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martes, 22 de marzo de 2022

Desarrollo local y producción de alimentos en Cuba

La alimentación encuentra su expresión más práctica y el inicio de una solución en el ámbito territorial, por ello necesita un modelo de gestión agrícola que parta desde lo local y promueva cambios hacia niveles superiores.




La agricultura, urbana, suburbana y familiar se presentan como componentes locales importantes en la producción de alimentos.

Foto: Jorge Luis Baños_ IPS

En las condiciones de la economía cubana, el Plan de Soberanía Alimentaria y educación nutricional (SAN), aprobado por el Consejo de Ministros en 2020, encierra el objetivo fundamental de hacer cumplir lo establecido en la Constitución.

En su artículo 77, la Carta fundamental establece que “Todas las personas tienen derecho a la alimentación sana y adecuada. El Estado crea las condiciones para fortalecer la seguridad alimentaria de toda la población”.

Una condición indispensable para esa finalidad apunta a la implementación de un nuevo modelo de gestión económico-productivo, en la agricultura, que abarque todas las formas productivas existentes en el territorio; participativo, integrador y transparente, en armonía con el medio ambiente. Ello demanda la aplicación del enfoque agroecológico, como lo establece el marco conceptual, del plan de acción y los temas estratégicos contenidos en el plan SAN.

Sin duda los proyectos deben estar orientados fundamentalmente hacia las actividades agropecuaria e industrial, dado el actual y complejo escenario del déficit alimentario, con vistas a utilizar las potencialidades municipales, según las demandas y prioridades productivas de la economía local y nacional.

La complejidad alimentaria actual requiere soluciones rápidas y osadas, en busca de la real descentralización, empoderamiento de los niveles de gestión territorial de gobierno (Municipio) y lograr la separación real de la gestión de gobierno de la empresarial, constituido por las diversas formas productivas existentes en el territorio y todo aquel que reúna la capacidad y posibilidad de producir alimentos.

La agricultura, urbana, suburbana y familiar se presentan como componentes locales importantes en la producción de alimentos, de fácil acceso físico y ventajoso, desde el punto de vista económico, por la vía de precios inferiores (menos costos).

La producción local de alimentos tiene como destino más inmediato el Municipio, teniendo presente los requerimientos de la demanda, hábitos alimentarios locales y requerimientos nutricionales de la población.

Sin embargo hay territorios cercanos a urbes con gran densidad y cantidad de población, que demandan el apoyo productivo de las zonas agrícolas más cercanas. Estos son elementos a considerar en los cálculos y pronósticos de producción de alimentos en el territorio.

Lo anterior no excluye la valoración y análisis de las posibilidades, dado los probables espacios no utilizados que pueden ser empleados en la producción de alimentos, aplicando tecnologías apropiadas y ajustadas a la condiciones, ya sea por las formas de agriculturas locales –urbana, suburbana y familiar, entre otras– creando facilidades por parte de los gobiernos locales y la iniciativa privada, la diversidad de formas cooperativas, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y el trabajador por cuenta propia.


Modelo de Gestión Económica
Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Desde 2013 (Revista Temas no.77), hasta la actualidad, la academia ha planteado la necesidad imperiosa de la implementación de un modelo de gestión agrícola totalmente nuevo que sustituya al vigente en la actualidad.

El modelo a continuación expuesto es sugerido por el autor; va de lo general (macroeconomía), a lo particular (Municipio, desarrollo local) y desde lo particular propicia las transformaciones en lo general. Considera la diversidad de actores o formas productivas existente en la base. Facilita las relaciones de intercooperación y a la vez horizontales entre los productores, en busca de la autonomía y la solución de los problemas a nivel local.

Objetivos y propósitos

Dentro de los propósitos y objetivos fundamentales a lograr se encuentran la autonomía y con ello:

Eliminar la elevada centralización monopólica y verticalidad en las decisiones. Materializar la real separación de la gestión empresarial de la estatal desde y dentro del municipio.

