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martes, 16 de febrero de 2021

Eficiencia y liberalización de fuerzas productivas, tarea pendiente de la economía cubana




© AFP 2021 / Yamil Lage

Miguel Fernández

LA HABANA (Sputnik) — La eficiencia en la empresa estatal y la liberalización de actividades productivas en el sector privado, siguen siendo tareas pendientes para Cuba, que desde inicios de este año despliega 'Tarea Ordenamiento', el proyecto para modificar su estructura económica.

Según expertos, los efectos de la pandemia del COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EEUU desde 1962, han complicado la aplicación de las nuevas medidas, que incluyen una reforma salarial, modificación de precios y la esperada unificación monetaria.

"Este momento es bien difícil para aplicar la Tarea Ordenamiento, hubiera sido menos complicado en 2009 o en 2010, pero lo cierto es que ya no se podía esperar más, tenía que aplicarse ya", comentó a Sputnik el profesor e investigador Esteban Morales, doctor en Ciencias Económicas, y docente titular de la Universidad de la Habana.

Morales señaló que, tanto la pandemia del COVID-19 como la aplicación de más de 240 sanciones por parte de EEUU, complejizaron el escenario económico cubano, principalmente por la puesta en práctica del Título III de la ley estadounidense Helms-Burton.

Se trata de una medida que ningún Gobierno anterior había puesto en funcionamiento, ya que podía afectar seriamente las relaciones de EEUU con sus aliados, dificultando la inversión extranjera dentro de la isla.

Principales dificultades

En opinión del académico, a todas las dificultades se une el hecho de que la economía cubana crece de una manera muy débil, y a que se empezaron a aplicar las nuevas medidas con una insuficiencia de ofertas en el mercado.

"Para el primer trimestre del año 2021 vamos a tener una situación bien complicada y difícil, que no significa que no se pueda sobrepasar, pero va a afectar y crear dificultades", subrayó Morales.

Reconoció además que una medida importante dentro de la Tarea Ordenamiento fue tomar en cuenta el costo de la canasta básica para aplicar la reforma salarial y de esa forma intentar evitar un fenómeno inflacionario.

"El peligro que se enfrenta en este momento, (es que) al haber un desequilibrio entre oferta y demanda, y aumentarse los salarios, se produce inflación, se incentiva el mercado negro, se agudizan las colas en los mercados, se genera corrupción, aumentando además los delitos, entre ellos el robo", explica.

Morales aclaró que ese desequilibrio de oferta y demanda determina que la economía no se puede resolver con medidas administrativas que se aplican de manera inmediata buscando determinados resultados, pues la esta tiene que reaccionar e incrementar la oferta para que la demanda, a partir del aumento de salario, encuentre equivalencia en el mercado.

"Estamos en una circunstancia de ese tipo en este momento, lo que obliga a buscar formas de incremento de la eficiencia, la productividad y la oferta, porque todos los males que acechan están a la vuelta de la esquina", advirtió el economista.


Añadió que en Cuba se parte del principio de que "nadie puede quedar desamparado" y que cada ciudadano esté en capacidad de resolver sus necesidades mínimas, pero en este momento eso se resolverá a partir del presupuesto estatal que dará recursos subsidiados o ayudas financieras, pero también tiene que tener un respaldo en el incremento de la producción.

Entre las prioridades está echar a andar de una forma vigorosa la producción agropecuaria y dentro de este sector, incentivar las cooperativas, que tienen que acabar de funcionar.

Incentivo al sector privado

"Todas las formas de propiedad existentes, sean agropecuarias, industriales, pequeña y mediana producción, cooperativas, tienen que funcionar en sistema, al unísono, crecer e incrementar. No podemos dejar al margen a ninguna de ellas", dijo Morales.

También espera que se impulse aún más al sector privado, que ya absorbió a más de 600.000 trabajadores, a pesar de las limitaciones y las trabas administrativas, echar a andar a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y poner en sintonía a la economía interna con la inversión extranjera

"Todas las formas de producción tienen que funcionar, no pueden tener limitaciones de conexión ni de mecanismos por las que deben funcionar para crecer", puntualizó el académico.

En su opinión, las nuevas medidas de la Tarea Ordenamiento van "poco a poco" avanzando, pero no se ha llegado a la conclusión que la mejor forma de aplicar las PYMES está en la producción agropecuaria.

Para el economista, es allí donde están las mejores condiciones para aplicar de manera inmediata el funcionamiento de la pequeña y mediana empresa, que tiene un lugar formidable dentro de la producción agropecuaria, porque es donde está el mayor nivel de propiedad privada.


El especialista insistió en incentivar el trabajo en cooperativas, y al mismo tiempo hacer que la empresa estatal funcione de manera más amplia e independiente, que hasta ahora no termina de aplicar todas las prerrogativas de las que dispone para ser más eficiente.

"Eso es sumamente importante para hacer funcionar la economía y hacer crecer la oferta, el principal antídoto contra la inflación e incluso contra la corrupción", enfatizó.

Precios topados

Respecto a la política de aplicar precios topados en el mercado, Morales insiste que no tiene sentido.

"Muchas veces vemos acciones que atentan contra el mercado, y no son más que reacciones a medidas administrativas absurdas que al final no resuelven los problemas de la economía", afirmó.

