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viernes, 15 de octubre de 2021

Leche “evaporada” en Ciego de Ávila

 

Foto: Tomada de ACN

Se nota hasta en las dietas médicas que han fallado: al año de mayor plan en la entrega de leche le corresponde el de menor producción del último decenio. En los altibajos de 2021 se ubican, además, otros extremos y aparecen quienes están “mamando de la ubre de la vaca” y los que torean los problemas en un intento de, al menos, acuartonarlos

Cuando a finales de abril se quitaron las talanqueras de la leche y la carne de res, a mayo le cayeron más expectativas que aguaceros. El carácter inmediato de las medidas que flexibilizaban la comercialización y le subían, de paso, el precio a la leche hizo de la primavera un diluvio de opiniones, esperanzas, incertidumbres, dudas... y ahora todo ha venido escurriéndose con la seca. Octubre ha puesto las cosas ¿a nivel?

Se ha diluido la leche y de fluida apenas le va quedando el nombre, porque no está fluyendo hacia el Lácteo como se esperaba. El día que Invasor accedía a las estadísticas, las comparaciones mostraban el descenso y un “cubo de leche fría” le caía a los 18 millones que se esperaban para este año.

Era jueves 30 de septiembre y ya Rubén Pina Ángel Bello, director de Producción de la Empresa de Productos Lácteos avileña, decía “se esperaban”. Hablaba en pasado, no solo porque lo dejado de acopiar era irrecuperable, sino porque tampoco esperaba que octubre, noviembre y diciembre fueran un trimestre de cumplimiento.

Pocos lo esperarían. El tiempo ha hecho con las esperanzas lo mismo que suele hacer la sequía con la hierba que no se abona ni se riega. Pero “la seca” de la leche no tiene que ver, en primer lugar, con la hierba.

▪ Lea aquí lo que Invasor dijo en junio sobre el incumplimiento de la leche.

Aunque hasta el octavo mes se había entregado seis millones 793 795 litros (l), y ese era el cierre más bajo para un agosto en la última década… antes de culpar al clima —y a la falta de abonos, de alambres, de máquinas forrajeras, de inseminadores, de King grass… y toda la caterva de realidades que convierten a la ganadería en un sacrificio fuera del matadero—, hay que mirar hacia otro lado. Específicamente hacia los números de esa masa.

El descenso de la leche ha sido, en primer lugar, un descenso de las hembras.

El anuario avileño de 2019 lo dejaba en evidencia. De 2014 a 2018 descendía la masa vacuna en unas 20 000 reses y dentro de las hembras solo las novillas crecían en unas 3 000 cabezas.

Sin embargo, el dato no era del todo halagüeño, pues las añojas y las terneras, en conjunto, lo hacían en 10 000, comprometiendo el reemplazo. Para colmo, las muertes no bajaban y como promedio, en ese quinquenio, se reportaba una muerte por cada cinco nacimientos.

Para actualizar las cifras, Leonardo Pérez Rodríguez, subdelegado de Ganadería en la Delegación Provincial de la Agricultura, redondea el dato de 2021 y lo deja en 59 000 vacas. En 2014 eran 67 000. En ocho años, 8 000 vacas menos. No obstante, eso no significa que todas den leche, porque no todas paren, porque no todas caen en celo, y porque no todas las que caen en celo tienen al toro o al inseminador a tiempo… Hay un camino de espinas entre la vaca y la vaca en ordeño que “desinfla” la bolsa de leche.

Para colmo, el plan de 2021 fue atípico y el propio documento socializado en mayo, durante una reunión a la que asistió Invasor, lo detalla. Según el procedimiento para la comercialización de la leche, los que “tengan entre una y 10 vacas debe entregar 520 l de leche al año, por cada vaca. Y los que tengan más de 10, 550.

“Eso nos viene dando un promedio de 2,5 l de leche por cada res. El problema es que está calculado por el total de vacas y no todos los guajiros tienen la natalidad deseada ni la masa en un estado que les permita llegar a ese promedio; que sería bajo si fuera solo contra las que se ordeñan”, enfatiza Leonardo.

La diferencia entre las que se ordeñan y las que no (y aun así se incluyen en el plan) es una de las causas que se esgrimen dentro de las cifras de un incumplimiento que no es despreciable: de los casi 5 000 ganaderos que pastorean en suelo avileño, alrededor de la mitad viene quedándose por debajo de lo pactado en los últimos meses.

