Tomando en cuenta la información precedente, la estrategia frente a la pandemia ha estado asociada a la disponibilidad de recursos suficientes para enfrentarla y a su aplicación acertada, donde resulta determinante el desempeño económico de Rusia en años recientes, en medio de las presiones de Occidente.
En este escenario, fue inevitable el decrecimiento del PIB en 2020 debido al impacto de la Covid-19, aunque la caída fue menor que la del promedio mundial (-3.8%), inferior a la de los países capitalistas desarrollados (-5.4%) y más baja que la de las llamados naciones en desarrollo y emergentes (-4.8%).[1]
TABLA Nº 1.- EVOLUCIÓN MACROECONÓMICA DE RUSIA 2019-2022 (%)
2019 | 2020 | 2021 (E) | 2022 (P) | |
PIB | 2.0% | -3.0% | 4.3% | 2.4% |
-Agricultura | 4,0 | 1.3 | 0.2** | — |
-Industria | 2,4 | -2,9 | 4.4** | — |
Consumo | 3.2 | -8.6 | 9.6 | 3.2 |
Formación Bruta de Capital Fijo (Inversión bruta) | 1.5 | -4.3 | 5.3 | 3.8 |
Saldo Fiscal / PIB | +1,9 | -4.0 | -0.3 | +1.5 |
Saldo de CC / PIB | 3,8 | 2.4 | 7.1 | 5.8 |
Fuga de capitales (privados) (mil MMUSD) | 22.1 | 47.8 | 24.6**** | — |
Inflación | 4.5 | 3.4 | 6.6 / 8.1* | 6.2 |
Precio promedio del Petróleo (USD / barril) Marcador Brent *** | 41.96 | 41.79 | 70.89 | 74.95 |
Exportaciones | -0.7 | -4.3 | 2.8 | 4.2 |
Importaciones | 3.4 | -12.0 | 16.2 | 5.9 |
Tasa de Desempleo | 4.6 | 5.8 | 4.3** | 4,7 |
Índice de Pobreza | 12.3 | 12.1 | –10.0 | —— |
NOTA: (E) Estimados (P) Proyecciones *Hasta octubre. ** Hasta septiembre ***Dato del capítulo sobre el mercado petrolero de este informe.**** Hasta mayo.
FUENTES: WB (2021); CISSTAT (2022), IMF (2021) INDEX MUNDI (2022) EITMedia (2021)
Luego de alcanzar resultados superiores a lo previsto en 2019 con —un crecimiento de 2.0 por ciento frente a un pronóstico de 1,4 por ciento; un superávit presupuestario y de cuenta corriente, así como bajos índices de desempleo y pobreza—, la situación sufrió un giro negativo en 2020, fundamentalmente, producto de la aparición de la pandemia de la COVID-19.
No obstante, la prudente política fiscal y financiera en general, aplicada por el país, unido a la decisión de compensar los efectos de la pandemia por parte del gobierno, permitió enfrentar la enfermedad en mejores condiciones, aunque no sin costos importantes y sin que se haya podido controlar un nuevo rebrote a finales de 2021. De modo tal, se estima que en 2020 la economía de Rusia decreció en torno al 3,0 por ciento.
Las perspectivas para 2021 fueron las de alcanzar un crecimiento del 4.3 por ciento y 2.4 por ciento en 2022. Estos ritmos se enmarcan en una recuperación discreta, aunque superior a pronósticos anteriores cuando se estimaba en solo 1,3 por ciento anualmente el crecimiento entre 2017 y 2022, con una aceleración solo a la altura de 2028 para un incremento del PIB de 3,4 por ciento ese año, según el Banco Mundial.
En este sentido se señalaba que los factores que deberían apoyar un mayor crecimiento estaban en un aumento de la edad de jubilación para extender la vida laboral de la población; un saldo migratorio favorable; un aumento de la tasa de inversión a niveles superiores al 25 por ciento del PIB y al crecimiento de la productividad total de los factores.
En apoyo a este desempeño cabe recordar que desde 2018 comenzó a desarrollarse un plan de inversiones —básicamente en la infraestructura—- por un valor estimado de 375 000 millones de euros para ejecutar en seis años. Al respecto, en junio de 2019 el presidente Vladimir Putin reiteró la existencia de un programa de reanimación económica de 400 000 millones de dólares para ser desarrollado en esos seis años. [2]
Si bien, en 2020 se computaron importantes caídas en la producción industrial (-2.9 por ciento), hubo un resultado favorable en la producción agrícola que creció un 1.3 por ciento un significativo descenso en el consumo y la formación bruta de capital, así como el retorno a un déficit presupuestario (-4.0 por ciento), cuyo pronóstico pauta solo de -0.3 por ciento en 2021 y desaparecerá en 2022.
En tanto, la inflación promedio anual llegó a 3.4 por ciento en 2020. Este indicador se acelerará a cifras entre 6.6 y 8.1 por ciento hasta octubre de 2021.
El consumo tuvo una dura caída en 2020 (-8.6 por ciento). Para la proyección, a corto plazo en 2021, este podrá recuperarse fuertemente con una tasa de 9.6 por ciento y 3.2 por ciento en el 2022.
A la par, la formación bruta de capital fijo crecerá un 5.3 por ciento en 2021 y 3.8 por ciento en 2022.
El sector externo reportó una caída del 0.7 por ciento en las exportaciones en 2019 y -4.3 por ciento en 2020, mientras que se produjo un incremento de 3.4 por ciento en las importaciones en 2019, seguido de un retroceso de un 12 por ciento 2020.
