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miércoles, 9 de septiembre de 2020

Resumen semanal sobre la evolución de la economía mundial (del 1 al 7 de septiembre 2020 – No.36/2020)

CENTRO DE INVESTIGACIONES DE LA ECONOMÍA MUNDIAL. CUBA

En torno al debate estratégico de cuánto se alejan las fluctuaciones en los mercados financieros de la economía real. Según Michael Spence (Premio Nobel Economía) “Si bien es cierto que los mercados de valores alcistas están fuera de sintonía con la contracción histórica de la economía real, decir que están desconectados de ella no tiene sentido”. Resulta importante resaltar que la mayoría de los comentarios en este tema se concentran en la “divergencia”. Mientras por una parte los índices generales del mercado de valores están en máximos históricos o cerca de ellos, gran parte de la economía real se mantiene tratando de salir de una de las recesiones más graves de la historia. El índice Russell 20001 ha bajado un 5.4% en lo que va del año, el S&P 500 y  el Russell 3000 se han recuperado completamente hasta sus niveles previos a la pandemia, y el Nasdaq, que se inclina hacia las empresas digitales y de alta tecnología, ha subido 26%. En este sentido, muchos analistas han concluido que el mercado está desvinculado de la realidad económica.
Para Spence, los mercados reflejan los rendimientos reales esperados del capital en el futuro. El futuro esperado del capital se reflejaría en el presente.  Lo cierto es que las valoraciones de mercado se basan cada vez más en activos intangibles, entre ellos la propiedad y el control de los datos, que confieren sus propios medios de creación de valor y monetización. La creación de valor incremental en los mercados y el empleo son divergentes Esto ya era cierto incluso antes de la pandemia, pero la tendencia se ha acelerado, debido a la rápida adopción de tecnologías digitales.
Algunas conclusiones sobre estas realidades económicas resaltan que la economía pandémica ha acelerado la creación de valor de activos intangibles a través de empresas con relativamente menos empleados, lo que puede incrementar el volumen de los desempleados; y debe esperarse que esta tendencia continúe. Las empresas tradicionales podrían recuperarse a más largo plazo, pero la desconexión entre la creación de valor entre empresas en función de los intangibles por empleado persistirá y seguirá siendo un importante desafío económico y social. La idea de que los mercados y la economía son divergentes refleja un enfoque limitado ya que separa la evolución de estos mercados de la esencia misma del capital financiero y las nuevas tecnologías como expresión potenciada de los intereses del capital. Si la economía real no tributa a las ganancias, se desplazan los flujos hacia aquellos sectores donde se hace redituable la inversión. Dada la enorme contribución de los activos intangibles digitales a la creación de valor, una forma para revertir la tendencia de creciente desigualdad de la riqueza pasa, fundamentalmente, por el tema del desarrollo, ya sea endógeno o en virtud de la inversión extranjera directa en estos sectores, y el acceso a tecnologías de este tipo.


1 El índice Russell 2000 mide el desempeño de aproximadamente 2,000 compañías de pequeña capitalización en los Estados Unidos; mientras que el Índice Russell 3000 se compone de 3,000 de las compañías más grandes de ese país.

Elementos que marcan a EE.UU como un "estado fallido". En opinión del periodista Shannon Molloy ”este país está lejos de ser el hegemón dominante que ha sido durante siglos”. En opinión del experto, EE.UU. exhibe todos los indicadores clave que los expertos políticos utilizan para caracterizar un estado fallido. Está en crisis, convulsionado por disturbios y las protestas, afectado por la pandemia que cobra cada vez más vidas y revela la incapacidad de las autoridades para lograr su contención; además, se dirige hacia una elección presidencial dirigido por un hombre que posiblemente ha dividido la nación como ningún otro antes que él. Es cierto que América se ha enfrentado a graves problemas relacionados con esos indicadores de un estado fallido, pero quizás no todos al mismo tiempo. Décadas de inacción en el tratamiento de los fallos sistémicos, en particular en lo que respecta a la desigualdad social, arrojan los siguientes resultados:

