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martes, 27 de abril de 2021

Dueños colectivos o copropietarios de los medios de producción

 Por Rafael Alhama Belamaric

Dias atrás escribí: “Efectivamente, se puede estremecer el sistema empresarial, pero sin revolucionar, y sin embargo, necesita cambios radicales. Debía haber sido una evolución por los cambios sociales y de estructuras de poder producidos hace medio siglo y más, con continuos seguimientos, investigaciones y propuestas a lo largo de todo ese tiempo, acompañando desde la institucionalización  en la década del 70, pasando por correcciones y ajustes de los años 80, las nuevas formas organizativas y el perfeccionamiento empresarial de los años 90, hasta propuestas más radicales y urgentes en el último decenio.“ (Burocracia y burocratismo, relaciones de autoridad formal ...https://www.nodo50.org › alhama_301109)

 Esos decenios han visto una y otra vez, experimentos y experiencias, vinculados sea a problemas concretos o más generales, todos complejos y complicados, y propuestas definidas, ya sea a la organización del trabajo (1976), a la empresa estatal como sistema(1989), al perfeccionamiento empresarial como proceso (1998), o al colectivo laboral y al productor directo y su lugar dentro de la empresa o unidad presupuestada, ejerciendo de realizador directo o (co)propietario social  en los diferentes experimentos y experiencias poco conocidas y divulgadas en las décadas del 80 y 90, así como en las discusiones y propuestas de los grupos de trabajo de propiedad y colectivos laborales que respondían a los Lineamientos. 

Como agua pasada, no molieron molinos, también se perdieron estas oportunidades preciadas. Y como no hay dos momentos iguales en el tiempo, hay que recordar, una vez más, de qué se trata cuando se quiere llevar a cabo en la práctica “la propiedad de todo el pueblo” como base del poder real de los trabajadores, de los cuales dimana en gran parte el poder del Estado. (Sociedad, política, Estado, gobierno - https://cubayeconomia.blogspot.com › 2021/04 › socie...) 

Es un llamado de Miguel Díaz Canel Bermúdez, Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba “la representación efectiva y la participación de la sociedad en los procesos económicos y sociales en curso“. Es un legado del I Congreso del Partido Comunista de Cuba, que entre sus Tesis y Resoluciones apuntaba: “Crear condiciones para que la administración de las empresa actúe con plena conciencia de su papel como parte del colectivo de trabajadores, como representantes de la sociedad....“. Es parte de la profunda revolución social, explicando en aquel propio documento el carácter de la Revolución Cubana, y “el elemento decisivo y definitorio de este proceso es la cuestión de quiénes lo dirigen, en manos de qué clase se encuentra el poder político“.

Nunca suficiente profundización de las causas de los problemas, y urgidos de buscar soluciones particulares a especificidades, se van posponiendo una y otra vez los problemas más generales, pero de esencia, como estos vinculados a la propiedad y a la empresa socialista de“propiedad estatal“.

La Empresa socialista, sólo puede ser más socialista en la medida en que se socializan los procesos que en ella y con ella se desarrollan. Y será más socialista mientras el Estado y sus estructuras administrativas se hagan menos burocráticas, y más cercanas a los productores directos a través de la socialización de los procesos de dirección.Es la única manera en que el Estado de trabajadores represente al pueblo, no sólo como dueño colectivo de los medios de producción, sino en las estructuras políticas de toma de decisiones sobre todos los procesos sociales y económicos, y en interelación con todas las formas de propiedad y gestión.

Por tanto, el título del presente, es pregunta abierta y problema sobre una cuestión fundamental. Tiene relación no sólo con la propiedad y como se ejerce, sino con la propia concepción de la propiedad en la etapa de transformación socialista de la sociedad, por lo tanto, con la propia concepción de la Sociedad, de las interelaciones humanas, la existencia y desarrollo de los grupos sociales; con la Política y las estructuras políticas de cómo se toman las decisiones, por tanto, también con el Estado, como institución organizada, que a la vez organiza y permite la realización de las acciones políticas, y económicas, en función del bien común. Como éstas categorías se interelacionan, y la Sociedad pasa de un estado cualitativo a otro, se supone, y es planteamiento de base de la sociedad socialista (comunista) que todas deben estar en proceso de transformaciones más o menos profundas de acuerdo a las exigencias de la Sociedad nueva que se transforma.

