"La edificación de la nueva sociedad en el orden económico es también un trayecto hacia lo ignoto". RCR
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lunes, 27 de septiembre de 2021
¿Sería pacífica? una manifestación contra la apertura del turismo en Cuba en noviembre 2021
La economía cubana en 2021: entre la pandemia y el bloqueo (III)
Por Dr José Luis Rodríguez
V
Se trata de la Tarea Ordenamiento, diseñada con el propósito de avanzar en el unificación monetaria y cambiaria del país –luego de una dualidad vigente desde el verano de 1993-,[2] con el objetivo de lograr las transformaciones del sistema de dirección de la economía que permitan su funcionamiento con un mayor nivel de eficiencia, requisito indispensable para lograr el desarrollo previsto. El impacto macroeconómico principal esperado con esta política debe resultar en un estímulo a las exportaciones y frenar las importaciones, efecto que se alcanzará solo a mediano plazo.
Se partió así de llegar a un sistema de medición de la economía cubana que reflejara -de forma realista- la verdadera magnitud de los valores creados en la producción y los servicios, ajustando la tasa de cambio frente a otras monedas –en este caso, el USD-, para llegar a una situación en la que se pueda conocer el verdadero poder de compra del peso cubano (CUP).
De este modo, la reunificación monetaria y cambiaria que se desarrolla a partir del 1º de enero de 2021 vino precedida de varios años de análisis, con la elaboración de diversos modelos que tomaban en cuenta el costo de este ajuste a corto plazo y que incluyeron elementos compensatorios para enfrentarlo. Con ese objetivo, se partió de elevar los ingresos de la población –por la vía de los salarios y las pensiones-, unido a la eliminación de subsidios generalizados y gratuidades no sustentables, lo que en un proceso de cambios estructurales paralelo, debía asegurar un nivel de gestión descentralizada en las empresas estatales y un encadenamiento productivo con el sector no estatal, para lograr un crecimiento suficiente de la productividad del trabajo, con el fin de equilibrar los ingresos que se anticiparon como compensación del ajuste, generando –simultáneamente- una redistribución de la riqueza existente, para estimular una gestión económica más productiva en el futuro.
Lógicamente, esta dinámica demandaba de un período de tiempo para desarrollarse, pero eso no se correspondió con las expectativas que se crearon en la población y también en un grupo de empresarios.
En efecto, las expectativas de la población con el ajuste monetario y cambiario se centraron –mayoritariamente- en que con el mismo se reducirían los precios en CUC y mejoraría la situación económica en lo inmediato, sin tomar en consideración el costo de esta operación a corto plazo y sin reconocer claramente que solo mediante una mayor eficiencia económica –que tomaría un tiempo lograr- se produciría más y a menores costos y precios.
Por otra parte, iniciar el proceso de ajuste monetario en las condiciones del 2021 fue una decisión audaz, pero muy riesgosa, ya que la misma se implementaría en una situación marcada por un fuerte desequilibrio de la economía nacional que precedía la aplicación del ajuste. Ciertamente era una decisión impostergable para que funcionasen los estímulos económicos, si se quería que la economía cubana avanzara sólidamente, sobre bases más apegadas a la realidad y pudieran llevarse a cabo los cambios estructurales indispensables para ello.
Sin embargo, esta estrategia se desplegó –además- bajo el impacto negativo imposible de predecir- de la COVID 19, en un contexto de un bloqueo económico acrecentado y una crisis económica internacional no superada, lo que provocó una caída del 0.2% del PIB ya en el 2019 y del 10.9% durante el 2020, A esto se añadió un primer semestre del 2021 donde no se ha logrado controlar la pandemia y la economía ha decrecido un 2%.
En medio de estas difíciles circunstancias, se han rectificado y corregido diversos efectos de la Tarea Ordenamiento, pero quedan también todavía importantes ajustes que deben llevarse a cabo para reducir los costos del ajuste monetario y cambiario a corto y mediano plazo.[3]
Reforzando este proceso, en abril se aprobó un conjunto de 63 medidas dirigidas a fortalecer la producción de alimentos y la distribución de los mismos, las que dan continuidad a los ajustes en la política agraria que se han derivado de la Tarea Ordenamiento.[4] También a partir de agosto se aprobó una mayor flexibilización en la comercialización de los productos agropecuarios.
Otra medida de singular importancia ha sido la aprobación por parte del Ministerio de Economía y Planificación de 43 medidas para aumentar la eficiencia de la empresa estatal. En este sentido, se destaca la Resolución 115, de este año 2021, que trata de las bases generales para el perfeccionamiento del sistema de asignación de liquidez del Plan de la economía nacional. Esta normativa se rige “…por los principios de dotar de mayor autonomía a las entidades para que gestionen las divisas y asuman la responsabilidad por sus resultados económicos y productivos.” Las retenciones por las entidades llegan hasta el 100% de la divisa ingresada.[5]
Más recientemente se anunció igualmente el inicio del proceso de constitución de las MPYMES (Micro, pequeñas y medianas empresas) en el país a partir del mes de septiembre, decisión que también debe contribuir a una mejor conducción de la economía, tanto en empresas estatales como no estatales.
