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viernes, 26 de junio de 2020

Estados Unidos no se rindió en Covid-19. Los republicanos lo hicieron.

El partidismo ha paralizado nuestra respuesta.

Opinion Columnist


A principios de este año, gran parte de Estados Unidos pasó por un infierno mientras la nación luchaba por lidiar con Covid-19. Más de 120,000 estadounidenses han muerto ahora; más de 20 millones han perdieron sus empleos. Pero parece que todos esos sacrificios fueron en vano. Realmente nunca controlamos el coronavirus, y ahora las infecciones, aunque han caído a un nivel bastante bajo en el área de Nueva York, el epicentro original de la pandemia, están aumentando en gran parte del resto del país. 

Y las malas noticias no son solo el resultado de más pruebas. En nuevos puntos calientes como Arizona, donde la capacidad de prueba se está desbordando, y Houston, la fracción de las pruebas que dan positivo está aumentando, lo que muestra que la enfermedad se está extendiendo rápidamente. No tenía que ser así. La Unión Europea, un área enormemente diversa con una población más grande que Estados Unidos, ha tenido mucho más éxito en limitar la propagación de Covid-19 que nosotros. ¿Qué salió mal? La respuesta inmediata es que muchos estados de EE. UU. Ignoraron las advertencias de los expertos en salud y se apresuraron a reabrir sus economías, y demasiadas personas no siguieron las precauciones básicas, como usar máscaras faciales y evitar grandes grupos.

 Pero, ¿por qué había tanta tontería? Bueno, sigo viendo declaraciones en el sentido de que los estadounidenses eran demasiado impacientes para mantener el rumbo, demasiado dispuestos a actuar de manera responsable. Pero esto es profundamente engañoso, ya que evita confrontar la esencia del problema. Los estadounidenses no fallaron la prueba Covid-19; Los republicanos lo hicieron. Después de todo, el Nordeste, con sus gobernadores en gran parte demócratas, ha sido apropiadamente cauteloso sobre la reapertura, y sus números se parecen a los de Europa. California y Washington son estados azules que están viendo un aumento en los casos, pero es desde una base relativamente baja, y sus gobernadores demócratas están tomando medidas como exigir el uso de máscaras faciales y parecen estar listos para revertir su reapertura.

Entonces, las noticias realmente malas provienen de los estados controlados por los republicanos, especialmente Arizona, Florida y Texas, que se apresuraron a reabrir y, aunque algunos ahora están haciendo una pausa, no han cambiado de rumbo. Si el noreste se parece a Europa, el sur comienza a parecerse a Brasil. Tampoco son solo gobernadores republicanos y legislaturas estatales. 

Según la nueva encuesta del New York Times / Siena, los votantes prefieren dar el control de la prioridad de la pandemia a la reapertura de la economía, pero los votantes republicanos, presumiblemente siguiendo el ejemplo de la Casa Blanca y Fox News, toman la posición opuesta. Y no se trata solo de decisiones políticas. El partidismo parece estar impulsando el comportamiento individual, también, con los demócratas autoidentificados significativamente más propensos a usar máscaras faciales y participar en el distanciamiento social que los republicanos autoidentificados. La pregunta, entonces, no es por qué "Estados Unidos" no ha logrado enfrentar efectivamente la pandemia. Es por eso que el G.O.P. en efecto se ha aliado con el coronavirus.

Parte de la respuesta es la política a corto plazo. A principios de este año, el mensaje de reelección de Donald Trump tenía que ver con el triunfalismo económico: el desempleo era bajo, las existencias subían y contaba con buenos números para llevarlo hasta noviembre. Él y sus funcionarios desperdiciaron semanas cruciales negándose a reconocer la amenaza viral porque no querían escuchar ninguna mala noticia.
Y presionaron por la reapertura prematura porque querían que las cosas volvieran a lo que parecían estar en febrero. De hecho, hace solo unos días, los mismos funcionarios de Trump que inicialmente nos aseguraron que Covid-19 no era un gran problema descartaron los riesgos de una segunda ola.
Sin embargo, sugeriría que la negación del coronavirus del G.O.P también tiene raíces que van más allá de Trump y sus perspectivas electorales. El punto clave, diría, es que Covid-19 es como el cambio climático: no es el tipo de amenaza que el partido quiere reconocer.
No es que el derecho sea contrario a la propaganda del miedo. Pero no quiere que tema a las amenazas impersonales que requieren una respuesta política efectiva, sin mencionar inconvenientes como usar máscaras faciales; quiere que tengas miedo de las personas a las que puedes odiar: personas de una raza diferente o liberales supercilios.
Entonces, en lugar de lidiar con Covid-19, los líderes republicanos y los medios de comunicación de derecha han tratado de convertir la pandemia en el tipo de amenaza de la que quieren hablar. Es la "gripe kung", impuesta por los villanos chinos. O es un engaño perpetrado por el "estado médico profundo", que solo está buscando una manera de lastimar a Trump.
La buena noticia es que la política de negación de virus no parece estar funcionando. En parte, eso se debe a que el racismo ya no juega como solía hacerlo: los manifestantes de Black Lives Matter han recibido un amplio apoyo público, a pesar de los esfuerzos habituales de los sospechosos de retratarlos como hordas devastadoras. En parte es porque el aumento de las infecciones se está volviendo demasiado obvio para negarlo; incluso los gobernadores republicanos admiten que hay un problema, aunque todavía no parecen dispuestos a actuar.
La mala noticia es que el partidismo ha paralizado nuestra respuesta Covid-19. El virus está ganando, y todo indica que los próximos meses serán una pesadilla aterradora de enfermedades rampantes y trastornos económicos.