1)   La desigualdad ha empeorado. El conflicto étnico y de clases es uno de los mayores desafíos y constituye una señal de que las poblaciones de clase baja y media, que aún se están recuperando de la devastación económica de la crisis financiera mundial, están más allá del punto de ruptura. La brecha entre ricos y pobres se está ampliando, la clase media americana se está reduciendo y el 1% más alto se apropia del pedazo más grande del pastel. Los resultados sanitarios de los estadounidenses son muy pobres en comparación con otros países desarrollados, a pesar de disponer de los gastos de salud per cápita más altos del mundo.
2)      Las instituciones se derrumban. Según el medio de comunicación RollCall, la riqueza colectiva de los políticos aumentó en una quinta parte en dos años hasta alcanzar los 2.400 millones de dólares. Por otra parte, la capacidad de los gobiernos para hacer las cosas también ha disminuido significativamente. El gasto en infraestructura se ha estancado. El rendimiento de los estudiantes en los niveles primario, secundario y universitario ha caído de los primeros puestos. Los estadounidenses pagan más por la atención médica y los medicamentos que en otras partes del mundo, a pesar de que van menos al médico y pasan menos días en el hospital. Los EE.UU. ocupan el 34º lugar mundial en cuanto a esperanza de vida. El sistema de salud gasta más del doble en costos administrativos que cualquier otra nación desarrollada. En cuanto al éxito de la otra actividad más costosa del país, la defensa, el ejército estadounidense se ha vuelto cada vez menos capaz de ganar guerras, incluso cuando su ventaja en cuanto a gastos y a la cantidad y sofisticación de sus armamentos se ha ampliado con respecto a sus rivales reales y potenciales hasta un nivel sin precedentes en la historia del mundo. La polarización política también es peor que nunca.
3)   Son problemas de larga data: No puede obviarse la tentación de culpar al presidente Trump, por los problemas actuales, pero en realidad esta historia no comenzó en 2016. Es cierto que la reforma de los impuestos de las empresas y la desregulación de la industria han fracasado en gran medida en mejorar los medios de vida del estadounidense medio, pero los resultados a la vista solo son el resultado de décadas con enormes problemas que no han sido resueltos.

4)   La pérdida de la hegemonía global de los EE.UU. ha sido anunciada en incontables ocasiones, pero no hay duda que la multitud de complejos desafíos a los que se enfrenta el país son hoy mayores a los observados en otro contexto y ocurren simultáneamente. Si adicionalmente, el país que otrora era considerado como el más fuerte en una diversidad de sectores, hoy no cuenta con la capacidad institucional elemental para enfrentar estos procesos, la tarea puede ser descomunal y la formación de un mundo global mucho más fragmentado, un hecho.

China mantiene su recuperación económica aunque a un ritmo inferior al esperado. En agosto, el índice de gestores de compra (PMI) del sector manufacturero ha revelado 51 puntos, una cifra ligeramente inferior a los 51,1 que obtuvo el mes anterior y por debajo de los 51,2 que presagiaba el consenso del mercado. La leve disminución del PMI en agosto se debe a las inundaciones en el sur de China, que redujeron el rendimiento de las cosechas a la mitad. Según el tamaño de las empresas, los PMI de aquellas de mediano y gran tamaño han seguido creciendo, mientras que las empresas pequeñas se han sumido aún más en terreno negativo. El crecimiento en el sector manufacturero es una buena noticia, pero aún quedan problemas por resolver.

El aumento de las exportaciones en agosto ha sorprendido al mercado dado  su tendencia alcista, ya que ha subido desde el 7,2% en julio hasta el 9,5% en agosto. Las causas se hallan en la combinación de las exportaciones de productos relacionados con el COVID-19 y la relajación de las medidas de confinamiento en el extranjero. Sin embargo, el crecimiento de las importaciones ha sufrido, sobre todo, la incidencia de los precios y se ha contraído hasta el -2,1% desde el -1,4% anotado el mes pasado. Las barreras arancelarias representan un incentivo para que China diversifique sus exportaciones y se desplace a un segmento distinto del margen de mercado estadounidense. A su vez, el gigante asiático ha reducido a un ritmo constante la importación de productos estadounidenses. Se mantiene el escenario oficial que contempla una recuperación con forma de “V” de la economía china, un aumento de la tasa de crecimiento del PIB hasta el 5% en el tercer trimestre y hasta el 6% para el cuarto trimestre de 2020 lo que generaría un crecimiento anual del 2,2% para 2020.

Los precios del petróleo cayeron a su menor nivel desde el 1 de julio, en su quinta sesión de declives, presionados por temores en torno a que la recuperación de la demanda pueda continuar debilitándose si las infecciones de coronavirus siguen multiplicándose en el mundo. El lunes 7 de septiembre, los precios del barril cayeron porque Saudi Aramco recortó los precios oficiales de venta de su crudo liviano Arab a partir de octubre, en una señal de que la demanda podría estar disminuyendo. El crudo West Texas Intermediate (WTI) cerró la sesión cotizando en 39.07 dólares por barril, lo que equivale a una contracción en su precio de 1.76%, mientras que el precio del Brent se redujo en 1.52% y cerró cotizando en 42.01 dólares por barril.

http://www.ciem.cu/resumenes/Resumen%20sobre%20Economia%20Mundial%20%20-%20%20%20%20%20%20%201%20al%207%20%20septiembre%202020.pdf

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