Cuando el Noticiero de la Televisión Cubana
ofreció en la noche de este domingo 17 de enero de 2021 la noticia de la muerte
de Alberto Dionisio Pérez- Alberto D. Pérez- sentí un sobrecogimiento enorme,
desgarrador. Mi esposa Marthica, conocedora de esos afectos entrañables- diría
que familiar- se abstuvo de hacer comentarios. Perdí un amigo de más de tres
décadas, al igual que mi hermano Sergio
Amarante. Podíamos no vernos, pero teníamos la certeza de que él estaba siempre
ahí, incondicional, constante, de
corazón tendido, sin dobleces.
Escribo estas líneas a cuatro manos; así se lo
confesé a Sergio, visiblemente afectado por esta pérdida, a pesar de conocer la
enfermedad que lo aquejaba, desde hace algún tiempo. No aspiro a reseñar con
ellas la inconmensurable trayectoria de quien fuera, en mi opinión, un todo
terreno del periodismo; aunque no alcanzó los reconocimientos gremiales, que en
vida debió recibir, y no es que se trabaje para merecerlos. Él fue el mentor
que permitió que yo abrazara definitivamente el periodismo de investigación, a
través de ese proyecto exitoso que fue la revista ´´De Todo´´, de Radio Ciudad
de La Habana, la cual contó con altos niveles de audiencia en el segundo lustro
de la década de los 80 y en los albores
del 90 del pasado siglo XX.
A propósito de este espacio informativo, sobre
el cual la colega Ilse Bulit comentó en más de una edición de la revista
Bohemia, y de su prolífera obra periodística, Alberto D. Pérez declaró lo
siguiente a otra colega: Ángela Oramas Camero en entrevista publicada en
noviembre de 2012 en el sitio digital www.cubaperiodistas.cu
.
Estoy
convencido de que la máxima dirigencia del poder revolucionario está muy lejos
de apoyar aquellos que pretendan ocultar la verdad y seguir medrando a costa
del sudor de nuestro pueblo. Todavía recuerdo los informativos ´´Haciendo
Radio´´, de Radio Rebelde, y la revista ´´De Todo´´, de Radio Ciudad de La
Habana, espacios que lucharon a brazo partido contra la corrupción, la mentira,
el paternalismo y otros males que todavía perviven en nuestra sociedad. La
razón del éxito de ambos programas fue, sin lugar a dudas, que la gente común y
corriente se sintió representada y defendida en sus intereses, que comprobaba
cómo en ellos se apoyaba a la Revolución y sus intereses nacionales y foráneos.
Hay
programas informativos y noticieros que todavía incluyen notas sobre ´´éxitos
productivos´´ que uno sabe que son mentiras totales o parciales. Es por ello
que algunas personas han dejado de escucharlos. Me ha dolido mucho oír
comentarios sobre periodistas como este: ´´Son unos mentirosos, es un
calificativo muy doloroso.´´
En la
entrevista de marras, Alberto resumió
otros momentos de intensa labor, como cuando fue director y conductor del
informativo ´´De Todo´´ de Radio Ciudad Habana, caracterizado por la defensa a
los consumidores quienes denunciaban ser víctimas de abusos por ilegalidades
cometidas en determinados establecimientos. Este espacio devino escuela de
corresponsales populares y de jóvenes periodistas en los barrios capitalinos.
Al respecto recuerda:
- Una vez, un ómnibus articulado
de la ruta 22 fue utilizado ilegalmente para hacer una mudanza. El pueblo del
barrio nos llamó de inmediato y el programa denunció al aire tal fechoría.
Alertada la Policía Nacional Revolucionaria, los infractores fueron detenidos.
Guardo en mi papelería, con particular celo, el
acta de la ´´cumbre´´- así le llamamos los participantes por el alcance de los
objetivos propuestos- del consejo editorial de la revista ´´De Todo´´,
celebrada el 30 de mayo de 1989 en el restaurante ´´El Recreo´´, de San Miguel
del Padrón, y en la cual Alberto señaló: ´´La
revista se ha materializado como un portavoz legítimo de la capital. La
presencia de las corresponsalías fue lo que cambió definitivamente los
intereses de la población.´´
Lamentablemente, la presencia de ´´La voz de la
calle´´- las corresponsalías radiales municipales-, como expresión de los
intereses de la gente, se extravió en la capital del país, como resultado de
las inconsecuencias, los desvaríos y las malas interpretaciones de las políticas.
Actualmente, a la luz de las reformas económico-sociales en curso, mucho se
requiere de este observatorio informativo, para que la autonomía municipal y la
autogestión local se materialicen , con el decisivo empoderamiento del pueblo.
Además de liderar este importantísimo proyecto
informativo, con su indiscutible sapiencia profesional, Alberto D. Pérez fue
fundador de Prensa Latina, donde compartió este hermoso oficio con grandes del
periodismo latinoamericano: Jorge Ricardo Massetti, Rodolfo Walsh y Gabriel
García Márquez, entre otros. Dejó su impronta en Granma Internacional y Radio
Habana Cuba. Ofreció coberturas a visitas internacionales del líder histórico
de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, así como trabajó muy de cerca y
durante muchos años con su colaboradora Celia Sánchez Manduley.
Alberto D. Pérez fue un políglota en toda la
extensión de la palabra. Hablaba inglés, francés, portugués y vietnamita.
También piloteó y realizó estudios de medicina, todo lo cual contribuyó a la
versatilidad mostrada en el ejercicio del periodismo.
Más allá de los indiscutibles méritos
profesionales de Alberto D. Pérez, mi hermano Sergio y yo guardamos recuerdos
imborrables de este amigo, de cuando celebramos los 90 años de nuestra madre, y
de aquel día fatídico en que pronunció las palabras de despedida de duelo en
sus funerales.
Gracias, Alberto, mil gracias, por haber contado con tu maravillosa amistad y haber bebido en la fuente inagotable de tus múltiples saberes, de un verdadero trotamundos. No te equivocaste al aseverar: El periodismo es labor de riesgos, emociones, peligros, aventuras, y ata hasta la muerte. Así fue tu vida, hermano. ¡Hasta en eso fuiste consecuente!
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