Paul Krugman has been an Opinion columnist since 2000 and is also a Distinguished Professor at the City University of New York Graduate Center. He won the 2008 Nobel Memorial Prize in Economic Sciences for his work on international trade and economic geography. @PaulKrugman


Resumen semanal sobre la evolución de la economía mundial (del 16 al 22 de junio de 2020 – No.25/2020)


CENTRO DE INVESTIGACIONES DE LA ECONOMÍA MUNDIAL. CUBA


Estimados de la Organización Mundial del Comercio (OMC) apuntan a una contracción interanual del comercio mundial de 18.5% en el segundo trimestre del año. Es importante destacar que la OMC había manejado dos escenarios; en el optimista, habría una caída del comercio mundial de 13% y en el pesimista de 32%. Se considera que el escenario más pesimista es cada vez menos probable. Aunque la transportación de mercancías por avión cayó 74% entre el 5 de enero y el 18 de mayo, entre esta última fecha y mediados de junio se reportó un crecimiento de 58%.

Se refuerza el papel del oro como “refugio” de inversionistas en tiempos de la Covid-19. De acuerdo con Japan Today, en medio de la pandemia, los asesores de las personas más ricas del mundo están sugiriendo a sus clientes que inviertan más en oro. Indirectamente, estarían cuestionando la posibilidad de recuperaciones duraderas y avizorando los impactos de la enorme inyección de liquidez que han realizado los bancos centrales alrededor del mundo.

Antes de la pandemia, la mayor parte de los bancos privados aconsejaban mantener cantidades mínimas de oro; pero ahora, varios de ellos están manteniendo hasta 10% de las carteras de inversión de sus clientes en oro porque las inyecciones de liquidez reducen el rendimiento de los bonos e incrementan las expectativas inflacionarias. De hecho, el precio del oro ha aumentado 14% desde inicios de año hasta los 1730 dólares la onza y se espera que aumente aún más. De hecho, el banco UBS, el mayor manejador de riqueza, pronostica que el precio podría llegar a 1800 dólares la onza para fines de año e incluso podría llegar a 2000 de producirse una segunda ola de contagios.

Nuevos reportes de afecciones laborales derivadas de la pandemia Covid-19. El reporte de la Organización Mundial del Trabajo, World of Work and COVID-19 (Mundo del Trabajo y Covid-19), indica que 94% de los trabajadores del mundo viven en países donde se ha impuesto algún tipo de restricciones de trabajo. Se vaticina que en el segundo trimestre de 2020 se esté produciendo una pérdida en la cantidad de horas de trabajo equivalentes a 305 millones de puestos de trabajo a tiempo completo. Asimismo, 38% de la fuerza laboral (unos 1250 millones de empleados) están en sectores de alto riesgo, tales como alimentación, ventas al por menor y al por mayor, y la manufactura. Mientras uno de cada cinco jóvenes no está trabajando debido a la pandemia, los que están empleados están trabajando un  23% menos. Las mujeres han sido particularmente afectadas.

Registros alentadores en el mes de junio para la actividad económica del sector privado en la Zona euro; pero podría tomar hasta tres años para que este grupo de países logre recuperar los niveles del PIB anteriores a la pandemia. De acuerdo con Europa Press, el deterioro de la actividad del sector privado se ha atenuado en la zona del euro en junio según refleja la lectura del Índice de Gestores de Compra (PMI, por sus siglas en inglés). En concreto, se situó en 47.5 puntos, siendo inferior a los 50 necesarios para que no exista contracción.

Sin embargo, es la mejor lectura en 4 meses y mejora notablemente el 31.9 del mes anterior. No obstante, Chris Williamson, el jefe de IHS Markit (la empresa que elabora el PMI) ha aclarado que “seguimos estimando que el PIB caerá en más de 8% en 2020, y aunque la recuperación bien pueda comenzar en el tercer trimestre (…) probablemente el PIB de la zona del euro tardará hasta tres años en recuperar su nivel anterior a la pandemia”.

Expectativas en torno a un plan de recuperación post-Covid para la Unión Europea que se concretaría en julio 2020. Los jefes de estado de la Unión Europea se reunirán físicamente el 17 y 18 de julio para tratar de alcanzar un acuerdo sobre el plan de recuperación y el presupuesto del bloque para los próximos 7 años, según Europa Press. El viernes pasado, se produjo un primer intercambio para diseñar un plan de recuperación por 750 mil millones de euros. Sin embargo, países como Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia consideran que la cifra es excesiva y que debe incrementarse la porción de préstamos en detrimento de las transferencias directas, entre otras demandas.

Aumenta la presión de intereses económicos sobre los gobiernos para que flexibilicen las restricciones de viajes. Ejemplo de ello es que los principales lobbies económicos europeos en Japón han pedido al gobierno de ese país una flexibilización porque las actuales medidas son muy estrictas y podrían afectar la inversión en Japón. Japan Today recoge declaraciones del Presidente del Consejo Europeo de Negocios en Japón, Michael Mroczek quien aseveró que “las restricciones no parecen ser bien fundadas y varios negocios europeos temen que nuevas restricciones podrían ser impuestas de un modo arbitrario en el futuro”. Mroczek advirtió que la incertidumbre podría empujar a empresas europeas con sus oficinas centrales para Asia-Pacífico a ubicarlas en cualquier otro lugar.

Crece violencia contra la infancia en tiempos de la pandemia. Un reporte publicado por la OMS, la UNICEF y la UNESCO sobre la violencia contra la infancia indica que aunque 88% de los países del mundo cuentan con leyes para proteger a los menores, menos de 47% de las naciones declaran esfuerzos para hacerlas cumplir. El documento incluye el primer estimado a nivel global sobre los asesinatos de menores de 18 años e indica que unos 40,000 infantes fueron asesinados en 2017. La pandemia podría estar agravando la situación de las víctimas porque muchos abusadores permanecen más tiempo con ellas debido a restricciones de movimiento.

