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miércoles, 16 de septiembre de 2020

Lo subjetivo en el ámbito laboral


Por Jorge Rodríguez Hernández* 

Periodista-investigador 

En el socialismo debemos prestar gran importancia al factor subjetivo 

Elier Ramírez Cañedo 

(Catauro, No 32, p.77, 2015) 

La telenovela cubana En fin, el mar, mostró varios pasajes sobre el robo de pescado en una industria procesadora del alimento. Incluso, exhibió el modus operandi de los comisores de tal delito, uno de los rasgos del mercado negro o economía subterránea. 

En no pocos centros laborales de la Isla- peculiaridades aparte de sectores y ramas- está presente el llamado “chivo”, individuo que realiza labores “por cuenta propia” en el sitio donde está empleado, utilizando equipos y materias primas de esa dependencia. La nociva práctica encontró espacio en otros sectores económicos emergentes, tras el inicio de la actualización del modelo económico-social, y viaja a bordo del mismo. 

La convocatoria al Vigésimo Primer Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), realizada en enero de 2018, llamó a “luchar denodadamente contra las manifestaciones de robo, ilegalidades y corrupción que tanto daño nos hacen”. (Trabajadores: enero 2018) 

En las Bases para el Fortalecimiento de la Misión del Movimiento Sindical Cubano, se señala que “corresponde a la CTC y los sindicatos elevar la combatividad y ratificar al colectivo laboral como principal escenario de actuación en el enfrentamiento al delito, las indisciplinas y la corrupción, convirtiéndolo en baluarte ideológico de la Revolución, ganando conciencia en los trabajadores de la importancia de su participación en el combate contra este flagelo”. (Trabajadores: mayo 2011) 

A renglón seguido del párrafo anterior, en el citado documento aparece esta pregunta: “¿Cómo elevar a planos superiores la prevención y el enfrentamiento a estos fenómenos?” Las respuestas a esta última interrogante, pudieran ofrecer múltiples miradas a una problemática que el socialismo no ha logrado resolver, y que constituye de hecho el asunto menos estudiado del mismo. Tal es así que en 1922, Lenin hizo un análisis acerca de ¿cómo hacer que el socialismo penetre en la vida diaria? (Rodríguez Hernández: 1994) 

La insuficiente asimilación de la propiedad social constituye un elemento esencial a tener en cuenta al indagar sobre las causas que propician ciertos niveles de participación ciudadana en uno u otro rasgo de la economía sumergida. 

Investigadores sociales consideran en extremo peligroso, la violación del principio socialista de distribución salarial: a cada cual según su trabajo, de cada cual según su capacidad. Opinan que esto ha provocado profundas desviaciones, como la tendencia a querer obtener de la sociedad más de lo que se aporta. Se desvaloriza el trabajo como fuente de riquezas, como modo de vida y primer valor social. (Bohemia: septiembre 1991) 

El salario, cuando su pago no depende del aporte personal ni de las condiciones de trabajo, y tampoco de los resultados finales de este, ello pudiera afectar no solo la eficiencia económica, sino además suscitar descontento y la búsqueda de otras vías de ingresos no provenientes del trabajo. 

Hay factores psicosociales que pueden desestimular las buenas actitudes e incentivar conductas especulativas y agiotistas en los individuos, cuando estos últimos no son empleados correctamente, y priman en su entorno otras consideraciones extra laborales, ajenas al normal desarrollo de las relaciones interpersonales. 

El salario, como forma concreta de redistribución de la riqueza social, no puede, ni debe, estar sujeto a factores extra laborales: tráfico de influencias, nepotismo, amiguismo, favoritismo, socialismo, fraude y malversación, entre otras prácticas, lo suficientemente nocivas, como para generar conflictos en las relaciones interpersonales de un colectivo, tanto entre los propios trabajadores, como entre el dirigente y sus empleados. 

La asimilación de la propiedad social no puede desvincularse de la utilización plena de las capacidades físicas e intelectuales del hombre y sus posibilidades de desarrollo. 

