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domingo, 22 de agosto de 2021

La furia silenciosa de las personas responsables


Me indignan las ridiculeces de los antivacunas, y sospecho que muchos estadounidenses comparten mi enfado

Una persona pasea sin mascarilla por el centro de Nueva York.TIMOTHY A. CLARY / AFP VIA GETTY IMAGES

Hablemos por un momento de Lollapalooza. Tras cancelar los espectáculos presenciales el año pasado, hace unas semanas Chicago volvió a albergar este festival de música tan longevo, que atrajo a más de 385.000 asistentes. Muchos temían que las multitudes enormes y ruidosas provocaran un episodio de supercontagio de coronavirus.

Pero el festival exigió certificado de vacunación o una prueba de covid negativa para entrar, e introdujo la mascarilla obligatoria en interiores a mitad del evento. Y parece que ha habido muy pocos contagios.

¿Qué nos dice esto? Que en Estados Unidos podría haberse logrado el retorno a la vida más o menos normal, también con sus placeres, que muchos esperaban que las vacunas trajeran. La razón de que no lo hayamos hecho —la razón de que sigamos viviendo con miedo, con los hospitales de buena parte del sur al borde del colapso— es que no hay suficientes vacunados ni suficientes personas llevando mascarilla.

Es posible sentir simpatía por algunos de los no vacunados, en especial los trabajadores a los que les resulta difícil sacar tiempo para ir a ponerse la vacuna y les preocupa perder un día por los efectos secundarios. Pero hay muchas menos excusas para quienes se niegan a vacunarse o a llevar mascarilla por razones culturales o ideológicas, y ninguna excusa en absoluto para gobernadores conservadores, como Ron DeSantis en Florida, Greg Abbott en Texas y Doug Ducey en Arizona, que han impedido activamente los esfuerzos para contener el brote más reciente.

¿Qué piensan ustedes de los antivacunas y los antimascarillas? A mí me indignan sus ridiculeces, a pesar de que yo puedo trabajar desde casa y no tengo hijos en edad escolar. Y sospecho que muchos estadounidenses comparten mi enfado.

La cuestión es si esta ira completamente justificada —llamémosla la ira de los responsables— tendrá impacto político, si los líderes defenderán los intereses de los estadounidenses que intentan hacer lo correcto pero cuyas vidas están siendo perturbadas y puestas en peligro por quienes no lo hacen.

Hay algo que debería resultar evidente: vacunarse y llevar mascarilla en público no son “opciones personales”. Cuando alguien rechaza la vacuna o se niega a usar mascarilla, está aumentando el riesgo de los demás de contagiarse de una enfermedad posiblemente mortal o incapacitante, y contribuye también a perpetuar los costes sociales y económicos de la pandemia. En un sentido muy real, la minoría irresponsable está privando a los demás de vida, libertad y de la búsqueda de la felicidad.

Es más, por decir algo que debería ser obvio, los que afirman que se oponen a las medidas de salud pública para proteger la “libertad” no están siendo sinceros.

Lo más chocante es que, desde que las mascarillas se convirtieron en un frente de la guerra cultural, ha quedado claro que muchos de los que se oponen a su obligatoriedad no solo exigen el derecho a no tener que llevarla ellos mismos, sino que también quieren que los demás dejen de comportarse de manera responsable. Tucker Carlson ha pedido a sus espectadores que se enfrenten a quienes vean con mascarilla, y ha habido noticias dispersas sobre ataques violentos a personas que la llevaban puesta.

También es asombrosa la rapidez con la que se han abandonado los supuestos principios conservadores allí donde honrar esos principios ayudaría en los intentos de contener la pandemia, en lugar de perjudicarlos.

Durante décadas, los conservadores han insistido en que los propietarios de negocios deberían tener derecho a hacer lo que quisieran: contratar y despedir a voluntad, negar el servicio a quien les plazca. Pero aquí tenemos a Abbott amenazando con retirar la licencia de venta de bebidas alcohólicas a los restaurantes que exijan certificado de vacunación, a pesar de que Texas se está quedando sin camas en las UCI.

Los conservadores también han defendido el control local de la educación, excepto, qué casualidad, cuando los distritos escolares quieren proteger a los niños mediante normas sobre el uso de mascarillas, en cuyo caso, los gobernadores del “devolvamos a Estados Unidos su grandeza” quieren tomar el control y cortarles la financiación.

