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domingo, 14 de noviembre de 2021

La economía cubana quiere volver a las andadas

Con la reapertura al turismo el 15 de noviembre podría aproximarse el inicio de la recuperación económica, tras una crisis pandémica que ha llevado la inflación a sus peores registros en estos momentos.




Numerosas líneas áreas extranjeras han anunciado acuerdos para retomar viajes hacia los principales aeropuertos cubanos a partir de noviembre.

Desde que apareció el coronavirus Sars-Cov-II, la economía cubana ha retrocedido en escala que recuerda los destrozos del Período Especial en los años 90. Al menos, dos indicadores esenciales para medir las crisis lo prueban: el decrecimiento del PIB y la inflación. Pero el escenario no es similar, por más que la percepción social de lo inmediato suele agobiar más que la memoria histórica.

El ministro de Economía, Alejandro Gil, le informó al Parlamento hace unos días que el producto interno bruto (PIB) ha perdido alrededor de un 13 por ciento entre el 2020 y lo que va del 2021 -hasta el cierre de septiembre. Solo el año pasado, la economía cayó un 10,9 por ciento, “el mayor descenso en el PIB desde los primeros años del Período Especial”, como observó en enero el economista José Luis Rodríguez, quizás recordando los momentos en que ocupó la oficina de Gil.

En aquella agónica crisis, el país vio esfumarse casi un 32 por ciento del PIB en solo cuatro años -de 1990 a 1993-, con la caída más abrupta en 1993: menos 14,9 por ciento en solo un año. La pérdida del 2020 volvió a alcanzar dos dígitos en un año, antecedida en 2019 con caída de 0,2 por ciento, mientras el 2021 le sigue con datos preliminares que evidencian que la economía no ha levantado cabeza hasta la fecha. Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el PIB descendió un 3,5 por ciento en el primer semestre del actual año.

Causas peligrosas

Como causas fundamentales de la crisis, el titular de Economía mencionó la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos. El presidente Joe Biden no ha intentado modificar ni un ápice de las medidas que implementó Donald Trump en busca de la completa proscripción financiera global de Cuba.

El cierre de los aeropuertos y de los hoteles con la COVID-19 enfrío un sector sobre el que descansan otras actividades, el turismo, mientras la vida comercial interna y la educación se apagaron por las severas restricciones sanitarias.

“En un período de casi dos años -dijo Gil a los diputados- hemos perdido más de 3.000 millones de dólares”. En 2020, Cuba ingresó 2.400 millones de dólares menos que lo planificado y las previsiones anticipan otros 700 millones perdidos al cierre del presente año. “La economía ha venido casi que resistiendo”, insistió el ministro.

“Casi”, dijo. La visión oficial era más amarga en medio del Período Especial, cuando el mandatario cubano entonces, Fidel Castro, pospuso públicamente las intenciones de desarrollo, para hablar de supervivencia y resistencia.

Aunque las carencias comerciales dominan el escenario y los precios les siguen los pasos desbocados cuesta arriba, no han alcanzado todavía los récords de los 90.


La inflación se ha desbordado en los pocos espacios del comercio que han sobrevivido en estos años.

Inflación sin control

La inflación, disparada a rangos máximos en estos momentos por la severa contracción comercial, empeoró las condiciones de la economía y, por extensión, el ambiente social, en un entorno doblemente enredado por la combinación de recesión económica y reforma monetaria. Un desafío futuro de los economistas será estudiar en qué medida la espiral inflacionaria del año responde al encogimiento de la oferta y en qué medida, al shock del ajuste monetario, emprendido en la coyuntura más difícil, luego de larga espera.

Datos parciales de la inflación que el jefe de la Comisión gubernamental que condujo la Tarea Ordenamiento, Marino Murillo, ofreció a los diputados indican que el precio de una canasta de bienes y servicios casi se ha duplicado: llegó a 2.891 pesos al cierre de agosto, de 1.527 al inicio del Ordenamiento.