Comentó que los precios topeados también han sido fuentes de conflictos y desaciertos, ya que han provocado la ausencia de productos de primera necesidad.

"No puedes decir que vas a poner precios a voluntad, porque los precios los forma el mercado, la correlación entre oferta y demanda es la que forma los precios, un mecanismo que nació con la economía mercantil y que la sociedad no ha podido superar. El mercado es un invento social que no es superable", explicó.

"Cuando hay escases de productos, el comprador está dispuesto a pagar lo que le pidan con tal de tenerlo, pero cuando hay supremacía de productos, el vendedor está dispuesto a rebajar los precios para poder vender, y eso es un mecanismo social, económico, que no es superable, y nosotros estamos ahora en una circunstancia de ese tipo", añadió.

Para Morales, en ocasiones no se trata de problemas económicos, sino ideológicos.

"No es problema de medidas económicas, sino de medidas administrativas absurdas que no resuelven los problemas de la economía", concluyó.

Economía pandémica: Quédate rara




February 16, 2021
People wait in line at the St. Clements Food Pantry in Manhattan in December of last year.Carlo Allegri/Reuters
Opinion Columnist

Cuando estalló la crisis financiera de 2008, algunos de nosotros intentamos explicar (con, lamento decirlo, un éxito limitado) que era necesario dejar de lado las nociones convencionales de política sólida. "Cuando prevalece la economía de la depresión",escribi, "Las reglas habituales de la política económica ya no se aplican: la virtud se convierte en vicio, la precaución es arriesgada y la prudencia es locura". Había llegado el momento de dejar de lado las preocupaciones habituales acerca de hacer rodar las imprentas y tener grandes déficits presupuestarios.

Pero resultó muy difícil mantener la mentalidad necesaria para hacer frente a la crisis. Durante unos meses después de la caída de Lehman Brothers, los responsables políticos parecían abiertos a las políticas keynesianas para limitar la profundidad de la depresión, aunque incluso entonces estaban demasiado cautelosos; pero muy rápidamente volvieron a nociones inapropiadas de solidez, obsesionándose con la deuda a pesar de las tasas de interés muy bajas y el desempleo masivo.

Muchas personas influyentes parecen reconocer ahora que la obsesión por las deudas y el giro prematuro a la austeridad después de 2009 fueron grandes errores. Pero ahora estamos en una nueva crisis. Y la economía de esta crisis es, en todo caso, incluso más extraña que la de 2009, en formas que incluso las personas informadas a menudo parecen no comprender.

Lo que sucedió la última vez fue la aparición de una enorme "brecha de producción", un déficit económico de lo que podríamos y deberíamos haber estado produciendo, causado por un gasto inadecuado. Lo que necesitábamos para cerrar esa brecha era un "estímulo": medidas para impulsar el gasto, tanto del gobierno como del sector privado. Y la política debería haber tenido como objetivo proporcionar un estímulo suficiente para cerrar la brecha.

Muchos economistas todavía están trabajando con ese marco. Y cuando comparan el gasto propuesto en el Plan de Rescate Estadounidense del presidente Biden con estimaciones convencionales de la brecha de producción, lo que ven es excesivo: mucho más gasto del que parece requerir la situación económica.

Pero ese es el diagnóstico equivocado. Es cierto que el PIB es más bajo de lo que hubiéramos esperado dada la tendencia de crecimiento económico, pero no estamos experimentando una brecha de producción convencional. En cambio, nos enfrentamos a algo más parecido a un desastre natural: la economía está deprimida porque el coronavirus nos impide temporalmente hacer muchas de las cosas que haríamos normalmente.

En esta situación, el propósito del gasto gubernamental no es proporcionar estímulo, es brindar ayuda en caso de desastre, dinero que ayuda a los más afectados por la pandemia a sobrevivir hasta que la vacunación generalizada haga posible reanudar nuestras vidas habituales.

Y esto tiene una implicación perversa de que incluso muy buenos economistas, puedo informar de sus interacciones personales, tienen dificultades para comprender. Es decir, está bien si una gran parte del gasto pandémico es un estímulo bastante pobre. De hecho, incluso podría ser algo bueno.

Aquí está la historia: tengo argumento que los gastos de ayuda pueden agruparse de manera útil en tres categorías. Hay gastos directos para combatir la pandemia: disparos en armas y otros relacionados. Hay un apoyo a los ingresos para los grupos más afectados, en particular, mejores prestaciones por desempleo. Y finalmente hay un apoyo más difuso, principalmente los cheques de $ 1400 y la ayuda a los gobiernos estatales y locales.

El problema con el soporte más difuso es que no está bien dirigido. Algunas personas necesitan urgentemente esos controles, porque por alguna razón no están recibiendo suficiente apoyo de otras medidas, pero muchas no. Algunos gobiernos estatales y locales se encuentran en una situación desesperada debido a la pandemia, pero otros han visto cómo los ingresos se han mantenido bastante bien. Por lo tanto, muchos de los desembolsos se destinarán a jugadores que no necesitan especialmente el dinero.

Esto podría ser un problema si estuviéramos preocupados por la deuda, pero con las tasas de interés tan bajas, no lo estamos. Sin embargo, también podría ser un problema si las personas y los gobiernos que obtienen dinero que no necesitan con urgencia gastaran mucho de él, creando presión inflacionaria.

