La inauguración presidencial en Estados Unidos fue siempre un evento político festivo que esta vez, al celebrar el triunfo de Joe Biden, estuvo afectada, no porque faltara Donald Trump a quien nadie necesita, sino porque faltó la alegría y el optimismo que suelen acompañar los comienzos. En cambio, estuvieron presente la tristeza por los más de 20 millones de enfermos y los casi 400.000 fallecidos por la COVID-19, a los cuales se suman los cinco muertos durante el asalto al Capitolio de Washington, víctimas del aventurerismo del ex presidente Trump.
Desde hace 231 años los estadounidenses disfrutan de la toma de posesión de sus presidentes y desde 1871 cuando James Monroe decidió realizarlas al aire libre, frente al Capitolio, la ciudadanía participa de ellas. En la segunda inauguración de Lincoln, por primera vez los nativos americanos y los afroamericanos participaron en el desfile inaugural; las mujeres lo hicieron en 1917. La más concurrida ha sido la de Barack Obama en 2009 con más de un millón de participantes.
El 30 de abril de 1789, desde el balcón del Federal Hall en Nueva York, George Washington asumió el cargo de presidente de los Estados Unidos. Así mediante un juramento de 32 palabras, que nunca se ha modificado, se consumó la primera asunción presidencial, evento que 1857, cuando lo realizó James Buchanan, fue fotografiado por primera vez.
En estos actos, George Washington pronunció el discurso más lacónico
con 130 palabras, otro muy breve fue el de Franklin D. Roosevelt en 1945, en el cual empleó 550 palabras. William Henry Harrison en 1841 realizó el más largo empleando 8.445 palabras.
James Madison celebró el primer baile oficial para festejar su ascenso al poder, George Bush impuso un récord al organizar diez bailes oficiales. Para democratizarlos, James Polk introdujo el cobro de entrada, cosa que también hizo Franklin D. Roosevelt.
Donald Trump, no ha sido el primer presidente en desairar a su sucesor. Antes lo hicieron John Adams y John Quincy Adams (padre e hijo) los cuales dejaron plantados a sus sucesores, Thomas Jefferson y Andrew Jackson quien tampoco presenció la asunción del sucesor. En 1869, Andrew Johnson estuvo ausente cuando su relevo, Ulysses S. Grant fue investido. Por enfermedad, Woodrow Wilson no asistió a la inauguración de Warren G. Harding en 1921 y obviamente, Richard Nixon no estuvo en la juramentación de Gerald Ford.
En Estados Unidos, el juramento del cargo de presidente posee un valor intrínseco y constituye la verdadera toma de posesión; puede realizarse en cualquier lugar y ante cualquier persona con autoridad reconocida. En 1923, al ser informado de la muerte de Warren Harding, el vicepresidente Calvin Coolidge que se encontraba en Vermont, fue juramentado por su padre que era notario público y Lyndon Johnson accedió a la presidencia a bordo del Air Force One.
No existe ninguna disposición que obligue a jurar sobre algún texto. Por tradición la mayoría lo ha hecho sobre la Biblia. Fueron excepciones John Quincy Adams, Theodore Roosevelt y Franklin Pierce que emplearon la Constitución. Lyndon Johnson utilizó un misal católico. Barack Obama juró sobre dos biblias, una que perteneció a Abraham Lincoln y la otra a Martin Luther King.
Estados Unidos ha tenido 46 presidentes, sin embargo, el juramento se ha pronunciado en 70 ocasiones, en cinco fechas y seis lugares diferentes. Existen más juramentos que presidentes porque en nueve ocasiones lo han realizado vicepresidentes sustitutos de mandatarios que no pudieron concluir sus períodos. Además, porque en diez oportunidades el 4 de marzo y el 20 de enero en años electorales, fue domingo. Por tal motivo, para cumplir el mandato constitucional, los presidentes juraban en privado un día antes y luego lo repetían en público.
Debido a querellas políticas, en 1877 Rutherford B. Hayes, prestó juramento en secreto el 3 de marzo y luego lo hizo el cuatro y en 1985 el presidente Reagan, juró en privado para la televisión y luego lo repitió en el acto formal. Por su condición de agnósticos, Franklin Pierce y John Quincy Adams prometieron en lugar de jurar sus cargos.
Sólo Franklin D. Roosevelt tomó posesión en cuatro ocasiones sucesivas (1933, 1937,1941 y 1945). En la primera heredó la Gran Depresión y el auge fascista que condujo a la II Guerra Mundial. La segunda se realizó en 1937, la tercera en 1941 y la cuarta y última en 1945, por realizarse en medio de la II Guerra Mundial, al estar racionados los combustibles, el gas y la madera y por enfermedad del presidente, no hubo festejos.
Entre los más fastuosos y refinados actos de toma de posesión estuvieron los organizados para el ascenso de John F. Kennedy, cuyo baile inaugural fue auspiciado por Frank Sinatra. Entre otras estrellas estuvieron Fredric March, Sidney Poitier, Nat King Cole, Ella Fitzgerald, Gene Kelly, Tony Curtis, Janet Leigh, Bill Dana, Milton Berle, Harry Belafonte y el propio Sinatra.
En aquel evento, además del mandatario saliente, Dwight D. Eisenhower, estaban el expresidente Harry S. Truman y los futuros mandatarios Lyndon B. Johnson, Richard M. Nixon y Gerald Ford. Otras personalidades fueron Carl Sandburg, John Steinbeck, Ernest Hemingway, Brendan Behan, Mark Rothko.
También honraron la actividad cinco ex primeras damas, Edith Wilson, Eleanor Roosevelt, Bess Truman, todas viudas, además Mamie Eisenhower y algunas que lo serían después como Lady Bird Johnson, Pat Nixon y Betty Ford. Por su parte Bill Clinton tuvo en su elenco a Diana Ross, Ray Charles, Chayanne y Barack Obama contó con las actuaciones de Beyonce, Michael Jackson, Aretha Franklin, Bruce Springsteen, Shakira, Sheryl Crow y Stevie Wonder.
Las primeras damas han estado presentes en las tomas de posesión de sus esposos. Ellas han aportado calidez, glamour y amor. Las excepciones fueron: Thomas Jefferson, Andrew Jackson y Martin Van Buren, que al asumir el cargo eran viudos, así como Grover Cleveland y James Buchanan que eran solteros. Anna Harrison, esposa de William Harrison no acudió por estar enferma. John Tyler y Woodrow Wilson, enviudaron siendo presidentes y volvieron a casarse. Wilson con una dama con sangre indígena. En sus dos matrimonios Tyler engendró 15 hijos.
En las últimas décadas, la toma de posesión más deslucida fue la de Donald Trump que no contó con el apoyo de ningún artista de renombre. Para su baile en la ceremonia de inauguración de la presidencia Donald y Melania escogieron la clásica canción 'My Way', de Frank Sinatra. Su camino lo condujo a la derrota electoral y a la bancarrota moral.
Tal vez en su inmensa misericordia, Dios lo absuelva; la historia no lo hará. Debido a la situación sanitaria del país, por respeto a las víctimas de la pandemia y del Capitolio y por los quebrantos debidos a la insólita actuación de Donald Trump, la inauguración presidencial de Joe Biden y Kamala Harris fue modesta y triste. Buena suerte. Allá nos vemos.
21/01/2021
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