De modo que los amigos de la covid-19 no están motivados por el amor a la libertad. Podría ofrecer algunas hipótesis acerca de sus motivos verdaderos, pero entender lo que guía a esta gente es menos importante que entender cuánto daño está haciendo. Un daño doble cuando se trata de políticos que le hacen el juego cínicamente a los antivacunas y a los antimascarillas.

Los últimos sondeos indican que los ciudadanos apoyan firmemente la obligatoriedad de las mascarillas, y que una mayoría abrumadora de estadounidenses se opone a los intentos de evitar que los distritos escolares protejan a los niños. No he visto encuestas sobre los intentos de impedir que los negocios exijan certificados de vacunación, aunque imagino que también deben de ser impopulares.

Pero políticos como Abbott y DeSantis se están plegando a la minoría contraria a la salud pública porque es ruidosa e irritable, y porque no piensan que eso les vaya a suponer ningún coste político.

Pues bien, yo creo que la mayoría favorable a la salud pública también se está irritando cada vez más, y con razón. Lo que pasa es que no ha hecho suficiente ruido, y poquísimos políticos han intentado aprovechar esta furia justificada.

Así que es hora de dejar de cohibirnos y llamar al comportamiento destructivo por su nombre. Hacerlo tal vez haga que muchos se sientan menospreciados. ¿Pero saben qué? Sus sentimientos no les dan derecho a arruinar la vida de otros.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía. © The New York Times, 2021. Traducción de News Clips.

Afganistán: abundante litio, pletóricas tierras raras y ganancias financieras del Pentágono y Wall Street

22 agosto, 2021


Detrás del desastre muy cantado de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán (https://bit.ly/3sBYqam) se encuentra el velo de las enormes ganancias circulares del Pentágono y la bancocracia de Wall Street, además de las pletóricas reservas de tierras raras y litio (https://bit.ly/3B5R8Pr).

Al contrario de la revista globalista británica The Economist –que disminuye a la mitad los costos de la guerra en Afganistán y que promovió el narconeoliberalismo-militarizado (https://econ.st/3kgt3hN)–, la Universidad Brown de Estados Unidos publicó, tres meses y medio antes de la humillante caída de Kabul, la cuantiosa inversión de Estados Unidos durante 20 años aparentemente estériles, que ascienden a 2.26 millones de millones de dólares (trillions en anglosajón) que fueron desglosados de la siguiente manera :1) 933 mil millones para los gastos militares; 2) pago de 530 mil millones de intereses(¡mega-sic!) del préstamo para su guerra; 3) 443 mil millones de incrementos a la base presupuestal del Pentágono; 4) 296 mil millones para cuidado de veteranos de guerra, y 5) 59 mil millones del presupuesto del Departamento de Estado (https://bit.ly/3sDGaOc).

Los costos del proyecto de guerra en Afganistán estiman que 241 mil personas han muerto como resultado directo de esta guerra y constituyen una parte (¡mega-sic!) de los costos más amplios de las guerras (sic) de Estados Unidos después del 11 de septiembre que se extienden a Irak, Siria, Yemen, Somalia y otros lugares.

Así, resulta que el complejo-militar-industrial de Estados Unidos y sus guerras eternas practican la economía/finanzas de guerra y la destrucción nihilista de los países que invade.

Estas cifras perturbadoras contrastan con el PIB nominal de Afganistán –casi 20 mil millones de dólares, según el FMI–, uno de los países más pobres del planeta con ingresos de menos 2 dólares al día de 90 por ciento de su población (https://bit.ly/3zaWCaQ), sin contar su primer lugar global en mortalidad infantil, pese a ostentar en sus entrañas pletóricas reservas de minerales de tierras raras y litio.

En un escrutinio expedito, se deduce que la industria de defensa de Estados Unidos –con sus célebres empresas Raytheon, Lockheed Martin, General Dynamics, General Electric, Northrop Grumman, Boeing– descolgaron pantagruélicas ganancias, al unísono de los cuantiosos ingresos financieros por intereses (sic) de la bancocracia de Wall Street.

