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lunes, 29 de marzo de 2021

Lecturas en torno a la discusión de la tesis doctoral por el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez

Por Jorge Rodríguez Hernández*

La ciencia y las producciones de la ciencia deben ocupar algún día el primer lugar de la economía nacional (…) tenemos que desarrollar las producciones de la inteligencia, y ese es nuestro lugar en el mundo, no habrá otro.                                                                       Fidel Castro Ruz

Para no quedar solo en dar un like o en tener una reacción más o menos favorable, acompañada de un me gusta, o quizás compartir la noticia en las redes sociales, con mis amigos y seguidores, preferí buscar  las posibles conexiones del suceso noticioso en torno al mandatario, con el devenir de Cuba, en las últimas seis décadas, tras el triunfo de la Revolución Cubana.

El actual Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, es, como millones de compatriotas, fruto de un proceso emancipatorio, independentista y transformador, emprendido después del 1º de enero de 1959, y el cual devolvió la esperanza a una masa mayoritaria preterida e irredenta. Ahí está, quizás, la clave principal, de este resultado profesional del mandatario: discutir su tesis doctoral, expresión- no solo en el orden individual sino también colectivo- de un derecho humano conquistado y multiplicado.

Esa obra colosal en el ámbito socioeconómico para eliminar desigualdades inimaginables, como escribiera en uno de mis ensayos, tiene sus evidencias en la cronología histórica de esa labor filantrópica, que permitió emerger a los más desposeídos, echando a un lado todo tipo de discriminaciones en el entramado nacional.

Baste repasar los siguientes hechos, para constatar lo expresado anteriormente:

Ø  1 de enero de 1961: Se inicia la Campaña de Alfabetización, durante la cual cien mil jóvenes acometen la grandiosa obra, cuyo objetivo es enseñar a leer y escribir en un año a todos los ciudadanos analfabetos del país.

Ø  4 de enero de 1961: Se crea el Consejo Nacional de Cultura por el Gobierno Revolucionario, con el propósito de llevar a cabo una política cultural amplia y profunda a todas las capas sociales de la población y de manera especial a los sectores populares.

Ø  6 de mayo de 1961: Se aprueba la Ley de Nacionalización de la Enseñanza y se establece como gratuita su prestación, la cual se ejercía por el Gobierno Revolucionario con el fin de garantizar ese derecho a todos los ciudadanos sin distinción ni privilegios.

¿Cómo se forma un Doctor en Ciencias en Cuba?

Para el Doctor en Ciencias Luis Alberto Montero Cabrera, Profesor de Mérito de la Universidad de La Habana y presidente del Consejo Científico de la capitalina casa de altos estudios, la sostenibilidad de la ciencia en el país pasa inevitablemente por una formación doctoral eficiente y atractiva.2

En opinión del catedrático en el mundo de hoy uno de los parámetros determinantes para medir la reputación académica o ranking de los centros de educación superior es la proporción de doctores existentes dentro del colectivo de profesores; e incluso, se le considera un elemento clave para poder hablar de una universidad genuinamente científica. Dicho en otras palabras: producir conocimientos a la vez que personal calificado.3

Considera además el también coordinador de la Sección de Ciencias Naturales y Exactas de la Academia de Ciencias de Cuba, que un sólido programa de promoción de doctorados en todas las disciplinas científicas y tecnológicas posibles, se convierte en una fuente inmediata, barata y eficiente de resultados de investigaciones con posibles impactos, que puedan transformar la sociedad, como sucede en muchos países con un desempeño económico.4

De acuerdo a Montero Cabrera, en Cuba la edad promedio de obtención del título de Doctor fue de 45 años en 2015, cifra claramente insuficiente, en su opinión, pues para aumentar y estabilizar la ciencia, la tecnología y la innovación de punta, se requiere de un doctor en Ciencias joven, que logre el grado antes de los 30 años, pues así tiene mucho más tiempo en su vida profesional de tributar nuevos conocimientos y propiciar al mismo tiempo la educación científica de las nuevas generaciones.5

¿Quién puede acceder al grado de Doctor en Ciencias? En la legislación vigente en Cuba, tal categoría se confiere en una disciplina particular a los graduados de nivel universitario que contribuyan original y significativamente al desarrollo de un área del conocimiento, y garanticen su capacidad de enfrentar y resolver problemas científicos de forma independiente.