Un impacto positivo de la Tarea Ordenamiento se ha registrado en el aumento de las solicitudes de empleo y hasta mayo se habían incorporado al trabajo 122 877 personas y de ellas un 50% aproximadamente, en el sector no estatal.[6]
No obstante, se mantiene deprimida la actividad de los trabajadores por cuenta propia y también en parte del sector estatal debido al efecto de la pandemia y de algunas restricciones que aún subsisten.
VI
Las tensiones de la economía que se incrementaron a lo largo del primer semestre del año, unido al aumento de las agresiones de todo tipo –especialmente a través de las redes sociales- promovidas por el gobierno estadounidense, motivaron el estallido de una serie de desordenes sociales el domingo 11 de julio, fenómeno que intentó capitalizar la contrarrevolución externa e interna con el fin de destruir la Revolución.
Los sucesos del 11 de julio de 2021 resultaron semejantes –en múltiples aspectos- al estallido social del 5 de agosto de 1994 en La Habana, el que fue neutralizado por el Comandante Fidel Castro basándose en la movilización del pueblo para enfrentar a aquellos que pretendían destruir la Revolución, en un momento extraordinariamente difícil por la crisis del Período especial producto de la desaparición del campo socialista en Europa.
No obstante, la situación enfrentada en este verano, resulta más compleja por diversos factores comenzando por los efectos de una pandemia inédita, que llevaba golpeando la sociedad cubana por más de 17 meses y un bloqueo que alcanzó su máximo nivel de presión contra Cuba en el verano del 2021. También habría que añadir la ya mencionada intensificación de la campaña de agresiones a través de las redes sociales contra la población, a través de las redes sociales, -inexistentes en 1994- y que fomentaron el desorden y el odio sistemáticamente desde el pasado año 2020.
Otros factores objetivos se añadieron a lo anterior. En tal sentido, destacan un mayor segmento de la población fuertemente afectada por la coyuntura económica presente, donde se arrastran consecuencias no superadas del propio Período especial, tales como la situación de la vivienda –con un mayor déficit habitacional-; una mayor desigualdad en la distribución de ingresos en la población; un deterioro en la atención institucional a los segmentos más vulnerables de la población y un incremento de la pobreza en la sociedad. Junto a lo anterior, existen muestras del deterioro de la capacidad de movilización política de las organizaciones políticas y de masas.
Al examinar los acontecimientos del 11 de julio, el presidente Díaz Canel señalaba, junto a la denuncia de la agresión externa: “Nada de esto que denunciamos hoy nos aparta de la necesaria autocrítica, de la rectificación pendiente, de la revisión profunda de nuestros métodos y estilos de trabajo que chocan con la voluntad de servicio al pueblo, por la burocracia, las trabas y la insensibilidad de algunos que tanto dañan. Hoy vengo a reiterar el compromiso de trabajar y exigir por el cumplimiento del programa que nos hemos dado como Gobierno y como pueblo, revisado a la luz de los posibles errores de estos años de presiones intensas, particularmente, los dos últimos.”[7]
Frente a la actual coyuntura, será preciso estudiar y trabajar de inmediato sobre los factores que llevaron a la actual situación, para tomar rápidamente las decisiones indispensables con vistas a corregir los errores cometidos y brindar una respuesta concreta a los reclamos legítimos de la población.[8]
A modo de conclusiones y en lo que resta del año –además de lograr un control y reducción del impacto de la COVID 19- será preciso emprender otras acciones para iniciar la recuperación de la economía luego de la caída del PIB en 2019, 2020.y el primer semestre de este año.
En una coyuntura en la que se requiere unir todos los esfuerzos posibles para avanzar, algunas cuestiones merecen la mayor atención y entre ellas se pueden destacar las siguientes.
- Es preciso –tomando en cuenta su alcance y complejidad- un espacio de mayor discusión de la Tarea Ordenamiento con los actores económicos y con la población, para lograr un consenso de apoyo indispensable a las decisiones económicas adoptadas mediante su explicación razonada y autocrítica cuando sea necesario.
- Tomando en cuenta los niveles de rectificación posibles que se han registrado en los precios y las medidas que ha sido necesario adoptar, se impone una revisión a fondo de las fichas de costo y rentabilidad que se han diseñado, especialmente en el caso de las que se han elaborado descentralizadamente. Resulta así indispensable poner en práctica un programa que permita frenar la elevada tendencia inflacionaria que se observa y diseñar mecanismos necesarios para proteger a la población ante el alza desmedida de los precios.