Es una deuda, literalmente, millonaria. A finales de agosto le debían al Lácteo más de tres y medio millones de litros de leche y la entrega rondaba, hasta esa fecha, los siete millones. El plan del año seguía fijado en 18 millones y, a esa altura, era ya teoría.

Por municipios sobresalían disparidades y en números rojos se escribían Venezuela, con un “faltante” de 925 500 litros; Majagua, con 581 800; Ciego de Ávila, con 543 600; Baraguá, con 491 600; y Chambas, con 321 000…

Aun cuando coexisten múltiples causas, Frank Güemes Alonso, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en la provincia, va particularizando la “complejidad adicional” de cada municipio. “Podríamos decir que en Baraguá, Ciego y Majagua han existido muchos problemas organizativos, falta de exigencia, de control, desatención en algunos casos, y que en Venezuela ha golpeado mucho, también, el acceso a los caminos.

Horas antes de ese resumen Jimmy Morales los desandaba en su pipa láctea, donde traía “media primavera”. Así lo simplificaba, casi a las 11:00 de la mañana, recién llegado al Combinado Lácteo y después de tropezarse hasta con búfalos. “El problema es que si vas muy temprano te los encuentras en medio del camino y por ahí no hay quien pase, y lo mismo les pasa a los ganaderos que andan por esas zonas. Son los búfalos, los miles de baches y la poca leche. Antes había que venir con dos pipas, o dar dos viajes. Y ahora es una sola vez al día y no vengo ni lleno.”

produccion lecheJimmy Morales lleva años recorriendo los caminos del acopio procedente de Venezuela. Desde allí se le debe el mayor volumen al Lácteo

El asunto ha ido tan lejos que en más de una reunión se ha hablado de rescindir contratos, quitar tierras, “de pasar por la Comisión Agraria a unos 47 productores que hoy tienen las tierras, las reses y no entregan producciones o son en extremo bajas. Tendrían que dedicarse a otra actividad”, considera el representante de los campesinos, quien entiende, al mismo tiempo, la lógica de ganaderos que no tienen insumos para producir y deben hacerlo sin alambres para cercar y acuartonar, sin abonos, sin el agua suficiente, sin el alimento, porque cuesta sembrar y mantener las plantas proteicas, y un litro de petróleo está a 13.99 y uno de leche se paga a 9.00 pesos.

“Está muy complicada la ganadería y, encima, no ha sido muy beneficiada con las inversiones dentro del sector. ¿Entonces?”, se pregunta y, por un momento, lo deja en el aire.

Dos segundos después retoma algo que había olvidado. “Mira, es que tenemos rollos hasta con las cabezas, el Registro del Control Pecuario se guía por unos números y solo en Venezuela, entre lo real y lo que está en papeles, hay una diferencia de miles de cabezas. Si el plan se hizo por cifras que no son reales, eso agrava el problema.”

No obstante, el problema trasciende un municipio y un año. El seriado de entrega de leche que muestra el Director de Producción de la Empresa de Productos Lácteos no da margen a visiones reduccionistas. La leche viene “cortándose” desde hace rato, si bien el último quinquenio mostraba un respiro, respecto al período 2000-2015.

tablaAsí viene comportándose la entrega al Lácteo en los últimos 13 años. Fuente: Empresa Láctea avileña

Las entregas a esa industria, al menos en los últimos 13 años, no han rozado los 18 millones de litros. Cuando más se acercaron los ganaderos avileños fue en 2016 y les faltó alrededor de un millón. ¿Qué hizo pensar que ahora sí podrían?

Ante la pregunta, Rubén Pina pone rostro de pesar: si dice que fue el aumento del precio a la leche (de 7.50 a 9.00 para los cumplidores) no puede explicar entonces por qué no ha crecido la entrega. Y si no dice que fue el aumento del precio, niega el incentivo que, a escala nacional, se dijo que tendría la medida.

¿Cuál variable se obvió cuando ni siquiera se ha logrado el aporte con un pago en Moneda Libremente Convertible (MLC), que se efectúa para el 20 por ciento de los litros sobrecumplidos, a razón de 0.20 centavos por cada uno? ¿Por qué en Ciego de Ávila esa cifra apenas “benefició” a 529 ganaderos en julio y 670 en agosto?

¿Qué cuentas no se tuvieron en cuenta?

Paradójicamente, sí ha sido el precio de la leche el que ha influido en su destino. Es el precio, y el costo de otro mercado ya no tan “negro”, pues dentro de la flexibilización en la política de comercialización se dejó bien claro que, una vez cumplidos los planes, el productor podía decidir dónde y a cuánto vendía su leche (y sus derivados). Pina lo sabe y sigue la cuenta que Invasor le calcula, como si él no la hubiera sacado hace rato.