Montero Cabrera estima que la formación doctoral es un proceso de ganancia neta para todos, pues el nuevo doctor gana adquiriendo el grado, su tutor o supervisor lo hace adelantando muchos resultados científicos que también son suyos, mientras la institución que los patrocina se beneficia logrando con ellos producir más ciencia y tecnología, a la vez que puede fortalecer su claustro.6

Vale entonces avanzar en el fomento de una política nacional de estímulo a tan estratégica actividad- ese ha sido un eje clave en la gestión de Gobierno de Díaz-Canel-, ya que lograr tal objetivo es quizás una de las premisas fundamentales que demanda el progreso del sistema científico cubano.7

Las cifras revelan potencialidades y falencias

Cuba poseía, hasta el cierre de 2019:

ü  Alrededor de 16 000 Doctores en Ciencias

ü  355 con doble doctorado

ü  1 300 Doctores en Ciencias por cada millón de habitantes

ü  600 investigadores por cada millón de habitantes

ü  86 426 personas dedicadas a la actividades de ciencia, tecnología e innovación

ü  136 Centros de Investigación-Desarrollo

ü  33 programas nacionales de ciencia, tecnología e innovación se ejecutan, todos vinculados a temáticas de alta prioridad del país

ü  50 universidades, y en el año 200 se abrieron instituciones de educación superior en 169 municipios del país.

ü  1 165 000 graduados universitarios

Sin embargo, la formación y tenencia de ese capital humano, requiere de un empleo más eficaz y eficiente, que permita al país alcanzar un 2% del Producto Interno Bruto (PIB) en inversiones de Ciencia, Tecnología e Innovación para el 2030, con una tasa de crecimiento del PIB del 5%.

El propio Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuya tesis doctoral versó sobre Ciencia, tecnología e innovación, considera vital el aprovechamiento de los conocimientos de los deseos de innovar de los recién graduados, de proponer soluciones; sus facilidades para emplear y aplicar nuevas tecnologías y su visión para darse cuenta de uno u otro problema.8

Al respecto, el mandatario llamó a pensar siempre que estamos formando trabajadores, obreros, líderes; que estamos haciendo una inversión para la reserva científica y para el futuro del país.9

El pensamiento de Fidel Castro Ruz se conecta con el de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, estableciendo entre ambos vasos comunicantes, expresión de la continuidad generacional asumida por el segundo; pero urgida en la hora actual de romper las barreras psicológicas, a las que hizo alusión Raúl Castro Ruz, para gestionar la economía de forma diferente, y así alcanzar resultados distintos, siempre con una imprescindible dosis de renovación e innovación constantes  en los métodos y estilos de trabajo de los actuales y sucesivos líderes, quienes, de continuar por esta senda, dejarán una impronta tangible en el tiempo, que permita a los cubanos tener el país  próspero y sostenible deseado.

Notas

1 Discurso pronunciado el 10 de febrero de 1993, al hablar en la inauguración del Centro de Biofísica Médica en Santiago de Cuba. Granma; 4 de agosto de 2018; p.8

2 Ibídem

3 Ibídem

4 Ibídem

5 Ibídem

6 Ibídem

7 Ibídem

8 Yaima Puig Meneses: En las aulas se define el futuro del país. Juventud Rebelde; 27 de enero de 2019; p.4

9 Ibídem

* Periodista de investigación, especializado en temas económicos. Investiga hace más de treinta años sobre mercado negro, entre cuyos rasgos figura la corrupción. Coautor del libro Yo soy Fidel. Pensamiento económico-social, publicado por la Editorial Ciencias Sociales. El texto también se editó en Italia. Posee varios premios en concursos periodísticos provinciales y nacionales, entre ellos galardones anuales de periodismo económico, y de los premios especiales de ensayo sobre pensamiento económico de Ernesto Che Guevara, convocado por la ANEC, y acerca del aniversario 50 de la Planificación en Cuba, concedido por la ANEC, el ministerio correspondiente y la facultad de Economía de la Universidad de La Habana. Septiembre 2017: Mención en el Concurso de ensayo breve, en la categoría de ciencias sociales, convocado por la Revista Espacio Laical, perteneciente al Proyecto del Centro Cultural Padre Félix Varela. Febrero 2020: Mención en Edición XVII del Premio de Ensayo Pensar a Contracorriente. Ganador de Premio por la Obra de la Vida ´´Guido García Inclán´´, conferido por la Delegación Provincial de la UPEC de La Habana, la cual en dos ocasiones le otorgó el Premio José Leygonier Valdés Por la Obra del año (2014 y 2020). Trabajos suyos sobre economía cubana y economía sumergida han sido publicados en medios de prensa provinciales, nacionales e internacionales. Columnista habitual de temas económicos en espacios informativos radiales y digitales. Preside la Sección de Base de la ANEC y la filial científica de Periodismo Económico de La Habana. Se desempeña como director de Comunicación e Información en el Consejo Ejecutivo Provincial de la ANEC de La Habana.

 

1 comentario:

  1. Mientras más tratan de adornar la tesis doctoral de nuestro presidente más algunas dejan a la libre imaginación.
    Por favor acaben de publicar la famosa tesis para poder aplaudir o criticar.
    Al final con títulos y rimbombantes frases no se desarrolla un país.
    Cuando Cuba sea próspera los comunistas le daremos el grado superior de las ciencias sociales, y si fue aplicando el Marxismo más aún.
    Rogelio Castro Muñiz

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