- Como parte del ordenamiento necesario de la economía cubana a corto plazo, se requiere una revisión de la política inversionista y su efectividad en términos de su rentabilidad y recuperación del capital invertido. Se impone la priorización inmediata de las inversiones en la producción de alimentos y en el sector energético.
- También como parte del ordenamiento económico, es preciso examinar en el más breve plazo posible, la factibilidad de un proceso de reordenamiento y renegociación flexible de la deuda pública y de la deuda externa, para recuperar la capacidad de obtención de financiamiento interno y externo para el país.
- Considerando el nivel de afectación de las cuentas de ahorro en CUP producto de la devaluación de la moneda, deben aplicarse en lo inmediato medidas que estimulen nuevamente el ahorro mediante tasas de interés apropiadas, así como la venta de bonos de deuda pública a personas naturales, con rendimientos adecuados, dirigida especialmente a los ahorristas.
- Resulta conveniente ampliar las posibilidades de empleo de elevada calificación mediante la creación de cooperativas, particularmente en el sector no agropecuario.
- En general, se requiere una mayor agilidad en la implementación de las decisiones adoptadas, a corto plazo, eliminando todo tipo de obstáculos y trabas burocráticas con ese fin.
- Por último, resulta indispensable monitorear y actuar sobre la situación del segmento de población vulnerable y de menores ingresos con vistas a asegurar su atención emergente en las actuales circunstancias.
La Revolución cubana ha logrado avanzar y enfrentar con éxito todo tipo de agresiones externas y también ha podido superar errores e insuficiencias inevitables en un proceso de desarrollo tan complejo como en que comenzó nuestro país desde 1959.
Las enseñanzas de Fidel para las generaciones actuales pueden encontrarse en sus múltiples alocuciones y discursos, pero quizá ninguno tenga tanta validez para el presente como el pronunciado el 17 de noviembre del 2005, cuando señaló: “Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo.” (…) ¿Puede ser o no irreversible un proceso revolucionario?, ¿cuáles serían las ideas o el grado de conciencia que harían imposible la reversión de un proceso revolucionario? Cuando los que fueron de los primeros, los veteranos, vayan desapareciendo y dando lugar a nuevas generaciones de líderes, ¿qué hacer y cómo hacerlo? Si nosotros, al fin y al cabo, hemos sido testigos de muchos errores, y ni cuenta nos dimos.” (…) “Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra.”[9]
Septiembre 2021.
[1] Este trabajo se apoya en el “Resumen sobre la evolución de la economía mundial en el primer semestre de 2021” Agosto de 2021 www.ciem.cu
[2] Desde el verano de 1993 se implantó en Cuba la circulación de dos monedas: el peso cubano (CUP) y la moneda libremente convertible (básicamente el USD), a lo que se añadió en 1994 el peso cubano convertible (CUC) con un valor equivalente al dólar norteamericano. Esta decisión se adoptó para evitar una fuerte devaluación de la moneda nacional (CUP) en medio de la crisis del Período especial y tuvo un impacto positivo en el corto y mediano plazo, pero su extensión en el tiempo acabó por crear múltiples problemas para la dirección de la economía.
[3] Ver CUBADEBATE “Cuatro meses de ordenamiento monetario en Cuba. Ajustes y correcciones” Mayo 5 2021 www.cubadebate.cu
[4] Ver CUBADEBATE “En detalles nuevas medidas para potenciar la producción de alimentos” Abril 14 2021 www.cubadebate.cu
[5] Ver MEP “Resolución 115 del Ministerio de Economía y Planificación en vigor” www.mep.gob.cu
[6] Ver ACN “Destacan efectos positivos del Ordenamiento Monetario en el ámbito laboral” Junio 10 2021 www.acn.cu
[7] Ver “Discurso de Díaz Canel en el acto de reafirmación revolucionaria en la capital cubana” Julio 17 2021 www.tribuna.cu
[8] Múltiples trabajos se han venido publicando sobre los desórdenes del 11 de julio. En tal sentido puede consultarse la grabación de la Mesa Redonda que registró el encuentro del presidente Díaz Canel con los periodistas cubanos, transmitida el 24 de agosto del 2021, la que puede verse en www.presidencia.gob.cu . También resultan de interés las reflexiones de la destacada periodista Rosa Miriam Elizalde en el trabajo “Lo que no dicen de Cuba” Julio 13 2021 www.cubadebate.cu y el trabajo “Debate en torno a los hechos del 11 de julio: Desafíos sociales y políticos” 12 de agosto de 2021 www.cubadebate.cu
[9] Ver Fidel Castro “Discurso del 17 de noviembre del 2005” http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f171105e.html
Los futuros posibles: El camino del estancamiento y la cultura (III y IV)
Por: Agustín Lage Dávila
En la nota de la semana pasada (septiembre 13) retomábamos la idea de los tres caminos posibles por los que podría transitar nuestro futuro:
- El camino de la ingenuidad.
