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sábado, 12 de febrero de 2022

Baleares, en su guerra contra el crecimiento del turismo: no creará más plazas en hoteles hasta 2026


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Baleares, en su guerra contra el crecimiento del turismo: no creará más plazas en hoteles hasta 2026

Armengol aprueba por decreto ley la nueva Ley de Turismo con importantes restricciones para el principal sector económico de las Islas y reivindica la calidad frente a la cantidad

Baleares bloqueará todas las plazas turísticas, tanto vacacionales como hoteleras, en las cuatro islas. De este modo, el Gobierno de la socialista Francina Armengol, Podemos y los nacionalistas de Més no permitirá la apertura de nuevos establecimientos hoteleros o el alquiler vacacional en viviendas mediante la previa adquisición en los próximos cuatro años. Esta es una de las novedades contempladas en la nueva ley turística, que se ha aprobado este viernes en un consejo de gobierno extraordinario tras varias semanas de negociaciones con sumo secretismo.

El decreto cuenta con el apoyo de Podemos y los econacionalistas de Més, socios de gobierno del PSOE, quienes han presionado para introducir medidas para el «decrecimiento» del turismo.

La ley incluye otras importantes restricciones para el principal sector económico de Baleares. Entre otras medidas, establece la obligatoriedad de los establecimientos turísticos de adaptarse a medidas de sostenibilidad, renovar 300.000 camas elevables (mecánicas o eléctricas), la supresión de los productos de un solo uso, y además de abarcará aspectos como la alimentación, el uso y cuidado del agua, los residuos o las energías limpias.

Armengol ha destacado que es una medida «valiente» que se ha negociado durante las últimas semanas de forma «sigilosa» con los sectores implicados, y ha abogado por la calidad frente a la cantidad. Según la presidenta, con esta nueva ley se aborda el «debate social» que existía en torno al modelo de turismo de las Islas, dentro de unos «parámetros» y un «equilibrio». Además, ha anunciado una aportación de 60 millones de euros para ayudar a que el sector lleve a cambio estas «exigencias» y un plazo de seis años para hacer esta transformación.

Para «hacerlo bien», tanto los trabajadores como los empresarios, harán formación en términos de circularidad durante un año. El Govern ha previsto 22 millones para centros públicos de formación y otros 20 millones para proyectos específicos para proyectos de digitalización en los establecimientos hoteleros.
Plan de circularidad

El Ejecutivo balear exigirá a todas las empresas un plan de circularidad que abarcará aspectos como la alimentación, el uso y cuidado del agua, los residuos o las energías limpias y que deberá adecuarse también a las leyes autonómicas de Cambio Climático y de Residuos. Se prohibirá, por ejemplo, la utilización de especies clasificadas dentro de categorías amenazadas y se establecerá como obligatoria la trazabilidad del pescado y del marisco de origen balear.

Los hoteles tendrán que cambiar las calderas fuel oil por otras de gas natural o eléctricas, emitiendo anualmente 57.600 kilos de CO2 menos por establecimiento. También será obligatorio instalar sistemas de doble pulsador en las cisternas de los WC en los hoteles, e instalar dispositivos de ahorro de agua en grifos de lavabos, bañeras y duchas. Se potenciará el aprovechamiento de las aguas pluviales, lo que será un factor a tener en cuenta en la mejora de la clasificación del establecimiento, y los alojamientos turísticos deberán medir el consumo de agua.

Se prohibirá, además, el uso de los 'amenities' (geles de baño u otros productos de bienvenida) de un solo uso. Al mismo tiempo, los hoteles deberán sustituir el uso de papel por códigos QR y también estarán obligados a medir el consumo de residuos. Los establecimientos deberán controlar las temperaturas de los edificios de manera integral, también en las zonas reservadas al personal, especialmente en las cocinas.

La norma también recoge otras medidas como una modificación completa en los baremos que servirán para establecer la clasificación hotelera, entre los que se incluyen incrementos de la puntuación a medidas de circularidad, como el uso de energías renovables o sistemas de optimización de consumo.

El conseller de Modelo Económico y Turismo y portavoz Iago Negueruela (PSOE) ha explicado que permitirá a los hoteles crecer un 15% en edificabilidad a cambio de reducir sus plazas un 5%. También ha recalcado que la limitación de plazas turísticas sólo afecta a las nuevas plazas y será una forma de frenar el crecimiento del alquiler vacacional que en los últimos años se ha disparado.

La ley también prohíbe autodispensadores de alcohol en todos los hoteles y obligando a que sean «los trabajadores quienes servirán las bebidas alcohólicas», ha remarcado Negueruela pensando en combatir el turismo de borrachera.

El conseller de Medio Ambiente, el econacionalista Miquel Mir -que ha calificado el «turismo» como un «generador de residuos y consumo energético y de agua»- ha insistido en que el límite de plazas turísticas permitirá «reflexionar sobre la capacidad de carga de las Islas» y servirá «para redireccionar la calidad por encima de la cantidad».

El vicepresidente y conseller de Transición Energética, Juan Pedro Yllanes, de Podemos, no oculta que el objetivo de la nueva ley turística es «transformar el principal sector económico de Baleares». «Nuestro éxito no puede depender de los millones de turistas», ha recalcado el vicepresidente, que hace unos meses celebró la caída del turismo en las Islas al afirmar en una entrevista que «jamás volverán las cifras de turistas de 2019», lo que a su juicio era positivo porque «ponían en peligro la sostenibilidad».

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