Si un ganadero sobrecumple con 100 l de leche, le pagan en MLC el 20 por ciento de ese volumen, a razón de 0.20 centavos. Eso da 4.00 MLC. Al cambio informal-actual de la calle, equivalen a 296.00 pesos (74x4). A eso le suma 900.00 pesos, porque al cumplir recibió sus 9.00 por cada litro… En total, por 100 l sobrecumplidos, recibe 1 196.00 pesos. Y si esos 100 l los hubiera llevado a la calle, ese mismo día, regresa con 2 500.00 pesos.

Así de sencillo… y así de complejo, ya que a los que ni cumplen, por recibir menos de la industria, la cuenta callejera les es más ventajosa. Es un negocio “redondo” incumplir, solo con el único inconveniente de que, al final, no podrán sacrificar ni una de sus reses. (Pero hay quienes por no crecer o por muertes tampoco podrán y optan por el desvío desde antes).

De antemano Pina conoce que la competencia y la inflación le han “robado” mercado y muy poco ha podido hacer para revertirlo. Incluso, los ganaderos exitosos sostienen que un litro de leche no puede pagarse en menos de 15.00 pesos. Con su moral intacta lo dice Omar Pérez, desde una de las vaquerías de Ruta Invasora. Cuatro meses antes, el Director de esa empresa lo había anunciado. El costo, allí en Jicotea, rozaba los 13.00 pesos.

Por si fuera poco, una de las soluciones del Lácteo es en sí misma una encerrona financiera. De un lado tendría que incrementar el pago en cualquier moneda para estimular la entrega de leche; y del otro no puede aumentar pagos si antes no hay entregas que le permitan vender para recaudar.

La espiral se torna muy compleja y sus producciones así lo denotan. Este año va decreciendo el queso en 200 toneladas (t), que no contabilizaban ya unos 20 millones; el helado en 150 galones menos, otros cuatro millones; la mantequilla disminuía en 20 t; las bebidas lácteas… lo único que había crecido, en 350 t, era el yogur de soya, que se ha erigido como alternativa, a falta de leche, para elaborar otros productos.

lacteoEl día de nuestra visita al Lácteo avileño la actividad era mínima. Algunas líneas no producían y otras se alistaban esperando la llegada de la leche

La escasez llegó a un punto tan crítico que, confiesa Pina, tuvieron que ir a Sancti Spíritus y Camagüey a comprar leche fluida para distribuirla aquí. Este 4 de octubre, por ejemplo, le entraban unos 37 000 l, y para la distribución diaria de niños, embarazadas, dietas, consumo social y la elaboración de derivados, la entidad necesita alrededor de 50 000.

En consecuencia, deben cada día torearse las soluciones, debido a que en la actualidad ni Sancti Spíritus ni Camaguey tienen leche para vender al combinado vecino y la importación de leche en polvo ya no es una opción a gran escala, salvo para casos específicos de distribución.

Por eso no se entiende que Leonardo Pérez y Rubén Pina aseguren que más de 83 000.00 MLC están en la cuenta del Lácteo para honrar la deuda con los lecheros y que ese monto (al menos hasta este jueves) permaneciera sin llegar a los bolsillos. La causa, alegan, es la ausencia de tarjetas para transferir el dinero.

Ni un solo centavo se había pagado, aun cuando la ANAP, la industria y la Agricultura coinciden en que se acordó con el Banco que un representante de cada base productiva fuera a la institución con los datos del resto de los productores, quienes solo tendrían que ir a recogerla, una vez hecha. Agilizar el trámite, dicen.

Se suponía que ese proceso no tomara tres meses y todo indica que la tarjeta pica y se extiende, pues, según Omar, este lunes le informaron en una reunión que “eso demoraba”. "Fíjate si es así que aquí en Jicotea no han venido a recoger los datos y después de que eso se entregue hay que esperar una pila de días.”

Parece que el impago y la demora son problemas nacionales, una vez más. Un reportaje desde Las Tunas lo confirmaba al denunciar que tampoco allí se les había pagado un centavo a los ganaderos. Algunos, incluso, ya tenían las tarjetas… y todavía.

¿Sucederá lo mismo aquí? ¿Cuánto durará la incertidumbre avileña y hasta dónde se justificará la dilación de incentivos en medio de una situación que comienza a mostrar un final amargo?