No aparecen tramposamente los beneficiarios del pago de intereses por el préstamo de guerra ni los costos o ganancias de los numerosos contratistas ni de los 6 mil paramilitares/mercenarios privados de la estadunidense Blackwater/Academi/Xe Services LLC (https://bbc.in/2W34o87) y la británica G4S (https://bit.ly/37W49i0).

Quien invirtió 10 mil dólares en acciones bursátiles de la industria de defensa de Estados Unidos de sus principales cinco empresas hace 20 años, obtuvo hoy jugosas ganancias por casi 100 mil dólares (https://bit.ly/2UBmEoK).

Hace 11 años, The New York Times, con base en un memorándum interno del Pentágono, publicó que Afganistán posee inmensas reservas que lo podrían convertir como la Arabia Saudita del Litio(https://nyti.ms/3gn2arw).

En ese entonces –cuando el general David Petraeus, comandante del CentCom de Estados Unidos se extasiaba de sus cantidades inmensamente significativas– se calculaba su valor en un millón de millones (one trillion, en anglosajón). Hoy, 11 años más tarde, la cotización del litio se ha disparado (https://bit.ly/3B0Yrb8).

Ahora, el mayor temor de Estados Unidos se (con)centra en la santa alianza minera de los talibanes y China (https://bit.ly/3gmp6XO), con el fin de explotar las pletóricas reservas de minerales en tierras raras(https://bit.ly/3B1Dtsx) en Afganistán, indispensables para las aplicaciones de las nuevas tecnologías militares, espaciales y computacionales.

La nueva geopolítica de las tierras raras en el siglo XXI expone la gran vulnerabilidad de Estados Unidos frente a China cuando las reservas de tierras raras en Afganistán tendrían hoy un valor de 3 millones de millones de dólares. Quizá esa haya sido la peor derrota allí de Estados Unidos.


Facebook: AlfredoJalife



Cuba impulsa acuicultura en medio de COVID-19

Spanish.xinhuanet.com | 2021-08-22 05:13:49



 Imagen del 25 de junio de 2021 de trabajadores laborando en una instalación en VidaBum, en el municipio de Cotorro, en las afueras de La Habana, capital de Cuba. Ubicado en el municipio de Cotorro, en el sur de la provincia de La Habana, está VidaBum, un proyecto de desarrollo local con el propósito de fomentar la acuicultura y la producción de alimentos en Cuba. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Por Yosley Carrero

LA HABANA, 21 ago (Xinhua) -- Ubicado en el municipio de Cotorro, en el sur de la provincia de La Habana, está VidaBum, un proyecto de desarrollo local con el propósito de fomentar la acuicultura y la producción de alimentos en Cuba.

Bajo el auspicio de la cooperativa Guido López, entidad especializada en cultivos varios, el emprendimiento nació en octubre de 2020 en las áreas previamente ocupadas por la planta de desechos residuales de una antigua cervecería.

En medio de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) y la intensificación de las medidas económicas de la actual administración estadounidense contra la nación caribeña, los emprendedores buscan cubrir parte de la demanda del mercado local a partir de la puesta en práctica de las técnicas de la acuaponía.

El líder del proyecto, Lester López, dijo que el nuevo paquete de medidas del gobierno cubano para impulsar la agricultura permitirán un mayor acceso de la población a los productos necesarios para su dieta alimentaria diaria.

"Hasta el momento hemos vendido más de cinco toneladas de peces, los cuales han sido comercializados en los diferentes puntos de venta del municipio donde radicamos", comentó a Xinhua.

López añadió que el trabajo conjunto entre los diferentes actores del sector privado y cooperativo en Cuba, de conjunto con las empresas estatales, es fundamental para dar un salto en el terreno de la producción de alimentos.

Recientemente el gobierno cubano aprobó un nuevo marco legal a partir del cual iniciativas como esta pudieran convertirse en pequeñas, micro o medianas empresas a mediano plazo.

VidaBum toma como centro el cultivo de la claria, para lo cual son necesarios entre siete y ocho meses, periodo en el que los peces alcanzan un peso entre los 700 y 800 gramos.

Sin embargo, desde los últimos meses experimentan con unos 24.000 ejemplares de tilapia roja, también una especie de agua dulce con altos índices de adaptabilidad a las condiciones del clima de Cuba.

Con unos 90.000 alevines atendidos en 40 estantes de concreto, el proyecto se extiende a través de un área de 450 metros cuadrados.