- El camino del estancamiento.
- El camino de la cultura.
Y profundizamos un poco (en la medida en que lo permite el espacio limitado) en el primero de ellos: El camino de la ingenuidad.
Como prometimos, vamos ahora a comentar otro futuro posible, el que nos llevaría por el camino del estancamiento, hacia la exclusión del sistema mundial.
Hablábamos la semana pasada de “ingenuidades” que nos pueden inducir a transitar hacia una economía privada, concentradora de la riqueza, que sobrepase y margine la economía estatal socialista, que es la que principalmente distribuye riqueza. Pero sucede que también vemos actitudes ingenuas en el otro extremo, el de la inmovilidad y la suspicacia ante cualquier posible transformación.
Estas actitudes no están entre los aspirantes a “hombres de negocio” y sus ideólogos, sino entre los burócratas. Conducen al riesgo de intentar resolverlo todo con más regulaciones administrativas y más controles, sin salir nunca de la “zona de confort” de cada organización. Se llega así a una manera de pensar y actuar en la que los procedimientos acaban siendo más importantes que los objetivos, y se acepta posponer o limitar objetivos a cambio de ser estrictos en el cumplimiento de los procedimientos establecidos. Así se lleva a la sociedad, paso a paso, hacia el abandono de objetivos audaces y sueños visionarios. Exactamente lo contrario de la actitud revolucionaria.
¿Cómo sería el futuro si limitamos las iniciativas económicas y sociales al cumplimiento de las orientaciones que vienen “de arriba”? ¿Qué ocurriría en el mediano plazo si insistimos en sustituir o sancionar inmediatamente al directivo que implementa una estrategia que finalmente fracasa y le cerramos así los caminos a la exploración audaz de alternativas dentro de la Revolución? Los cuadros con más iniciativas son los que tienen más probabilidades de emprender alguna que contenga errores. Es casi una ley de la aritmética. La obsesión de normarlo todo conduce a un ambiente de “riesgo asimétrico” en el que emprender una iniciativa—que casi siempre contiene incertidumbres—es mucho más riesgoso que no emprender ninguna.
¿A dónde conduce la presión por cumplir con decenas de normas, prohibiciones y controles en asuntos puntuales, si se hace a expensas de limitar el pensamiento y las iniciativas en los procesos esenciales? ¿Cómo podría ser posible motivar a los jóvenes a soñar sobre Cuba, en un ambiente de este tipo?
En una empresa, como en cualquier organización humana, a partir de determinado grado de complejidad —y la economía moderna tiene mucha—la suma de la optimización de las partes no es equivalente a la optimización del todo. La conquista de los objetivos grandes, de los que depende el crecimiento de la economía empresarial y nacional, frecuentemente implica que determinados componentes del proceso funcionen de manera sub-óptima. ¿A dónde conduce la obsesión de normar y controlar por separado, a veces desde varios órganos controladores diferentes, cada uno de los subsistemas y procesos de la vida empresarial?
Retomando la visión desde las ciencias naturales, los médicos (como es el caso del autor de esta nota) conocemos muy bien que existen agresiones externas a la salud—principalmente los gérmenes patógenos—en las que una robusta respuesta inmune nos defiende; pero también existen situaciones en las que una respuesta inmune excesiva, supuestamente protectora, conduce a la autoagresión que daña los tejidos sanos. Son las llamadas enfermedades autoinmunes, que pueden ser mortales. El enemigo conoce también esta analogía, y con frecuencia la intención de sus agresiones es precisamente provocar nuestra sobrerreacción.
Ya ha sucedido previamente. En la Unión Soviética, después de décadas de crecimiento económico, de sobrepasar en los años 1950 y 1960 los índices de crecimiento de los países capitalistas desarrollados, y lograr realizaciones industriales admirables; en la década de 1970 la economía empezó a dar señales de estancamiento. Entre 1979 y 1982 la producción industrial se contrajo 40 %. La rígida planificación central y los métodos administrativos de dirección vertical limitaron el impacto de la ciencia y la tecnología en la producción.
Ya desde 1965 Che Guevara escribía en una carta a Fidel: “La técnica ha quedado relativamente estancada en la inmensa mayoría de los sectores económicos soviéticos [...] En la Academia de Ciencias de ese país hay acumulados centenares, tal vez miles de proyectos de automatización que no pueden ser puestos en práctica porque los directores de las fábricas no se pueden permitir el lujo de que su plan se caiga durante un año, y como es un problema de cumplimiento del plan, si le hacen una fábrica automatizada le exigirán una producción mayor, y entonces no le interesa fundamentalmente el aumento de la productividad”.
