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lunes, 18 de enero de 2021

LOS CONFABULADOS

 

Por: Julio Sergio Alcorta Fernández.

El caso TRUMP sigue dando quehacer en la sociedad estadounidense.

Después de la aprobación por la Cámara de Representantes de la resolución de un nuevo juicio político en su contra por incitación a la insurrección debido a su involucramiento en los acontecimientos violentos en el Capitolio, seguidamente se ha hecho necesario una mayoría de dos tercios en el Senado para condenarlo.

Como es natural, considero que no debe existir la posibilidad de que ese proceso pueda finalizar antes de que termine su mandato, el 20 de enero, para lo que presagio que Trump pudiera escurrirse astutamente y verse libre para continuar haciendo de las suyas con la ayuda de sus turbas neofascistas, interfiriendo brutalmente al nuevo gobierno del presidente Joe Biden, lo que a la vez lo convierte en un desaforado delincuente contraviniendo las leyes , y peor aún, la UNIDAD que esa nación requiere para subsistir de forma cohesionada.

Ahora bien, el tiempo sigue su curso, los miserables confabulados con este malhechor, que son muchos, participantes prácticos en toda esta inmundicia gobernante durante largos 4 años, continúan sus invocaciones; casi no se mencionan, pareciera que no existen, son fantasmas encapotados en esa compleja sociedad; que lamentablemente descuida la vigilancia hacia los que posiblemente la infeste de nuevo de las acciones más repugnantes que puedan ser imaginadas.

Volverán a aparecer pronto, emulando a su protector y esperando con ansiedad y confianza poder unirse a las huestes neofascistas que serían dominadas otra vez por el resucitado guía.

Es por eso que considero necesario acabar de mostrarlos en toda su vestimenta engatusadora, pues seguramente van a tratar de horadar a los que ellos trataron de aniquilar de forma perversa y ruin; y que ahora ostentan el gobierno de esa poderosa nación.

En este sentido, algunos de estos recalcitrantes y extremistas personajes, como: Elliot Abrams, Marco Rubio, John Bolton, Mario Díaz Balart, Mauricio Claver-Carone, y otros,  han acompañado a Trump en todas sus maquiavélicas fechorías. Pero sobre todo el más cobarde de ellos: Marco Rubio, ha sido el factor más prominente de los bellacos que estuvieron adulando a Donald Trump desde el primer día de su toma de posesión como presidente en 2016, a pesar de que Trump lo zarandeó bochornosamente en varias ocasiones en que se discutía por el Partido Republicano, quien sería el escogido para las elecciones presidenciales del año 2016.

Además, es el que ha tenido la cobarde persistencia de crear un ambiente de odio cerril hacia nuestro pueblo y nuestro país, convirtiéndose en el enajenado embrollador, intrigante y nauseabundo siervo del cortesano que irrumpió, para mal, la tan cacareada democracia en ese imperio.

Recordemos el ignominioso espectáculo montado en la ciudad de Miami, el 16 de junio de 2019, en el que el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se presentó para anunciar las nuevas políticas de su gobierno hacia Cuba.

Nuestro pueblo observó este desagradable show, con Mario Díaz Balart loco por estar en primera fila, y Marco Rubio, hecho una veleta agitada, cayéndole atrás al sainetero mayor; y los gestos fascitoides del nuevo superior increíblemente parecido al jefe de los fascistas que fue Mussolini,  en Italia.

Por último, permítaseme reflejar algunas etapas interesantes de este engañoso ejemplar que es Marco Rubio, Senador en el Congreso de los Estados Unidos de América.

Aunque no acostumbro a mezclar asuntos familiares cuando pongo por escrito mis opiniones sobre alguien en particular, en esta ocasión , tratándose de este señor, me he sentido obligado, como cubano que soy, a transcribir parte, lo más breve posible, de un documento titulado “El origen (narco), de Marco Rubio”.

“Este senador republicano escribió sus memorias en un libro que bautizó con el nombre de “An American Son”, publicado en el año 2012. En el libro asomó apenas de manera superficial que su cuñado era un comprobado lord del narcotráfico y toda la familia (de origen cubano y radicada en Miami) lo sabía”.

“En una nota del Washington Post del año 2015, se da a conocer la historia de Orlando Cicilia, esposo de Bárbara, una hermana mayor del senador republicano. Cicilia era un testaferro y operador del circuito de narcóticos, concretamente de la cocaína, en tiempos de su máximo apogeo en Estados Unidos, cuando Miami era considerada la capital de la cocaína en Gringolandia”.

“La suspicacia de los medios norteamericanos dirigidos hacia Rubio yacen en el rol que tuvo Bárbara Rubio en el auge de esa familia en los años 80, justo en tiempo de la “mayor prosperidad” de su esposo Orlando. El planteamiento es obvio, se trata de una familia que alcanzó privilegios gracias a la venia de su familiar político”.

“El ascenso político de Rubio tuvo siempre esa nube negra. Reseña Washington Post que en una oportunidad al portavoz de Rubio, Todd Harris, señaló que Rubio “tenía sólo 16 años en el momento de la detención (de Cicilia), y ve esto como una cuestión familiar e íntima privada, siendo estos acontecimientos que tuvieron lugar hacia casi 30 años”. En varias entrevistas y durante su ascenso político, Rubio se negó a responder a las preguntas de los medios acerca de si Orlando Cicilia proporcionó apoyo financiero a él y o a su familia”.

Hasta aquí he tratado de compendiar los aspectos más torcidos y viciados de la ejecutoria presidencial de Donald Trump y sus acólitos.

Estimo que no debe haber descanso hasta que no se esfume definitivamente este execrable ser, pues presiento que pudiera descuidarse negligentemente en esa sociedad en que dormitan muy diversas agrupaciones y clanes fascistoides, las más contundentes medidas que frenen y obstaculicen su avance.

La Habana 18 de enero de 2021. “Año 63 de la Revolución”.  JSAF

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