También se detalla que aunque 83% de los países cuentan con estadísticas nacionales sobre la violencia infantil, solo 21% de esas naciones usan los datos para trazar objetivos y estrategias para prevenir los hechos. Asimismo, aunque 80% de los países cuentan con planes de acción nacional y otras políticas, sólo 20% de las iniciativas cuentan con financiamiento total o con objetivos medibles.

Mercado petrolero: El precio del petróleo cerró el pasado lunes en niveles no vistos desde marzo. El barril de WTI Texas Intermediate (marcador para el hemisferio occidental) cerró en 40.46 dólares; por su parte, el Brent del Mar del Norte terminó en 43.08. Ambos tipos de crudo encadenan 7 semanas de alzas.


Lista cayería de Villa Clara para turismo foráneo en segunda fase pos-COVID-19


Santa Clara, 26 jun (ACN) Los hoteles Playa Cayo Santa María, Iberoestar Ensenachos, Meliá Las Dunas y Dhawa Cayo Santa María están listos, con todas las medidas de seguridad higiénica, para reabrir sus puertas al turismo foráneo, de forma gradual, cuando se decrete la segunda fase pos-COVID-19.

El aeropuerto internacional Abel Santamaria, de esta ciudad. también está preparado para recibir vuelos con clientes de la industria sin humo, dispuestos los protocolos contra la pandemia, una vez iniciadas acciones en la cayería de Villa Clara, declaró a la prensa Regla Dayamí Armentero, delegada del Ministerio del Turismo en la provincia.

Las medidas en la terminal aérea serán de riguroso cumplimiento, con pruebas a los viajeros y el embarque en los ómnibus que los llevarán directo al polo, puesto que este es el único aeródromo, que tributa al turismo de los cayos, enclavado en una ciudad, el resto está en los propios islotes explicó.

Están diseñadas interesantes excursiones para los visitantes a Cayo Santa María , principalmente a partir de la Marina y los extraordinarios atractivos de uno de los más importantes destinos de sol y playa de Cuba, significó.

Armenteros informó que paulatinamente reinician sus servicios los establecimiento dedicados al mercado nacional en el territorio villaclareño y se venden viajes a diferentes sitios de la geografía nacional, con excepción de La Habana, que todavía no se encuentra en la primera fase pos-COVID-19.

En jornada de hoy excursionistas procedentes de Morón, en Ciego de Ávila, llegan al hotel Hanabanilla. ubicado en la parte del macizo de Guamuhaya perteneciente a Villa Clara, explicó Eduardo Navarro, director del grupo turístico Islazul en la provincia.

Subrayó que también salen desde esta ciudad ómnibus con clientes hacia Elguea, zona rica en aguas termales minero medicinales, del territorio villaclareño, donde presta servicio un hotel homónimo.

La historia y los desafíos de hoy.

Por Dr. Julio Carranza 

Recientemente se ha suscitado toda una discusión sobre lo que significó la Ofensiva Revolucionaria de 1968 que implicó la estatización de toda la actividad económica en Cuba incluyendo los medianos, pequeños y hasta los pequeñísimos negocios, también sobre si las propuestas del Che correspondían con esto o no. 

  El Che fue Ministro de Industrias hasta el 65, la Ofensiva Revolucionaría es de Marzo del 68, el Che había caído combatiendo en Bolivia en el 67, de manera que directamente no tuvo que ver con ese momento, lo cual tampoco cambiaría mucho las cosas en relación con lo qué hay que hacer hoy, porque es obvio que esta discusión que ha surgido precisamente ahora no tiene que ver con el estudio siempre importante de la historia, sino con cómo posicionarse frente a las necesarias transformaciones que se deben asumir en este momento para la economía cubana. 

La Ofensiva Revolucionaria fue anunciada por Fidel en su discurso del 13 de Marzo de 1968 en la escalinata universitaria, los argumentos fueron esencialmente de carácter político en el contexto de una fuerte lucha de clases. Inmediatamente después, esa misma noche, hubo una reunión en la Sede del Partido Provincial en La Habana para acordar cómo se implementaría. 

Es pertinente, necesario e interesante el análisis de este hecho histórico, como lo es el análisis de cualquier hecho histórico relevante, obviamente teniendo en cuenta las circunstancias nacionales e internacionales en el que tuvo lugar, es importante y cabe la discusión de si aquel proceso fue un error con consecuencias posteriores o no, lo cual supone una discusión en sí misma.

Sin embargo, cualquiera sea la conclusión, estos no deben ser argumentos determinantes para resolver los problemas y desafíos de la economía cubana hoy.

Los que tomaron decisiones entonces lo hicieron a partir de sus propios análisis de aquella realidad, argumentaron sus ideas y actuaron responsablemente con acierto o no, pero se guiaron por sus propios análisis y aunque seguramente tuvieron en cuenta y estudiaron también la experiencia internacional e histórica sobre el tema, no determinaron sus posiciones por si tal personalidad dijo o dejó de decir o que si tal o más cual cosa estaba en las “sagradas escrituras”
o no,  actuaron y decidieron responsablemente y asumieron las consecuencias de la evolución del proceso.Hubo aciertos y desaciertos pero no dogmatismo.