El administrador del proyecto, Yasmani Martínez, asegura que su modelo de emprendimiento toma como base los principios del desarrollo sustentable para un mejor aprovechamiento de los recursos.

"Queremos experimentar con el cultivo de lechuga, acelga, y cilantro, haciendo uso del agua de los peces, la cual contiene los nutrientes esenciales para la siembra de hortalizas. Nos interesa crear un ciclo cerrado", añadió.

Afirmó que su sistema de producción de alimentos está en línea con la protección del medio ambiente, en tanto armoniza la cría de peces y el cultivo de plantas en agua, conocido como hidroponía.

Con 14 trabajadores empleados, fundamentalmente mujeres, VidaBum se ha convertido en fuente de empleo para los pobladores del municipio de Cotorro.

Marena Díaz, quien trabaja como técnica en el área de alevinaje, explicó a Xinhua que esta experiencia pionera en Cuba permitirá que otros emprendimientos en el país se adentren en el mundo de la acuicultura.

"Esto es muy importante porque el pescado aporta una altísima cantidad de nutrientes al organismo además de ser muy saludable y delicioso", afirmó mientras daba de comer a un grupo de alevines en un estante techado.


"Me siento complacida con lo que hago, porque veo desarrollo y prosperidad", agregó.

Define el Ministro de Salud Pública estrategias contra la COVID-19 en Holguín (+Video). Comentario HHC

 Se  informó la entrada a la provincia de dos ambulancias nuevas y se orientó suministrar nasalferón a las embarazadas con más de 26 semanas

Portal Miranda anunció la llegada al territorio de dos ambulancias nuevas de donación. Foto: Alexis del Toro

Como una «situación compleja» definió el Ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, la situación en Holguín, donde —dijo— contener la COVID-19 no es una utopía pues la provincia tiene potencialidades que le permitirán avanzar. 

Una información publicada por el periódico Ahora, detalla que el encuentro para abordar la estrategia para contener la enfermedad estuvo presidido, además, por la viceprimera ministra Inés María Chapman Waugh, el miembro del secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Económico, Joel Queipo Ruiz, y las máximas autoridades de la provincia.

En el encuentro, se revisó el estado de los municipios de Holguín, Moa, Antilla y Cueto, a los cuales se les caracterizó como con la situación más desfavorable;  mientras que en la ciudada cabecera provincial las áreas más complicadas son Díaz Legrá, Máximo Gómez, Alcides Pino y Pedro del Toro. Para reforzar el trabajo de contención,  Portal Miranda anunció la llegada al territorio de dos ambulancias nuevas de donación.  

Entre otros aspectos, según consta en el rotativo local, el titular del sector sanitario recomendó: 

- Continuar en la identificación de deficiencias, lo cual permitirá perfeccionar la atención, agilizar los diagnósticos, clasificar adecuadamente a los infectados y frenar los contagios.

- Acelerar el proceso de vacunación en el territorio, pues no se alcanzan los ritmos pretendidos.

- Suministrar nasalferón a las embarazadas con más de 26 semanas, además de propiciarle la vacunación.
 
- Completar el personal de trabajo en todos los niveles del sistema de salud pública.

- Solucionar las fallas en la Atención Primaria de Salud y en la práctica con el uso de antibióticos, ajustando los modos de actuación al protocolo establecido. 

- Mejorar las pesquisas y encuestas epidemiológicas.

- Integrar más en las comunidades los grupos comunitarios y todos sus factores, para que apoyen la gestión de los médicos y enfermeras de la familia.  

 - Habilitar en los policlínicos un número de consultas de respiratorio que favorezca la disminución de las colas y el tiempo de espera.

- Los centros dispuestos para el tratamiento de casos positivos tienen que funcionar como centros hospitalarios y velar por la limpieza, organización, alimentación, disciplina y calidad de los servicios.

- Atender sin descuidos la opinión del pueblo.

- Sostener la recomendación del cuidado intradomiciliario como un asunto prioritario, especialmente en hogares con miembros que trabajan en zonas de alto riesgo.

 


Comentario HHC: Muy bueno que el ministro visite las provincias de manera sistemática. Se puso al frente en Matanzas cuando el rebrote de esta provincia y demostró resultados.

