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sábado, 27 de febrero de 2021

La Empresa Estatal Socialista: eficiencia vs gestión y autonomía

Por Luis Aparicio Cruz

“Nadie remienda un vestido viejo

con un paño de tela nueva,

 porque la tela nueva estira la tela vieja

 y la rotura se hace peor”


Jesús de Nazaret

Marcos 2.22, siglo I

 El pasado 19 de febrero el Vice Primer  Ministro y Ministro de Economía y Planificación, refiriéndose al Trabajo por Cuenta Propia, expresó:

“Nosotros estamos implementando transformaciones profundas en el sector empresarial.”

“Todo se pone en el mismo contexto, perfeccionamiento del sector empresarial estatal, sector presupuestado, trabajo, sector no estatal, ampliación del trabajo por cuenta propia, creación de las micro, pequeñas y medianas empresas y ampliación al trabajo de las cooperativas. “

Ha sido muy buena noticia esta decisión referida al Trabajo por Cuenta Propia; también lo es el proyecto mencionado por el Vice Primer  Ministro y Ministro de Economía y Planificación. Hemos dicho que el tejido empresarial lleva un diseño y posterior desarrollo que incluya a todos los actores haciendo que la Empresa sea la Empresa, con una filosofía reguladora que estreche los límites de lo “no permitido” y abra las puertas a las iniciativas individuales y colectivas.

La empresa es el medio a través del que se unen las fuerzas productivas para satisfacer las necesidades demandadas por su entorno a través del mercado,  contribuir al desarrollo social y crear un margen de utilidad para beneficio de la propia empresa y de la sociedad, resultado final: crear riqueza.

Es incuestionable el papel que le corresponde a la Empresa Estatal Socialista para la creación de la riqueza social; Si a los recursos que mueve no se les extrae el máximo de resultados, será difícil lograr aumentos en el nivel de vida.

El ARTÍCULO 27 de la Constitución de la República expresa:

“La empresa estatal socialista es el sujeto principal de la economía nacional. Dispone de autonomía en su administración y gestión; desempeña el papel principal en la producción de bienes y servicios y cumple con sus responsabilidades sociales.”

Para lograr este objetivo debe organizar los procesos de gestión a fin de ejercer un uso eficiente y efectivo de los recursos y de la innovación tecnológica; en suma: elevar la productividad, obtener adecuada tasa de Rentabilidad y ofertar sus productos y/o servicios a la sociedad mediante un precio a través del mercado, interactuando con el resto de los actores económicos. Ante tal obligación es necesario que la empresa actúe con independencia, valentía y aire emprendedor para tomar las decisiones oportunas a fin de cumplir sus objetivos. Dicho esto, lo podemos reducir a un sistema de ecuaciones con tres variables: eficiencia, gestión empresarial y autonomía empresarial.

La eficiencia se traduce en reducción de costos y de costos comparativos, sobre todo si tratamos de sustituir importaciones, lo cual quiere decir que nuestro Costo de Producción debe ser inferior a lo que costaría importar el producto en cuestión, si no es así no tiene sentido; del mismo modo y por la otra cara las exportaciones.

De lo que se trata es igualar o superar los niveles de rentabilidad logrados por otras empresas de la misma rama, dentro del país y en el extranjero, ninguna empresa puede estar ajena a la competencia, no se trata de ser rentable en función de precios tutelados o de monopolio, hay que atender las señales del mercado.

La empresa estatal cubana al día de hoy está enfrentando un panorama totalmente nuevo, amaneció el 1 de enero multiplicando el valor de una parte de sus insumos por 24 e incrementó el gasto de mano de obra por la Reforma Salarial; ¿cuál es el Costo ahora? Es altamente probable que con los precios del 31 de diciembre de 2020 cualquier empresa resulte irrentable en enero de 2021, la tendencia inmediata es a subir precios para compensar los efectos del Ordenamiento Monetario. Me pregunto: ¿sólo es este el camino?, ¿cuánta eficiencia o ineficiencia encubierta existía hasta el 31 de diciembre de 2020 y que por la vía de subir precios estamos trasladando a la nueva realidad?

No cuestiono los nuevos precios que se hayan aprobado, sean centralizados o no, el objetivo de este trabajo no lo es. Solamente son dos preguntas para pensar; los precios tienen un límite en el mercado.