Algunos judíos, sobre todo los ortodoxos jasídicos, siguen de manera exacta los textos sagrados basados en la Torá que es parte del Viejo Testamento y que contiene lo que se considera la ley judía (halajá), de ella viene hasta la forma en que comen (comida Kosher) donde por ejemplo en cuanto a los mamíferos y animales terrestres sólo se pueden comer rumiantes con más de un estómago y que tengan pezuña partida.

Esas normas corresponden en gran medida a lo que por una razón o por otra se consideraba adecuado para la alimentación en los tiempos del viejo testamento, o sea hace miles de años, también se determina cómo vestir, cómo cortarse el pelo o cómo llorar a los muertos. Todo eso me parece muy respetable como lo es cualquier creencia religiosa, pero la política revolucionaria y de transformaciones sociales debe responder a las condiciones concretas, las circunstancias específicas, el contexto, las demandas sociales, la evolución del pensamiento y los desafíos que se han de superar, esta no puede estar atada a lo que se hizo o se dijo en tal o más cuál momento porque las circunstancias, los desafíos, la situación internacional y las demandas sociales son muy diferentes, si los que tomaron decisiones entonces hubieran actuado atados a dogmas no hubiéramos llegado hasta aquí.

Los principios de independencia nacional, justicia social y democracia popular son irrenunciables, pero las formas políticas y de organización para abordarlas cambian en cada periodo histórico y debemos entender y asumir esos proceso con responsabilidad y audacia, sin el más mínimo asomo de ortodoxia y parálisis del pensamiento.

Utilizar infantilmente lo que se dijo o se hizo en un momento determinado para definir el cómo se debe actuar en el presente es lo menos revolucionario que se pueda hacer. Ya sabemos que el marxismo es esencialmente un método para el análisis de la realidad concreta y a partir de allí actuar sobre ella para transformarla, lo otro sería tomarlo como otra “torá”.

Digo todo esto para aterrizar en una cosa muy sencilla, qué sentido tiene lo que se hizo o se dijo de manera acertada o no durante la ofensiva revolucionaria del 68 con los desafíos que plantea la actual realidad cubana, donde la necesidad de una economía más diversa en sus formas de organización, propiedad y gestión son más que evidentes para recuperar la eficiencia y la sostenibilidad del proceso socialista, hay cosas tan esenciales en juego como la producción de alimentos (y no solo de alimentos), resolver eso es determinante hasta para la seguridad nacional, es una responsabilidad de las actuales generaciones (aquí y ahora).

Hay que partir de la historia y sus enseñanzas pero hay que ir más allá de la historia, el hoy es parte de la historia del mañana, hay que crear soluciones.

A la religión lo que es de la religión (cualquiera que esta sea) a la política revolucionaria lo que es de la política revolucionaria.

25 de Junio 2020.

Estados Unidos: Las confesiones de un bandido.

Por Tony López R.(*)

Un enorme escándalo ha provocado el anuncio del ex secretario de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump, John Bolton, al dar a conocer que el martes 23 de junio, será presentado al público su libro “Room  Where in Happended”  (La habitación donde sucedió).

Este libro recoge, las confesiones de Bolton, sobre temas de política interna y externa del gobierno de Trump, que supuestamente contienen delicadas y comprometedoras informaciones de carácter secretas y planes de   acciones de Estados Unidos hacia otras naciones como Venezuela.

Y en política interna pedir a una gran potencia como China, que le apoye en su reelección, algo similar a lo que hizo con el presidente de Ucrania.  Revela además, otros espinosos temas relacionado con la Seguridad Nacional en torno a las reservas y críticas de Trump, hacia  sus aliados de la OTAN y a la Unión Europea.

Al conocer la noticia de la publicación del libro, la reacción del inquilino de la Casa Blanca no se hizo esperar y lanzó todos sus dardos contra su antiguo amigo y asesor, acusándolo de estar resentido y que de salir a la luz pública dicho libro, violaría la Seguridad Nacional y las leyes estadounidenses. Presentando una petición ante el Fiscal General de la Nación, para que prohíba su publicación y venta, la que fue desestimada por un juez estadounidense que la autorizó.

Agradezco a mi colega y amigo el prestigioso periodista Dick Emanuelsson quien me hizo llegar un breve resumen de la traducción del capítulo relacionado con Venezuela y que a continuación les doy a conocer, tal como sugiere Dick, “hay que leerlo como se lo merece con distancia social, por su veneno y sus ganas de ir a la guerra contra todo lo que huela a progresismo, democracia e ideas revolucionarias”. “Porque se trata de un autor fascista de los más puros”.Este personaje es la expresión de muerte y sangre y todo lo malo que quieras en la existencia del planeta”. Y yo le añado, Adolf Hitler, autor del libro MI LUCHA, se quedó pequeño, ante las ideas y pensamiento fascistas de Bolton y Mike Pompeo.

Pero mas que eso en su largo capítulo de 84 páginas sobre Venezuela, Bolton manipula hábilmente lo que va describiendo, apareciendo él y Pompeo, como los defensores de eliminar el régimen de Maduro, pero no por la vía militar, sino por la vía de las presiones políticas, diplomáticas y sanciones económicas, mientras que Trump se inclinaba más al uso de la fuerza militar, o sea todo lo contrario a lo que más abajo describo. Esto demuestra el tipo de bandido al que nos encontramos en este libro.