¿Cuántas iniciativas creadoras, factibles de ser aplicadas a favor de la eficiencia socialista, no devienen a veces en vías para fomentar la corrupción, el delito e ilegalidades en el ámbito laboral, porque falta el reconocimiento, los incentivos, a los resultados positivos del trabajo, tanto en el orden material como espiritual, para que contribuya al incremento del prestigio del individuo en su medio laboral y social? 

Cuando un trabajador se incorpora a un colectivo lo hace con no pocas expectativas, pues él espera de los demás trabajadores y de sus dirigentes una actitud correcta hacia la propiedad socialista, y está dispuesto a que los demás esperen de él la conducta correspondiente. 

Hay explicaciones acerca de la insuficiente asimilación de la propiedad social, que requieren de un acercamiento a las investigaciones sociales, una de las cuales considera que “las relaciones de producción socialista en su forma estatal, constituyen el eje alrededor del cual se desarrolla la producción social del país. Sin embargo, en el aspecto cualitativo tienen un desarrollo limitado ante todo por la poca madurez de la relación de propiedad socialista en la producción, la distribución, el cambio y el consumo”. 1 

Con respecto al tema en cuestión, las indagaciones comprobaron “que en Cuba ha existido una cuestión bien diferente de su realización real. Existe una diferencia entre la socialización de derecho y la socialización de hecho que ya Lenin había avizorado” 2, lo cual permitió a los estudiosos concluir: “que se reconozca jurídicamente al estado como dueño de los medios de producción no significa necesariamente una socialización real”.3 

A partir de estas y otras consideraciones similares, avaladas por criterios de expertos, urge a las organizaciones sindicales y empresariales trabajar, con la decisiva participación y apoyo de los trabajadores, en la búsqueda de formas que permitan que “la socialización de derecho y la socialización de hecho”, tengan una expresión real y tangible en el entramado socioeconómico cubano, donde la propiedad social es consuetudinariamente vulnerada, con un saldo negativo en el orden ético-moral, monetario y material. 

Lo subjetivo 

Hacia el interior de los colectivos laborales se observan no pocas falencias en el aspecto subjetivo, algunas de las cuales apuntan a un tema clave como la corrupción, el delito y las ilegalidades, cuyas manifestaciones se expresan a través de diferentes rasgos de la economía subterránea. 

Los reportes publicados por el semanario Trabajadores acerca de las Asambleas Municipales XXI Congreso de la CTC constituyen señales de alerta sobre un asunto cuya solución no permite espera, lo cual requiere de un enfoque integral, sistémico y multidisciplinario. 

Baste reseñar algunos de los informes ofrecidos por el citado medio de prensa, para tener una idea de lo vital que resulta , reducir al máximo esta problemática- lo ideal sería eliminarla- que, de una forma u otra, afecta la vida económico-social del país. 
  • En julio de 2018, Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la CTC nacional, dijo estar contento, pues tenía un resumen de los planteamientos hechos por los trabajadores, desde el inicio en junio, en las asambleas de discusión del documento contentivo de las Bases para el Fortalecimiento de la Misión del Movimiento Sindical Cubano, en las cuales ´´la gente dice que sí, que se puede acorralar los problemas de los robos, el delito y las ilegalidades´´. (Perdomo Larezada: julio 2018) 
  • En la Conferencia de la CTC en el municipio Matanzas, se conoció que las acciones puestas en práctica especialmente en lugares considerados vulnerables, no pudieron impedir la ocurrencia de 165 hechos, la mayoría hurtos, destacando que comercio y gastronomía y deportes, se sucedieran fenómenos marcados por la corrupción (…) El prejuicio económico por los robos detectados superó los 632 mil pesos y los 50 mil CUC. (Perdomo Larezada: julio 2018) 
  • En el CX Pleno del Consejo Nacional de la CTC, celebrado en diciembre de 2018, Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, expresó que el potencial real que tenemos es para crecer más, evitar la indolencia, el desvío, el robo: son recursos que no van al PIB. (Tellería y Martínez Triay: diciembre 2018) 

De puntos geográficos tan diversos como equidistantes: Viñales, Pinar del Río; Tercer Frente, Santiago de Cuba; y Sagua la Grande, Villa Clara, por solo citar algunos territorios del país, están activadas las alarmas- a juzgar por los planteamientos hechos en estas reuniones- dentro del amplio y diverso movimiento sindical cubano, en cuyo seno se afilian e interactúan, de una forma u otra, más de tres millones de personas empleadas en el sector estatal y algunos de los cerca de un millón trescientos mil que se desempeñan por su cuenta. 