Pero Holguin ocupa el 7mo lugar por provincia al día de ayer en la tasa de confirmados por millón de habitantes con 911.3, si bien por encima de la media nacional de 871.0. ¿Cuándo va el Ministro a Cienfuegos que tiene una tasa de 4 046.8 y en está en ese entorno desde hace un mes?

Asombra las exhortaciones a vacunarse masivamente del ministro y sobre todo la critica en la lentitud en hacerlo, a pesar de tener todo, como ha ocurrido igualmente en otros territorios . Al parecer no se comprende de esa necesidad y la TV nacional debe insistir y explicar mas  la importancia de hacerlo.


AL FIN TENEMOS MIPYMES

21 / agosto / 2021

Por más de treinta años he leído, escrito y asistido a eventos nacionales e internacionales sobre las pymes. Me preguntaba cuánto más faltaría para poder leer la legislación que permitiría aplicarlas y utilizarlas en un país como Cuba, con enormes dificultades para producir bienes y servicios. Llegó el momento: ha sido publicada la Gaceta Oficial No. 94 Ordinaria de 19 de agosto de 2021, del Ministerio de Justicia.

En fecha tan lejana como 1998 publiqué en España el artículo “La pequeña y mediana empresa cooperativa o privada en Cuba: viabilidad o utopía”. Planteaba la necesidad de las pymes (pequeñas y medianas empresas) en la economía cubana desde una perspectiva histórica y, en segundo lugar, exploraba las potencialidades y las alternativas institucionales (forma cooperativa, capitalista, semi pública, otras formas mixtas) de este tipo de empresas en aquel contexto de reestructuración de la economía cubana.

En fecha más cercana, 2012, publiqué “El desarrollo de las pequeñas y medianas empresas en Cuba: Una necesidad impostergable”, donde ofrecía una visión de la importancia que tenía para Cuba el establecimiento de las pymes para una verdadera articulación del tejido empresarial del país. Explicaba que, además, no es algo novedoso en la realidad nacional, si se tiene en cuenta que antes de 1959 lo que prevaleció en Cuba fueron las microempresas, las pequeñas y las medianas empresas. Exponía que para que las pymes tuvieran un adecuado uso o significación en Cuba, era necesario que el Gobierno contribuyera a su articulación con el resto de la gran industria, en especial la estatal, para que recibieran el apoyo necesario; a la par, que se crearan instituciones para contribuir a su crecimiento; por ejemplo, bancos especializados o instituciones de microcrédito, entre otras.

También en 2012 escribí, junto al colega Pavel Vidal, el artículo «Apertura al cuentapropismo y la microempresa, una pieza clave del ajuste estructural». Decíamos que la categoría "trabajador por cuenta propia" era muy específica y ello frenaba la iniciativa individual. Que sería preferible una lista de categorías generales que dieran espacio a otros cuentapropistas y microempresarios. Esa lista tenía que ser lo suficientemente flexible como para adecuarse a una demanda cambiante en el tiempo y heterogénea en lo local. Afirmamos que se observaba que las actividades permitidas eran poco intensivas en conocimiento y no permitían aprovechar la inversión en educación que había hecho el país por décadas.

En 2016 publiqué "Cuba en 2030: el papel de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas en la aspiración al desarrollo". Las principales reflexiones de ese trabajo eran las siguientes:

⦁ Las actividades aprobadas por el Gobierno cubano para ejercer las actividades por cuenta propia hasta la fecha eran insuficientes y no habían tenido en cuenta el potencial profesional con que cuenta Cuba; aunque los trabajadores vinculados a estas licencias han mejorado su nivel de vida y ofrecen un servicio útil a la población y al Estado.

⦁ Cuba debe tener en cuenta la historia económica contemporánea que presenta muchas grandes empresas que fueron en su inicio microempresas, e incluso avanzaron con poca ayuda financiera porque lo sobresaliente fue el talento humano que tuvieron sus creadores. Por solo mencionar tres: Apple, Microsoft y Facebook.

⦁ Seria provechoso crear un Banco de Desarrollo u otras instituciones financieras de microcrédito, especializadas en atender el segmento de mercado de las mipymes. Debería valorarse utilizar la colaboración internacional como por ejemplo, en Latinoamérica, donde ha avanzado mucho el microcrédito para el desarrollo de las microempresas.

