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domingo, 11 de octubre de 2020

Dr. Trump

Por Jorge Gómez Barata

Debido a la vasta acumulación de conocimientos y ex
periencias en todas 
las esferas y la existencia de miríadas de personas con alta calificación, se descarta que en las tareas de dirección se empleen individuos carentes de preparación. La única excepción es la política, en la cual pululan oportunistas, improvisados y demagogos y donde un lego como Donald Trump, puede ocupar el cargo político más importante del mundo. La magnitud de su ignorancia solo es equiparable a la escala del fracaso.

Al resultar positivo para COVID-19, el presidente de los Estados Unidos, fue internado en el Centro Medico Walter Reed, uno de los mejores hospitales del mundo, donde lo atendieron médicos competentes, y se le administraron los mejores medicamentos existente en el mundo. La idea de que pudo ser tratado con medicamentos “en fase experimental”, es absurda.

El presidente que en razón de su cargo, se ha involucrado en las estrategias para el enfrentamiento a la pandemia en los Estados Unidos, no se ha percatado de que, al contraer el virus, se convirtió en paciente, condición que lo coloca bajo tratamiento y supervisión médica. En lugar de atenerse a esa condición, con la audacia que da la ignorancia y la obsesión por obtener ganancias electorales, el presidente ha continuado la mala práctica de incursionar en temas de salud en los cuales no es competente.

Uno de las primeras manifestaciones de esta tendencia, fue considerar que la enfermedad provocada por el Coronavirus era algo “parecido a un catarro” que podía curarse prácticamente sola, luego recomendar el uso de la cloroquina*, cosa refutada por la comunidad científica. Más tarde, de modo insólito, especuló sobre la posibilidad de utilizar desinfectantes y tratamientos a base luz ultravioleta.

Trump se atribuyó haber recomendado el uso de preparados elaborados a partir de plasma de pacientes recuperados, cosa conocida de antaño y que forma parte del arsenal terapéutico, aunque sin resultados espectaculares. Luego trató de acelerar los procesos para crear una vacuna y ahora se deshace en elogios sobre el medicamento que le fue aplicado.

Según se ha dicho, a partir del dos de octubre, a Trump se le administró un “cóctel” de anticuerpos monoclonales**, producido por la empresa de biotecnología Regeneron que, según pruebas clínicas, puede reducir hasta en un 60 por ciento (tres días) el tiempo de hospitalización y contribuir a evitar que los enfermos transiten hacia estados graves de la enfermedad, reduciendo los fallecimientos.

El tratamiento aplicado, del cual se han fabricado 50.000 dosis y cuyo uso la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) aprueba caso a caso, es una combinación de dos anticuerpos monoclonales, diseñado para bloquear la infección del Covid-19”. Después de aplicar el tratamiento al mandatario, el Dr. Leonard Schleifer, director ejecutivo de Regeneron, dijo a CNN que “…El beneficio potencial frente a los riesgos son mínimos. De hecho, no existe preocupación por la seguridad…”

No obstante que el Regeneron figura entre las mejores opciones para tratar la enfermedad, Bill Gates, paradigma del inventor y empresario exitoso que ha devenido filántropo y ha invertido una fortuna en la fabricación de monoclonales, comentó: “La palabra cura es exagerada”. Allá nos vemos.

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**Medicamento descubierto en 1934 que en 1947 se autorizó para la
profilaxis frente a la malaria
*Los anticuerpos monoclonales" fueron creado en 1975 por el
científico argentino César Milstein quien en 1984 mereció el Premio
Nobel de Medicina en 1984)

11/10/2020

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