Y, de entrada, hay que subrayar otra vez que los “dueños colectivos“ no están sólo vinculados en estas nuevas relaciones de la nueva sociedad a los medios de producción, sino tambien estarían presentes en la realización de las nuevas relaciones políticas y las instituciones estatales, que deberían reorganizarse en sus megaestructuras.

Lamentablemente, los hechos histórico concretos y las experiencias del pasado reciente, y del presente, han marcado no sólo un alejamiento de los desarrollos teóricos y conceptuales existentes, que daban y exigían nuevos desarrollos, sino que se alejaban de la propia realidad y las necesidades de la Sociedad.

Es así que la propiedad, se estancó en su concepción sistémica, como de las formas, y sobre todo en la realización de la propiedad, acorde a la concepción abrazada acerca del Estado y la Política, que fue alejando cada vez más al productor directo (asociado mañana) de su trabajo, de los resultados de su trabajo, y de las interelaciones  entre los propios productores. Se constituyó, a partir de las bases e ideologías establecidas en los estados “modernos“ de finales del siglo XIX, de sociedades de clases, en un Estado monopólico, omnipotente y omnipresente, en todas y cada una de las acciones y procesos de la vida cotidiana.

En esta misma medida se alejaba la imprescindible socialización de los medios de producción, fundamentales y no fundamentales, en una sociedad de transformaciones de las estructuras y de las relaciones, en la cual, sin clases, todos deben tener voz y voto en los procesos y decisiones más importantes políticas, económicas y sociales.

Recuerdo, hace ya muchos años, una discusión amigable pero encendida, después de una velada de homenaje den la asociación de economístas, entre los desaparecidos colegas y amigos Alfredo González y Evelio Vilariño, que habría de durar hasta la medianoche. Ya el resto de los presentes se había retirado poco a poco, y me quedé yo como el tercero. Me interesaba a qué conclusiones llegarían. No las hubo, y la partida quedó cero a cero. Ambos tenían argumentos sólidos, de si los trabajadores eran dueños o copropietarios, porque era la época en que se comenzaba a desarrollar el proceso de Perfeccionamiento Empresarial. Y si había un punto en común, era que este debía provocar una sacudida en y de la “empresa estatal“ , y para ello era necesario que se atendiera aquel proceso como un proceso no sólo como técnico-organizativo y económico-productivo, sino como social y político. Esa oportunidad se perdió.

Y no es que no existiera visión. Uno de los principios generales de las Bases Generales del Perfeccionamiento Empresarial (1998) decía:

“Para propiciar y desarrollar la mas amplia participación de todos los trabajadores y que se constituya en elemento de dirección y organización empresarial, el proceso de toma de decisiones debe utilizar el análisis y la discusión colectiva de los asuntos que se seleccionen, sobre la base de la más amplia información y la comunicación adecuada....“  

¿Asuntos que se seleccionen? ¿Quién los selecciona? Faltó voluntad, y preparación, y sobre todo transformaciones al exterior de la empresa, para que esta pudiera ganar realmente en autonomía, y junto con ella el colectivo laboral. Citando una vez más a Valdés Paz, J. es cierto que “La participación es un proceso social y político complejo....“ No es necesario reporoducir otra vez aquella discusión de los queridos amigos, si los trabajadores son dueños o copropietarios, si los de un centro de trabajo son más o menos dueños que los demás de los demás centros de trabajo.

La discusión no empieza, ni el problema tiene solución mejor, empezando por la pregunta si son propietarios o copropietarios los dueños colectivos, o si los medios de producción le pertenecen (posesión o como sea) más al COLECTIVO LABORAL de esa empresa o centro que al PROPIETARIO SOCIAL, es decir, el PUEBLO, QUE EL ESTADO REPRESENTA, por lo cual ha pasado a conceptuarse como „empresa estatal“, porque se ha considerado desde hace 100 años que era mejor o más conveniente así, sobre todo por las políticas sociales. 