¿Pensará alguien que ese dinero y en esa moneda, por demás, no urgen?

Ruta crítica

El impacto más indeseado de la escasez está ya sobre ruedas: las dietas médicas fallan y esparcen temores. Y como si no fueran suficientes los embrollos, una nota del diario Granma sembraba confusión por su inexactitud: Inició el proceso de producción y distribución de la leche en polvo para los niños.

Yulema Yero Pérez de Corcho, directora comercial del Lácteo, casi le pedía a Invasor una fe de errata “para que la gente no siga pensando que daremos leche en polvo cuando falle la fluida.

A la industria solo le aprobaron 18 t para el mes de octubre y, de ellas, 15 son para los 4 000 niños de cero a un año que reciben leche fortificada, y las otras tres se entregan a dietas especiales que no pueden consumir otra leche, y a Venezuela y Bolivia, territorios que por la brucelosis no deben recibir la leche sin pasteurizar.

Muy preocupada, Yulema dice que las dietas médicas recibirán leche en dependencia de lo que entre al Lácteo. “Hasta ahí hemos tenido que llegar”, lamenta, y tal preocupación se traduce en unas 40 000 dietas entre diabéticos y otros enfermos, que cada tres días deben recibirla.

“¿Qué haremos? Rotaremos las afectaciones para tratar de que, de los 10 pomos que tocan, al mes puedan recibir en el transcurso siete, ocho o todo. Lo que se pueda. Eso dependerá del acopio de leche”, insiste la comercial.

En efecto: el estrago llegó el sábado 2 de octubre a más de 6 000 diabéticos de la zona Norte del municipio cabecera y el lunes a más de 5 000 de su área Sur. El martes, “en compensación”, amanecieron sin leche las dietas de Baraguá, Venezuela, Ciro Redondo y Majagua para poder “devolverle” a Ciego una parte de su afectación.

Asimismo, las cifras del consumo social comienzan a descender y las reducciones llegan hasta los hospitales, en aras de proteger al ciento por ciento de los niños y las embarazadas. En paralelo, mientras el susto se instala en las bodegas, los termos, la industria… los directivos se vuelcan al potrero e intentan con las palabras lo que hasta ahora no han logrado con los acuerdos: que la leche pactada llegue a su destino.

Porque algunos creen que no es un problema de ordeño, sino de ruta. “La leche está, lo que tenemos que sacarla del campo”, consideraba Yadiel Pérez Téllez, coordinador del Programa de Distribución en el Gobierno provincial. Durante una reunión su llamado se enfocaba tanto en el riguroso control como en la concientización que debían lograr en ganaderos que hoy se desvían de su ruta o eligen otra, una vez cumplida la entrega al Lácteo.

Y no será sencillo: habrá que exprimir mucho más que ubres para hacer fluir la leche “evaporada”.

2 comentarios:

  1. Katia . Le sigues los paso a ese otro estelar periodista de la investigación. Que es Ortelio. Excelente artículo. Y todavía no ha empezado el turismo en Ciego de Ávila y su cayeria norte. Entonces a importar lácteos. Y a favorecer la industria Alimentaria de los países proveedores. En detremitento de la industria nacional. No sé si al final la economía crecerá para el 2022. Lo que si está claro que a este paso no nos vamos a desarrollar. Y la industria del turismo. Dejará de ser la locomotora que genere un efecto multiplicador en los restantes SECTORES.

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  2. En este artículo hay que recalcar dos aspectos fundamentales, el primero es que después de más de 60 años de experiencia la empresa estatal mantiene sus deficiencias, entre ellas el atraso en los pagos a los campesinos, el precio que paga a los productores de leche no cubre los gastos, los pocos insumos que el estado vende a los campesinos a precios mucho más altos, no se ocupan del mantenimiento de los caminos, al parecer el censo del ganado no se ajusta a la existencia real, la mortalidad de los terneros es muy elevada 20 %, soy campesino y no recuerdo que en nuestra finca muriera algún ternero, el incumplimiento de la producción de la empresa lechera avileña es considerable, lo otro que debe destacarse es el trabajo periodístico de excelencia, una publicación como esta debería ser enseñada en las escuelas de periodismo como ejemplo de periodismo económico. Por último, esta información es una muestra de cuánto hay que cambiar en nuestro modelo económico para llegar a conquistar la eficiencia que necesita para mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, porque, si bien habrá muchas empresas estatales que mantengan buenos indicadores económicos, hay una gran cantidad que mantienen resultados aun peores.

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