La mayoría de las empresas estatales que hoy operan en el país tienen una vida superior a las cuatro décadas, fueron fundadas para producir, la Rentabilidad no estaba en primer plano, han pasado por varios procesos de reorganización, sumado o restado actividades por decisiones netamente administrativas, desde su origen han tenido una protección excesiva por parte del Estado, ni siquiera el Contrato reunía preeminencia, la producción estaba vendida desde la concepción del Plan, cobrar era importante pero no trascendente, entre los resultados una extensa cadena de impagos a la que se dieron soluciones tales como netear las deudas entre empresas del propio Organismo Central; son sólo ejemplos que muestran la ausencia de una concepción financiera y de negocios en nuestras empresas estatales, en sus orígenes no hubo un Plan de Negocios que diera la factibilidad de una u otra empresa, al menos en la mayoría, es posible alguna excepción.

Con los antecedentes mostrados, el proceso de transformaciones en marcha y como parte del mismo, resulta de imperiosa necesidad efectuar un estudio integral de todo el sistema empresarial estatal, partiendo de un Plan de Negocios que exponga la factibilidad de la empresa y trace su estrategia a corto y mediano plazo. Hecho esto la Empresa Estatal Socialista estará en condiciones de ponerse un traje nuevo.

La eficiencia, no se  logra por decreto y mucho menos por la exhortación; crear un producto con calidad para el mercado al mínimo de costos es el resultado de un Sistema de Gestión que tenga en cuenta la estrategia trazada por el Plan de Negocios y actúe sobre los diversos factores que son determinantes, tales como la estructura del mercado, las regulaciones sobre su actividad, la tecnología, la toma oportuna de decisiones. No existe duda alguna de que la conducción colegiada de este Sistema le corresponde a un equipo de profesionales presidido por un directivo, llámese Gerente o Director, es el empresario, designados por el representante de la propiedad (el Estado)

Algunos se preguntan si los directores actuales de las empresas estatales están preparados para asumir esta responsabilidad. Lo primero es acercarnos a las características de este profesional.

El empresario, como profesional dedicado a la gestión, debe reunir algunas aptitudes indispensables para llevar adelante la estrategia de la empresa, entre ellas: conocer en detalle la tecnología con la que se trabaja, poseer el dinamismo que le permita aprovechar todas las oportunidades para encausar la estrategia, ser un líder capaz de elaborarla e insertar en ella al colectivo que dirige, ser lo suficiente creativo para buscar fórmulas que respondan a los reclamos del consumidor, gozar de responsabilidad y valentía para asumir los riesgos de la toma de decisiones, Ser consciente de su responsabilidad social ante el Estado y los consumidores.

Considero que en el sistema empresarial estatal existen muchos profesionales muy bien preparados y con muchos años de experiencia con las aptitudes mencionadas, sólo hay que hacerles saber que no tienen que pedir permiso ni esperar orientaciones, que el representante de la propiedad le va a controlar por los resultados, entonces se pondrá el nuevo traje de empresario Tampoco niego la superación constante que necesita este profesional, como todos.

Corresponde al Estado como representante de la propiedad, mediante sus órganos, evaluar y designar a estos profesionales de la gestión; depositando en ellos las funciones empresariales con plena autonomía, no basta con que esté articulada en la Constitución, tiene que ser real y efectiva; así mismo es necesario un adecuado control que no interfiera la insoslayable autonomía y evite las posibles desviaciones. Es una responsabilidad muy alta para los ejecutivos, con objetivos precisos a alcanzar.

El Control no convertir la a la empresa, como lo está hoy, en una administradora de recursos subordinada a otra entidad estatal a la que tienen que tributar y rendir cuentas por todo su quehacer.

Durante años ha existido y existe la tendencia por parte de los O.A.C.E. a decidir en las cuestiones que son competencia ejecutiva de las empresas, a través de una orientación y supervisión vertical utilizando diferentes estructuras administrativas, llámense Delegaciones Territoriales, Uniones de Empresas, Grupos Empresariales y más reciente las OSDE, todas con un sello común: organizaciones supra empresariales a las que se les subordinan y tributan empresas.

Procede preguntar acerca del objetivo por el cual está constituido cada Grupo Empresarial y cada OSDE de los existentes al día de hoy:

¿Es una concentración vertical de empresas con el objetivo de propiciar encadenamientos productivos, buscando además economías de escala?

Ejemplos hay de que sí existen Grupos Empresariales en función de estos objetivos y con resultados, uno de ellos pudiera ser BIOCUBAFARMA. En este caso el Grupo cumple una importante función empresarial, tiene sentido el vínculo directo y la rendición de las empresas a la dirección del mismo porque todas y cada una de ellas incide en los resultados de una o más empresas del Grupo, hay un objetivo común que estimula el sentido de pertenencia.