Fidel Castro, en sus entrevistas con el periodista Ignacio Ramonet, hizo la siguiente observación: “Lo curioso es que la Unión Soviética era el país que más centros de investigación creó, mas investigaciones llevó a cabo y, excepto en la esfera militar, el que menos aplicó en su propia economía el caudal de invenciones que desarrolló”.
En el siglo XX, el hermoso ideal moral del comunismo se vio erosionado por la disfuncionalidad de un modelo económico de dirección vertical administrativa y planificación rígida, que se adaptó mal a los rápidos cambios tecnológicos. La planificación material centralizada, eficaz en la economía industrial del siglo XX, dejó de funcionar en la economía de alta tecnología, flexible y dinámica que exigía el siglo XXI.
El estancamiento, que sacrifica objetivos de desarrollo en aras de la rigidez de los controles es otro de los futuros posibles. El riesgo es incluso mayor ahora que en los años en que Fidel y el Che hicieron sus observaciones, porque los cambios tecnológicos son más rápidos en el siglo XXI y la globalización de la economía implica la urgencia de ser competitivos e interconectados a escala global.
La apuesta ingenua a más regulaciones y más controles introduciría un freno a la construcción de conexiones económicas con otros países (imprescindibles, aunque reconocidamente riesgosas) y reforzaría el aislamiento y la exclusión de Cuba del sistema económico global. El bloqueo del gobierno estadounidense contra Cuba está explícitamente diseñado para aislar y excluir.
En la dinámica de la globalización, el retraso no es siempre consecuencia de que un país sea “explotado” económicamente. También ocurre como consecuencia de que un país sea “excluido” de la economía global. Y estar desacoplado de la economía global significa estar desacoplado del futuro.
El estancamiento es otro “futuro posible”. Por ese camino podríamos mantener la equidad social y la soberanía nacional durante un tiempo, pero no alcanzaríamos la prosperidad. Si esto ocurriese, el estancamiento de la economía abriría la puerta, en el plano ideológico, a la desconfianza de las nuevas generaciones en el sistema socialista y a la creencia espuria de que las desigualdades sociales son un precio necesario para la dinámica del crecimiento económico.
Del peligro de transitar por ese camino alertó también el recién concluido 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba al expresar en su Informe Central que: “[...] es ineludible provocar un estremecimiento de las estructuras empresariales desde arriba hacia abajo y viceversa, que destierre definitivamente la inercia, el conformismo, la falta de iniciativas y la cómoda espera por instrucciones desde los niveles superiores”.
¿Y entonces…? ¿Cómo evitar al mismo tiempo la ingenuidad de las concesiones y el estancamiento auto-excluyente?
No espere ningún lector que el autor de esta nota caiga en la arrogancia de pretender tener soluciones a este complejo dilema; pero de todas formas, y humildemente, algo intentaremos decir en la nota de la semana próxima
El camino de la cultura
En las tres notas precedentes a esta hablamos de los tres caminos posibles por los que podría transitar nuestro futuro:
- El camino de la ingenuidad.
- El camino del estancamiento.
- El camino de la cultura.
Y describimos los dos primeros (ingenuidad o estancamiento), opciones extremas que contienen oportunidades y riesgos bien diferentes.
Ahora intentaremos describir el tercero: El camino de la cultura, que es el único que nos puede llevar hacia el país posible que queremos los cubanos. No es un punto medio entre los anteriores, es la superación de la disyuntiva.
¿Cómo lo encontramos? No espere nadie aquí “recetas”. Dijo un poeta que “se hace camino al andar”, pero eso no significa caminar sin rumbo. Hay que “andar” y explorar, pero siempre con una brújula que no puede ser otra que la cultura y los valores construidos por los cubanos durante siglos.
Al escoger los caminos, a través de los muy diversos problemas concretos y decisiones posibles que surgen cada día, se expresan cuatro balances esenciales subyacentes:
- ¿Cuál es el balance adecuado entre eficiencia económica y equidad social?
- ¿Cuál es el balance adecuado entre centralización y flexibilidad adaptativa?
- ¿Cuál es el balance adecuado entre gradualidad y urgencias?
- ¿Cuál es el balance adecuado entre aceptación audaz de riesgo y prevención responsable de las consecuencias?
Los cubanos nos situamos con nuestras actitudes ante cada problema concreto, en uno u otro extremo de estas polarizaciones, o en el elusivo justo medio. El camino que tomemos en estas encrucijadas dibujará nuestro futuro.
Finalmente, ¿habrá que escoger entre eficiencia con desigualdades o justicia social con carencias materiales? ¿Habrá que escoger entre la planificación rígida que sacrifica la creatividad en aras del ahorro a corto plazo, y la descentralización amplia de la gestión que permite explorar alternativas de crecimiento pero que a su vez puede abrir espacios para el despilfarro y la corrupción?