En el 2021 se aprecia una recuperación con un aumento del 2.8 por ciento de las exportaciones y del 16.2 por ciento de las compras externas, crecimientos que se mantienen en 2022.
Por su parte, la tasa de cambio del rublo por USD también sufrió una devaluación del 20,4 por ciento comparando diciembre de 2020 con igual fecha del año 2019. No obstante, en el 2021 esta tasa se revaluó y cerró el período en torno a los 74 rublos cada USD.
Por su parte, el saldo de cuenta corriente alcanzó 7.1 por ciento en relación al PIB y en 2022 el vaticinio es que el saldo sea 5.8 por ciento. En cuanto a las reservas internacionales, estas subieron a 554 519 millones en 2019. En 2020 las mismas cerraron en 595 774 millones, un incremento del 7.5 por ciento. Al cierre de octubre pasado, las reservas alcanzaron los 624 000 millones de dólares, un 4.7 por ciento% superiores al año precedente
Los fondos especiales no están incluidos en las reservas, y en febrero de 2018[3] se decidió mantener el Fondo de Bienestar con depósitos por 65 150 millones de dólares.
El primero de diciembre de 2020, el Fondo Soberano de Rusia alcanzó 177 000 millones de dólares (13,1 por ciento del PIB) y en octubre de 2021 representaba un 12 por ciento del PIB. Este fondo juega un significativo papel como elemento de estabilización en la economía y la ley permite que el 10 por ciento del mismo se invierta en necesidades domésticas.
De otro lado, el flujo de inversión extranjera directa (IED) llegó solo a 19 200 millones de dólares entre 2015/18, frente a 54 600 millones, 2011/13. La provisión total de IED alcanzo, en el primer trimestre de 2019, 586 994 millones de dólares, cifra insuficiente para los requerimientos, lo cual logró la entrada neta de capital de 31 975 millones de dólares en 2019, un 1,9 por ciento del PIB solamente.
Se estima que no hubo ingresos como inversión extranjera directa en el período más reciente.[4]. En general, se observa que la formación bruta de capital cae un -4.3 por ciento en 2020, pero crece un 5.3 por ciento en 2021.
La deuda externa de Rusia, en septiembre de 2019, era 471 600 millones, para un crecimiento del 0,3 por ciento. Al cierre de 2020 se ubicó en 470 100 millones de dólares, una disminución del 4.3 por ciento sobre igual etapa del año anterior.[5] La deuda alcanzó el 20.4 por ciento del PIB en 2020 y debe llegar al 20.5% en 2021.
Por otro lado, los impactos sociales hasta el momento y los efectos previsibles en la evolución económica de Rusia, no pueden obviarse en este análisis.
Hasta el cierre de 2019 el impacto social de la situación económica —a partir de medidas adoptadas por el gobierno—- fue parcialmente compensado.
Según estimados, la actividad económica hasta junio del 2020 cayó un 33 por ciento a causa del coronavirus, lo que afectó al 28 por ciento de las empresas, con un desempleo de hasta seis millones de personas.[6]
En el año, el desempleo alcanzó 5.8 por ciento y cayó a 4.3 por ciento hasta septiembre de 2021. Asismismo, no debe pasarse por alto que el empleo informal en Rusia abarcaba el 18.9 por ciento de los trabajadores al cierre del 2020.[7] En 2020 se computó una pérdida de un millón 780 empleos en relación con la misma fecha de 2019.
El crecimiento del salario real llegó al 1.7 por ciento en 2020 y los ingresos reales aumentaron un 13.3 por ciento hasta el primer semestre de 2021.
Finalmente, el índice de pobreza en 2019 bajó a 11,7 por ciento, pero llegó al 13,3 por ciento en 2020, aunque mediante medidas de mitigación, se aspira a contenerla y a revertir la tendencia de años anteriores.
De este modo, se espera que el índice de pobreza tenga una reducción del 10 por cientode la población en 2021, aunque —por cambios en la forma de medirla— se señala que la cifra no es comparable con años anteriores.
La situación anterior rebasará los adelantos que se propuso el nuevo programa social con fondos por 45 543 millones de dólares de julio del 2018,[8] un capital concentrado en mejorar la esfera de la salud, la educación y la demografía.
El coeficiente de GINI (herramienta creada por Corrado Gini, en 1912, para medir la desigualdad entre los habitantes de una población), se mantiene con un valor de 0,439; mientras la esperanza de vida en los hombres era solo de 68.2 años en 2019, donde el alcoholismo continúa impactando, de manera importante, en este indicador.
Otro aspecto en retroceso fue el Índice de Percepción de la Corrupción de 2019, en el que Rusia pasó del lugar 47º entre los países más corruptos del mundo al 36º. Según datos de 2020, Rusia ocupó el lugar 50º, mejorando su posición.
Con relación a este tema el gobierno ha adoptado un grupo de medidas, pero aún se considera un problema serio por lo que varios especialistas lo califican como un tema de seguridad nacional.[9]
Todos estos indicadores sociales ya fueron impactados por la Covid-19 durante 2020, por lo que es necesario analizar ahora brevemente como se enfrentó la pandemia en Rusia.
(Continuará)
[1] Ver WB (2021)
[2] Ver El País (2019).
[3] El Fondo de Reserva computaba 32 200 MMUSD en octubre de 2016 y el de Bienestar Nacional unos 74 062 MM. En total se estima que los mismos descendieron del 11% al 7% del PIB entre 2015-16.
[4] Ver World Bank (2020).
[5] Ver Russia Today (2021)
[6] Ver Reuters (2020).
[7] Ver World Bank (2021).
[8] Ver CUBADEBATE (2018)
[9] Transparency International (2021)
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