La buena noticia, entonces, es que muchos de esos desembolsos difusos no se gastarán. Los hogares financieramente seguros probablemente ahorrarán sus $ 1400, o si los gastan, gran parte de ellos probablemente se destinarán a bienes importados, lo que no genera inflación aquí en casa. Los gobiernos estatales y locales que están en una situación financiera decente probablemente agregarán gran parte de su ayuda a sus fondos de emergencia en lugar de impulsar el gasto, lo que nuevamente reduce la presión inflacionaria.

En la jerga de la economía, es probable que una gran parte del paquete de ayuda tenga efectos multiplicadores bajos. Normalmente, esto es algo malo, pero ahora mismo es algo bueno: significa que podemos ayudar a quienes lo necesitan sin preocuparnos demasiado por los efectos secundarios.

El punto es que los tiempos extraños exigen un pensamiento económico extraño. No es el momento de ser convencional.

La epidemia se ensaña en municipio más densamente poblado de Cuba

Centro Habana reporta en lo que va de febrero más casos que 11 de las 15 provincias cubanas.

Centro Habana supera en número de casos a 11 provincias del país.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

La Habana, 16 feb.- Con una elevada tasa de trasmisión de la covid-19 en este mes, el habanero municipio de Centro Habana es nuevamente el epicentro de la epidemia en la capital cubana, con 46 nuevos casos la última jornada y donde permanecen aisladas más de 3.000 personas para evitar nuevos contagios.

Urbanizado en su totalidad, con una población de más de 152.000 habitantes y 514 manzanas, no es la primera vez que ese municipio dividido en cinco consejos populares (Los Sitios, Cayo Hueso, Dragones, Pueblo Nuevo y Colón) presenta una situación epidemiológica complicada.

Ya en dos ocasiones anteriores, en la primera etapa de la pandemia, en mayo y septiembre de 2020, el territorio tuvo zonas cerradas por una elevada cifra de contactos, pero nunca comparados con el actual rebrote, que mantiene a no pocas personas alejadas de su trabajo y de la principal rutina del barrio: el comercio informal.

Los Sitios, entre los más afectados

“Me acojo a las facilidades del teletrabajo. No es un problema estar aislado”, comentó Marcos González, de 37 años, residente del consejo popular Los Sitios, el de mayor complejidad epidemiológica en el municipio más densamente poblado de Cuba, con unas 41.000 personas por cada uno de sus 3,42 kilómetros cuadrados.

González, como buena parte de quienes componen ese consejo, permanece aislado desde el 29 de enero. En los 15 días posteriores, al crecer el número de casos en otras áreas, el 13 de febrero se amplió el cerco a un total de 66 manzanas.

Datos recientes indican que, en la última quincena, en Centro Habana se acumulan 697 casos confirmados, para una tasa de 316 por cada 100.000 habitantes, además de 395 residentes bajo sospecha de contagio, para un promedio de 26 casos diarios.

En el consejo popular Los Sitios existe hoy un evento de transmisión local –categoría que adquieren los controles de foco al acumular 10 casos y más–, con 101 confirmados con la covid-19, entre los que predominan las personas enfermas asintomáticas, el 68 por ciento del total.

En esa zona permanecen ingresados en el hogar más de 3.113 contactos. En el territorio existen 981 viviendas, alrededor de 900 ciudadelas, un deterioro urbano avanzado, fuerte presencia de población flotante, pérdida de servicios asociada a cambio de uso inadecuado de espacios y falta de mantenimiento en infraestructuras.

“Hay quienes viven hacinados, en casas pequeñas con varias familias”, comentó González.

En Los Sitios se acumula el 28,5 por ciento del total de los casos reportados en los últimos 15 días en Centro Habana, lo que determinó la ampliación de la zona de cuarentena al área comprendida entre las calles Monte, Belascoaín, Ángeles y Reina.

¿En aislamiento?          

Cuando se aísla un área, se permite el paso desde y hacia la zona restringida a peatones y vehículos autorizados solo en los puntos de acceso, se colocan barandas de cierre, se eleva el control de las personas en la vía, sobre todo de menores de edad. Además, deben extremarse la vigilancia y las acciones sanitarias.

Pese a los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias, en parte de Centro Habana la vida sigue sin muchos cambios. “Hay quien cumple y hay quienes no. Ves gente en la calle con nasobucos (mascarillas) mal puestos, e incluso, cuando venden cosas, la gente se aglomera igual.

Te dices: para qué entonces el aislamiento”, se cuestionó González. “Las veces que he bajado, confiesa, veo mucha gente en la calle, incluso estando trancados, salen a compras y negocios y luego hacen el recorrido inverso”, agregó.

Existen opiniones también sobre el cumplimiento de los protocolos por parte del sector sanitario: “Hace meses que no veo a los estudiantes que antes pasaban preguntando cómo uno se sentía. No nos han tomado nunca la temperatura y eso que el consultorio está enfrente de mi edificio”, dijo Otto Puig, también de Los Sitios.

“Llevamos meses trabajando sin descanso, apenas vemos a la familia para prevenir, pero, cuando parece que ya se controló la situación, vuelven a crecer los contagios. La indisciplina no ayuda”, comentó, a su vez, Gladys Ortega, enfermera y madre soltera, alejada por la covid-19 de su anciana madre y su único hijo adolescente.