La buena noticia es que esas dicotomías pueden ser superadas. Son falsas disyuntivas, pues el balance óptimo está mediado por la cultura, en su más amplio sentido, ético, y jurídico; y también depende del desarrollo científico y tecnológico.
Someternos a la tiranía de esas disyuntivas sería aceptar una visión escéptica de nuestra cultura.
Comencemos a explorar el país que queremos a partir de la Constitución de la República. Ella nos describe con claridad los objetivos al establecer, en su Articulo 13 que “el Estado tiene como fines esenciales: encauzar los esfuerzos de la nación en la construcción del socialismo…; mantener y defender la independencia, la integridad y la soberanía de la patria…; garantizar la igualdad efectiva en el disfrute y ejercicio de los derechos, y en el cumplimiento de los deberes...; promover un desarrollo sostenible que asegure la prosperidad individual y colectiva, y obtener mayores niveles de equidad y justicia social...¨
Es un futuro hermoso y es alcanzable. Pero es la cultura la que tiene que hacerlo posible. Una revolución es siempre y esencialmente una conquista de la cultura, que ensancha el espacio de lo posible. Martí, refiriéndose a nuestra revolución independentista, lo alertaba así en carta a Máximo Gómez en 1884: “Si la guerra es posible………., es porque antes existe, trabajado con mucho dolor, el espíritu que la reclama y la hace necesaria…”
Se hace camino al andar pero, aunque existan inevitables incertidumbres sobre los métodos concretos, hay que saber bien a donde queremos llegar. Estamos viviendo un momento de mucha creatividad legislativa. Basta ver un periódico o un noticiero para apreciarlo. Mucho habrá que elaborar y rectificar, pero hay algunas verdades esenciales de las que podemos partir:
- Tenemos que lograr una economía solidaria, que distribuya de manera equitativa el producto del trabajo. Solamente la equidad garantizará la unidad nacional, y solamente la unidad (o el consenso mayoritario) garantizará la soberanía. Y no se trata solamente de igualdad de derechos, que es el punto de partida, sino también de igualdad sustantiva en el acceso real de todos al producto del trabajo social.
- Tiene que ser una economía en lo fundamental en manos del Estado, que es el garante de la equidad distributiva. El mercado siempre construye desigualdades: nunca ha generado equidad en ninguna parte y menos aún lo haría en Cuba. Es la propiedad social la que permitió acumular los recursos para la inversión en educación, salud y ciencia que se ha hecho. Con impuestos solamente no puede lograrse, especialmente partiendo de una economía subdesarrollada.
- Tiene que ser una economía tecnológica, que genere bienes y servicios de alto valor agregado, y tenga capacidad de asimilar tecnologías avanzadas, y también crearlas a partir de la investigación científica; y que demande una fuerza de trabajo de elevado nivel técnico y cultural.
- Tiene que ser una economía nacional conectada con la economía mundial, y competitiva a escala global porque la globalización es una consecuencia objetiva e irreversible del desarrollo de las fuerzas productivas.
- Pero al mismo tiempo tiene que conservar soberanía y capacidad de maniobra endógena para poner la economía al servicio de objetivos sociales, y tendremos que aprender a manejar creativamente esa contradicción. El capitalismo global sigue siendo esencialmente depredador.
- Tiene que ser una economía eficiente en sus empresas, pero al mismo tiempo capaz de sostener un sector presupuestado grande que garantice los “bienes comunes” (la salud, la educación, la seguridad social, la cultura) que están y deben seguir estando fuera del campo de las transacciones mercantiles. No son mercancía, y no deben serlo.
- Tiene que ser una economía con amplio margen para la iniciativa y la exploración en las empresas, cuyo espacio es mayor mientras mayor es el desarrollo tecnológico; pero al mismo tiempo debe ser conducida por una planificación que permita trascender la “racionalidad empresarial” de las ganancias a corto plazo, y guiar las decisiones mayores por una “racionalidad social”. No puede basarse en una planificación totalizadora y centralizada, sino una que garantice un nivel básico de racionalidad en la distribución de los ingresos, en la estructura del empleo, en las inversiones mayores y en la relación con el medio ambiente, y al mismo tiempo contenga espacios para la exploración adaptativa.
- Nuestra planificación deberá ser capaz de manejar relaciones probabilísticas entre las acciones y los resultados, superando el viejo determinismo de la planificación mecánica. Muchas de las decisiones de la economía acelerada, tecnológica y globalizada del siglo XXI generan probabilidades, no certezas. Esto no es una razón para abandonar la idea de la planificación, sino todo lo contrario, una evidencia más de su importancia y de la necesidad de su perfeccionamiento con bases científicas. La tarea es construir y enriquecer el contexto jurídico y metodológico de esa planificación, dentro del cual pueda desplegarse una cultura de creatividad y exploración.