Reconocer el derecho del productor a decidir qué debe producir, como combinar los factores productivos, a quién vender lo producido, el cierre exitoso del ciclo productivo (producción-distribución-cambio-consumo, conformar precio, el acudir a un mercado de insumo y medios de producción para comprar los recursos necesarios y servicios, en el momento oportuno); la logística como parte integrante del ciclo. Lograr con ello la realización de la propiedad.

Reconocer la existencia real y objetiva del mercado, en complementariedad con la planificación, teniendo siempre presente los requerimientos sociales.

Abordar el problema alimentario con enfoque sistémico desde la concepción macro que potencie una visión agroindustrial, encadenamientos productivos, la logística de los aseguramientos y servicios apropiados para cada municipio.

A este modelo le corresponde promover la intercooperación entre las diversas bases productivas en el territorio. Incluyen Cooperativas de Producción y Servicios y de Producción Agropecuaria, Unidad Básica de Producción Agropecuaria Privado-usufructuario, Empresa Estatal, mipymes y las empresas de carácter nacional-vertical radicadas en el territorio, avícolas, porcino, genéticas, genéticas, agroindustria cañeras.


Los proyectos en el sector alimentario deben estar orientados fundamentalmente hacia las actividades agropecuaria e industrial. Foto Jorge Luis Baños_IPS

Fortalecer el nivel de gobierno municipal con la autoridad y autonomía necesaria. Tener presente la diversidad y particularidad de cada municipio visto como proceso a desencadenar lo más inmediato posible, comenzando por aquellos que reúnan las condiciones mínimas para el inicio y en consulta con los gobiernos municipales y los productores.

Cada base productiva se encontraría en igual nivel de equidad de derecho con relación a las restantes.

No obstante la real separación de las funciones estatales, de la gestión empresarial, también válida para el municipio (descentralización-autonomía), respecto a diversas formas productivas. Las mismas deberán informar sus resultados a la Dirección Agroindustrial Municipal.

Esta entidad apoyará, facilitará a los productores y recibirá la información requerida de las diversas formas productivas, las cuales desarrollaran gestión propiamente empresarial. Con ello lograr la separación de la gestión estatal de la empresarial también en la base.

La combinación de los factores productivos. Es derecho del productor (diversas bases productivas), qué producir (cantidad, surtido teniendo presente los requerimientos sociales), como expresión real de autonomía, para lograr la realización de la propiedad, ya referido anteriormente.

La aplicación del enfoque sistémico comprende, obviamente, la logística, es decir al conjunto de medios y métodos relativos a la organización de los servicios de una entidad empresarial, etc.

A la Dirección Agroalimentaria Municipal (gobierno, estatal), le corresponde exclusivamente las funciones de gobierno y con ello la separación de la gestión estatal, de la empresarial. Cada forma productiva (CCS, CPA, UBPC, privado, empresa estatal, mipymes e inclusive las de subordinación nacional), tiene vínculos e informa a la Dirección de Agroalimentaria Municipal, de los resultados productivos, problemas y dificultades que sucede en el territorio.

De forma autónoma le corresponde a estas formas productivas el desempeño de la gestión empresarial, es decir, combinar los factores productivos, es responsabilidad de las mismas.

El nuevo modelo de gestión propuesto rompe el cordón umbilical, la verticalidad, que existe entre la Dirección Institucional Nacional de la Agricultura (Ministerio y Delegación Provincial de la agricultura), entre las diversas bases productivas existentes en el municipio, donde hasta el presente se mezcla la gestión estatal ministerial (propias del Ministerio), con la empresarial, que es solo atribución directa de los reales productores, como parte de la autonomía requerida. Es decir elimina la actual Delegación Municipal de la Agricultura.