Epidemia en su peor momento

Una de las mayores preocupaciones de las personas es la alimentación, en medio de una acentuada escasez de alimentos en las tiendas y la limitada posibilidad de recibirlos en los domicilios.

“En mi cuadra, aparte de los habituales alimentos de la cuota normada para toda la población, han vendido un módulo con pollo, aceite, detergente y jabones. A mí me alcanza porque vivo solo, no sucede así en las familias con tres o cuatro personas. No venden ni galletas ni refrescos”, agregó Puig.

Para poblaciones más vulnerables por su edad o condición social en este territorio habanero se orientó distribuir productos por mensajería como parte de las acciones del Sistema de Atención a la Familia y del comedor comunitario Quisicuaba.

Las medidas aplicadas el 13 de febrero deberían revertir la situación en Los Sitios, consideraron autoridades de epidemiología de La Habana.

Cuba vive actualmente el peor momento de la epidemia. De acuerdo con el director nacional de epidemiología del Ministerio de Salud Pública, Francisco Durán, en los primeros 14 días de febrero se registraron 11.412 casos, contra 15.536 en todo enero, hasta ahora el mes con mayor número de contagiados con el SARS-CoV-2. En apenas dos semanas se han producido 53 fallecimientos.

Con 39.004 casos acumulados desde el inicio de la epidemia en marzo de 2020, las autoridades sanitarias continúan llamando al aislamiento, el uso de nasobucos y sustancias desinfectantes, reforzar la pesquisa en la comunidad y su calidad, proteger particularmente a menores de 20 años y mayores de 60, así como acudir al médico ante los primeros síntomas.

Centro Habana en rojo

Las estadísticas muestran que:

  • con 46 casos en la última jornada, el municipio Centro Habana reportó la mayor cifra del país.
  • supera en nuevos contagios a 13 de las 15 provincias cubanas, incluidas Camagüey (43), Guantánamo (42) y Mayabeque (38).
  • con más de 700 casos en los últimos 15 días, el municipio supera en número a 11 provincias, entre ellas, Mayabeque, Pinar del Río, Ciego de Ávila, Villa Clara y Artemisa. (2021)

Comedores obreros, tema polémico

A nivel nacional se reajustó recientemente hasta los 18 pesos como promedio el costo de los almuerzos y meriendas, en correspondencia con los salarios y la canasta de referencia que debe asumir cada quien mensualmente, una de las premisas del citado proceso económico iniciado en enero.


En los comedores obreros hay insatisfacciones, principalmente, por la falta de calidad. (Foto: trabajadores.cu).

Por JORGE LUIS MOREIRA MASSAGUÉ

Los servicios en comedores obreros del país, cuyos precios aumentaron tras la implementación de la Tarea Ordenamiento, generan variadas opiniones de los trabajadores que ante una necesidad vital del día a día, ahora reclaman mayor variedad y calidad de las ofertas.

A nivel nacional se reajustó recientemente hasta los 18 pesos como promedio el costo de los almuerzos y meriendas, en correspondencia con los salarios y la canasta de referencia que debe asumir cada quien mensualmente, una de las premisas del citado proceso económico iniciado en enero.

Si bien no hay muchos reclamos por los precios, ya algo ajustados, el asunto calidad es preocupación de muchos comensales y sigue como una de las mayores insatisfacciones, precisamente al relacionar precio y calidad.

Este tema es de conocimiento de quienes laboran en la Empresa Alimentaria Provincial Camagüey, quienes lo analizaron en matutinos y otros espacios, no obstante existen los que deciden no solicitar el almuerzo, comentó a la Agencia Cubana de Noticias Héctor Reyes Fernández, uno de sus trabajadores.

Hoy unos 30 de sus compañeros sí lo hacen allí mismo, expresó, y debido a la carencia de ofertas provocada por las actuales limitaciones, donde influye la pandemia de la COVID-19, no lo demandan todos los días, y hay quienes prefieren llevar los alimentos de sus casas.

Reyes Fernández se refirió a la opinión generalizada respecto a la mortadella, el “plato fuerte” más abundante por estos días, que no tiene la mejor calidad y su valor es muy alto, lo cual trae consigo que las personas no la consuman.

Los almuerzos, dijo, también están integrados por croqueta, gallina, jamón, sopa con sustancia, potaje de chícharo, arroz blanco o con subproductos, y pan.

Según afirmó, la entidad debe seguir buscando alternativas y gestiones en pos de garantizar presencia de viandas –deficitarias hoy totalmente–, y mejorar en cuanto a los condimentos y agregados que propician una mejor calidad de las elaboraciones.

Tahi Parets, perteneciente a la Empresa de Turismo de Ciudad Santa María, aseguró que los almuerzos en su centro de trabajo son buenos, y los precios rondan entre los 10 y 12 pesos, según lo que haya, y al compararlos con las comidas ofertadas en el sector cuentapropista, que superan los 80 pesos, los ve como una opción favorable.

Les facilitan almuerzos y comidas a quienes laboran hasta tarde, amplió, al tiempo que reconoció la correcta elaboración y la cantidad de estos, que comprenden arroz, el llamado “plato fuerte”, vianda, algunas ensaladas y dulces.

