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domingo, 25 de octubre de 2020

A VASCOS DE HUMBERTO PEREZ.

 25/10/20

Asunto: Otra vez sobre el trabajo ideológico. (Respuesta a tu correo del 23/10/20)

Estimado Vascos,

Comparto contigo la utilidad de este debate, dialogo o intercambio sobre el trabajo político ideólogo pues nos permite a nosotros mismos aclararnos algunos aspectos y tal vez ayudar a otros en el mismo propósito.

A tu correo, enviado en respuesta al enviado por mí y publicado en varios blogs, trataré de darte respuestas puntuales y de hacerlo lo más sintéticamente posible.

1—La teoría y la ideología, como parte de la super estructura ciertamente son solo un reflejo de la realidad practica y no son la realidad practica misma, pero tienen una extraordinaria importancia para la realidad practica, puesto que, derivándose de esta retornan a ella e influyen determinantemente en la misma y “las ideas se convierten en fuerza real cuando se apoderan de las masas”. Soy de los que cree que “sin teoría revolucionaria no hay practica revolucionaria eficiente” y no cualquier teoría ni ideología revolucionaria.

2—Ante tu planteamiento de que la propia ideología marxista ha ido cambiando con el tiempo los grupos e intereses sociales que representa, te recuerdo en primer lugar según yo lo entiendo, partiendo que Marx  ante todo era un revolucionario y un humanista, que lo esencial de su pensamiento y partidismo social no lo era su planteamiento del papel protagónico principal que tenía la clase obrera de la época para encabezar una revolución socialista, conclusión a la que llego sobre todo tomando el ejemplo de Inglaterra que fue el que el utilizo como prototipo para derivar su teoría económico política y de lucha revolucionaria socialista para el momento histórico que le toco vivir.

De todas maneras, te sugiero, sin hacer una diferenciación de concepciones entre Marx y Engels que algunos injusta y a veces perversamente han hecho, que releas la obra de este último, titulada “El problema campesino en Francia y Alemania” escrita en 1894 y verás el papel revolucionario que entendía Engels debían jugar los campesinos junto a la clase obrera.

Es cierto que fue en época de Lenin que más se desarrolló el papel que debían jugar los intereses de los campesinos y las clases medias en general en el proceso revolucionario. Después en China y Vietnam y posteriormente, con el crecimiento de las luchas de las colonias, semi colonias y neo colonias, en estas se manifestaron y estuvieron y están representados incluso intereses de burguesías nacionalistas patrióticas.

Pero en todas las épocas históricas, desde Marx hasta Fidel, se mantuvo como una constante y elemento común dentro de la ideología revolucionaria con base marxista, que los intereses a defender y representar en un proceso revolucionario han sido y son los de explotados, los de los pobres, los de los humildes, integrados estos en un momento histórico dado por unos intereses y grupos sociales dados y en otros momentos por otros intereses de clase y sociales más diversos.

Martí ante la muerte de Marx, no dijo que “puesto que se puso del lado de la clase obrera merece honor”, sino “puesto que se puso del lado de los pobres”.

El propio Martí lo que dijo fue que “Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”.

Fidel al declarar el carácter socialista de la Revolución se dirigió a “los hombres humildes de la patria” para decirles que esta era una Revolución “de los humildes, por los humildes y para los humildes”.

Quiere decir que, en mi comprensión, nunca ha cambiado el carácter de los intereses sociales y clasistas que ha defendido la ideología marxista, socialista y martiana y finalmente fidelista: los intereses de los pobres, de los humildes, de los explotados, integrados en cada momento histórico por unos u otros grupos sociales según la época y país determinados.

3—Es cierto que las teorías y las ideologías van cambiando con el tiempo, pero hay teorías y teorías e ideologías e ideologías. Para mí el marxismo no es una teoría más, no es una teoría cualquiera, sino una que mantiene sus concepciones y principios fundamentales como elementos comunes a las diferentes épocas y situaciones históricas que se van sucediendo a través del tiempo, tanto en lo ideológico como en lo científico.  Porque “no es un dogma sino una guía para la acción” y porque es la única que tiene una base científica, puesto que fue Marx el que descubrió la ley del desarrollo histórico humano, válida y vigente para todas las sociedades y sistemas: “el hecho tan sencillo pero oculto, hasta él, bajo la maleza ideológica de que el hombre necesita en primer lugar comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.”

Cierto es, en primer lugar, que Marx y el marxismo se nutrieron y se derivaron de todo lo mejor del pensamiento económico, filosófico, político y social anterior y así continúo ocurriendo posteriormente a través de los más auténticos, honestos y capaces continuadores que le han dado seguimiento y desarrollo a su obra practica y teórica, destacándose en ello Lenin y Fidel, independientemente de los errores y desaciertos que era lógico  cometieran como seres humanos acometiendo la dirección de lucha, primero por la conquista del poder y después por la construcción de una obra tan compleja como lo es una revolución social de carácter socialista.

Cierto es, como ya dijimos, que muchas otras ideologías, teorías y doctrinas han contribuido a nutrir y enriquecer al marxismo desde su nacimiento, a través de su historia y hasta nuestros días, incluso doctrinas e ideologías ajenas al interés que representa y a los objetivos principales y principios fundamentales del pensamiento marxista como lo es la ideología del liberalismo en todo su trayecto y desde varios de sus aspectos tanto en lo económico, como en lo político y social. No ya la ideología del más reciente denominado neoliberalismo con todas sus aberraciones.

En cada reformulación de nuestra ideología, de nuestros conceptos y de los modelos de su aplicación, adaptándolos con sentido del momento histórico que se vive y cambiando todo lo que debe ser cambiado, debe asimilarse de las demás ideologías y teorías todo lo que convenga y facilite los objetivos de la revolución, como tú planteas: “injértese en nuestro tronco el mundo”.

Pero nuestro tronco y nuestra raíz debe permanecer siendo nuestra única ideología de base: la socialista, marxista, martiana y fidelista.

Nunca “todas las ideologías y ninguna ideología” para derivar de ello la verdadera ideología. Asimilación crítica y selectiva si, igualdad y contaminación indiscriminada nunca.

Un abrazo,

Humberto Pérez.

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