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domingo, 17 de enero de 2021

Keynes versus Friedman

 

SINE DIE 2021 

                      SEGUNDA SERIE   # 9                      

 

Enero 15 de 2021

Juan M Ferran Oliva

.una de las responsabilidades más importantes y difíciles del economista es oponerse a la autoridad del prejuicio

John Maynard Keynes

 Durante el siglo XX los principales modelos económicos enraizados en el ámbito capitalistas fueron el keynesiano y el monetarista. El primero surgió en medio de la gran crisis de 1929 que despertó alarmas sobre el paro. La plena ocupación y la demanda agregada se convirtieron en claves de solución. El inglés John Maynard Keynes planteaba que el paro forzoso se debía a la caída de la demanda global a la que consideraba generadora de trabajo y producción. Veía a la política fiscal como instrumento para lograr el pleno empleo. Proponía bajas tasas de interés y mayores imposiciones fiscales, la reducción del salario real a través de la inflación, y grandes inversiones gubernamentales para compensar las insuficiencias privadas. La tasa de interés constituía una recompensa para los inversores capaces de sacrificar su preferencia por la liquidez. El seguro por paro, surgido en esa época, compensaría la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores cesantes. Persuadió a muchos gobiernos occidentales a disminuir el desempleo mediante el déficit presupuestario.

La nota conflictiva del modelo keynesiano fue el papel que asignó al Estado como garante de la estabilidad económica. Algunos lo consideraron un ataque a la sacrosanta empresa privada ¡y no faltaron quienes acusaron a Keynes de comunista!  El destacado reformista impugnaba la espontaneidad y proponía iniciativas gubernamentales capaces de movilizar a los agentes de la producción. Fue un iconoclasta en un mundo conservador[1].

Sus propuestas fueron muy influyentes e incluso respaldaron políticas notorias como la del New Deal de Franklin D. Roosevelt. Entre sus destacados epígonos se contó el Premio Nobel Paul Samuelson. El modelo keynesiano estuvo en boga durante décadas. En la Cuba anterior a 1959 sus más señalados seguidores fueron Julián Alienes Urosa y el grupo de la Misión Truslow.

La teoría keynesiana comenzó a perder adeptos en los primeros años de la década de 1970. Las políticas de gasto público que facilitaron la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial empezaron a agotarse y germinaron nuevas crisis económicas. Eran frecuentes las emisiones monetarias asimétricas para cubrir el déficit. Fue entonces que la estanflación debutó como componente del paisaje económico. 

Resultó el momento oportuno para culpar al Estado de las crisis y se inició el rescate de teorías que limitaban el rol gubernamental. Los oponentes del keynesianismo decían inspirarse en el liberalismo económico preconizado dos siglos atrás por los fisiócratas:Adam Smith y otros clásicos que combatieron l’ancien régime  y el mercantilismo, y propusieron un orden natural sin regulaciones. Entonces no existían aún las transnacionales ni el capitalismo había llegado a su fase financiera.

El nuevo pensamiento, calificado como monetarista, tuvo por cuna las universidades de Chicago. y Stanford. Milton Friedman y sus discípulos lo lideraron y a partir de sus recetas se erigió posteriormente el neoliberalismo como doctrina política. Consideraban que las posibles soluciones a la inflación deben estar enmarcadas en una rigurosa política monetaria. Son los postulados seguidos por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los monetaristas plantean que el libre mercado es más eficiente que la intervención pública. Defienden la libre competencia y las preferencias naturales de los consumidores, pero proponen un laissez-faire en un mundo monopólico inexistente en tiempos de Smith. Al igual que él, aspiran a restringir las andanzas económicas del gobierno a aquellas actividades que nunca interesarían a un empresario privado.

La fórmula básica del monetarismo consiste en controlar la oferta de dinero a través del banco central con objeto de reducir la inflación o superar recesiones. El predicamento de los Chicago Boys emana de corrientes políticas conservadoras y sus fórmulas implican afectaciones a los sectores de exiguos ingresos. Suelen proponer políticas de choque que requieren el apoyo de gobiernos autoritarios. Opinan que el costo social provocado por las medidas de austeridad es irrelevante pues debe ser resarcido, a largo plazo, con más ocupación y consumo. Keynes acotaba al respecto que para entonces ya todos estaríamos muertos.

Según uno de sus críticos, el monetarismo o neoliberalismo, suele sustituir la mano invisible de Adam Smith por la manu militari de las dictaduras.

Valga señalar que ambas teorías se enmarcan en el ámbito capitalista.

La teoría monetarista tomó auge entre 1980 y 1990, años en los que proliferaron las privatizaciones de industrias controladas por el Estado y se redujo el rol del sector público. Muchos países lo adoptaron y en América Latina destaca Chile que contaba con un fuerte grupo de economistas formados en la Escuela de Chicago. Sus planteamientos fueron seguidos por el régimen castrense que derrocó a Salvador Allende.

Keynes falleció 24 años antes de que se introdujese el Premio Nobel en Ciencias Económicas pero de haber estado en tiempo seguramente se lo hubieran concedido.  Paul A. Samuelson[2] que se adhirió a su teoría lo recibió en 1970, mientras que  Milton Friedman, adversario de ambos, lo ganó en 1976.

Otro Nobel en Economía, en este caso Joseph E. Stiglitz, recibió dicho galardón en 2001. Un año antes había renunciado a su cargo de economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial en señal de protesta contra la política de la entidad. Es un oponente declarado del monetarismo

Fin

 



[1] Expuso sus ideas en la Teoría General sobre el Empleo, el Interés y el Dinero 

 

[2] Samuelson introdujo el término de síntesis neoclásica en su intento por integrar las visiones del keynesianismo y la escuela clásica

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