En el telecentro local la realidad es diferente en cuanto al tema, pues predominan las insatisfacciones con las propuestas diarias que no tienen la variedad requerida y la calidad es muy mala, en contraste con los precios vigentes, declaró Rosa Blanco.

Esas problemáticas ocasionan que la mayoría hoy no pague los servicios del comedor, remarcó.

Lo mismo ocurre con la merienda, abundó, compuesta por un pan pequeño, un pedacito de mortadella u otro embutido y les cuesta casi ocho pesos, que unido al del almuerzo incrementa los gastos del mes, por lo tanto, el personal de menores ingresos no los puede adquirir todos los días, argumentó Yudit Moya, quien expuso criterios de varios trabajadores.

En el comedor de la Dirección Provincial de Finanzas y Precios, la ACN conoció de la mala elaboración del almuerzo, y a pesar de esto cuesta ocho, nueve, 11 y hasta 12 pesos, como expresó Ángela Soriano Pimentel, del departamento de Política de Precios.

Sergio Berines, uno de sus colegas, señaló que deben incluirse la sopa y el potaje, pues hay días en que las personas no compran todo lo del menú, y esos caldos ayudan.

Agregó que en los últimos días la carta de comidas ha tenido cabeza de cerdo, vianda, arroz, potaje de chícharo, chicharritas en algunas ocasiones y dulces, y al mismo tiempo les proporcionan meriendas.

Las actuales transformaciones económicas demandan de mayor autogestión por parte de las administraciones de los comedores obreros en busca de variedad de las ofertas, y sobre todo calidad, así como fomentar los autoconsumos donde haya posibilidades, en aras de contar con condimentos, viandas y ensaladas, muy bien recibidas.

Esto es una práctica olvidada que tuvo hace años una buena respuesta para entidades y centros donde no solo se hicieron huertos y se fomentaron áreas de siembra de viandas y frutales, sino también crías de aves y cerdos como garantía de alimentos destinados a sus trabajadores.

Todo no puede recaer en los suministros del Estado, debe existir un autoabastecimiento que alivie esa carga, como lo fue hace varias décadas.

En tiempos de ordenamiento y de actualización económica, la alimentación de los trabajadores, además de una necesidad básica, es también una motivación para buscar que cada entidad con condiciones para ello tenga un autoconsumo, un huerto o una parcela y garantizar una buena parte de sus insumos alimentarios. (ACN)

De 127 a más de 2 000 actividades por cuenta propia, salto en favor de la economía y el empleo

 De 127 a más de 2 000 actividades por cuenta propia, salto en favor de la economía y el empleo

El perfeccionamiento y ampliación del trabajo por cuenta propia, además de generar empleos, dotará a la economía de una mayor vitalidad, diversificación y competitividad, destacó este lunes el vice primer ministro, Alejandro Gil Fernández, en su cuenta de Twitter.



El también Ministro de Economía y Planificación había significado, recientemente, que un elemento favorable para perfeccionar el trabajo cuentapropista en este escenario es el ordenamiento monetario, que elimina las distorsiones por la dualidad monetaria y cambiaria, lo que permite una mejor conexión entre el sector estatal y no estatal, así como el impulso de mayores transformaciones en ambas áreas.

En el propio ámbito del ordenamiento, fue anunciada una apertura sin precedentes para el trabajo por cuenta propia en Cuba, pues la lista de 127 oficios para ejercer en el sector privado, fue ampliada hasta 2 100, tomando en cuenta datos del Clasificador Nacional de Actividades Económicas.

La nueva normativa fue aprobada en el más reciente Consejo de Ministros, espacio en el cual la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, refirió que solo se limitan, total o parcialmente, 124 actividades.

Dijo que el cuentapropismo tiene más de 600 000 trabajadores, lo cual representa el 13 % de la ocupación en el país, y que estos pasos persiguen consolidar esta forma de gestión.

Recordó que los efectos de la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de EE. UU. contra Cuba, han dañado considerablemente en esa parte de la población.

Periódico Orbe: ¿precio fuera de órbita?

Por Jorge Rodríguez Hernández

Por los Andes del orbe, tema de la autoría de la extinta compositora cubana Tania Castellanos, así anda el precio asignado al periódico Orbe, tras el inicio de la Tarea Ordenamiento monetario y cambiario.

A partir de enero de 2021, dicho órgano de prensa, semanario internacional de Prensa Latina, perteneciente a la Agencia Informativa Latinoamericana S:A, se oferta a 5 pesos en moneda nacional (CUP)- posteriormente se vendió a 4-, que considero sigue siendo alto en las condiciones de Cuba.

La salida de este semanario se produce los sábados. De ahí que a razón de cuatro semanas al mes, los lectores deban desembolsar 16 pesos, para adquirir el mismo, de un total de 76 pesos a pagar por todos los periódicos de circulación nacional.

Qué estudio de mercado hicieron previamente los editores de Orbe, para fijar el precio de este último, 4 veces mayor que el resto de los periódicos con salida diaria- a peso cuestan cada uno-, incluyendo los semanarios Trabajadores y Tribuna de La Habana.