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Especialistas consideran imperiosa la implementación de un modelo de gestión agrícola totalmente nuevo que sustituya al vigente en la actualidad. Productores exhiben productos agrícolas locales durante una feria comercial en la ciudad de Cienfuegos en 2020. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La creación de un Concejo de productores integrado por las diversas cooperativas en el territorio, empresa estatal, privado y usufructuarios, mpymes, empresas verticales existentes en el territorio. Este órgano autónomo tendrá su reglamento interno de funcionamiento y contribuirá a:
  • Intercooperación, logística, desarrollo de relaciones horizontales.
  • Buscará a su nivel las soluciones entre sus integrantes, de acuerdo a sus posibilidades, de los problemas que cada base productiva confronte.
  • Mantendrá vínculos y relaciones de no dependencia con la Dirección agroindustrial alimentaria del municipio. Identificación de problemas, soluciones y resultados. Informará a la Dirección agroindustrial municipal en acta elaborada al efecto.
Las empresas nacionales, provinciales, verticales existentes en el municipio, serán invitadas a las sesiones del Consejo de Productores.

La organización de un Observatorio de mercado para medir su comportamiento (oferta, demanda, precios, ingresos, IPC-índice precio consumidor), en los municipios convocados y organizado por el gobierno municipal; con la participación de las Universidades, Centros e Institutos de Investigaciones, ANAP y ANEC para alertar a las instancias municipales del comportamiento del mercado, pronósticos, sugerir soluciones inmediatas, en el corto, mediano y largo plazo. Esto en complementariedad con la planificación.

Además realizará estudios y valoraciones de los encadenamientos productivos-valor, que ayuden al ciclo, distribución del nuevo valor creado. Estimulando preferentemente al productor y teniendo presente al consumidor.

Resulta obvio que el observatorio de mercado se encuentra bajo la dependencia del gobierno municipal y medirá el comportamiento del mercado, no solo atribuible a la actividad agropecuaria, teniendo presente los requerimientos sociales que acompañan el modelo de desarrollo cubano.

La instauración de este nuevo modelo lleva implícito modificar tres componentes básicos:
  1. Comercialización
  2. Aseguramientos e insumos al productor.
  3. Estabilidad demográfica del campesinado y sus familias
Agricultura agroecológica


La agroecología relaciona los conocimientos de la ciencia y el saber tradicional, para generar alimentos de forma sostenible. La productora cubana Virginia Creach obtiene con prácticas agroecológicas frutas, tubérculos, hortalizas y plantas medicinales en su parcela familiar. Foto Jorge Luis Baños_IPS

Las limitaciones que enfrenta la economía cubana recaban iniciativas, innovación, a partir de la recuperación, conservación de nuestras propias fuentes de riquezas en armonía con el medio ambiente y la naturaleza. La agricultura agroecológica ofrece la solución, y el modelo de gestión sugerido, se apoya, toma en consideración la forma de producir alimentos por dicha agricultura.

Constituye además una forma sistémica de producir alimentos, en concordancia con el desarrollo económico-social; combina elementos bio-físicos y socio-económicos, que conforman tres columnas del desarrollo sostenible: social, económico y ambiental. Así como el estudio de los seres vivos como integrantes del ecosistema.

Se trata de una disciplina científica que analiza la interacciones entre los componentes del sistema como un movimiento social. Genera beneficios económicos para las comunidades rurales y refuerza su identidad cultural. Aplica un conjunto de acciones para optimizar la producción. Relaciona los conocimientos de la ciencia y el saber tradicional, para generar alimentos de forma sostenible.

Como ciencia reconocida se basa en cómo interactúan las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente. Sus soluciones, suelen ser locales y/o regionales, apuntan al aprovechamiento y el mantenimiento de la biodiversidad, recurriendo por lo general a fuentes de energías naturales y renovables (FER); reciclando la biomasa y minimizando los desechos, entre otras cuestiones.

Es considerada y está demostrado que constituye un modelo de agricultura, una alternativa viable ante las prácticas convencionales y la más reciente introducción de organismos genéticamente modificados (OGM), que por lo general utilizan tecnologías apoyadas en uso intensivo de químicos, prácticas de monocultivos e ignoran el uso racional de recursos naturales, suelo y agua.