El gran reto ante una economía socialista es (siempre lo ha sido) lograr desacoplar en las motivaciones del individuo, su interés por el trabajo y su creatividad; del interés por la ganancia privada inmediata. Y eso depende directamente de la cultura construida. Ya tenemos un trecho andado en ese camino.
La ciencia, y los productos y servicios de alta tecnología que ella genera tienen que garantizar un alto valor agregado que sustente prosperidad en una población pequeña y de alta edad promedio como es la de Cuba; y tienen que garantizar los excedentes económicos que financien un sector presupuestado grande, custodio y distribuidor de los bienes comunes. La ciencia tiene que funcionar también como arma de defensa de la soberanía, creando condiciones ventajosas en las necesarias negociaciones internacionales de las que, como consecuencia de la globalización, depende cada vez más la eficacia de nuestra economía interna. Sobre eso volveremos en la nota de la semana próxima.
La cultura, y la conciencia social que ella genera, tienen que garantizar alta motivación y creatividad en el trabajo dentro de las entidades de propiedad social, y tienen que garantizar también un elevado rechazo a las desigualdades sociales. El umbral del rechazo a las desigualdades en la sociedad cubana es bajo, fruto cultural de la conciencia creada por el proceso revolucionario, y hay que mantenerlo así.
Las actitudes sociales de los cubanos tendrán que vincular el tiempo libre principalmente al disfrute de la cultura y no al consumo material superfluo. La conexión entre tiempo libre y consumo no tiene nada de natural: es una conexión construida por la propaganda alienante de la sociedad capitalista.
La construcción permanente de conciencia social (que en Cuba llamamos “Batalla de Ideas”) no se puede descuidar. No podremos ganar la batalla económica si no ganamos al mismo tiempo la batalla de las ideas, precisamente porque queremos construir una economía culta, liberada de la tiranía de la explotación del trabajo ajeno y las leyes del mercado. Y necesitamos construirla en un mundo de intensa y creciente circulación de ideas e imágenes, todavía dominado por quienes detentan el control de los medios globales de comunicación, que operan en función de los valores del capitalismo.
La visión de una nación es esencialmente un proyecto de convivencia humana. Y el proyecto socialista cubano es realizable. Armados con esa convicción, a veces solamente armados con eso, sucesivas generaciones de cubanos han defendido la soberanía y la justicia, que no existen una sin la otra.
Ahora tenemos algo más. Seis décadas de construcción revolucionaria nos muestran que ese futuro se puede conquistar.
Pero no surgirá de las leyes espontáneas de la competencia y el mercado que, aunque parezcan “racionales” localmente y a corto plazo, solamente generan más desigualdades y nuevas dependencias. Y tampoco surgirá del intento fútil de regularlo todo y controlarlo todo cerrando los espacios a una experimentación económica que es imprescindible, porque el mundo real siempre contiene incertidumbres.
En la coyuntura mundial actual, muchos países intentan redefinir sus visiones del futuro y sus trayectorias. El futuro contiene incertidumbres y exigencias de creatividad para todos. En muchos países hay experiencias que estudiar, pero no podemos copiar a nadie. La trayectoria histórica de Cuba y el contexto geopolítico que nos rodea es muy especial, y debemos entenderlos bien, para escoger bien.
Habrá exploraciones, avances y retrocesos, diversidad de opiniones, polémicas y críticas. Bienvenidos sean. Han existido siempre en todos los procesos de transformación en la Historia, y también aquí.
Pero tendrán que ser dentro del apego a la soberanía nacional y la justicia social. Sepamos que no vivimos en el planeta Marte. También existen los enemigos, de dentro y de fuera, que intentarán utilizar nuestras polémicas y nuestras deficiencias para erosionar las bases de nuestro ser como nación y como proyecto social.
Y cuando lo intenten, encontrarán los puños del pueblo.