En mi opinión la calidad de Orbe, del cual soy un asiduo lector, no se corresponde con ese precio, algo inherente a la Tarea Ordenamiento monetario y cambiario (TOMC). Se tomó en cuenta para la implementación de esta política por parte de la Agencia Informativa Latinoamericana S:A, que la mayoría de quienes accedemos diariamente a la prensa impresa, somos personas de la llamada tercera edad, pues la población más joven apenas adquiere la misma, para no pecar de absoluto.

El paginado de Orbe sigue siendo el mismo y los materiales publicados en cuanto a los temas informativos internacionales reiteran asuntos abordados en otros medios nacionales de frecuencia diaria, y tampoco despliega un trabajo periodístico de investigación o de otro carácter, entre otras observaciones factibles de hacer.

A partir de una somera encuesta realizada por este comentarista en los primeros 20 días de iniciada la TOMC, con los (as) vendedores (as) de los estanquillos y los llamados ´´voceadores´´ de periódicos, esta arrojó una disminución sustancial de la venta, pues los periódicos se están quedando en los estanquillos, una tendencia que se advertía, desde años precedentes, y con presumibles y lógicas implicaciones en la subjetividad ciudadana, lo cual requiere otros estudios y análisis.

Como inferirán , no se trata de que el precio del Orbe esté fuera de órbita, sino de que el objetivo de cualquier periódico es contar con suficientes y ávidos lectores, cuya demanda pudiera- si la calidad de la oferta fuera tal- hacer más robusta la economía de ese medio, algo a lo que tampoco escapan el resto de la prensa nacional impresa cubana.

Con recesión y pandemia pierde la mayoría de menores ingresos. Se necesitan cambios urgentes

Por Julio C. Gambina

Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP

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Todos los informes nacionales e internacionales dan cuenta de la mayor afectación de los sectores de más bajos ingresos y con menor acumulación de riqueza en el marco de la recesión económica agravada por la pandemia, y llama la atención, pese a los inmensos paliativos aprobados en todos los países, la desigualdad, no solo se mantiene si no que se agrava. Por eso sostenemos que algo debe cambiar, que no alcanza con “cosmética”, funcional al objetivo de contener el conflicto social, bastante restringido por las políticas asumidas globalmente de “aislamiento” o “distanciamiento”.

El FMI llama la atención sobre los conflictos que pueden sobrevenir en la pos-pandemia y destaca: “Si la historia sirve de pronóstico, es posible que la tensión social resurja una vez que la pandemia se disipe. La amenaza puede ser mayor en los casos en que la crisis ponga de manifiesto o agrave problemas latentes, como la falta de confianza en las instituciones, una gestión de gobierno deficiente, pobreza o desigualdad.”[1] Más aún, en el FMI leemos: “Para los millones de jóvenes del mundo que sobrevivirán a la pandemia, todavía hay noticias realmente difíciles por delante. La recesión del COVID-19 no solo dará a los nuevos participantes en el mercado laboral un comienzo difícil en sus carreras, sino que también los pondrá en riesgo de ganar menos dinero durante décadas, cometer más delitos, tener vidas familiares menos satisfactorias y tal vez incluso morir. antes que los buscadores de empleo más afortunados.”[2]

La información oficial[3] en la Argentina relata que ante la fuerte caída del empleo del sector privado en abril 2020, desde mayo existe una recuperación, que no alcanza a compensar lo perdido. Es una tendencia que se confirma para la primera parte del 2021, en donde lo que más se recupera es el trabajo irregular, es decir, sin seguridad social, resultado directo de la informalización y precarización del empleo y los ingresos en la Argentina. Si bien el grueso del análisis se concentra en el impacto de la pandemia y la recesión agravada, la evidencia destaca que el problema viene de arrastre, y que en todo caso el COVID y las restricciones sobre el funcionamiento de la economía agudizó el problema. En rigor, la cuestión no resultó más grave por las acciones de contención pública dispuestas, que como señala el informe gubernamental: “la prohibición de despidos sin justa causa, el subsidio al pago de las remuneraciones implementado por medio del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y los acuerdos colectivos que suspendieron las relaciones laborales en sectores severamente afectados por la pandemia (manteniendo un piso de ingreso de, al menos, el 75% del salario) amortiguaron la caída del empleo asalariado registrado en el ámbito privado de la economía.” Los datos revelan que “La cantidad de trabajadores suspendidos pasó de los 777 mil de abril a los 408 mil de octubre…”, tal como se verifica en el cuadro que sigue:


Como puede apreciarse, desde que se hizo evidente la pandemia por el coronavirus en la Argentina, cae el trabajo asalariado en el país. Aún con recuperación, leve, para el segundo semestre, sobre el final del año no se logra recuperar la dimensión del empleo al inicio del periodo. Esta referencia corrobora las tendencias más generales que se presentan en los informes de organismos internacionales, con pronósticos reservados sobre un cambio rápido. Más grave es si se consideran los cambios operados en el proceso de trabajo, caso del tele-trabajo o trabajo a distancia que afecta especialmente a lso sectores de menores ingresos por el escaso acceso a conectividad y claramente las mujeres que ven multiplicada su discriminación por el trabajo de cuidado, que ahora convive con el trabajo remoto. Respecto de la población ocupada, la información releva una fortísima caída en el segundo trimestre, en el que “…se contabilizaron 3,4 millones de ocupados menos que en el primer trimestre…”, tal como se destaca en el cuadro que sigue:



