Por Joaquín Benavides Rodríguez*
El 9 de septiembre, Prensa Latina informo al mundo que
el sector azucarero de Cuba adoptara una nueva estructura. Según el Presidente
del Grupo empresarial AZCUBA, el cambio significara la creación de 57 empresas
agroindustriales, lo cual posibilitara la unión en cada una de las empresas las
entidades cañeras con las azucareras. Según la información la reestructuración
favorecerá la siembra de caña y otras labores para disponer de mayor cantidad
de materia prima y fabricar más azúcar y derivados.
Los resultados de la producción azucarera gestionada
por AZCUBA desde el 2011, en quien el país deposito la confianza de la
recuperación de la Industria azucarera del País, que llego a ser en algún
momento de nuestra historia una gran productora de azúcar de caña, y sin que
quiera responsabilizar a nadie en particular, puede calificarse de un desastre productivo y por
ende económico.
Al crearse legalmente, el País le entrego a AZCUBA 56
centrales azucareros y 750 mil hectáreas para el cultivo y la producción de
caña. Con esos recursos se pueden producir anualmente no menos de 4 millones de
toneladas de azúcar. La calificación de desastre la baso en que en el 2014,
tres años después de creada, la producción de azúcar fue de 1,64 millones de
toneladas; en 2015 fue de 1,74 millones; en 2016 fue de 1,69 millones y en
2017, último año en que conseguí encontrar estadísticas oficiales, la
producción de azúcar fue de 1,58 millones de toneladas de azúcar. En 4 años,
del 2014 al 2017 con los recursos
productivos en instalaciones industriales y de tierras suficientes para
producir 16 millones de toneladas de
azúcar, AZCUBA solo fue capaz de producir 6,65 millones de toneladas, el 42%.
Acerca de que paso con las 750 mil hectáreas asignadas
para el cultivo y la producción de caña, solo para un año pude encontrar cifras
confiables, el 2016. En ese año se cosecharon 421 mil seiscientos hectáreas, el
56% de las tierras asignadas para el cultivo. Dato interesante, del total de
hectáreas cosechadas, el sector estatal cosecho 4,8 mil hectáreas, el 1%. Y el
sector no estatal cosecho 416,8 miles de has. el 99%. No me fue posible
encontrar estadísticas oficiales, ni de la ONEI ni de AZCUBA, que me
permitieran esclarecer a que se dedicaron las más de 300 mil hectáreas que
supuestamente deberían ser dedicadas a producir caña. Sospecho, pero no puedo
demostrar, que hayan estado infestadas de marabú y se hayan dedicado a producir
carbón. Pero no tengo evidencias, solo sospechas.
En mi opinión es una buena decisión la que se ha
tomado de organizar nuevamente las empresas agroindustriales azucareras. Pero
eso no bastara para hacer posible que nuestra industria azucarera comience a
producir anualmente, con los medios y tierras a su disposición entre 3 y 4
millones de toneladas de azúcar. La estructura ayuda, pero no decide.
Para producir 4 millones de toneladas de azúcar por
año se necesitan no menos de 44 millones de toneladas de caña, y en el 2016 la
producción de caña fue de 18.1 millones de toneladas. Y está claro, por lo
menos para mí, que el déficit no va a estar en centrales, sino en caña para
moler. Asumo que al constituir cada empresa agroindustrial los organizadores
hayan cuidado que a cada empresa se le haya asignado la tierra suficiente para producir la caña necesaria
para la producción de azúcar y derivados que la fábrica requiere moler, que le permitan cumplir con sus compromisos
comerciales y lograr rentabilidad.
Y el déficit no será solo de caña, sino de dinero, o
sea de financiamiento. Y el financiamiento tendrá que resolverlo AZCUBA. Ignoro
cuanto es el costo actual de inversión a los precios actuales, incluido el de
la fuerza de trabajo, para fomentar una
hectárea de caña y lograr que produzca en los primeros años entre 60 y 80
toneladas por hectárea. Conozco porque sembré caña con regadío hace muchísimos
años, que hay que realizarle muchas labores a la tierra. Y el costo de
inversión por hectárea no debe ser bajo. Si además se toma en cuenta que quizás
más del 50% de la tierra a fomentar este en manos del sector no estatal
(cooperativas y productores privados), se hará más difícil que el Presupuesto del
estado pueda financiar esa inversión productiva. Sin tener en cuenta que la
agricultura tiene gastos de fuerza de trabajo todo el año y la fábrica,
contando el periodo de reparaciones, alrededor de 9 meses. Los ingresos se reciben
a la venta del producto, principalmente exportándolo y durante el resto del
tiempo hay que financiar los gastos.
Esta industria no puede funcionar eficientemente sin
un financiamiento especializado. Quizás esa sea una de las explicaciones de
porque desde el 2011 en que se creó AZCUBA ha tenido tantas dificultades para
salir adelante. Debe de haber otras pero
con toda seguridad esta sea una de ellas. No puede faltarle en ningún momento el
dinero para pagar sus gastos, sea de salarios o de compras corrientes o de
inversión. Una vez que le han aprobado sus gastos de inversión por AZCUBA la
empresa tiene que tener financiamiento para pagar su gastos internos o de
importación. No puede estar al tanto de si le entro o no le entro dinero. Tiene
por supuesto que cobrar por todo lo que vende sin que se le demore el cobro,
pero no puede estar esperando el ingreso por una mano para pagar por la otra.