⦁ En la nueva ley de empresas que debe promulgarse, debe aparecer un acápite que fomente el establecimiento de conexiones entre la empresa estatal y las mipymes, de forma que estas últimas pudieran intervenir en alguna fase del proceso de producción con vistas a la exportación, en la cual los pequeños agentes privados pudieran aportar competitividad al producto final exportable.

En el trabajo comentaba que después del 8 de julio de 2016 resultaba impugnable que continuara la discusión de las perspectivas de desarrollo del país sin tomar en cuenta que el contexto del debate se estaba modificando rápidamente. Entonces ya se anunciaban restricciones económicas en el segundo semestre de 2016 que aconsejaban una discusión más realista del Plan de desarrollo hasta 2030 propuesto por el Gobierno.

No era razonable seguir asumiendo que una serie de objetivos podrán alcanzarse en quince años, cuando se conocía de antemano que era improbable contar con los recursos que sustentarían las transformaciones estructurales que tales objetivos demandan. Tampoco era sensato desconocer que una parte de esos objetivos pudieran alcanzarse con las reservas internas que pueden poner en funcionamiento las mipymes cubanas.

Insistía en ese momento (año 2016) en que el tiempo era una variable muy importante a tener en cuenta, porque se agotaba la esperanza de un grupo de cubanos de vivir en un mundo mejor.

En 2017 publiqué el artículo «Small and Medium Sized Enterprises in Cuba: A Necessary Step», en el cual me refería a la necesidad de aprobar de una vez las necesarias pymes en Cuba para el incremento de ciertas producciones. Esa urgencia se haría más evidente con la aplicación de las 243 medidas de carácter sancionador sobre la economía cubana por parte de la administración Trump, los problemas de llegada del petróleo de Venezuela, la caída de contratos de servicios médicos y finalmente la pandemia de la COVID-19.

Uno de los últimos trabajos que he dedicado al tema se publicó en 2020 bajo el título «Las micro, pequeñas y medianas empresas en el desarrollo: ¿Cuba y su espera?». Lamentaba que en el país aún no se hubieran desarrollado las pequeñas y medianas empresas, a pesar del aval político que poseen y del hecho de que, aun al estar incluidas en la conceptualización del modelo económico aprobado por el Partido Comunista de Cuba (PCC) en 2016, no tienen prioridad en la política industrial en curso.

En mi opinión, en todos estos años la aprobación de las mipymes no avanzó por conflictos ideológicos en el seno del PCC y del Estado sobre el papel del sector privado en su modelo de sociedad. El desacuerdo condujo a la inconsistencia y discontinuidad de las políticas económicas y de la obtención de los magros resultados económicos.

Como ha dicho más de una vez el colega Pedro Monreal, la legalización de las pymes privadas fue, por amplio margen, el “eslabón perdido” del programa oficial de cambios económicos en Cuba.

LA PRÁCTICA TENDRÁ LA ÚLTIMA PALABRA

Seis Decretos Leyes del Consejo de Estado y un decreto del Consejo de Ministros, diecisiete resoluciones de diferentes ministerios, serán los documentos rectores que deberán permitir los resultados que la economía cubana espera de ellos, es decir que permitan incrementar producciones de bienes y servicios. El hecho de que se hayan publicado es ya un reconocimiento de la necesidad y el aporte de estos al país.

De la lectura se pueden vislumbrar, además de los aspectos positivos, trabas aún presentes en los hacedores de política y que habían sido expuestas en años anteriores.

Solo me voy a referir al Decreto Ley 46 sobre las mipymes, dado que las otras formas no estatales (cuentapropistas y cooperativas no agropecuarias) funcionaban desde antes.

Por fin las personas naturales cubanas pueden constituir una empresa del tamaño que expresa el Decreto ley, bajo la forma jurídica de sociedad de responsabilidad limitada (SRL).

El articulo 5.4 expresa que Las mipymes como sujeto de derecho contratan bienes y servicios con los demás sujetos reconocidos en la legislación vigente, en igualdad de condiciones y les son aplicables las disposiciones vigentes en la materia. Esto es muy positivo puesto que las coloca en igualdad de condiciones.