En efecto, de 17,228 millones de población ocupada, en el segundo trimestre se desciende a 13,853 millones de personas, destacando los asalariados no registrados y los no asalariados, insistamos, por acción de las medidas de contención. Para el tercer trimestre, se verifica una recuperación, alcanzando la población ocupada a 15,693 millones, es decir, 1,535 millones menos que en el primer trimestre. La recuperación es más rápida entre los que no tienen cobertura de seguridad social. Los sectores más afectados fueron el comercio y la construcción, que en la medida que se retomó la actividad económica son los que reaccionaron más rápido en la recuperación del empleo, por cierto, con mayores niveles de precariedad que en otros sectores de la economía. Un sector muy perjudicado, sea por el aislamiento o el distanciamiento es el trabajo doméstico, que, además, es el sector más precarizado del mercado de fuerza de trabajo.

Según lo que mencionamos, preocupa la caída de la actividad económica para todo el 2020, que estaba prevista según el proyecto de Presupuesto 2021 en -12,1%. La información oficial indica un acumulado de reducción del -10.6% a noviembre del 2020[4]. Si bien este dato implica diversos perjudicados, no hay duda que el empleo, los salarios y los ingresos populares son los más afectados. Así, con datos a noviembre 2020, el INDEC destaca que: “El índice de salarios total registrado acumula en los últimos 12 meses un aumento de 31,8%, como consecuencia del incremento de 34,3% del sector privado registrado y un aumento del 27,4% del sector público.”[5]

Hace falta cambiar

Mucho se discute, en el país y en el mundo, si alcanza con la recuperación de la economía, algo que los datos informan y que al flexibilizarse el “aislamiento” o el “distanciamiento” se puede corroborar en una mayor circulación social y relativa activación de la economía. Sin embargo, hay algo más de fondo que preocupa. En efecto, la nueva titular del Tesoro estadounidense envió una carta a los 84.000 trabajadores de su Secretaría, en donde además de varios temas, recupera el contenido de 4 crisis destacadas por el nuevo Presidente de ese país, Joe Biden. Señala, que:  “además de la pandemia, el país también enfrenta una crisis climática, una crisis de racismo sistémico y una crisis económica que se ha estado acumulando durante cincuenta años.”[6]

En los debates del Foro Económico Mundial también se escucharon opiniones muy críticas al orden actual. El titular del gobierno francés destacó que el capitalismo actual perjudica seriamente a los trabajadores y al ambiente, que por ello hay que cambiar. La jefa del gobierno alemán, del ruso y del chino tuvieron conceptos críticos sobre el orden vigente. Puede decirse que son “discursos” y es cierto, pero es evidente que no alcanza con cierta y relativa reactivación de la economía, diferenciada según la potencia de cada Estado y del mayor desarrollo relativo de cada país. Lo concreto es que hay necesidad de evidenciar “realismo” en los discursos oficiales de distinta orientación política, ya que como anticipa el FMI hay latencia de conflicto.

Algunos demandan reformas en ese marco, en sentido contradictorio también, ya que algunos sustentan reaccionarias reformas en las relaciones laborales en desmedro de históricos derechos conquistados por la lucha de los trabajadores y las trabajadoras. Otros imaginan el retorno a las políticas de bienestar, como si el mundo de la tercera década del Siglo XXI fuera similar al de los 30-80 del Siglo XX, con ofensiva socio política en contra del capitalismo, más allá de los límites del socialismo real en esos años, o la consecuencia o no de la lucha por la liberación del tercer mundo, la que se colaba en los intersticios de la bipolaridad del sistema mundial. Los primeros se encuentran con la resistencia diversa a la ofensiva capitalista que se verifica en el último medio siglo, el tiempo de la “crisis incubada” según Biden-Yellen. Los segundos añoran una posibilidad cuya condición supone otra correlación de fuerzas en el sistema mundial, precisamente en el desafío al orden capitalista, una condición desalojada con la ruptura de la bipolaridad en la última década del Siglo XX.

Por ello, es que sostenemos que hay que cambiar superando el sistema de relaciones sociales de producción, lo que implica modificar el modelo productivo, sus relaciones interiores y sus beneficiarios. Se trata de reducir la jornada laboral para disminuir el desempleo y el subempleo; asegurar una distribución del ingreso y la riqueza, bajo nuevas formas de producción en el agro, la industria y el conjunto de la producción. Sin cambiar la producción y circulación de los bienes y servicios, solo encontraremos una recuperación del funcionamiento económico sin mutaciones sensibles en materia de beneficiados y perjudicados. Vale para el país, la región y el mundo. Por eso debemos recuperar la poesía del uruguayo Alfredo Zitarrosa cuando dice en Triunfo Agrario: "¡Hay que dar vuelta el tiempo como la taba, el que no cambia todo, no cambia nada!".

