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martes, 2 de marzo de 2021

Viviendas en Ciego de Ávila: el esfuerzo delante de los números

Katia Siberia ECONOMÍA,Invasor


Foto: Alejandro García Sánchez

Cuando parecía que la COVID-19 con su brote y su rebrote nos dejaría una economía maltrecha en todos los sectores, en la provincia se terminaron 1 300 casas, como si el 2020 hubiera sido un año cualquiera.

La cifra que parecía imposible a mediados de año, resultó la mejor respuesta a viviendas que “no se quedaron a medio hacer”.

Si bien 42 viviendas por encima de un plan de 1 258 no parece un exceso meritorio, las casas no son quintales y más de una reunión, chequeo e incumplimiento ha dejado claro lo dificilísimo que se vuelve, a veces, una persiana, una taza sanitaria o un electrodo para soldar, armar una estructura, y dar por terminada una sola casa. Una sola.

De ahí que Leiter Méndez Valdivia, subdirector general en la dirección provincial de la Vivienda apenas tenga una explicación al dato: “hubo mucho esfuerzo detrás de ese plan”.

Pero obviamente el esfuerzo estuvo delante, y fue lo que hizo que, en medio de una tensa situación hasta con el combustible, se recuperara el atraso de brigadas que cada día debían trasladarse de Morón a Punta Alegre, por ejemplo, porque allí las manos escasean. Aun así, Chambas, Bolivia y Venezuela serían los tres municipios donde el plan general se quedó por debajo de lo previsto.

Hacia dentro las cifras muestran, también, otras realidades que no regocijan a todos por igual, y Leiter lo sostiene en datos que ofrece. El plan de la construcción estatal alcanzó el 100 por ciento, se hicieron 543 viviendas; el esfuerzo propio llegó al 143 por ciento, con 420 ejecutadas. Sin embargo, el subsidio se quedó al 80 por ciento de lo previsto y solo se lograron 337, de los 422 planificados en el 2020.

Los más necesitados llevaron la peor parte de las estadísticas, amén de que los números globales dan la impresión de que todo se cumplió, y las razones apuntan más a demoras en trámites y a la capacidad constructiva real de esas familias vulnerables que al déficit de recursos; o, de lo contrario, no se hubiesen podido ejecutar los otros dos programas; el estatal y el esfuerzo propio.

No obstante, Leiter destaca las fases constructivas de los 180 subsidios que quedaron pendientes en el 2020 (60 en terminación, 81 en estructura, 9 en sedimentación y 30 sin iniciar) y aclara que “no es una deuda que represente un atraso considerable, aunque el programa sí acumula deudas mayores que datan de otros años”.

Durante el primer quinquenio de esa política (2012-2017) apenas quedaron 23 células básicas por ejecutar en la provincia. Luego, la cifra se fue ampliando, agudizada por el paso del huracán Irma y otros eventos meteorológicos, y escaló hasta 822. Hoy esa es la cantidad de familias que esperan por ejecutar su subsidio.

Según el plan de este 2021, esa cifra podría reducirse con la intención de concluir 456.

Asimismo Leiter adelanta que se prevén terminar 675 casas por la vía estatal y están inscritas 389 por esfuerzo propio. Tales números distan muchísimo de las necesidades del territorio y no dan respuesta todavía a la crítica situación de quienes perdieron todo su hogar. Solo de Irma quedan 1 918 derrumbes por levantar, el 45 por ciento del destrozo total (4 231).

Y a pesar de que todo el plan del 2021 está diseñado para dar respuesta a esos derrumbes (por las tres variantes de ejecución), Leiter sostiene que será muy difícil satisfacer todas las necesidades antes del 2022, como se había previsto inicialmente.

El propósito de 2020 igual parecía irrealizable; tanto, que los avileños se mantuvieron casi todo el año con categoría de “provincia estancada” dentro de las evaluaciones periódicas que se realizaban al cronograma de ejecución, y la remontada del último trimestre les permitió estar dentro de los cinco territorios que cumplieron lo planificado. Incluso en el subsidio, que quedó al 80 por ciento, sobrepasó el indicador del país, que concluyó al 61 por ciento.

Los datos de Cuba, al término del 2020, demostrarían que el plan de subsidios se quedó por debajo de las 8 000 células básicas y el estatal no llegó a las 14 000, mientras que el esfuerzo propio levantó casi 26 000 viviendas, más de la mitad de lo ejecutado en todo el país (47 297).

Según el subdirector general de la Vivienda en Ciego de Ávila, aquí esperan revertir esa tendencia y construir más en favor de los más necesitados.

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