Pero esa concepción fue alejando más y más al PRODUCTOR DIRECTO de las estrategias, de las decisiones de Estado, de los resultados del trabajo, separando en definitiva al Estado (de los trabajadores) del colectivo laboral de la empresa, o unidad presupuestada, no sólo por los niveles superiores de dirección que deciden por ellos, sino por las relaciones de subordinación que estos representan. Estas relaciones son también parte esencial de las relaciones políticas, que nada o poco se han tenuido en cuenta. Para acercar al “dueño colectivo“ a la empresa y las decisiones económicas, entre otras, es imprescindible la transformación de estas relaciones. Es imprescindible poner énfasis en la parte “socialista“ de la empresa estatal. Es decir, en el papel protagónico del productor directo en todos los niveles de dirección.

Pero, El ESTADO SOCIALISTA a imagen y semejanza del estado moderno capitalista se CONVIRTIÓ EN DUEÑO (de allí a todo un desarrollo del llamado capitalismo de Estado socialista, con capital que ciertamente sigue existiendo y un trabajador asalariado sin prácticamente participación alguna, ni en la producción, ni en los resultados, ni en la distribución ni el consumo, más allá de “oído el parecer“ o información a posteriori.)

La discusión y busqueda de soluciones y propuestas urgentes debe comenzar por la concepción de la POLÍTICA. ¿Qué lugar ocupa el trabajador en las relaciones y la estructura política de la Sociedad, que a su vez decide la actuación del Estado, que se supone en constante tranasformación, pero no para burocratizar las estructuras, lo que implica mas y mas niveles entre el nivel superior de gobierno, que “administra esos bienes en nombre del pueblo“ y los productores directo para que la PROPIEDAD ESTATAL SEA REALMENTE PROPIEDAD SOCIAL?. El centro del problemas radica en cómo se interpreta la propiedad estatal, COMO SISTEMA CON TODAS LAS RELACIONES ESTRUCTURALES, Y SU DIMENSIÓN POLÍTICA, SOCIAL Y ECONÓMICA. Si son las estructuras e instituciones centrales y directivas del Estado, con todos los niveles y ministerios los que deciden “en nombre del pueblo“, de los productores, o son los PRODUCTORES DIRECTOS. (asociados).

Un ejemplo de cómo se interpreta conceptualmente, y se lleva a hechos es lo ocurrido con la separación de las funciones empresariales y estatales hace unos años atrás. Después de largas discusiones, fue una vez más, un problema mal identificado, e INADECUADAMENTE resuelto. A imagen y semejanza de las corporaciones modernas capitalistas de  los años 30 del siglo pasado, cuando se separó el dueño, los accionistas, de los gestores de la empresa, precisamente para socializar la empresa capitalista, se le otorgó a la empresa unas funciones, pero el dueño  se quedó con las decisiones estratégicas, las más importantes, con lo cual se dió una visión y percepción de participación real. El Estado, ocupando el lugar de „dueño“ hizo lo mismo, dando unas funciones a la empresa, y con ello descentralizando, y quedándose con otras estratégicas.

 ¿Es eso realmente necesario o va a solucionar el problema existente, de la autonomía empresarial,  como parte del proceso de descentralización? En muy limitada medida, porque incluso mayores funciones a la empresa, no significa, mayor protagonismo del colectivo laboral de la empresa. Y ciertamente no significa mayor participación, ni de la empresa, ni del colectivo laboral, el hecho que no pueden participar ni decidir de las funciones estatales (dueño). Evidentemente, se entra en una gran contradicción.

EL COLECTIVO LABORAL  se quedó en el mismo lugar. La separación de funciones es una falsa solución. Se trata más bien de establecer y lograr una COOPERACIÓN ENTRE NIVELES DE DECISIÓN, Y LOS COLECTIVOS LABORALES DEBEN Y TIENEN QUE VER TAMBIÉN CON LAS DECISIONES ESTRATÉGICAS. Y eso, representa la dimensión social y política del colectivo laboral, que le posibilita y a la vez potencia la dimensión económica. EN EL SOCIALISMO, LAS DECISIONES, TANTO A NIVEL ESTATAL, ES DECIR, DE GOBIERNO, COMO A NIVEL EMPRESARIAL, DEBEN SER DE CARÁCTER PARTICIPATIVO. (https://cubayeconomia.blogspot.com › 2019/11 › neces..)

Cada medida para desarrollar la descentralización de las decisiones a nivel de empresa, con protagonismo decisorio de los trabajadores, debería implicar:

·       - mayor protagonismo decisorio del colectivo laboral como parte del colectivo de la empresa, y parte de la dirección de la empresa

·        - mayor protagonismo de la empresa en las decisiones estatales.

Un buen comienzo sería partir de algunos principios para el nuevo modelo de gestión empresarial, o de la Empresa Estatal Socialista, punto en discusión en el grupo de trabajo sobre Colectivos Laborales hace siete años atrás. Algunos incluso tuvieron un desarrollo prometedor en décadas anteriores, y habría que rescatarlos.

Uno de los Lineamientos aprobados es: “Fortalecer la gestión de los actores económicos, en especial la empresa estatal socialista como sujeto principal de la economía“. Por ello, es importante tener en cuenta que la empresa estatal socialista es un actor, y el colectivo laboral de la empresa es otro actor.

¿Porqué la participación social y política no se hace efectiva también a través de la participación de los trabajadores en los colectivos laborales? O, pudiera expresarse también así ¿porqué la participación de los colectivos laborales no tiene una expresión más amplia en la participación social y política?  

Si el Colectivo Laboral es “una comunidad de personas”, que están “unidad por una actividad conjunta” que, en el socialismo, podríamos decir por las “relaciones de producción socialistas”, una “unidad de objetivos e intereses”, por “mutua responsabilidad”, “ayuda mutua”, y que disponen de “órganos de dirección”, con mayor o menor autonomía, o autodirección que sería el caso de mayor autonomía; sería lo máspróximo a autogestión, un concepto que todavía causa dudas eincomprensiones.

Sin necesidad de entrar a explicar el contenido funcional del trabajo (socio-económico y técnico-organizativo), es imprescindible recordar que para Marx y Engels, la Propiedad se expresa (no es definición)  en: “las relaciones de los individuos entre sí, en lo tocante al material, el instrumento y el producto del trabajo”; más tarde hablarían del “productor asociado”, que es nueva cualidad de la propiedad social como premisa de la “verdadera propiedad individual”. 

Si el contenido técnico-organizativo puede estar más claro, al menos ha sido objeto de mayor tratamiento, el contenido socio-económico establece el vínculo entre el trabajo del individuo y de toda la sociedad, y este pasa por el colectivo laboral, porque refleja las “relaciones sociales de producción”, uno de los conceptos más complejos y profundos desarrollados por Marx y Engels, para las cuales se realiza el proceso laboral. ¿Como entonces separar el proceso laboral y el colectivo laboral, y las funciones del empresa-protagonismo colectivo laboral-Estado? ¿Cómo separar las relaciones sociales del colectivo laboral de las relaciones sociales de producción existentes?

(https://www.nodo50.org › cubasigloXXI › economia...colectivo laboral como sujeto...2019)

Separar el proceso de trabajo, el colectivo laboral y las relaciones sociales del colectivo laboral de quienes ejercen las funciones reales de propietario, es proseguir probablemente la tendencia de lo que ha venido ocurriendo. Es hacer disfuncionales las relaciones sociales del colectivo laboral, y en segunda, hacer disfuncionales las relaciones sociales de producción de la sociedad en construcción del socialismo.