La poesía difundida en los 70 del pasado siglo remite a otros tiempos en la correlación de fuerzas entre el capital y las trabajadoras, los trabajadores y los pueblos. Cambiar la correlación de fuerzas es el asunto y ello es una lucha política. No es un tema de mercado o de lectura de una u otro concepción sobre la economía contemporánea, hegemónica o reformista, sino de una crítica a fondo del orden existente y un imaginario por otro orden socioeconómico posible. Solo se puede materializar si es idea-objetivo de una mayoría social organizada al efecto. Esto nos lleva a discutir la institucionalidad social popular actual en organizaciones políticas, sindicales, territoriales, en su efectividad y adecuación a los tiempos que se viven. Nuevas identidades que emerjan de reagrupamientos populares pueden dar corporeidad a una perspectiva de cambio profundo que apunte a resolver las insatisfechas necesidades sociales. Muchas búsquedas en ese sentido no son aún visibles, pero es el rumbo que puede augurar cambios profundos en contra de la incertidumbre del presente.

Buenos Aires, 5 de febrero de 2021

 



[1] FMI. La larga sombra de la COVID-19: Repercusiones sociales de las pandemias, en: https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=14975

[2] FMI. “La larga sombra de un comienzo desafortunado”, en: https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2020/12/future-of-youth-in-the-era-of-covid-19.htm

[3]Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Argentina. Panorama mensual del trabajo registrado. Datos a octubre y noviembre 2020, en: http://www.trabajo.gob.ar/downloads/estadisticas/reportelaboral/panorama_del_trabajo_registrado_2101.pdf

[5] INDEC. Índice de salarios. Noviembre de 2020, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/salarios_01_2182EA70CEA5.pdf

[6] Departamento del Tesoro de EEUU. Mensaje del primer día al personal de la secretaria del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, Janet L. Yellen, en: https://home.treasury.gov/news/press-releases/jy0003

Ante la COVID-19: Sin disciplina no habrá recuperación


15 de Febrero de 2021

El Grupo Temporal de Trabajo para la Prevención y Control del nuevo coronavirus tuvo su encuentro este lunes en el Palacio de la Revolución. El enfoque educativo de una batalla que es por la vida quedó claro en la sesión dirigida por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.


Estudios Revolución

Más allá de todo lo regulado y definido sobre el papel, si la disciplina entre cubanos no empieza primeramente como un asunto individual, entonces será muy difícil ganar la batalla a la COVID-19.

La idea estuvo presente este lunes durante la reunión del Grupo Temporal de Trabajo para la Prevención y Control del nuevo coronavirus y fue compartida por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, quien dirigió el encuentro en el Palacio de la Revolución.

El Jefe de Gobierno subrayó que continúan la indisciplina, la violación de lo que está establecido. Hizo referencia a las personas que no usan el nasobuco allí donde es necesario hacerlo; señaló cómo algunos no guardan el distanciamiento requerido; o no se desinfectan las manos; o cómo en ciertos lugares no son limpiadas las superficies o los teléfonos de uso colectivo.

Igualmente llamó la atención sobre la cantidad de contagios que se han producido en las instituciones, lo cual pasa muchas veces por la violación de protocolos que están diseñados para ese tipo de espacios. Al respecto hizo un llamado a que el ejemplo se dé en primer lugar desde los centros de trabajo. Y sobre la aplicación de multas, hizo hincapié en que, sin el componente educativo, estas no surtirán el efecto esperado.

“Si no cumplimos estrictamente, de manera individual, todo lo que está establecido, es muy difícil avanzar en una recuperación, como queremos todos”, resaltó.

Por su parte el viceprimer ministro, Roberto Morales Ojeda, hizo énfasis en la importancia de que todas las autoridades responsables con la realización de la pesquisa epidemiológica no descuiden la calidad. Habló de una pesquisa “activa y efectiva, y la efectividad es que logremos identificar todos aquellos casos, sobre todo los vulnerables, que tengan algún nivel de síntomas”.

DESDE LA ISLA, EL IMPORTANTE LENGUAJE DE LOS NÚMEROS

En Cuba, al cierre de la semana seis del 2021 (que las estadísticas incluyen hasta este 13 de febrero), el promedio de casos de COVID-19 por día ascendió a 822,9, con lo cual se incrementó la cifra en relación con el cierre de enero pasado (501,2 casos por día).

La información fue ofrecida en el encuentro por el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, quien además detalló que, en lo relativo a la semana seis, se produjo una “desaceleración en la propagación de la enfermedad, de del 5,8 por ciento”.

Según afirmó el titular, los mayores niveles de transmisión, durante el mes en curso, se presentaron en las provincias de La Habana, Santiago de Cuba, y Guantánamo; aunque esos números, en los tres casos, disminuyeron en relación con la semana anterior. En tales territorios, apuntó Portal Miranda, se concentra el 75 por ciento de los casos diagnosticados en Cuba durante el presente mes.

Las provincias con mayor tasa de incidencia de casos positivos de COVID-19 en los últimos quinces días, al decir de la información compartida por el ministro de Salud Pública, son La Habana, Guantánamo, Santiago de Cuba y el Municipio Especial Isla de la Juventud.

Ya suman entre nosotros 39 004 casos de COVID-19 desde que la enfermedad entró a la población cubana hasta hoy, y la cifra de defunciones asciende a 269 para 0,69 por ciento de letalidad.

Este 14 de febrero fueron confirmados en el país 715 casos positivos (702 autóctonos y 13 importados). La Habana (con 345 casos) y Santiago de Cuba (con 100), concentran más del 62 por ciento del total de los casos. Y fueron reportados como asintomáticos 335 personas, para un 46,8 por ciento de la cifra total.