Las OSDE están definidas con precisión por el DECRETO No. 335/2017: “las organizaciones superiores de dirección empresarial surgen por necesidad de la dirección del Gobierno en sus diferentes instancias o para sustentar la separación de las funciones estatales de las empresariales,…”

Si son simples concentraciones horizontales configurando un nivel intermedio del gobierno con fines administrativos tanto los Grupos Empresariales como las OSDE se convierten en una traba burocrática de control administrativo.

Es válido, necesario e ineludible el interés del Estado en controlar la actuación de la empresa para que ésta cumpla los fines para los que fue creada, pero el control no puede ser tal que corra el peligro de asfixiar la vida misma de la empresa con un corsé burocrático, la empresa necesita flexibilidad para desenvolver su actividad con la agilidad y prontitud que le son inherentes.

Refiriéndose al sistema empresarial estatal la Conceptualización del Modelo Económico cubano determina las jurisdicciones de cada uno de los actores: El Estado representante de la propiedad y el empresario representante de la empresa.

No deja espacio para la duda, la Conceptualización proclama un sistema de control integral del Estado a la empresa por la calidad de los resultados, no administrativo, en correspondencia con los objetivos trazados a la empresa; en lo fundamental es un control económico financiero que no puede excluir: Uso adecuado de los recursos, gastos de inversión, endeudamiento, objetivos financieros, proyección al mercado

A ello se agrega el control externo que pueden ejercer los Organismos del Estado, la Contraloría General de la República e instituciones especializadas en Auditorias, estas últimas contratadas por la propia empresa para alguna investigación o para la certificación de su Contabilidad.

El Estado establece las normas de control para evitar las posibles desviaciones, pero éstas no pueden hacer de la Empresa una administradora.

El Estado debe controlar que la empresa cumpla los objetivos para los que fue constituida, sin una rienda centralizadora y burocrática que limite la necesaria autonomía empresarial para realizar sus funciones productivas o de servicios y comerciales, lo cual no excluye la necesaria rendición de cuentas de los empresarios ante los representantes de la propiedad, facilitando las informaciones que correspondan, estadísticas, contables y financieras. Para ello se debe crear un Órgano, no administrativo, no intermediario, sí calificado que represente al Estado, pueden ser las Juntas de Gobierno por medio de un nuevo Decreto.

El Gobierno está dictando medidas que van dirigidas a otorgarle mayores facultades a los empresarios, fundamentalmente las “15 nuevas medidas para fortalecer a la Empresa Estatal Socialista”.

De estas me refiero en especial a la No. 10 que dice textualmente:

“Perfeccionar las funciones de las OSDE, empresas y UEB. Integrar y modificar los actuales Decreto Ley 252 y los Decretos 281, 335 y 336. Definir la existencia de OSDE subordinada a otra OSDE."

Llamo la atención porque con estos decretos vigentes y las OSDE funcionando, tenemos los problemas que vemos a diario, creo que mientras no llega la ley de empresas el paliativo no puede ser integrar estos Decretos, se necesita un Decreto Nuevo que abra las puertas a la iniciativa, la creatividad y la innovación; que no sea uniformista, no podemos tropezar con la misma piedra. La Empresa Estatal Socialista necesita un traje nuevo.

2 comentarios:

  1. Si se pudiera listar el número de normas jurídicas de diferentes rango que se han promulgado para el funcionamiento de las empresas estatales, tendríamos que llegar a la conclusión que no son normas lo que le hace falta a las empresas, a los integrantes de estas les hace falta, primero desprender y luego a la misma velocidad que nuestros talentosos científicos han puesto a punto dos candidatos vacunales anticovid, crear una nueva cultura empresarial y por supuesto un nuevo tipo de empresario. Como muchos abogo por la ley de empresas, pero con o sin ella muchos OACE y OSDE continuarán actuando igual que hasta ahora.
    La práctica cuál árbol verde de la vida, demuestra que ese empresario audaz, proactivo y por ende competitivo siempre en algún recodo del camino choca con alguna incomprensión, o parte de una de las tantas normas hechas para el control del control y de ahí se enfrenta a un listado inacabable de aspectos que son considerados daños y lo otro cualquiera lo sabe.
    La empresa estatal está sometida al enorme reto de demostrar con hechos su fortaleza como garante de la propiedad social sobre los medios de producción y ser garante además de resultados que impacte en el PIB.
    Comparto el criterio del autor de que se necesita un nuevo traje, es imposible en muchos casos remendar el actual y pretender mejores resultados.

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  2. Quise decir desaprender y no desprender

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