La función de la empresa tiene que ser producir azúcar o derivados
eficientemente, no esperar por alguien
que le pague, endeudándose con los proveedores o los productores de caña porque
le falta liquidez. Esa función de financiar a las empresas productoras podría
ser una función que asuma centralmente AZCUBA.
El Banco Central con la autorización del Gobierno debería
crear una Institución Financiera No Bancaria dentro del esquema de AZCUBA. Si
el Banco tuviera alguna preocupación de que se le vaya de las manos, pudiera
encargar a uno de sus bancos comerciales que adquiera acciones como socio
minoritario. Pero el negocio azucarero, porque la industria azucarera, además
de una producción es un negocio, requiere financiamiento constante, tal como
debería ocurrir también con otros negocios decisivos tales como el Turismo, la
Biotecnología, el Níquel, el Tabaco y el Ron que pueden significar la vía para
que el País pueda abrirse camino en esta etapa, en el mercado internacional.
Si algo debe servir de experiencia de lo llevado a
cabo en los años 90 del Periodo Especial, es el papel que jugaron las
Instituciones financieras no bancarias, llamadas en aquella época Casas
Financieras, en la reanimación de la actividad productiva empresarial y en su
conexión con el mercado internacional. Lamentablemente solo se mantuvo operando
RAFIN, como financiera del GAE y ahí están los resultados. FINTUR también logro
sobrevivir, pero con facultades muy disminuidas. Yo recomendaría que AZCUBA
estudiara a fondo cómo funciona el esquema financiero y productivo del GAE, que
incluye a RAFIN como su entidad financiera no bancaria. Ha pasado la prueba del
tiempo, y aunque el enemigo lo critica, y algunos que no lo son, también lo
hacen por desconocimiento, se ha convertido en una fortaleza importante de
nuestra economía. Ha aprendido a utilizar financiamiento extranjero y a
administrar un importante sistema empresarial que abarca varias ramas de la
economía.
Las Instituciones financieras no bancarias no son
bancos. Su dinero circula a través de los bancos, pero el banco donde tenga sus
cuentas en moneda nacional y también extranjera debe respetarles sus saldos. El
órgano de planificación no administra esos fondos. Fija su contribución al
presupuesto. Cumplir con eso si tiene que ser prioridad. El compromiso con el
País por encima de cualquier otra obligación de la empresa.
AZCUBA pudiera comercializar productos de la industria
azucarera cubana por valores superiores a los mil millones de dólares anuales. Con
ello una buena administración financiera, no tendría mayores dificultades para
garantizar la obtención de financiamiento de inversores extranjeros y también de
bancos cubanos para toda la actividad
productiva de las 56 empresas agroindustriales; también de las inversiones que les sean aprobadas para el
desarrollo de esa importantísima industria. La Inversión Extranjera en la
industria azucarera por sí sola, sería capaz de hacer renacer además de la actividad
industrial de AZCUBA, también la del resto de la industria nacional, estatal y
también privada que produce para ella, y en especial la agricultura cañera
estatal, cooperativa y de pequeños productores privados, requeridos de
financiamiento para invertir y con ello lograr altos rendimientos cañeros.
Sería muy importante que al menos para las operaciones
internacionales de importación y exportación de AZCUBA y también para las otras
importantes exportadoras cubanas, el Banco Central lograra fijar una tasa
oficial de cambio que fluctué diariamente para esas empresas, según el mercado
internacional de divisas, de tal forma que estas empresas no tengan que operar
con dólares, sino que al recibir divisas por sus exportaciones el banco se las
cambia a la tasa del día y le deposita en CUP en su cuenta el resultado de las
exportaciones. Asimismo, cuando requiera dólares u otra moneda extranjera para
sus importaciones, le compra las divisas al banco a la tasa del día y
transfiere al extranjero para pagar sus importaciones u otros pagos que tenga
que realizar. El Banco, y también el Gobierno tendrían que garantizar que este
esquema funcionara así. El Banco manteniendo una tasa oficial, que sea real
para las empresas exportadoras tanto para vender divisas como para comprarlas y
que siempre que las empresas vayan a comprar moneda extranjera a la tasa
oficial, el banco tenga divisas para vendérselas. Las ¨gallinas de los huevos
de oro¨ del País son sus exportadoras. Para no matarlas y perder los ¨huevos de
oro¨, el Banco y el Gobierno tienen que cuidar esas ¨gallinas¨para que puedan comprar
con su moneda nacional, a la tasa del día, las divisas que requieren para
producir sus exportaciones.
No tengo dudas de que con un esquema como este,
nuestra Industria Azucarera puede llegar a producir entre 3 y 4 millones de
toneladas de azúcar anualmente, a partir de los instalaciones industriales y
las tierras asignados por el País a AZCUBA. Lograrlo se convertiría en un
verdadero objetivo estratégico de la economía cubana
20/09/2021
*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte