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domingo, 11 de abril de 2021

En Ciego de Ávila: violaciones, reincidencias y ¿excesos?

Por Katia Siberia
11 Abril 2021




En el mercado La Naranja se reiteran deficiencias. Foto: Alejandro García

Parecía que sería demasiado el mínimo de 5 000.00 pesos y que los comerciantes no se atreverían a violar lo establecido, para eludir multas que desde hace dos meses se pagan más caro. Pero los hechos han boicoteado las predicciones y en estos 60 días se han impuesto 468, por un valor que ronda los dos millones de pesos: un millón 759 000.00, para ser exactos.

Y tan alarmante como la cuantía de esas multas —que según el Decreto 30, del Consejo de Ministros, pueden llegar hasta 15 000.00 pesos en su inciso más grave—, es que existan reincidentes. Este miércoles, por ejemplo, se le imponía la cuarta de 8 000.00 pesos al Mercado La Naranja, en la cabecera provincial y, para colmo, la causa era la misma de otras veces: productos de segunda o fuera de norma eran vendidos como de primera.

Cuando Invasor anunció en febrero la implementación del citado Decreto, Irán Cano González, jefe del Grupo Provincial de la Dirección Integral de Supervisión (DIS), dijo que en más del 50 por ciento de las inspecciones se detectaban violaciones de precios. Se ignoraba el tope impuesto. Sin embargo, hoy la realidad descrita por Evaristo González Camacho, al frente de la DIS en el territorio, obedece a otras prácticas. “Ahora las mayores incidencias apuntan a la no correspondencia entre precio y calidad en los establecimientos que ofertan productos agrícolas; y a problemas de pesaje en los del Comercio y la Gastronomía.”

Si juzgamos el fenómeno por cifras, podemos decir que, como promedio, por cada ocho lugares visitados se impone una multa. Así se computarían las 39 000 inspecciones en toda la provincia durante estos dos meses, con mayores infracciones en los municipios de Ciego de Ávila y Morón. No obstante, detectar violaciones no es un plan a cumplir ni indicador que se mida para pagar algún tipo de estimulación o salario.

En ocasiones, es hasta “guerra avisada”; como el día que, a escasos kilómetros de Venezuela, un colega llamara a Irán para preguntarle si, ciertamente, el Grupo estaba recorriendo ese municipio. O cuando esta semana impusieron una sanción en el entronque de Colorado, donde tenían ropa reciclada retenida, había un descuadre con el arroz y problemas con los paquetes de café; “y al llegar a Gaspar ya todos allí sabían que íbamos. No son pocos los que se alertan y, aun así, detectamos violaciones“, confiesa Irán.

Las más difíciles de comprobar están asociadas a la variedad de precios en un mismo producto, “porque no es lo mismo un tomate que sale de una casa de cultivo de la Agroindustrial Ceballos, que el que llega de Frutas Selectas (que puede venir también de una casa de cultivo, aunque no necesariamente) o el que se comercializa por Acopio. Tienen fichas de costo diferentes”, explica Randy Jesús Martínez Martínez, director económico en la Delegación Provincial de la Agricultura.

Lo ejemplificaba con el ají que este miércoles rozaba en La Excelencia los 29.00 pesos, y en la placita, ubicada en la esquina de ese mercado, se vendía a 11.00 pesos la libra. Unos más grandes que otros… unos más caros que otros.

Y mientras el Turismo siga con los niveles que tiene, esas diferencias serán muy visibles (ya que se trata de mercancía que antes iba a la cayería) y, encima, pudiera ampliarse la gama de precios de un municipio a otro, al ser también facultad de los gobiernos locales aprobarlos.

Para los 74 inspectores que integran la DIS —una instancia que apenas mantiene cubierta la mitad de su plantilla—, ese contexto favorable a los productores complejiza su labor. El botón de muestra del ají lo ilustra: puede tener tres precios, según su lugar de origen; o seis, si parte de él se rebaja a segunda calidad; o nueve, cuando un porcentaje esté fuera de norma (o sea de tercera)… Todo ello pudiera ser atenuante para que algunos intenten pasar “gato por liebre”.

“Pero nosotros no trabajamos con posibilidades o sospechas. Nosotros juzgamos los hechos”, aclara González Camacho. Las 468 multas y los casi dos millones de pesos impuestos no les dejan margen a las dudas.

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