Nancy Pelosi aduce que el capitalismo no ha funcionado en EEUU y compara el 6-E con el 11-S
Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada Nancy Pelosi, polémica lider de la Cámara de Representantes, hoy de mayoría demócrata, a sus 81 años –tres años mayor que el presidente Biden– se ha vuelto más combativa que de costumbre y ha adoptado posturas que incendian las galerías. En fechas recientes, el hijo del muy polémico especulador George Soros, Alexander, de 35 años, publicó un tuit que hizo volar la imaginación centrífuga en Estados Unidos al compartir una foto con su padre y Nancy Pelosi: ¡Confiamos en Pelosi! (https://bit.ly/3i5ElVY). Ocho días después del hierático tuit, la aguerrida Pelosi apareció en Chatham House (https://bit.ly/3o80UNF), meca de la anglosfera, donde abordó tres temas incandescentes: la disfuncionalidad del capitalismo en Estados Unidos, la toma del capitolio el 6 de enero y su advertencia de no romper los acuerdos de Gran Bretaña con Irlanda del Norte –donde los católicos ya son mayoría (https://bit.ly/3CL9mX9). El viaje de Pelosi a Gran Bretaña se debió a una reunión de los líderes de los parlamentos del G-7, donde aprovechó encontrarse con estudiantes de la Universidad de Cambridge y funcionarios británicos, además de su polémica conferencia en Chatham House. En forma asombrosa, Nancy Pelosi sentenció que el capitalismo no había servido a la economía de Estados Unidos como debería, por lo que necesitaba ser mejorado, pese a que el capitalismo es nuestro sistema económico (https://wapo.st/3kGyYOX). Quizá Nancy Pelosi, como los Soros padre e hijo, estén muy preocupados del gran avance del socialismo, con sus propias características del Partido Comunista Chino, que en la economía como en varios rubros del high tech llevan un avance descomunal desde el 6G, pasando por sus hazañas en el espacio, hasta su liderazgo en la inteligencia artificial. La católica Pelosi comentó que no se puede tener un sistema donde el éxito de algunos brinca (sic) de la explotación de los trabajadores y brinca de la explotación ambiental y el resto, y tenemos que corregirlo. Como tampoco se puede pelear con sus donadores que han financiado su exitosa carrera política, tipo los Soros, Pelosi diluyó su vino al referir que las cosas estaban cambiando: "Existe una creciente consciencia, aún en el sector privado (sic), de que tenemos que mejorar". Otra de sus esperanzas radica en la economía verde con justicia ambiental que puede estimular la creación de empleo. Adela Suliman, del Washington Post, comenta que Nancy Pelosi no llegó tan lejos para usar la palabra socialismo, que es enarbolado por el ala izquierda del Partido Demócrata como el senador Bernie Sanders y sus aliadas legisladoras del grupo SQUAD que exigen cobrar impuestos a los ricos (https://bit.ly/3lYljlz). Por cierto, uno de los más conspicuos evasores fiscales es George Soros (https://bit.ly/39BXkTk). Sobre el asalto al Capitolio el 6 de enero, NP lo comparó a un 11 de septiembre doméstico que juzgó como un fracaso del ex presidente Trump y no de la democracia como tal, y que fue incitado por las redes sociales: “Fue un día horrible, horrible, horrible para nuestra democracia (…) La fuerza de nuestra democracia es cómo lidiar con ello”. En forma sarcástica, agradeció a Estados Unidos por vender dos millones de miembros de QAnon, acusado de sostener teorías conspirativas (https://nyti.ms/3zFqoEk). NP juzgó que las redes sociales son un arma de doble filo y sobre una próxima candidatura de Trump, refirió, sin citar su nombre, que sería el primer presidente en haber sido juzgado dos veces y derrotado dos veces. En su visita al primer ministro Boris Johnson, comentó que la ruptura de las charlas sobre Irlanda del Norte sería problemático para un acuerdo comercial de Estados Unidos con Gran Bretaña que se está negociando en el post-Brexit: No es una amenaza, sino una predicción (https://politi.co/39CRrW9). El Good Friday Agreement, que garantiza la paz a la isla de Irlanda se ha estancado debido al Protocolo de Irlanda del Norte que propulsa el comercio entre Gran Bretaña y esta nación. Se le habrá escapado a Nancy Pelosi que el pacto militar trilateral multidimensional del Aukus (https://bit.ly/3CQXfbf) deglute de facto un virtual tratado comercial de Estados Unidos con Gran Bretaña que, incluso, desea incorporarse al T-MEC. |
Cuba: Limitaciones técnicas inciden en la baja disponibilidad de cargas en la Generación Eléctrica. Comentario HHC
https://www.youtube.com/watch?v=84gsjbN__h4
Comentario HHC: Muy buen reportaje del NTV. La planta térmica generadora de energía eléctrica Mariel 5, trabaja al 30 % de su capacidad.¿ La causa? Desde el 2014 no recibe una reparación capital , y que esta, además, es una de las causas para el resto de las plantas térmicas existentes en el resto del país que hoy en día presentan dificultades.
Se va del sistema en octubre a repararse, y estará unos 45 días fuera de servicio, y con ello alcanzará su potencia de 90 Megawatts . ¿Cuánto es el costo? 10 millones de usd.
¿Podemos revisar las inversiones del país desde el 2014 a la fecha, en qué se han empleado?¿Cómo se decide que el 50 % de las inversiones del país se hagan en el turismo e inmobiliarias asociadas al mismo? Es para entender la lógica de las decisiones que implican, en una economía de escasez, las limitaciones y prioridades que se generan.
Fuente: ONEI