La aplicación de dicha modalidad se adapta a distintos contextos, a distintas escalas económicas productivas, la muy pequeña para el autoconsumo, la pequeña y mediana escala. Considera que el suelo y su entorno constituyen un ecosistema. Toma en consideración todos los componentes del ecosistema y los identifica como una unidad, favoreciendo la sostenibilidad de las prácticas.

La agricultura agroecológica encierra dentro de sus principios fundamentales la diversidad en todos los aspectos. A partir de ella es posible el restablecimiento y fortalecimiento de las funciones ecológicas que mantienen la resiliencia ecológica y económico-social de los sistemas productivos.

Los procesos económicos-sociales-ecológicos, que propicia dicha agricultura con su producción, la posicionan como una estrategia para el cambio transformativo en la alimentación sustentable, lo cual se hace más evidente en periodos de crisis económicas y pandemias.

Estrategia con resultados



Se registran aportes adicionales importantes, por parte de la agricultura agroecológica, desde 1990 hasta el día de hoy. Foto: Archivo IPS

Cabe señalar que durante el conocido período especial (1990-2000), se registró un comportamiento que motivó identificarlo como fase de tránsito hacia una agricultura agroecológica.

Un breve análisis del comportamiento comparativo de las producciones obtenidas, tomando como periodo base 1986-90, arroja que se lograban (promedio anual) 2132 miles de toneladas de alimentos de origen vegetal. Mientras en los periodos posteriores 1991-00, 2001-10 y 2010-18 se alcanzaron niveles superiores, 2637, 6365 y 5978 miles de toneladas respectivamente.

Respecto a los insumos fundamentales (combustible, fertilizantes agroquímicos, plaguicidas), se registraron reducciones importantes con relación al periodo base señalado (356, 869 y 24 miles de tonelada consumidas respectivamente). En los periodos posteriores se obtuvieron reducciones en el consumo de los mismos, para el combustible en el orden de 29, 72, 74 por ciento; fertilizantes de 72, 87, 75 por ciento y plaguicidas 48, 58, 59 por ciento, respectivamente.

La producción vegetal, excepto el arroz el cual registró reducción en los años noventa (cultivo altamente dependiente a insumo agroquímico, a tecnologías agroindustriales), fue fuertemente impactada, particularmente en el periodo 1991-00. Demoró su proceso de adaptación, a partir del 2001, dentro de las limitaciones económicas. En los decenios posteriores se registra cierto nivel de recuperación, alcanzando ligeros incrementos, con relación al periodo 1986-90.

En el resto de los cultivos hubo un ascenso, durante los noventa y superior en los años 2001-2010 y 2011-2018, como ya se ha señalado, destacándose las viandas y las hortalizas que registraron mayores incrementos. Una mirada a los rendimientos muestra una situación parecida.

Otros aportes de la agroecología



En las formas de propiedad y tenencia no estatal de las tierras se puede actualmente apreciar diferentes grados de adopción de la agroecología. Foto Jorge Luis Baños_IPS

Este comportamiento en la producción y los rendimientos no puede ser cuestionado desde la lógica del análisis lineal de la agricultura convencional (volumen de producción y rendimiento del cultivo). Constituye una evidencia de que la agricultura con base agroecológica es sistémica y por tanto su valoración debe considerar diversos criterios.

Sin embargo hay que meditar que se registran aportes adicionales importantes, por parte de la agricultura agroecológica, desde 1990 hasta el día de hoy, tales como: reducir los desequilibrios naturales, propiciar alimentos más sanos, mayor diversidad, descensos en las importaciones de insumos, entre otros.

