Aunque es sabido que el reordenamiento significará una reducción importante de los subsidios, se prevén un conjunto de acciones para preservar a las capas de la población más vulnerables y necesitadas, aclaró el investigador
El recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba acentúa hoy la necesidad de realizar en la isla el ordenamiento monetario en aras de favorecer el desarrollo económico del país.
Así lo consideró el experto Lázaro Peña Castellanos, del Centro de Investigaciones de la Economía Cubana (CIEC), quien en declaraciones a Prensa Latina aseguró que las limitaciones impuestas por el cerco estadounidense hacen imprescindible la medida.
De igual manera, el especialistas subrayó cuán alejada está la reforma monetaria de ser una medida neoliberal.
Aunque es sabido que el reordenamiento significará una reducción importante de los subsidios, se prevén un conjunto de acciones para preservar a las capas de la población más vulnerables y necesitadas, aclaró el investigador.
De acuerdo con Peña, a diferencia del ajuste neoliberal, la propuesta del gobierno cubano mantiene como una de sus prioridades la protección social y el acceso de los ciudadanos, con independencia de sus ingresos, a la salud pública y la educación como derecho del pueblo.
El proceso de reordenamiento monetario -aún sin fecha anunciada para su inicio- incluye la unificación de las dos monedas de curso legal en el país y su tipo de cambio, así como la eliminación de subsidios y gratuidades indebidas y la transformación de los ingresos.
Actualmente, en Cuba circulan de forma legal dos monedas, el CUP y el CUC y cada una tiene una tasa de cambio diferente para la población y las empresas.
Resolver ese problema, dijo Peña a Prensa Latina, es solo uno de los aspectos de la transformación del modelo económico a que está abocado el país.
Agregó que la estrategia socioeconómica de Cuba contempla también otras tareas como la reestructuración del funcionamiento del sistema empresarial, las cuestiones relativas al sector agrícola y la producción de alimentos, así como la inserción competitiva de la economía nacional en el mundo.
Por otro lado, el economista se refirió a la inevitable inflación resultante del proceso de reordenamiento, la cual la dirección del país deberá controlar con medidas ya previstas para que los precios crezcan menos de cinco veces, proporcional a la cantidad del incremento de los ingresos de los trabajadores y jubilados.
A su juicio, la única vía posible para contrarrestar la inflación es con el aumento de la producción de bienes y servicios, pero eso depende de disímiles factores y no llegará junto con la elevación de los salarios y las pensiones, sino que va a demorar un tiempo.
Mientras, habrá que elevar la oferta a la población sin subir los niveles de importación y mucho menos el nivel de la deuda externa, explicó.
La vía posible para hacer algo así, sugirió el especialista, es fomentar el mercado minorista vinculado a la inversión extranjera, lo cual también plantea un conjunto de problemas económicos y levanta muchas preocupaciones de índole política.
Finalmente, el experto del CIEC advirtió que la propuesta de realizar una unificación de las dos monedas sustentada en una tasa de cambio fija, surgida de una devaluación monetaria, en condiciones de ingresos externos restringidos, encierra aún muchas incógnitas en relación con su viabilidad y su permanencia en el tiempo. (Prensa Latina).
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