A partir de la actual composición de la fuerza de trabajo en la Isla, sujeta a una mayor diversificación hacia futuro, dada las transformaciones socioeconómicas en curso, habrá que concretar alianzas estratégicas entre quienes laboran en los sectores estatal, privado, cooperativo y mixto, entre otros, pues entre los autores de hechos delictivos y de corrupción se establecen oscuras simbiosis entre uno u otro modelo de gestión, para trasvasar recursos y traficar influencias. 

En sectores como educación y salud pública, los cuales pudieran ser considerados “las joyas de la abuela”, hablando en términos económicos, se advierten también algunas de las citadas tendencias negativas, lo cual constituye una suerte de “asalto al botín social”, cuya sostenibilidad como conquistas de la Revolución ha requerido de la asignación estatal de cifras monetarias de varios dígitos, durante más de media centuria. 

Las estadísticas de las finanzas públicas son artos reveladoras, pues solo en La Habana el 70 por ciento de los gastos presupuestarios se concentra en los sectores de salud pública y educación, en los cuales se erogan diariamente más de dos millones doscientos mil y más de un millón ochocientos mil pesos, respectivamente. Cuál no será entonces el monto de tales gastos a nivel de país. (Rodríguez Hernández: 2015) 

En determinados segmentos poblacionales se ha entronizado una “cultura de rebusque” 4, de acuerdo a las investigaciones realizadas por el antropólogo Pablo Rodríguez, quien considera que la prolongada crisis de los últimos cinco lustros “han generado las condiciones para que muchas de las estrategias de sobrevivencia adoptadas ante la coyuntura hayan pasado a instituirse como pautas culturales”. 5 

El citado experto considera también que “cualquier modelo de reajuste o enfrentamiento a la crisis que no considere este factor cultural puede conducir a resultados inesperados”. 6 

Armando Hart Dávalos, en su amplia obra ensayística, ha abordado, de una forma u otra, los errores cometidos en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Europa oriental, los cuales dieron al traste con el llamado “socialismo real”. 

“Las causas fundamentales de que el más vasto proyecto de liberación humana emprendido en esta centuria sufriera un colapso tiene, pues fundamentos culturales” 7, escribió Hart, quien consideró que “la subestimación de los valores subjetivos y de lo que se ha dado en llamar superestructura y su tratamiento anticultural se hallan en la médula de los graves errores cometidos”. 8 

A propósito de esto último, el destacado intelectual aseveró que “se pasó por alto que la cultura, en su acepción integral, está en el sistema nervioso central de toda civilización. Estas son lecciones válidas para todas las civilizaciones porque ninguna de ellas hasta aquí ha estado exenta de grandes debilidades de carácter moral”. 9 

La sociedad próspera y sostenible a la que aspiramos, pasa por la restitución de la subjetividad afectada en determinados segmentos poblacionales, tanto dentro como hacia afuera del ámbito laboral. La eficiencia y eficacia en la actualización del modelo económico-social dependerá, en buena medida, de presupuestos éticos y espirituales sólidos, que avalen, en las prácticas, los ideales del proyecto económico-social que enarbolamos. 

La realización personal del individuo, como sujeto y objeto principal, de estas transformaciones, requerirá también de prácticas económicas cada vez más solidarias en el entorno corporativo, donde no se violen asiduamente las leyes objetivas de construcción del socialismo y todo transcurra en un ambiente ajeno al delito, la corrupción e ilegalidades. 

El movimiento sindical cubano, inmerso actualmente en la implementación de los acuerdos adoptados en el XXI Congreso de la CTC, tiene la posibilidad de ayudar, de forma decisiva, a revertir las tendencias negativas que se advierten hoy en el ámbito laboral, con manifestaciones en determinados sujetos, tanto desde el punto de vista individual como colectivo. 