Otros factores propios del modelo agroecológico favorecieron estos resultados tales como:
  • Reducción en la escala productiva de las unidades de producción (de grandes empresas a cooperativas, y estas en unidades y fincas).
  • Incremento del número de personas que administran directamente las tierras y mayor descentralización (juntas directivas de cooperativas y administradores directos de áreas o fincas),
  • Realización de prácticas apropiadas a las características de las unidades de producción.
  • Adopción de métodos que reducen la demanda de insumos tradicionales propios de la agricultura convencional.
  • Desarrollo e integración de bioproductos.
  • Integración de varias fuentes de energía renovables.
  • Mayor aprovechamiento de la superficie cultivada (policultivos, rotaciones).
  • Efectos acumulativos de estas prácticas agroecológicas sobre la incidencia de organismos nocivos, la mejora del suelo, los polinizadores y enemigos naturales de plagas.
  • Resiliencia creciente a los efectos del cambio climático y de los eventos bioclimáticos adversos extremos.
  • Adopción de políticas y programas oficiales favorables. Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, Fincas Agroforestales, Fincas Integrales de Frutales, Polígonos de Suelos (selección de suelos que presentan afectaciones de degradación, para propiciar una producción agropecuaria diversificada, donde se apliquen sistemas integrados de medidas y diversidad de cultivos, con vista a minimizar, los daños por erosión y degradación de los suelos, teniendo en cuenta el uso racional del resto de los recursos naturales), entre otros.
  • Intensa actividad de capacitación y de innovación tecnológica (Centros de Investigaciones, Universidades, ONGs cubanas, colaboración internacional), entre otros.
Si es revisada la disponibilidad de fertilizantes y plaguicidas, esta fue muy superior durante los años ochenta y se redujo desde los noventa. Esto significa que, aunque experimentalmente está demostrada una alta correlación entre fertilización-producción, en la realidad de la producción agrícola de Cuba resultó diferente y es precisamente porque se evidenciaron los factores antes expuestos, que no son considerados en dichos experimentos ni en la gran escala de la agricultura convencional.

Por supuesto, el aumento de capacidades para obtener bioinsumos de manera descentralizada y para integrarlos al manejo de los sistemas, contribuyó a un nivel elevado de sustitución de importaciones de agroquímicos.

Estos resultados evidencian que la agricultura que hoy ocupa alrededor del 80% de las tierras estructuradas en diferentes tipos de cooperativas, a pesar de poseer un bajo capital físico y financiero, están demostrando una mayor eficiencia productiva, económica y energética, además de garantizar más del 70% de los alimentos que se consumen.

En estas tierras y formas de propiedad y tenencia no estatal se puede actualmente apreciar diferentes grados de adopción de la agroecología. Es hacia ahí donde se deben orientar las políticas públicas que conduzcan al progreso y la sostenibilidad, para alcanzar nuestra imprescindible soberanía alimentaria.

De igual forma contribuyó a ello la distribución de las tierras en usufructo, no obstante las limitaciones y restricciones reflejadas de inicio en los Decretos Leyes 259, (2008) y posteriores.

Agricultura circular



La agricultura circular tiene muchas ventajas que hay que tener en cuenta para la preservación y conservación del medio ambiente. El reciclaje y reutilización desempeñan un papel fundamental en busca de optimizar al máximo los recursos. Foto Jorge Luis Baños_IPS

Como parte importante del proceso de desarrollo de la agricultura agroecológica, se encuentra la agricultura circular. Es una orma de trabajar la tierra en la que se tiene en cuenta las producciones obtenidas, servicios, residuos, el agua y la energía renovable, entre otros aspectos.

Se busca el aprovechamiento y reducción del impacto negativo, en la sostenibilidad. El reciclaje y reutilización desempeñan un papel fundamental en busca de optimizar al máximo los recursos.

Es tiempo de lograr el equilibrio entre producción y distribución. Son sobrados los ejemplos donde se han registrado superproducción (relativa) y explotación o uso desmedido de los recursos naturales, que en absoluto tienen que ver con la economía y agricultura circular.

Esta forma de cultivo parte del aprovechamiento de los desechos originados en el proceso de siembra para abonar la tierra. Además utiliza las formas productivas cercanas para entregar a las áreas sembradas el fertilizante orgánico necesario para crecer, sin necesidad de incorporar químicos artificiales.

