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lunes, 23 de agosto de 2021

Por Amanda Tamayo Rodriguez, Invasor

22 Agosto 2021


Foto: Amanda

Si pensáramos en el abastecimiento de la provincia como si fuera una gran mesa, el municipio de Morón sería un “glotón” con 70 000 bocas al que casi siempre otros tienen que darle de comer.

Yamilet Pardo Rivero dice lo mismo con otras palabras, desde la dirección de la Unidad Empresarial de Base de Acopio en Morón: “lo que aquí se produce no alcanza ni para abastecer al hospital”.

Por eso llegar en julio a 27.1 libras de productos agrícolas por habitante (tan cerca de las 30 per cápita que, en teoría, cumplen con una alimentación adecuada) es un alivio que tiene muchos kilómetros de viaje detrás, y muchos litros de combustible.

Claro está que el cálculo puede estar poniendo en su jaba los mangos que compró su vecina, porque no a todas las mesas llega lo mismo ni en la misma cantidad. El reparto de lo que llega a las naves de Acopio también incluye una variedad de, al menos, siete productos industriales (principalmente enlatados), las dietas médicas (cumplidas en la primera quincena con plátano, melón, mango y pepino) y el respaldo de un consumo social que nunca había sido tan elevado como ahora (a saber: Hospital, Hogar de Ancianos, Centro Médico Psicopedagógico y centros de atención al paciente COVID-19).

En los primeros 10 días de agosto ha primado la vianda sobre las tarimas, para ser exactos, variedades de plátano vianda, fruta y burro, con cifras totales de 8.2, 73.6 y 2.4 quintales (q), respectivamente. Unidos a los nueve q de boniato distribuidos dan una suma de 93.5 q, una cifra que tiene que “empinarse” en las estadísticas del resto del mes, porque dividida no alimenta todavía a un tercio de la población.

En hortalizas y frutas, la oferta se ha valido de la distribución de calabaza (6.8 q), melón (10.2 q) y mango (3.7 q). Completa la nómina de los productos principales una tonelada de maíz, en representación de los granos, cuya producción ha sido dificultosa en el pasado reciente.

A las carreras por traer desde otros municipios lo que se come aquí, ayuda la certeza de que cinco mercados agropecuarios son surtidos por los productores a los que han sido arrendados estos locales desde hace cinco meses, y, si bien la oferta no es mucho más variada en consecuencia, al menos es más estable.

Lo sabe Lian Figueras López, que ha vendido plátanos, col, melón y bolsas de jugo de mango desde las 8:00 antemeridiano hasta la 1:00 pasado meridiano todos estos días, en la placita que abastece Frutas Selectas, esquina Avellaneda y Serafín Sánchez. Por las tardes, de vez en cuando le toca descargar mercancía.

“Es una alternativa que hemos tomado”, dice al respecto Yamilet. “Intentamos surtir por las tardes para que en las mañanas ya esté el producto listo para vender. Hemos llegado a hacerlo hasta a las 10:00 de la noche”. Así “camina” uno de los componentes del complejo sistema, que también en carretillas y “punticos” de venta lleva lo mucho y lo poco que se come en Morón.

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