Según narra Bolton en su libro, “la intervención militar de Estados Unidos a Venezuela, no se produjo porque el presidente Trump, “vacilo y cancaneo” lo que exacerbó los desacuerdos internos del gobierno en lugar de resolverlos, e impidió, en reiteradas ocasiones, nuestros esfuerzos de aplicar una política.  Para acabar con el régimen ilegal de Venezuela uno de los más opresivos del hemisferio occidental”.  O sea, la crítica de Bolton a Trump fue su debilidad al “vacilar y cancanear” en no invadir militarmente a Venezuela y ahogar en sangre al pueblo venezolano, tal como él lo refleja en su libro

Eran Bolton y Pompeo los que presionaban para acciones más fuertes e incluso militar contra el gobierno del presidente Maduro y es de allí que sale la famosa frase de Trump de que “todas las acciones están sobre la Mesa incluyendo la militar”. Tampoco es que Trump no tenga actualmente esa opción bajo la manga, pero en la medida que el tiempo ha avanzado la Revolución Bolivariana se ha hecho más fuerte y consolidada, con unas fueras armadas unidas en torno a un fuerte gobierno cívico-militar, como muy bien ha manifestado su Presidente.

Mike Pompeo y él, eran del criterio de invadir a Venezuela y Trump obviamente, no es que se mantuvo vacilante y por eso no se ejecutó esa operación, no, era evidente que no había consenso en el gobierno, al menos el Secretario del Tesoro no estaba de acuerdo y tampoco Trump confiaba en las posibilidades de Guaidó.   Ojo esto es un hábil manejo de Bolton para enfrentar a la oposición venezolana en EE.UU contra Trump.

No tengan la menor duda de que esa opción sobre la mesa, como siempre lo ha reafirmado Trump, es la salida militar, por algo mantienen tropas norteamericanas en Colombia y por cierto no especializadas en lucha contra el narcotráfico. Estas tropas estan especializadas en desembarcos aéreos e intervenciones militares, en territorio que ellos consideran enemigos. 

El gobierno de Duque está decidido a contribuir a esa intervención aunque ponga en grave riesgo la seguridad de su país, las graves pruebas que tiene EE:UU de los vínculos  de altos funcionarios colombianos incluyendo a Álvaro Uribe con el narcotráfico, los obligan a obedecer las órdenes de Washington. Los últimos escándalos de la ex senadora Aida Merlano que han silenciado y del Ñeñe Hernández, y del serial el Matarife, han venido a corroborar toda esa espeluznante tragedia para el pueblo neogranadino.

En primer lugar, Bolton miente, en Venezuela “no hay un gobierno ilegal, y uno de los más opresivo del hemisferio occidental”, esa es la matriz de opinión que Estados Unidos ha instalado en la opinión publica en nuestra región y en buena parte de Europa, utilizando los medios hegemónicos al servicio de la política de Estados Unidos.

Mucho antes del triunfo electoral del presidente Nicolás Maduro en mayo del 2018, el gobierno de Barak Obama, en el año 2015 había decretado la Orden Ejecutiva de considerar a Venezuela una amenaza inusual a la Seguridad Nacional de EE: UU, a partir de esa fecha y meses antes, Washington había decidido respaldar y alentar acciones terroristas de la oposición contra el gobierno bolivariano de Venezuela, con el objetivo de derrocarlo.

Es así como se organizaron las guarimbas, asesinatos de chavistas y personas inocentes, intentos de magnicidios, sanciones de todo tipo y bloqueo económicos y las acciones políticas diplomáticas orquestada por Luis Almagro en su condición de Secretario General de la OEA, cuyo fin era aplicar la Carta Democrática y legitimar una intervención militar humanitaria a Venezuela.

Esas acciones causaron destrucción y muertes, los líderes de esas acciones Leopoldo López, Henrique Capriles y María Corina Machado, Julio Borges y otros lidercillos vinculados a las mafias venezolanas y a los narco-paramilitares colombianos, siguen disfrutando de la cobija de Estados Unidos, la Unión Europea y la OEA.

Desde entonces, todas estas operaciones terroristas, incluido el desembarco de mercenarios gringos han fracasado, aunque aún, el ilegal Grupo de Lima integrado por 11 países latinoamericano y uno caribeño, continúan junto a Almagro en su Plan y el pasado 11 de junio, declararon que desconocían al nuevo Consejo Nacional Electoral venezolano, integrado por nuevos miembros provenientes una parte de ellos de la oposición, como siempre obedeciendo las instrucciones de Estados Unidos.

Resultará,  muy interesante, cuáles serán la reacciones de estos países títeres, ahora con este  nuevo escandalo que involucra a Trump, en el libro que publicará Bolton, al presentarse e inesperado cambio en el pensamiento  del presidente Trump, al declarar al sitio web de noticias Axios acreditado en la Casa Blanca, el pasado viernes 19 de junio,  que está abierto a reunirse con el presidente Nicolas Maduro y que sugirió tener dudas sobre su reconocimiento político al diputado opositor, Juan Guaidó, información no desmentida por Trump ni por el vocero de la Casa Blanca.

Tumnp añadió que “Tal vez pensaría en eso, a Maduro le gustaría reunirse. Y nunca me opongo a las reuniones, ya sabes, rara vez lo hago” afirmó. Es interesante el criterio de Trump sobre Guidó, que precisamente se recoge en el libro de Bolton, quien asegura que “Trump consideraba débil a Guaidó a diferencia de Maduro que consideraba era un hombre fuerte”.  

El hecho político importante de estas declaraciones de Trump, es el retiro del apoyo y descalifica a Guiadó como candidato de Estados Unidos. Se concrete o no una reunión del presidente Donald Trump con Nicolás Maduro, quien por cierto desde hace mucho tiempo se ha pronunciado, y ha dicho no tener ningún problema en reunirse con Trump y solucionar las diferencias por la vía del dialogo.

