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lunes, 19 de octubre de 2020

José Luis, una vida consagrada a investigar, a innovar

Por Enrique Atiénzar Rivero 

Foto Miguel Febles Hernández

CAMAGÜEY. El corazón de José Luis Amador Vilariño dejó de latir en la madrugada del sábado y con ese deceso el movimiento de innovadores y racionalizadores de esta provincia, en plena jornada de homenaje a estos creadores, pierde a uno de los consecuentes defensores de cuanto pudiera ayudar a la economía.

A veces incomprendido por la persistencia de sus ideas, esgrimidas con sólidos argumentos, fruto de la práctica y de la aplicación de la teoría y, sobre todo, de acompañar la experiencia con las herramientas de la ciencia.

Él se ganó la admiración de muchos que lo conocieron, desde cuando inició sus labores profesionales en la fábrica de tubos de hormigón, enclavada cerca del aeropuerto Ignacio Agramonte, donde con una genuina política de mantenimiento evitó las averías de motores eléctricos.

Humberto Herrera Carles, en su blog Cuba y Economía, acaba de publicar un comentario en el que especifica que en el último mes y medio publicó 12 artículos del MsC, ingeniero José Luis, al cual no conocía personalmente, “pero se caracterizaba por su pasión y profesionalismo y crítico de todos los errores que se cometían –y cometen—en diferentes ramas de la economía de nuestro país en relación con la electricidad”.

Asimismo fue, con 72 años cumplidos, hasta pocos días antes de que lo sorprendiera prematuramente la muerte a causa de una afección neurológica cerebral, seguía pensando en cómo podía aportar más a la economía y con una energía envidiable.

De un modo u otro estuvo vinculado a la entidad de proyectos hidráulicos de Camagüey, a la Empresa de Acueductos y Alcantarillados y al Centro Integrado de Tecnología Apropiada del Agua y no perdió oportunidad de elevar hasta los más altos niveles gubernamentales sus preocupaciones.

En ocasiones entrevistas suyas ocuparon espacios en medios nacionales, como en el periódico Granma el 26 de septiembre del 2011, de Miguel Febles Hernández, bajo el título: “Acabar de sellar el barril sin fondo”.

En enero del 2012 este hombre de una vasta cultura, graduado de la Universidad Central de Las Villas, en Santa Clara, recibió el Premio Nacional Vida y Obra, Ingeniería Mecánica, Eléctrica e Industrial, otorgado por la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba.

Hipervínculo
Acabar de sellar el barril sin fondo

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