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sábado, 9 de enero de 2021

NADIE DEBE QUEDAR INMUNE

 Por: Julio Sergio Alcorta Fernández.

Era muy de esperar que Donald Trump, presidente d
el imperio más poderoso del mundo, tropezara, probablemente sin darse cuenta, con muchas de sus mismas barrabasadas, villanerías y estupideces.

Lo que sí me parece sorpresivo que, tratándose de una nación que se sustenta en sus normativas y leyes, lo que no puede negarse, y conforman un conjunto apreciable de principios y regulaciones que encaminan a su sociedad, haya emergido una especie de troglodita que se alce con la primera magistratura, transite libremente durante 4 años en su cargo, se fugue de los elementos legales tan eficaces en esa nación, y llegue hasta preocupar a la democracia, con peligros tan catastróficos como la advertencia de posibles golpes de estado y leyes marciales.

Aunque parecía que se iba a lograr una especie de contemplación apática por ese pueblo permitiendo el libre paso de la caravana de ese despreciable monarca, proclamando a todos los cielos sus virtudes para hacer “América más fuerte”, y advirtiendo desvergonzadamente su seguro retorno dentro de 4 años para finalizar su devota labor, como buen fascista que es, ordenó a sus huestes una última infame tarea antes de entregarle el poder, o no, al que oficialmente había logrado la victoria en las elecciones del 3 de noviembre de 2020:

LA MARCHA FASCISTOIDE HACIA EL CAPITOLIO DE LA NACIÓN, para seguir  amenazando a los congresistas del enorme fraude, según él, que había sido objeto por el Partido Demócrata, y tratar de anular la declaración oficial de presidente de Joe Biden.

Como todos conocemos, sucedió el amargo, inconcebible y criminal asalto al máximo exponente de la democracia estadounidense: EL CAPITOLIO NACIONAL, dando lugar a su última abominable acción dentro de sus correrías políticas, todo lo cual seguramente debía dar lugar a un enjuiciamiento inculpándolo de insurrección y sedición; acciones que son duramente condenadas por esa nación.

Ahora bien, como es natural, posteriormente a estos hechos, en todo el andamiaje noticioso está prevaleciendo en las mentes de la mayoría de los habitantes de este mundo, sólo el nombre de Donald Trump, y seguramente permanecerá así durante varios días, semanas, meses y hasta años.

Aunque es normal que esto ocurra, considero que es necesario resaltar que se pudiera estar cometiendo una indeseable distracción al invisibilizar a todos los que, conscientemente, se estuvieron complotando con el malhechor durante esos fatídicos 4 años; y muchas veces fueron los que influyeron asesorándolo y mostrándole las vías sobre las que se encarrilaran  las inagotables , extensas, criminales e ilegales sanciones y hechos que han dañado profundamente sobre todo a nuestro país, a Venezuela y a Nicaragua, y otros que consideraron fuera de su agrado.

Es por eso que en aras de nadie quede inmune a tantas transgresiones, sería justo que algunos de estos sicarios fueron acusados legalmente por su participación en los actos por los que se considera debe condenarse a Donald Trump.

Por último, tampoco podemos dejar pasar por alto, pues de otra forma seríamos indignos al ocultarlo, la parsimonia y frugalidad de los que ahora enjuician a Trump en el Congreso de los Estados Unidos, pues nunca, ninguno de ellos, tuvieron la valentía y la justeza de, por lo menos, declarar su inconformidad con el inmenso daño que, con una constancia enfermiza durante 48 meses, fueron vilmente ejecutados, atosigando y acosando a nuestro pueblo y pequeño país, hasta que se rindiera, lo cual les fue imposible, como siempre ha sido en estas seis décadas de confrontación con el imperio más poderoso del mundo.   

La Habana, 9 de enero de 2021. “Año 63 de la Revolución”

JSAF

 

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