Los citados sujetos crean su propia escala subjetiva de valores, diferente a los demás, y es preciso tomar en cuenta que esa subjetivación se realiza a través de complicados procesos de valoración, permitiendo al sujeto enjuiciar la realidad desde el ángulo de sus necesidades, intereses, ideales, aspiraciones y gustos, según opinan especialistas.(Fabelo Corzo: 2011) 

Para asumir con éxito esta estratégica misión, hay que tener presente que los reguladores internos de la actividad humana dependen en buena medida de la coincidencia de los intereses individuales con los de la sociedad (Fabelo Corzo: 2011), algo a considerar muy bien en las condiciones de Cuba, donde se advierten algunas situaciones incoherentes y desarticuladoras, con un impacto negativo en la subjetividad. 

El propio Armando Hart Dávalos, cuando se desempeñaba como ministro de Cultura, interpelado acerca de cómo “hacer retroceder la delincuencia y las conductas antisociales”, comentó: “Analícese cualquier problema práctico de nuestra vida, allí donde hayamos logrado avanzar moralmente o allí donde se observa determinado déficit y se encontrara, de trasfondo, un fenómeno relacionado con la cultura del país”.10 

No podemos desentendernos de esas realidades. Hart también advierte de este peligro: “¡no botemos el termómetro porque si botamos el termómetro porque tiene fiebre, nunca sabremos atenernos a la realidad(…) La cultura es un termómetro(…) En este sector, se aprecian los problemas de la sociedad(…) entonces, es un termómetro”. 11 

Relegar el tema de la subjetividad a un segundo plano, constituiría un grave error, no solo en el presente, sino hacia futuro. Ningún grupo social escapa a las problemáticas descritas, relacionadas con el delito, la corrupción e ilegalidades, porque en Cuba tanto daño hacen las “larvas” como los “mosquitos”. Unas y otros infestan, de una forma u otra, el cuerpo social, a través de acciones corruptoras en menor y mayor escalas, respectivamente. De ahí la necesidad y urgencia de eliminarlos, dado el peligro que representan ambos, para la prosperidad de un proyecto de país, en el orden individual y colectivo. 

Notas 

1 Bohemia, La Habana, 22 de septiembre de 1991, pp.28-32 

2 Ibídem 

3 Ibídem 

4 Catauro, revista cubana de antropología, Fundación Fernando Ortiz, La Habana, Año 15, números 29-30, 2014, pp.186-204 

5 Ibídem 

6 Ibídem 

7 Cultura para el desarrollo. El desafío del siglo XXI. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2001, p.140 

8 Ibídem 

9 Ibídem pp.140-141 

10 Bohemia, La Habana, 14 de diciembre de 1990, pp. 54-58 

11 Ibídem 

* Periodista, especializado en temas económicos. Hace más de treinta años investiga sobre mercado negro, asunto sobre el cual cuenta con tres textos inéditos, además de escribir varios ensayos al respecto. Coautor del libro Yo soy Fidel. Pensamiento económico-social, publicado por la Editorial Ciencias Sociales. El texto también se editó en Italia. Obtuvo mención en XVII edición del Premio de ensayo Pensar a Contracorriente. Premio Especial sobre el pensamiento económico del Che, convocado por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC), en ocasión de su Séptimo Congreso (2013). Premio de Ensayo Periodístico en el concurso 55 Aniversario de la Planificación en Cuba, otorgado por el Ministerio de Economía y Planificación en Cuba (2015). Alcanzó en 2017 mención en el Concurso de ensayo breve, en la categoría de ciencias sociales, convocado por la Revista Espacio Laical, perteneciente al Proyecto del Centro Cultural Padre Félix Varela. Posee varios premios en concursos periodísticos provinciales y nacionales, entre ellos galardones anuales de periodismo económico. Premio por la Obra de la Vida ´´Guido García Inclán´´, conferido por la Delegación Provincial de la UPEC de La Habana. Trabajos suyos sobre economía cubana y economía sumergida han sido publicados en medios de prensa provinciales, nacionales e internacionales. Columnista habitual de temas económicos en espacios informativos radiales. Preside la Sección de Base de la ANEC y la filial científica provincial de Periodismo Económico de La Habana.


                                      

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