El presidente Maduro sabe y conoce perfectamente los intereses del inquilino de la Casa Blanca, es un bolivariano, chavista y un revolucionario convencido, jamás cederá en alguna propuesta que vaya en contra de esos principios, los de su pueblo y de la unidad cívico-militar y lo ha demostrado, pero una reunión, no para que el presidente Maduro abandone la presidencia, como al parecer es la intención de Trump. Ofrecerle una salida benevolente y honorable. Sí esa es su idea como publicó en un twiter, el señor Trump no tendrá seguramente la más mínima posibilidad de reunirse con el presidente Nicolás Maduro.
  
Me temo que no demorara mucho tiempo en manifestarse el retiro de apoyo de los países títeres e incluso de la Unión Europea a Guiadó.  Y quedara hecho trizas el violatorio reconocimiento de estos países a un inexistente Gobierno, solo en la cabeza de Guiadó, un tonto útil usado por Estados Unidos y ahora despreciado.

Las confesiones del bandido Bolton, pueden provocar un sunami político en Estados Unidos y tendrá repercusiones en las elecciones de noviembre, no debe extrañar que lejos de perjudicar a Trump le favorezcan, si se operan los cambios que Trump ya anunció, es todo un enigma, porque en EE:UU resulta muy complicado hacer pronostico todo está muy condicionado a lo que opinen los medios de prensa cuya influencia en un sector de la opinión pública es manifiesta.  

Esperemos, porque hace muchos años el comandante Ernesto Ché Guevara, dijo al imperialismo no se le puede creer ni tantico así.

El libro del señor John Bolton revela en toda su dimensión, el carácter imperial y el más absoluto irrespeto a la tan proclamada democracia que Estados Unidos dice defender. En los primeros renglones expone que desecharon las débiles y relajadas políticas, del presidente Barak Obama hacia regímenes autoritarios y hacia China y Rusia.   

Deja implícita y explícitamente que el gobierno de Trump no permitirá en nuestra región el socialismo y desarrollarán acciones para eliminar a Cuba, Venezuela y Nicaragua, la “troika de la tiranía” en el hemisferio occidental como Bolton proclamó en Miami, el 1 de noviembre del 2018.  A esos países, afirmó, “se le impondrán sanciones que hagan colapsar a los regímenes tiránicos ya mencionados”.  O sea, la aplicación más brutal de la Doctrina Monroe, contra los gobierno y pueblos que no, se subordinan a Washington.

Bolton trata de defenderse y presentarse no como el “halcon” que es, sino que, él y Mike Pompeo, no eran partidario de la solución militar, porque según él, el Congreso no lo aprobaría y que era Donald Trump,  el que abogaba por la salida militar.

En las 84 páginas de su libro sobre Venezuela, está dedicado a culpar a Trump, de las fracasadas conspiraciones, operaciones políticas, diplomáticas en la OEA, sabotajes, acciones terroristas, y económicas contra el legítimo gobierno de Nicolás Maduro, como sí él no fuera uno de los grandes responsables e ideólogo, junto a Mike Pence y Mike Pompeo, de los fracasos de las criminales acciones contra el presidente Nicolás Maduro, todas ordenadas por Donald Trump. Por el atentado contra el Presidente y el Alto Gobierno venezolano, Bolton fue acusado por Maduro de tener pruebas de ser el organizador de ese frustrado acto terrorista.    

En este libro él y sus especialistas, introducen intencionadamente informaciones falsas, para tratar de mellar la unidad de las Fuerzas Militares, cuando da a conocer que Guaidó y la oposición venezolana, estaban llevando a cabo reuniones con altos mandos militares, incluso con el ministro de Defensa, General Vladimir Padrino, para provocar el derrocamiento del presidente Maduro, en la llamada “Operación Libertad” del 30 de abril del 2019.   Falso más adelante el propio Bolton señala que fueron informaciones incorrectas entregada por la oposición.

Los generales traidores eran Manuel Cristopher Figueras, ex  jefe del Servicio de Inteligencia (SEBIN) y el general Cliver Alcalá Cordones, ambos hoy, supuestamente pendientes de procesos penales en Estados Unidos. Este último comprometido con el desembarco de mercenarios estadounidenses y narco-paramilitares, en la llamada Operación Gedeón, el 3 de mayo pasado.  Cliver Alcalá, era protegido del gobierno de Duque, y yerno del colombiano Hernán Mola González, uno de los capos más importantes del narcotráfico en la costa atlántica colombiana, supuestamente, es uno de los capos vinculados a la compra de votos para el candidato presidencial Iván Duque, en las elecciones del 2018.

Se equivocó Trump, Bolton, Pompeo, Abrams, Claver -Carone y Story, este último ex jefe de la embajada de EE. UU en Caracas, Venezuela. Las gigantescas manifestaciones el 1ro de mayo de 2019, en Venezuela, contra Maduro, era solo “el sueño americano” y sus bastardos hijos de la oposición venezolana, esas manifestaciones nunca existieron, Bolton y su gobierno fue victima de las mentirosas informaciones de Guaido y la oposición venezolana.  Como la supuesta y gigantesca multitud la más grande en la historia de Caracas, que estuvo presente en la proclamación de Juan Guiadó, al “autoproclamarse presidente de Venezuela”. Pura fantasía solo en la cabeza de Bolton o en la gran mentira de Guiadó.

El libro, plagado de falsas informaciones, Bolton y el equipo de especialistas que lo elaboraron, introducen temas falsos con la intención de mesclar a Rusia y Cuba, afirmando que son los gobiernos que apoyan a Maduro, y lo mantiene en el poder. Según Bolton, Cuba siguiendo las indicaciones de Moscú, es la que controla al gobierno venezolano, o sea, Cuba sigue siendo un instrumento de Moscú y Maduro y su gobierno títeres a las órdenes de los cubanos.