El ciclo del agua marca esta modalidad de agricultura. Se busca economizar en el riego, pero especialmente emplear los recursos necesarios. El tipo de riego es fundamental para marcar el avance en una explotación agrícola. La agricultura circular tiene muchas ventajas que hay que tener en cuenta para la preservación y conservación del medio ambiente. Una de las principales es el consumo de agua, aunque no es la única que destaca.

Gastar lo justo para producir, es algo básico en un mundo donde la población necesita cada elemento y los recursos no son ilimitados.

Transformaciones profundas



La agricultura propicia la soberanía y seguridad alimentaria de una nación. Foto Jorge Luis Baños_IPS

La agricultura es un sector productivo primario. La historia de la economía mundial confirma que los grandes cambios y transformaciones registrados por la humanidad se han iniciado por la agricultura. Previo al surgimiento de la Revolución Industrial, (segunda mitad del siglo XVIII, inicios el XIX), se desencadenó una revolución en la agricultura (selección de semillas y animales, rotación de cultivos, ganado estabulado, entre otros).

Lo anterior creó condiciones necesarias, propicias, para la llegada de la Primera Revolución Industrial.

El avance de los países en el camino hacia el desarrollo ha estado precedido por transformaciones iniciadas en la agricultura. La distribución de tierras, reformas agrarias, innovaciones tecnológicas, nuevos métodos de gestión, descentralización, autonomía, se han manifestado como condición imprescindible para el desarrollo económico y social. Ejemplos más recientes se encuentran en Vietnam y China, con sistemas económicos, sociales y políticos similares al cubano.

La agricultura proporciona alimentos (condición de vida indispensable), materias primas, fuentes de empleo, genera excedentes para el intercambio comercial, entre otras posibilidades. Propicia la soberanía y seguridad alimentaria de una nación, virtudes que aporta este sector primario.

El problema alimentario en Cuba no constituye una preocupación reciente, sino desde muy temprano en la República ya se manifestaba como una inquietud. Dígase en el Primer Congreso Nacional de Alimentación 1945 (se mencionaba: “… hemos recalcado la necesidad de que el problema de la alimentación en Cuba durante la guerra y en la post guerra, en su aspecto científico, de producción, y en su proyección económica y social, no podrá comenzar a resolverse, mientras no se aborde, como en otras naciones se ha hecho, con un concepto unitario. (1945 publicación editada por el Colegio Médico Nacional, participaron economistas e historiadores cubanos tales como: Jacinto Torras y Ramiro Guerra, entre otros.)

Cambios desde lo local


Las 63 medidas abarcan 658 acciones. Buscan beneficiar a prácticamente todo el universo del sector agropecuario, en especial a los productores de base, afirman autoridades. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Para abordar y buscar las soluciones adecuadas y oportunas el gobierno cubano aprobó un paquete de 63 medidas (abril de 2021) y organizó varios grupos de trabajo, tales como:
  1. Grupo de Estructura. Realizar un análisis integral de la estructura, funciones, personal del sistema empresarial y cooperativo del MINAG, para su transformación dentro de ello. Su primera tarea ha sido proponer el nuevo modelo de gestión agrícola desde la base hasta el ministerio.
  2. Grupo de trabajo financiamiento
  3. Grupo de trabajo sobre la Política de agricultura agroecológica
  4. Inversiones nacional y extranjera
  5. Programas productivos pecuarios, agroforestales
  6. Ciencia e innovación
  7. Sistema cooperativo
  8. Cuadro e información de recursos humanos. Informatización y automatización
  9. Fortalecimiento de comunidades agropecuarias
  10. Propuesta de política para la gestión integral de la agricultura cubana.
La primera medida resulta la más importante. Implica la necesaria sustitución del modelo actual de gestión económico productivo, por uno totalmente nuevo, que parta desde la base (territorio, municipio). Donde la agricultura orgánica se presenta como bastión indispensable del plan SAN. (2022)

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