Subida de precios, escasez, inflación...Durante las últimas semanas no se habla de otra cosa en los medios nacionales y económicos. El encarecimiento de la energía ha empujado al alza la inflación, situándose el pasado mes de octubre en el 5,5%, el umbral más alto en tres décadas.
Una cifra que hace temblar a muchos porque podría llevarnos a una nueva crisis económica si todo esto se traduce en un encarecimiento de los precios de consumo inasumible para los ciudadanos. De hecho, son muchos los que ya notan esta subida de precios en su día a día en su cesta de la compra y demás.
Porque a las empresas no les queda otra que trasladar el mayor gasto que tienen en energía a sus productos, haciendo que sean más caros para los consumidores. Sin duda, un contexto que no favorece en absoluto a la recuperación post-pandemia. Además, con la parálisis de mercancías que está provocando escasez de material en las fábricas, ergo, de productos.
Es decir, una combinación muy peligrosa que el ciudadano va a tener que asumir para los próximos meses. Si bien hay empresas que todavía se jactan de no repercutir toda esta situación en sus precios. Pero, ¿es esto posible? ¿O hay truco detrás?
Shrinkflation y Skimpflation entran en escena
Vamos a aprender dos nuevos conceptos económicos de procedencia anglosajona para entender lo que está pasando además de la subida de precios que ya venimos todos notando.
Porque no solo en esto nos vamos a ver afectados los consumidores; también en otros aspectos que revierten en la experiencia de compra.
Por un lado está la Shrinkflation que podemos traducir como 'inflación encubierta', porque aunque no suben los precios de los productos, se reduce su tamaño. Es decir, pagamos lo mismo por menos cantidad de producto. Algo muy relacionado con lo que sucede ahora, ya que además hay menos suministros.
Este concepto se acuñó en Estados Unidos en la época en la que George W. Bush fue presidente, ya que en los 70 en este país sucedió este fenómeno antes de desencadenarse una inflación galopante. Y ahora vuelve a suceder.
Y, derivada de la Shrinkflation ha nacido la Skimpflaction, concepto acuñado en un reciente episodio del podcast Planet Money de NPR. En este caso, lo que se recorta son los servicios asociados a los productos por falta de mano de obra y escasez de material.
Por ejemplo, hablamos de mayores tiempos de espera en las entregas de productos a domicilio. O en los hoteles una reducción de servicios de limpieza o la desaparición de los desayunos incluidos en el precio.
Es decir, que, además de menos cantidad de producto, tenemos menos calidad. Todo en uno. Por lo tanto, la alternativa a que nos suban los precios puede ser hasta peor, ya que podemos sentirnos 'estafados' al recibir o comprar un producto que no cumple con lo prometido o con lo que esperábamos.
Y esto tenemos que tenerlo en cuenta, porque queramos o no, nos va a suceder en los próximos meses.
Cada vez mas nos acercamos a un punto de quiebre y me gustaria pensar que se pueda resolver de manera pacífica. El sistema actual no tiene sustento y ya hay manifestaciones de descontento en todo el mundo, aunque striketober no llego a ocurrir de una manera masiva la precariedad laboral se mantine y los aumentos de precios continuan.
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