósito? De cualquier forma, las medidas anti pandemia han cesado todo movimiento particular.


Aparte de su insuficiencia global, la oferta minorista estatal adolece de inconsistencia estructural. Es un viejo mal. Un consumidor puede acudir al mercado en procura de una necesidad puntual; al no encontrarla decide emplear su presupuesto en otra no planeada. En términos monetarios, el monto global de la oferta realizada no se afecta pero se produce una insatisfacción solapada de la demanda[2]. En los años 1986 al 1988 se llevó a cabo una singular encuesta para ponderar tal deficiencia. Posiblemente fue la única realizada con ese propósito[3]. Dio a conocer que sólo alrededor del 10% de los  renglones del modestísimo modelo de oferta adoptado como referente estuvieron siempre a la venta. Alrededor de la tercera parte aparecieron y desaparecieron de las tiendas de manera intermitente. La mayoría  –algo más de la mitad – nunca se ofrecieron. Con la desaparición del ICIODI[4] cesaron estos análisis. Acontecimientos posteriores mejoraron la situación  pero la inconsistencia se mantiene; ocurrió antes en las llamadas shopping, lo es ahora en los establecimientos habilitados para el reaparecido dólar. No tienen de todo.

Es probable que la inconsistencia estructural de la oferta se mantenga. Será la oportunidad que prolongará el comercio informal detenido temporalmente por la pandemia. Crecerá entonces  el también irregular tráfico monetario de los cambistas. En los momentos que corren cotizan el dólar en un rango de 1.60 a 1.90 CUC.  En ello influye su escasez pero también la represión que amenaza al cambista y a su cliente.

A las endémicas deficiencias de la economía  se suman los efectos internos y exógenos de la pandemia.  El equipo de gobierno afronta una situación extrema. En su afán por imponer disciplina y atenuar efectos negativos se ve obligado a actuar con mano dura. Ojalá no se haga hábito y no degeneren en un totalitarismo en el que todo lo que no esté prohibido sea obligatorio.

El regreso a la centralización absoluta es impensable. La admisión de  la actividad autónoma introduce las leyes del mercado.  Tratar de domeñarlo a la fuerza es como poner un cinturón de castidad a una ninfómana. Sólo es maniobrable indirectamente.

Aparte de su efecto práctico, el canje informal libre de represiones puede servir para conocer la relación entre la moneda nacional que se adopte y el dólar aceptado convencionalmente como patrón internacional. En fin de cuentas, el cambista es un comerciante y ha de concedérsele el derecho a actuar como tal.

Los problemas a resolver son peliagudos. Debe confiarse en la generación que dirige al Estado. Seguramente hallará salidas sin apegarse a dogmas ni a viejos hábitos voluntaristas. Pensará como país y utilizará métodos indirectos en lugar de los represivos. Así sea. Han transcurrido 60 años desde 1959. Los derechos del ser humano tienen más importancia que las razones de Estado.

Valgan, para terminar, los siguientes versos barrocos de Calderón.

Los casos dificultosos

y con razón envidiados,

iniciánlos los osados,

acábanlos los dichosos

Ojala que sin olvidar a los osados, no demore el triunfo de los dichosos.

FIN

[1] Torres, Ricardo y Segui, Michel. El Mercado Informal de divisas en Cuba. documento circulado via e.mail en septiembre 9 de 2020.

 [2] Fue la debilidad del Plan de Caja, que se preocupó del aspecto del circulante monetario, pero obvió la satisfacción del consumidor.

[3] Ferran Oliva, Juan M. Informe sobre el consumo de la población, ICIODI.  Diciembre de 1993. Pág. 54 y 55

[4] ICIODI. Instituto Cubano de Investigación y Orientación de la Demanda Interna. Eliminado  a raíz del Periodo Especial.

2 comentarios:

  1. El nombre de cuentapropista no es popular (aplatanado) es legal, se creó por El Estado para designar al trabajador individual autorizado y desvinculado totalmente del sistema empresarial de este. Pero no es un nombre sin significado puesto al azar, por el contrario define claramente que si trabajas fuera del sistema estatal todo va por tu cuenta, beneficios y dificultades. Y por demás El Estado no te apoyará en nada. Por eso con el tiempo paso de una actividad simple de oficios a un sistema complejo lleno de ilegalidades, dada la falta ante todo de recursos en un mercado mayorista con estos fines.
    Rogelio Castro Muñiz

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  2. El comercio informal abastecido generalmente con productos importados llegó a niveles inimaginables como se explica en el artículo por debilidades, pero no sólo de la oferta también por estar de espaldas a la realidad, práctica que... vamos a echarle la culpa a la burocracia, otros nombres que lo pongan otros. Ver un fenómeno y no actuar con rapidez es un hábito, hay que esperar que otro diga el problema (de arriba), pues nadie arriesga su puesto por criticar lo orientado.
    Hoy ese mercado informal se mantiene y se abastece de las tiendas en MLC (USD). Quien no lo ve?
    Pero la solución la puede dar un niño de primaria, mas no la puede plantear ni el mejor de los ministros.
    Muy simple hay que mantener la oferta en USD a bajos precios y la de CUC o CUP de los mismos productos a precios altos (en cuanto? lo dice el mismo mercado informal). Este fenómeno se aprecia en lo fundamental en los electrodomésticos que tienen una demanda infinita como si fueran productos de primera necesidad.
    Rogelio Castro Muñiz

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