Otro artículo interesante es el número 6, que define que las mipymes tienen, como parte de su autonomía, las facultades siguientes: exportar e importar de acuerdo con lo establecido en la legislación vigente; gestionar y administrar sus bienes; definir los productos y servicios a comercializar, así como sus proveedores, clientes, destinos e inserción en mercados; operar cuentas bancarias y acceder a cualquier fuente lícita de financiamiento; definir su estructura, plantilla y cantidad de trabajadores; determinar los ingresos de sus trabajadores respetando los mínimos salariales establecidos en la legislación laboral vigente; entre otros.

El artículo 23 define lo relacionado con el capital social y se plantea: El capital social inicial se desembolsa en su totalidad al momento de la constitución de las mipymes, que no se exige un capital social mínimo para la constitución de las mipymes, pero este debe estar en correspondencia con el nivel de actividades de las mipymes.

La constitución de estas empresas se formaliza mediante escritura pública notarial, por el socio único o por todos los socios fundadores, por sí o por medio de representante. En el caso de las personas en situación de discapacidad, con los apoyos previstos de forma voluntaria o judicial y con los ajustes necesarios en cada caso.

Las mipymes se pueden constituir por un único socio, que puede ser una persona natural o jurídica, esta última en el caso de mipymes estatales, adoptando la forma de Sociedad Unipersonal de Responsabilidad Limitada.

El artículo 48 aclara que pueden ser socios de las mipymes de propiedad privada las personas naturales residentes permanentes en Cuba, mayores de 18 años, y esto anula a las personas físicas cubanas no residentes en Cuba; es decir, a los cubanos que viven fuera; en concreto, a la emigración cubana. Niega la posibilidad a las mipymes privadas de establecerse directamente como empresas mixtas o cualquier otra modalidad similar.

Resulta interesante el artículo 49 en el cual se plantea que es incompatible con la condición de socio, cuando sea persona natural de una mipyme el ser socio de otra mipyme; y, para el caso de socios de mipymes privadas, el desempeñarse como cuadro o funcionario del Estado o del Gobierno u ocupar cargos electivos con carácter profesional en un órgano estatal.

Parece muy viable el artículo 75, en el cual se plantea que el órgano de administración de la mipyme se integra por uno o varios administradores, temporales y revocables, quienes pueden ser socios o no de la MIPYME. Es decir para ser nombrado administrador no se requiere la condición de socio, aunque si se determina en los Estatutos sociales o por acuerdo de la Junta General de Socios, la administración de la MIPYME puede ser ejercida por los mismos socios sin necesidad de nombrar administradores externos.

El artículo 88 establece que la distribución de utilidades se realiza en proporción a la participación que corresponda a cada socio o a partes iguales, es facultad de los socios determinar este derecho económico en los Estatutos sociales.

Las actividades que pueden realizar las micro, pequeñas y medianas empresas privadas, las cooperativas no agropecuarias y los trabajadores por cuenta propia son aquellas consideradas lícitas, excepto las que se encuentran reguladas en el listado de actividades no autorizadas que están dentro del Clasificador Nacional de Actividades Económicas. Es decir, hay 19 secciones de ese clasificador que tipifican las prohibiciones.

Es ahí donde creo que se dejaron de aprovechar reservas importantes de la sociedad. Existen actividades que por razones evidentes deben ser reguladas en esta etapa inicial; pero hay un grupo importantes de otras que se encuentran limitadas en exceso, con la agravante de que descartan las mayores capacidades intelectuales del país; es decir, los profesionales, los cuales tendrán que seguir pensando (sobre todo los jóvenes) en la emigración como forma de reconocimiento de su capacidad de trabajo.

En conclusión, los documentos aprobados y publicados para el desarrollo del sector no estatal de la economía son viables en el sentido de que autorizan formas no estatales que funcionaban pero no estaban legalizadas, y por tratarse de documentos muy detallados.

La práctica demostrará si lo aprobado es suficiente para que el país cambie la orientación de sus estadísticas en términos de crecimiento económico y de erradicación de deformaciones estructurales existentes.

Pero no debe dejarse de lado que la economía cubana se encuentra en un momento crítico. Los márgenes de maniobra para la toma de decisiones son en extremo limitados. Se pudo avanzar más en términos de las actividades que se permiten. Los hechos recientes del 11 de julio demuestran que el tiempo sí es un factor importante para que los reclamos populares se solucionen en el plazo más breve.

La Habana, 1960. Doctor en Ciencias Económicas desde 1998.