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miércoles, 19 de mayo de 2021

En el 126 aniversario de la muerte de José Martí Pérez. Ideas sobre Economía


Por Humberto Herrera Carlés

Es conocido que José Martí no era ni marxista, ni economista, sin embargo, como todo ser humano de pensamiento profundo, y con las ansias de buscar el bien para todos, supo encontrar las esencias en los modos de buscar el bienestar para todos, y sus ideas sobre política económica, están ahí para nosotros.  

No se trata de considerar a un Martí profeta y de actualidad, aunque lo fue en gran medida, si no lo importante es tener en cuenta el saber profundo que nos legó, y aplicarlo creadoramente y actualizadamente en estos tiempos.  Les comparto algunas ideas de Martí en este su 126 aniversario de su fallecimiento.

"Esta ciencia no es más que el conjunto de soluciones a distintos conflictos entre el trabajo y la riqueza, no tiene leyes inmortales: sus leyes han de ser y son reformables, por esencia. Tienen en cada país especial historia el capital y el trabajo. A propia historia, soluciones propias. A vida nuestra, leyes nuestras [...] Aquí se va creando una vida créese aquí una economía. Alzase aquí conflictos que nuestra situación peculiarísima produce, discútanse aquí leyes originales y concretas que estudien, y se apliquen y estén hechas para nuestras necesidades exclusivas y especiales"

"Hay propagandas que deben hacerse infatigablemente; y en toda ocasión es oportuna para hacerlas. La riqueza minera de difícil y casual logro hunde sus fortunas con la misma rapidez con que las improvisa. La riqueza industrial necesita de larga preparación y poderosas fuerzas, sin las cuales estaría vencida en una concurrencia múltiple y temible. La riqueza agrícola, como productora de elementos primos necesarios, más rápida que la industrial, más estable que la minera, más fácil de producir, más cómoda de colocar, asegura al país que la posee un verdadero bienestar. Las minas suelen acabarse, los productos industriales carecen de mercado, los productos agrícolas fluctúan y valen más o menos, pero son siempre consumidos, y la tierra su agente, no se cansa jamás."

" La instrucción acaba lo que la agricultura empieza. La agricultura es imperfecta, sin el auxilio de la instrucción. La instrucción da medios para conocer el cultivo, acrecerlo, perfeccionarlo [...] La instrucción brinda a los hombres vastos caminos desconocidos, les inspira, el deseo de entrar por ellos. ¿Cómo se podrá elegir el mejor arado, si no se conocen las diversas clases de arado? ¿Cómo se podrá reformar la tierra, si no se conoce la naturaleza de la tierra? ¿Cómo se podrá reclamar un derecho si no se sabe definir su esencia? ¿Cómo se podrá hacer todo esto, y sentirse hombre y decirse que lo es, si no sabe leer y escribir?".

"Nuestras tierras feracísimas de América; ricas en todo género de cultivos, dan poco fruto y menos de lo que debían por los sistemas rutinarios y añejos de arar, siembra y recoger que aún priman en nuestros países y por el uso de instrumentos ruines [...] Surge de esto una necesidad inmediata: hay que introducir en nuestras tierras instrumentos nuevos; hay que enseñar a nuestros agricultores los métodos probados con que en los mismos frutos logran los otros pueblos resultados pasmosos"

"Comete suicidio un pueblo el día en que fía su subsistencia a un solo fruto".

"¡Qué bueno fuera, que con ojos seguros, los acaudalados del país diesen a ayudar, las verdaderas industrias [...] que no son imitaciones pálidas, trabajosas y contrahechas de industrias extranjeras; sino aquellas nacidas del propio suelo, que para hacer ni para vivir necesitan pedir prestado el alimento a pueblos lejanos, sino que trabajan de cerca e inmediatamente los productos propios! Y qué malo fuera que en vez de echar, por este campo industrial fértil, ancho y legítimo, se diera [... ] a emprender una lucha desesperada, penosa e infecunda para colocar en su territorio a altos precios productos que aunque pueden hacerse mecánicamente, no se pueden económicamente hacer, esto es, no se pueden producir de una manera ventajosa para el país"

"¿Qué se quiere cuando se protege una industria nacional? No se quiere que gallardee y compita como la mejor entre las industrias extranjeras. Eso sería lisonjero, pero fuera loco o ridículo aspirar demasiado pronto a ese resultado aún imposible. Protegiendo una industria nacional se quiere dar a una masa de trabajadores y lanzar al mercado un elemento más de vida que ha de redundar en provecho general."

Acerca de lo nocivo de conservar durante largo tiempo esa política, planteaba:

" Puede ser útil proteger una industria genuina, mientras las restricciones necesarias para protegerla no impongan a la nación un sacrificio superior al beneficio que a toda luz haya de sacar de ella. Las industrias crecidas necesitan salir de la protección, como de los andadores necesita salir el niño. Con mucho auxilio sucede a las industrias lo que a la criatura a quien nunca saquen del andador: que jamás aprenderá a andar".

"El comercio consiste en el cambio de productos extranjeros por los nuestros, no la introducción de efectos extranjeros sin salida de los nuestros porque mejoría sin duda la situación ajena y perjudicaría la nuestra fatalmente. Para que el comercio, pues sea fructífero [...] Hemos de tener productos que exportar. Limítese la cuestión a si han de ser industriales y agrícolas".

"Hay que equilibrar el comercio; para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo; y el que quiere salvarse vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio de otro, se convierte en influjo político [...] El pueblo que quiere ser libre, sea libre en negocios, distribuya sus negocios entre países igualmente fuertes. Si ha de preferir alguno, prefiera al que menos lo desdeñe".

"Nadie olvide que sin la vida sólida económica es imposible el progreso y toda seguridad en la nación"


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