Cuba nunca ha sido, ni será ni controladora de ningún presidente y gobiernos hermanos, tampoco es, ni nunca fue, satélite de ninguna potencia, esa matriz de opinión la imprimieron ustedes en la década del 60 para atacar a la Revolución Cubana, cuando existía la URSS. Nuestras relaciones con Venezuela y con los países que mantenemos relación diplomática siempre ha sido de respeto mutuo.  

Son ustedes los que utilizan esos métodos y abusos con sus aliados, con chantajes y amenazas, como el caso de Colombia, Brasil, Ecuador, Chile, Perú, Panamá, Guatemala, Honduras, obligados algunos, a formar parte del Grupo de Lima, la mayoría de ellos cuyas soberanía e independencia de esos pueblos, es pisoteada y humillada por EE:UU.

Bolton se equivoca una vez más, no es el caso de Cuba, que es un país   solidario y firme en apoyar a gobiernos y pueblos hermanos, como lo ha sido ahora con la Pandemia, y él envió de sus brigadas médicas a salvar vidas y no como Estados Unidos, que envía mercenarios y narco-paramilitares a matar al pueblo venezolano y las pruebas están muy claras, Venezuela los tiene presos y las armas capturadas. Tampoco Cuba lanza bombas, en Siria, Irak, Panamá, Afganistán como si lo ha hecho Estados Unidos cuyo saldo en muertes es por miles.  

Son Brigadas Médicas cuyo prestigio esta patentizados en 68 naciones en lejanos y para ustedes oscuros países de nuestro planeta y en 24 de ellos para combatir la Covid-19, no son esclavos de nadie, son héroes anónimos, que los pueblos del mundo los reconoce y que con justicia piden se les otorgue el Premio Nobel.

Es lamentable, que hasta la Unión Europea se haya dejado intimidar por Trump, o que intereses económicos la haya llevado a ese desatino de apoyar a Guaidó y que ahora Trump descalifica. Aunque tal vez mañana lo vuelva a colocar en la “presidencia de Venezuela”, porque su incoherencia raya, en una peligrosa conducta de un hombre que hoy tiene un enorme poder, al ejercer la presidencia de Estados Unidos, porque según afirma Bolton en su libro, su errática e incoherente política, el analfabetismo de Trump sobre política exterior, conocimiento histórico y geográfico”.

Por otra parte, Bolton debe informarse bien, porque hoy el gobierno de Colombia, investiga quienes en sus FF.MM, le pasaron a sus homólogos venezolanos informaciones precisas para derrotar el plan de Guaido- Duque y el almirante Craig Faller,  tal vez en Colombia, también se equivocan y no todos sus militares están apoyando los planes de EE:UU porque saben que quienes pondrán los muertos serán sus soldados y oficiales y pueblo, así lo reconoce en su libro, cuando afirma que  “el ejercito colombiano no está preparado para una guerra convencional con el de Venezuela, mejor preparado y armado”.  

Este libro deja  muy bien claro que Estado Unidos y sus aliados, especialmente Colombia, Brasil, el Grupo de Lima, El Secretario General de la OEA, y la Unión Europea, han sido derrotados en todas sus acciones de carácter políticas, conspirativas, sabotajes, intentos de magnicidios, militares con el uso de mercenarios, solo han tenido éxitos en su genocida política del bloqueo económico,  las que prosperaron porque el presidente Maduro ha reconocido  los errores internos que ellos han cometido.

Y porque de manera cobarde y miserable Estados Unidos le ha robado a Venezuela 33,000 millones de dólares, el Reino Unido ha robado 1400 millones de dólares en ORO y Portugal le ha robado 1200 millones de dólares. Algún día tendrán que rendir cuentas ante los tribunales internacionales. 

El libro de Bolton ha tenido una gran acogida porque, aparentemente enfrenta al presidente Trump, pero si lo analizamos a profundidad, nos daremos cuenta que se trata de fortalecer la doctrina Monroe y del decadente sistema imperialista, plagados de infames mentiras y de posiciones ultra reaccionarias, supremacistas e incluso totalmente dañinas y perjudicial para el pueblo estadounidense.  Deja absolutamente clara y desnuda la política injerencista e intervencionistas en los asuntos internos de nuestros países y que violan el estado de derecho y del derecho internacional.

Es frente a esa política que los pueblos y nuestras organizaciones políticas y sociales deben unirse todos los sectores democráticos, progresistas, y revolucionarios y conciliar  un proyecto de carácter nacional en defensa de sus países y de sus proyectos democráticos, económicos y sociales para el bienestar y desarrollo de sus pueblos y que nadie explote sus recursos materiales y humanos.

En lo personal el libro le representó una gran ventaja económica a John Bolton, por el que recibió 2 millones de dólares y será compensado con el porciento de las ventas.  Está pensado para el escenario electoral que se presentará el próximo mes de noviembre y reitero, no me atrevo a pronosticar si es negativo o positivo, en relación a Venezuela el gobierno de Trump, tiene la decisión de derrocar a Maduro y la opción militar la tiene sobre la mesa, no hay que bajar la guardia.    

Los pueblos deben tener claro, que la política de Estados Unidos hacia nuestro hemisferio, no será para que nos desarrollemos y salgamos adelante, será para explotar nuestras riquezas, robar nuestros cerebros y frenar cualquier avance científico autóctono y esclavizarnos.  

(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
La Habana, Cuba, 24 de junio de 2020.   20:30 hrs.




Una plaga de ignorancia voluntaria


Trump ha potenciado la racha antirracional de Estados Unidos.