Los precios minoristas han continuado trepando en octubre y noviembre, a juzgar por los

productos de mayor demanda en los mercados, alimentos en primer lugar. Las apreciaciones más fuertes se observan en ofertas que no están sujetas al comercio normado o racionado. El gobierno improvisa alternativas, como las llamadas ventas de garajes, para aliviar los vacíos del mercado.

Aunque Murillo insistió en que los precios mayoristas se han comportado según el diseño de la Tarea Ordenamiento, admitió que la inflación minorista es superior a la diseñada, así como que “el costo de la canasta viene subiendo y no se ha logrado detener”.

Antes de concluir esa sesión parlamentaria, el Presidente Miguel Díaz-Canel anunció la disolución del equipo dirigido por Murillo, encargado de conducir la reforma económica desde el 2011.

En abril, Raúl Castro había criticado en el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba a esta Comisión porque “no logró organizar, de manera adecuada, la participación de los diferentes actores involucrados en la implementación de los Lineamientos (programa de la reforma económica) y asumió funciones que excedían el mandato otorgado por el Congreso”. Las principales riendas de estas transformaciones ahora quedaron en manos del Ministerio de Economía y Planificación.

Las ventas de garaje, las formalizó el gobierno como alternativa para llenar vacíos comerciales que se sienten en el consumo y los altos precios.

Cambios a prueba

Pese a la tormenta inflacionaria del momento y la desestabilización económica y social que provoca, no ha alcanzado todavía magnitudes similares al peor momento del Período Especial. Entre finales de 1993 y principios de 1994, la moneda nacional se devaluó 30 veces, de 5 a 150 pesos por un dólar, en el mercado informal, estremecido por una brutal alza de precios.

Las medidas de urgencia de entonces estabilizaron las cotizaciones por encima de 30 pesos luego. En estos momentos, un USD se cotiza en torno de 80 CUP en ese mercado informal, unas tres veces el precio oficial de 24 CUP por USD con que comenzó la reforma monetaria, de salarios y de precios a inicios del actual año.

¿Qué pasará con el peso cubano? ¿Hacia dónde evolucionarán la economía y los precios? El horizonte se percibirá realmente después que Cuba reabra fronteras el 15 de noviembre y, sobre todo, en 2022 cuando la economía se adentre en una normalidad tachada de nueva tras la conmoción pandémica.

Luego de anular casi completamente la recepción de visitantes extranjeros en 2020 y 2021, la vacunación anti-COVID de la ciudadanía cubana –el 76 por ciento había recibido las tres dosis el 4 de noviembre- ha inyectado confianza en el gobierno para reactivar un sector esencial no solo por sus ingresos. La industria del turismo ganó el título de locomotora de la economía por constituir un mercado relativamente cómodo para el resto de las industrias, servicios y las producciones agropecuarias nacionales.

Las autoridades apuestan a recibir dos millones de visitantes en 2022, tras ver evaporarse un sueño similar este año. Sería apenas el despegue. Antes de la covid-19, Cuba alcanzó 4,5 millones de turistas por año.

La vuelta de la economía a un entorno más armónico pondrá al país frente a retos de transformación pendientes, pero sobre todo someterá a prueba otros cambios del modelo económico que se han acelerado en los dos últimos años, como la descentralización empresarial, la flexibilización de normas agropecuarias y del comercio exterior, así como la entrada de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) privadas y cooperativas, con luz verde reciente a la Financiera Iberoamericana S.A. -mixta entre el Banco Sabadell, de España, y el cubano BICSA- para ofrecerles créditos en moneda dura a estos nuevos actores de la economía nacional.

Será el momento para comprobar la contribución real que acunan esas nuevas alternativas para la recuperación económica del país. Y el aporte también de otra transformación fundamental, la más polémica de todas probablemente: la reforma monetaria.

La virtud de la transparencia que busca en el entorno monetario, contable y financiero se hará visible, si no se alargan más de la cuenta parches como el comercio en MLC, defendido por el gobierno como alivio oportuno en la actual crisis del consumo y de la economía, pero que han reconducido el país a los carriles peligrosos de la dolarización parcial. (2021).

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