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miércoles, 14 de julio de 2021

LA MORBOSA OBSESIÓN IMPERIAL

 Por: Julio Sergio Alcorta Fernández

Cuando se estudia y analiza con profundidad la historia de las relaciones de Cuba con los Estados Unidos de América, y no solamente los vínculos, sino sus particularidades socio-económicas y políticas, nos encontramos, a veces con sorpresa, determinados entresijos que nos llevan a mezclarnos con especialidades que van desde la formación de la conciencia, el ilusionismo, la ficción y los trastornos psico-analíticos.

Esto lo planteo no porque soy ilustrado en estos complejos asuntos, sino porque llevo 60 años sufriéndolos, al igual que todo nuestro pueblo, y nos hemos convertido en entendidos del tema.

Y es así como pude ir comprendiendo como fue posible que ilustres personajes pertenecientes a los Padres Fundadores de los Estados Unidos, tan temprano como algunos años después de la Declaración de Independencia en 1776, y aprobación de la Constitución en 1786, comenzaran a vitorear la necesidad de poseer a la Isla, insistiendo en que la supervivencia misma de la Unión Norteamericana parecía depender de la adquisición de Cuba, morbosidad patológica que persiste hasta nuestros días.

Y habría que investigar con más detenimiento, ¿cuántos de estos personajes pudieron haber estado contagiados de trastornos mentales que distorsionaron el pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral.?

No se puede esperar otra cosa cuando se extremaron las declaraciones, los discursos, los escritos, las conferencias, etc., de casi todos los principales funcionario y altos dirigentes de esa nación en todo el siglo XIX, hasta que, al fin, en 1902, lograron ”adquirir” la Isla de Cuba, convirtiéndola en una neo-colonia hasta diciembre 31 de l958.

Solamente para mostrar un ejemplo de esas aberraciones mentales, expongo a continuación unas declaraciones de importante personajes yanquis de la época:

·        “Yo confieso, con toda sinceridad, que siempre consideré a Cuba como la adición más interesante que pudiera jamás hacerse a nuestro sistema de Estados. El control que con la Florida nos daría esta isla sobre el Golfo de México y los países y el Istmo contíguos, así como las tierras cuyas aguas desembocan en el golfo, asegurarían completamente nuestra seguridad continental (Thomas Jefferson, presidente de los Estados Unidos, el 23 junio 1823)

·        El presidente de los Estados Unidos, John Quincy Adams (1825-1829), señaló que: “por su ubicación geográfica Cuba y Puerto Rico constituyen apéndices naturales de los Estados Unidos. Una de ellas, la Isla de Cuba, casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser, por una multitud de razones, de trascendental importancia para los interés políticos y comerciales de nuestra nación”.

Con estos trastornos obsesivo compulsivos, que fueron desarrollándose en las mentes de todos los gobernantes del imperio norteamericano, desde que se declararon independientes en 1776, sobre la obtención de nuestra pequeña y heroica Isla, al triunfar nuestro Proceso Revolucionario, el 1ro. de enero de 1959, el enfermo realizó intentos para ignorarlo o suprimirlo, sin conseguirlo.

Es entonces cuando se ponen en marcha las conductas  encaminadas a reducir la ansiedad motivadas por la obsesión, conductas repetitivas generalmente caprichosas y aparentemente finalistas, que en el caso de nuestro país han sido vilmente criminales, encubiertas, invasoras, transgresoras, engañosas y destructoras, por más de 6 letales décadas.

Con todo este desbarajuste intencional y excesivamente perverso e infamante, nos encontramos con el actual gobierno, dirigido por el excelentísimo herrumbroso, medroso, taimado y octogenario presidente, digno de serlo en un imperio que pudiera convertirse en un agente holocaustico de la destrucción de la humanidad.

La Habana, Julio 14 de 2021.”Año 63 de la Revolución”

 JSAF

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