 La consecución de este objetivo implica para el sujeto el cumplimiento de dos funciones: la primera, se refiere a la organización y dirección de la producción social, y la segunda, se relaciona con la apropiación, distribución y consumo de sus resultados. La consolidación del avance sustentable y sostenible del sistema de las fuerzas productivas, tiene que ser sobre la base de una posición cualitativamente superior del productor-dueńo colectivo socialista.

El proceso de participación real, “Sería un proceso en que se interceptan cuatro planos: el político-ideológico, con capacidad creciente para tomar decisiones propias y definir la estrategia de desarrollo propio; el económico-financiero, que permita la sustentabilidad del crecimiento y la ampliación de la base productiva; el científico-tecnológico, que permita realizar las modificaciones cualitativas de manera periódica y sistemática, de acuerdo con las posibilidades y necesidades, no sólo estructurales, con presiones superiores que obligan a cumplimientos formales en tiempo y según procedimientos preestablecidos para todos por igual; y el plano cultural-comportamental, como factor de identidad”. (“Dimensión social del Perfeccionamiento Empresarial, su connotación ideológica” en Participación Social en Cuba, Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, La Habana, 2004,). 

 

3 comentarios:

  1. Como casi siempre lo dicho esta claro, pero son análisis y discusiones que quedan estériles por no desarrollarse en el marco de competencia de una autoridad al efecto.
    Cuando estos análisis se produzcan en la máxima dirección del estado y el gobierno, y se llegue conclusiones, se estará resolviendo la esencia de nuestra sociedad, la identificación del hombre con su propiedad. Además cuando el estado llegue a conclusiones con tesis que tendrán que demostrarse en la práctica, habrá que explicar detalladamente a toda la sociedad, para que cada uno de nosotros hagamos valer y sentir que somos dueños.
    Hasta hoy de nada nos ha valido que nos digan que somos dueños de lo que solo unos pocos pueden decidir.
    Rogelio Castro Muñiz

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    1. asi es estimado Rogelio......pero al menos algunos se dan cuenta......mira, en un tema que estoy trabajando (Estado, Estado de derecho socialista, etc....) leo una vez más biblio, para refresecar.....z que encuentras todavía en la década del 60, en los documentos de la AC de la URSS, y los autores que abrazaron los programas del XX Congreso, y más tarde del XX Congreso.....un esquema tan simplista, ahistórico, falto de análisis crítico, mecánico, de considerar que se había superado "la dictadura del proletariado", y que con los resultados (?) de la colectivizacón de la tierra, la unión del campo y la ciudad, y la desaparición de los propietarios privados", se estaba en condiciones de pasar al Estado del pueblo(?)....lo cual, consecuentemente llevó a que en el 80 se declararan listos para el "comunismo".....tanta sandez escrita por académicos, se leía en los manuales.......

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  2. El epicentro de la deficiencia económica de las sociedades sometidas a los regímenes estalinistas radica en las relaciones de producción. Mientras que en los regímenes liberales capitalistas existen millones de dueños, en sus diferentes denominaciones y cuanto más desarrollados son estos regímenes más participación, de diferentes grados y diferentes tipos, de los obreros en la dirección de la producción y participación, en muy variadas formas en los resultados del trabajo, en los regímenes estalinistas existe, de hecho y de derecho, un solo dueño, el estado omnipotente, la participación de los obreros en la dirección de los procesos productivos es nula y, en muy pocos casos su salario está directamente relacionado con los resultados de su trabajo. El modelo económico, que es idéntico al desarrollado por Lenin y Stalin en la Unión Soviética, denominado por Lenin Capitalismo Monopolista de Estado. donde la dirección del proceso de producción y la distribución de los resultados del trabajo, son controlados desde el nivel superior del estado, denominándole "Planificación centralizada". Estas fueron las causas del fracaso de este modelo hace ya 30 años, a pesar de lo cual nuestro país lo mantuvo y anunció su continuidad en el VIII Congreso del Partido dirigente. El Socialismo, por esta vía, jamás podrá ser alcanzado y las consecuencias de su fracaso seguirán recayendo en las espaldas del pueblo trabajador.

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