Opinion Columnist


Los partidarios de ITrump ignoraron las pautas de seguridad contra el coronavirus en el rally de Tulsa, Okla., el sábado. Crédito... Christopher Lee para The New York Times

A principios del siglo XX, el sur de América fue devastado por la pelagra, una enfermedad desagradable que produjo las "cuatro D": dermatitis, diarrea, demencia y muerte. Al principio, la naturaleza de la pelagra era incierta, pero para 1915 el Dr. Joseph Goldberger, un inmigrante húngaro empleado por el gobierno federal, había demostrado de forma concluyente que estaba causada por deficiencias nutricionales asociadas a la pobreza, y especialmente a una dieta basada en el maíz.

Sin embargo, durante décadas muchos ciudadanos y políticos del Sur se negaron a aceptar este diagnóstico, declarando que la epidemia era una ficción creada por los norteños para insultar al Sur o que la teoría nutricional era un ataque a la cultura sureña. Y las muertes por pelagra continuaron aumentando.

¿Te suena familiar?

Hace meses que sabemos lo que se necesita para controlar el Covid-19. Se necesita un período de encierro severo para reducir la prevalencia de la enfermedad. Sólo entonces se puede reabrir la economía, manteniendo el distanciamiento social según sea necesario, e incluso entonces se necesita un régimen de pruebas generalizadas, seguimiento y aislamiento de los individuos potencialmente infectados para mantener el virus suprimido.

La mayoría de los países avanzados han seguido este camino. Algunos países, como Nueva Zelanda y Corea del Sur, han derrotado en gran medida o completamente al coronavirus. La Unión Europea, comparable en población y diversidad a los Estados Unidos, sigue registrando nuevos casos de Covid-19, pero a un ritmo mucho más lento que en el punto álgido de la pandemia a finales de marzo y principios de abril.

Sin embargo, los Estados Unidos son excepcionales, de una manera muy mala. Nuestro índice de nuevos casos nunca disminuyó tanto, porque la disminución de los índices de infección en el área de Nueva York se vio compensada por infecciones planas o crecientes en el sur y el oeste. Ahora los casos están en aumento a nivel nacional y aumentando en estados como Arizona, Texas y Florida.

Y no, las infecciones reportadas no están aumentando sólo porque estamos haciendo más pruebas; contra Donald Trump, no podemos resolver este problema sólo con menos pruebas. Otros indicadores, como el porcentaje de pruebas que dan positivo y las tasas de hospitalización, muestran que el aumento de Covid-19 es real.

Es cierto que las muertes siguen disminuyendo en toda la nación, aunque están aumentando en algunos estados. Esto refleja alguna combinación de la forma en que las muertes se retrasan con respecto a las infecciones, mejores precauciones para los ancianos, que son los más vulnerables, y un mejor tratamiento a medida que los médicos aprenden más sobre la enfermedad.

Pero seguimos perdiendo alrededor de 600 estadounidenses por día, es decir, estamos experimentando el equivalente a seis 11 de septiembre de cada mes. Y muchas personas que no mueren por el Covid-19 están sin embargo debilitadas por la enfermedad, a veces permanentemente.

¿Por qué lo estamos haciendo tan mal? Gran parte de la respuesta es que muchos gobiernos estatales se han apresurado a volver a la normalidad, aunque sólo un puñado de estados cumplen los criterios federales incluso para la fase inicial de reapertura. Los epidemiólogos advirtieron que la reapertura prematura llevaría a una nueva ola de infecciones, y tenían razón.

Más allá de eso, en América, y sólo en América, las precauciones básicas de salud se han visto atrapadas en una guerra cultural. Lo más obvio es que el no usar una máscara facial, y por lo tanto poner gratuitamente en peligro a otras personas, se ha convertido en un símbolo político: Trump ha sugerido que algunas personas usan máscaras sólo para señalar su desaprobación, y muchos americanos han decidido que requerir máscaras en espacios interiores es un asalto a su libertad.

Como resultado, el distanciamiento social se ha vuelto partidista: los autodenominados republicanos hacen menos que los autodenominados demócratas. Todos vimos cómo se desarrolla esto en Tulsa, donde una gran multitud (si bien más pequeña de lo esperado) se reunió, en su mayoría sin máscaras, en un espacio interior diseñado a medida para propagar el coronavirus.

Y el próximo mitin de Trump, el martes, tendrá lugar en Arizona, donde el Covid-19 está explotando, pero donde el gobernador republicano no sólo se niega a exigir el uso de máscaras, sino que se negó hasta hace unos días a permitir que los gobiernos locales impongan sus propias reglas.

La moraleja de esta historia es que la respuesta singularmente pobre de Estados Unidos al coronavirus no es sólo el resultado de un mal liderazgo en la cúpula - aunque decenas de miles de vidas se habrían salvado si tuviéramos un presidente que se ocupara de los problemas en lugar de intentar desear que desaparecieran.

También nos va mal porque, como muestra el ejemplo de la pelagra, en la cultura americana hay una larga racha de anticiencia y antiexperiencia, la misma racha que nos hace excepcionalmente poco dispuestos a aceptar la realidad de la evolución o a reconocer la amenaza del cambio climático.

No somos una nación de ignorantes; muchos, probablemente la mayoría de los americanos están dispuestos a escuchar a los expertos y actuar responsablemente. Pero hay una facción beligerante dentro de nuestra sociedad que se niega a reconocer los hechos inconvenientes o incómodos, prefiriendo creer que los expertos están de alguna manera conspirando contra ellos.

Trump no sólo ha fracasado en el desafío político planteado por Covid-19. Con sus palabras y acciones, en particular su negativa a usar una máscara, ha alentado y potenciado la lucha contra la corrupción en América.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator