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miércoles, 3 de marzo de 2021

Transformaciones agropecuarias, una asignatura pendiente

Se necesitan cambios estructurales significativos en el funcionamiento de la gestión económico-productiva del sector agroalimentario, orientados a la utilización de las potencialidades existentes.

sector agropecuario

Las cooperativas y el sector privado producen el 82 por ciento de la producción nacional de origen vegetal.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Es necesario sustituir el modelo de gestión económico centralizado vigente por una variante económico-productiva totalmente nueva, que ayude a resolver los problemas fundamentales que gravitan sobre el buen desempeño de la producción nacional agroalimentaria.

Por ese camino, debe lograrse la realización de la propiedad, eliminando la elevada centralización monopólica y verticalidad en las decisiones que limitan el derecho del productor a decidir qué debe producir, cómo combinar los factores productivos, a quién vender lo producido, a qué precio; o a acudir a un mercado de insumos y medios de producción para comprar los recursos necesarios en el momento oportuno y lograr el cierre exitoso del ciclo productivo.

El nuevo modelo de gestión económico-productivo, enmarcado en los territorios, debe promover la intercooperación entre las diferentes formas productivas y desarrollar  relaciones horizontales, a partir de crear un consejo de productores en los territorios que tenga en cuenta las especialidades (no profesional, ni que surja una nueva estructura) e integrado por las diversas formas productivas.

Entre estas, las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), Cooperativas de Producción Agropecuaria/CPA), Unidades Básicas de Producción cooperativa (UBPC), sector privado, usufructuarios y empresa estatal.

Ese consejo tendría una presidencia rotativa y un secretario. Entre sus funciones fundamentales estarían:

  • La búsqueda in situ de soluciones a problemas que presenten las formas productivas, con los medios, recursos, asesoría, tecnología disponible o que se obtenga.
  • Canalizar y viabilizar las soluciones que se encuentren fuera del territorio (municipio).
  • Representar y defender los intereses de todos los productores en el territorio.
  • Promover el desarrollo de la intercooperación y de las relaciones horizontales iniciadas, a partir de necesidades reales y objetivas; considerando formas organizativas superiores (segundo grado en los territorios), pertenecientes a los propios productores.

Por otra parte, las relaciones contractuales del sector agroproductivo con la comercialización estatal centralizada no son efectivas, lo que se constata en:

  • El encargo estatal suele ser demasiado elevado y deja poco o ningún margen de decisión a los productores.
  • Afectaciones en la adquisición de insumos y servicios especializados.
  • Elevadas pérdidas de cosechas y cadena de impagos, que desestimulan al productor y gravan a la economía nacional. 
Sector agroalimentario
Sector agropecuario cubano
Hace falta restituir el papel y desempeño de la agroindustria cañera en la producción de alimentos con destino humano y animal.

Es necesario abordar el problema alimentario con enfoque sistémico, bajo la concepción de mayor soberanía alimentaria. En lo macro, como sector agroalimentario, facilitar encadenamiento agricultura-industria alimentaria-agroindustria cañera (el cual se ha hecho efectivo en los territorios); supeditado a un nivel superior de decisores  (sin crear estructuras burocráticas que entorpezcan la gestión).

Además, hace falta restituir el papel y desempeño de la agroindustria cañera en la producción de alimentos con destino humano y animal, junto a la aplicación del enfoque sistémico en los territorios (micro) y las diversas formas productivas, que se correspondan con los niveles económicos: mesa-macro.

 Complementariedad plan-mercado

En cuanto al reconocimientode la existencia real y objetiva del mercado, se impone su complementariedad con la planificación, teniendo siempre presente los requerimientos sociales. No se trata de más planificación o menos mercado, o viceversa; sino de considerar el comportamiento en los diferentes niveles económicos: macro-meso-micro. Indudablemente, el desempeño del mercado requiere más atención y participación en el micro.

Se requerirá crear observatorios en los territorios (con la participación activa de las universidades y centros de Investigaciones, entre otros espacios), que midan el desempeño del mercado (oferta, demanda, precio, ingresos) y detecten las señales que este envía, para su rápida solución.

 Agricultura agroecológica   

El sistema agroalimentario cubano, durante años caracterizado por elevados insumos de agroquímicos −fertilizantes, pesticidas, herbicidas y otros insumos propios de la Revolución Verde o la llamada agricultura industrial−, conllevó afectaciones a los suelos, la biodiversidad, el medio ambiente y la salud de las personas. Finalmente, ha dejado establecida una cultura insumidora, dependiente de las importaciones, y ha motivado éxodo continuado y preocupante de la población rural hacia las ciudades.

Terreno ondulado y en declive de la Finca Marta, donde el cultivo de hortalizas en terrazas, diseñadas especialmente para impedir el escurrimiento superficial del agua durante las lluvias, ha sido determinante en su explotación.

Vea también Una finca cubana desarrolla una sostenibilidad hecha a mano

En este punto se recomienda establecer e implementar una política coherente para el desarrollo de la agricultura agroecológica y el alcance de soberanía alimentaria; promover la entrega de estímulos fiscales diferenciados a actividades y formas organizativas de producción innovadoras; e incentivar un manejo sostenible de la biodiversidad y la generación de oportunidades y medios de vida adecuados para la población rural, en particular mujeres y jóvenes.

Tales son los casos de los bancos de conservación in situ de semillas y manejo de variedades, procesamiento y comercialización, sistemas de certificación local, artesanías y otras variantes.

También es conveniente apoyar formas de propiedad familiar, que ayuden a consolidar la permanencia de la población rural y el desarrollo de una agricultura sustentable (agroecológica).

 

Incremento de oferta cárnica
Venta de carne de cerdo en un agromercado de La Habana.

Elevar la oferta de carne a la población, a partir de fuentes autóctonas de alimentación, supone actuar en función de:

  • Estimular la línea de producción de carne bovina por parte de las formas productivas cooperativas y el sector privado, y establecer políticas y mecanismos de estímulo a los productores.
  • Descentralizar la producción ganadera vacuna en el país, de manera que el productor ganadero pueda tomar sus propias decisiones y,una vez cumplido el encargo estatal, el destino y comercialización de lo que quede esté en manos y decisión de los productores, como elemento de estímulo a ellos y los consumidores.
  • Propiciar el acuartonamiento y rotación del ganado bovino y la alimentación sustentada sobre la base de pastos, forrajes, plantas arbóreas (sistema-silvícola-pastoril y plantas proteicas) y los subproductos y derivados de la agroindustria cañera. De forma colateral, estimularía la producción de leche.
  • Desarrollar la producción de carne de cerdo, particularmente en el sector cooperativo y privado, a partir de fuentes autóctonas de la alimentación, generadas por los propios productores y vínculos con los subproductos de la agroindustria cañera.
  • Se dispone al menos de 11 productos de la agroindustria de la caña de azúcar, probados como alimento animal y que, en dependencia de las particularidades de cada región, se pueden aplicar.
  • Valorar la rehabilitación de los estabulados (ganadería bovina), aledaños a los centros de acopio de AZCUBA. Ubicar uno en cada centro de acopio, incluyendo agua para su implementación (molino de viento, fuentes renovables de energía).
  • Desarrollar líneas rusticas de aves, con sostenibilidad alimentaria autóctona, por los propios productores.
  • Avanzar en la producción de ganado menor y ofertas de carne, leche y derivados lácteos. 
Inversión de rápido retorno 
Sector agropecuario cubano
Descentralizar, lo máximo posible, la actividad de acopio estatal.

Concentrar  el apoyo, las inversiones, insumos y propiciar la autonomía necesaria en la gestión económico-productiva, particularmente de las CCS, las CPA y los productores privados, incluyendo los usufructuarios de tierras; es decir, aquellos productores que suelen ser los de mayor efectividad económica-productiva.

Estas formas productivas representan la mayor proporción en la producción nacional de alimentos. Las CCS y el sector privado producen 78,7 por ciento de la producción nacional de origen vegetal, lo que sumado a tres por ciento de las CPA alcanza 82 por ciento.

De igual forma producen, respectivamente, 34,5 por ciento y 1,1 por ciento de los cárnicos, que suma 35,6 por ciento en total, peso en pie; 65,2 por ciento y 4,7 por ciento de la leche, para un total de 69,9 por ciento; y 6,8 por ciento y 2,6 por ciento de huevos, respectivamente, para un total de 9,4 por ciento.

Buscar mecanismos adecuados de restitución económica a los productores, por la vía de la participación de la inversión extranjera, la exportación e inclusive la inserción en las cadenas globales de valor externa (CGVE). Convocar como parte de la inserción externa, a cadenas foráneas especializadas en insumos productivos agropecuarios, para crear tiendas de suministros en los diferentes territorios, bajo consignación.

Facilitar e instrumentar, por vías legales, que las formas productivas (CCS, CPA, sector privado y usufructuario) cierren el ciclo (producción-distribución-cambio-consumo), hasta llegar a la comercialización mayorista, minorista e inclusive la exportación.

Propiciar sistemas impositivos, crediticios, de incentivos atractivos y favorables a los productores e inversionistas (nacionales y foráneos), que faciliten nacionalmente el incremento sostenido de la producción de alimentos, sustituyan importaciones y aumenten las exportaciones. 

Comercialización

Sobre la base de la mejora constante y novedosa del sistema de comercialización agropecuaria, la cadena agroproductiva-comercializadora constituye un sistema complejo dentro del complicado entramado de la economía cubana y es precisamente bajo esas condiciones sistémicas, que requiere ser tratado.

Este sistema agroproductivo-comercializador está constituido, a la vez, por diversos subsistemas interrelacionados, que interactúan entre sí. Tiene su punto de partida en el territorio y reclama la participación de diversas variables, empezando por la producción (punto de partida-determinante) y su interacción con el consumo, estimados de producción, cosecha, envase, transportación, almacenaje y conservación (frigorífico), mercado mayorista, beneficio e industria procesadora, hasta la distribución minorista (productos-frescos-beneficiados-procesados industrialmente).

El ser humano es el elemento más activo y presente a lo largo de toda la cadena, que trasciende por lo general los marcos del propio territorio donde se origina la producción; es decir, tiene un efecto de derrame multiplicador hacia otros territorios, sectores económicos, sociales y externo. 

Sugerencias
comercialización productos agropecuarios
La labor de acopio y comercialización de productos agropecuarios se desarrolla de forma centralizada.
  • Abogar por mantener la diversidad en las diferentes modalidades de comercialización, pero en constante movimiento, actualización y desarrollo hacia formas mejoradas.
  • Incorporar a centros de investigaciones y Universidades en la realización de estudios e investigaciones necesarias, con vistas a logar formas comercializadoras y encadenamientos más simples, económicos, que faciliten el acceso económico de los consumidores y cubran las expectativas e intereses de los productores.
  • Lograr el encadenamiento directo entre productor y consumidor (mayorista, minorista), reduciendo al máximo o eliminando intermediarios.
  • Acercar los productores, por diferentes formas y vías, que puedan acceder directamente, tanto al mercado minorista como mayorista.
  • Instaurar o crear formas comercializadoras de segundo grado, como algo novedoso, partiendo de los productores y necesidades de los propios territorios, y considerando su  vínculo directo con las medianas y grandes ciudades de  elevada concentración poblacional.
  • Reagrupar a varios productores de acuerdo con sus intereses y eliminar eslabones intermedios innecesarios, teniendo en cuenta los requerimientos sociales. Las cooperativas de segundo grado están reconocidas en la Conceptualización del Modelo Económico.
  • Dichas formas propuestas pueden incluir la labor de beneficio industrial de productos frescos, el empaque, la refrigeración, el procesamiento industrial, la transportación y, por supuesto, la comercialización; siempre respondiendo a los intereses de los productores primarios que la integren (CCS, CPA, sector privado y usufructuario).
  • Sería apropiado que estas formas organizativas superiores dispongan de espacios locales para la venta minoristas en los territorios, ya sean propios o arrendados.
  • Es recomendable que varias de estas cooperativas de segundo grado existan en un mismo territorio, de acuerdo a las características productivas de las cooperativas primarias que las integren (CCS, CPA, UBPC).
  • A manera de ejemplo, varias CCS pueden constituir una cooperativa de segundo grado comercializadora y puede constituirse otro número determinado de CCS de nivel superior y establecer relaciones de intercooperación entre ellas. También es posible que apoyen a productores privados, usufructuarios, entre otros, ampliando de esta forma las relaciones horizontales en el territorio.
  • Reducir las altas proporciones del encargo estatal y que los productores dispongan, cada vez más, de mayor margen de decisión sobre los destinos de sus producciones.
  • Abrir el diapasón de la oferta de productos, particularmente los cárnicos, y considerar dentro de esa oferta la carne bovina, a partir de los incrementos por encima del encargo estatal de toneladas de carne en pie logrados. Que los productores puedan disponer, decidir los destinos y ventas libre a sus trabajadores y a la población en los mercados minoristas.
  • Proceder de igual forma con los lácteos, particularmente la producción de queso y yogurt, a partir de los incrementos logrados una vez cubierto el encargo estatal y con apoyo en las normas sanitarias, que garanticen la inocuidad  y trazabilidad de los alimentos.
  • Descentralizar, lo máximo posible, la actividad de acopio estatal; centrarla en la atención de la asistencia social (centros hospitalarios, hogares de ancianos, penitenciarias, círculos infantiles y otros requerimientos sociales).  (2021)

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