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sábado, 7 de mayo de 2022

Un debate abierto sobre el futuro de Cuba

 

 


*Reseña del libro Cuba, el futuro a debate del periodista mexicano Gerardo Arreola.

Quizá fue en el año 2006 la primera vez que reparé en la frase. Entonces les daba clases de comunicación social a estudiantes venezolanos que vinieron a Cuba a formarse como trabajadores sociales y se hizo costumbre la broma de imitar acentos mutuos y expresiones reiteradas por uno u otro grupo.

La que distinguía a los cubanos, sin duda alguna, era aquel contundente “no es fácil” que podía encerrar las más disímiles circunstancias. Podíamos decirla decenas de veces al día sin percatarnos, y utilizarla lo mismo para hablar de los problemas del transporte que de las complejidades de nuestra sociedad, o de cuestiones personales.

Y ciertamente no es sencillo comprender la naturaleza del cubano o la realidad de este país. Está claro que cada pueblo o nación se construye de un amasijo de hechos, pensamientos, momentos que marcan la forja de su carácter, y todo ello imprime un sello, profundidades que es imposible desentrañar en un primer acercamiento, en una primera mirada, o a veces, como es el caso de la isla, incluso luego de largos periodos de vivir en ella y conocer a su gente.La obra es una exhaustiva cronología (por llamarla de algún modo) de los sucesos fundamentales ocurridos en Cuba en los últimos 15 años, una tarea titánica si se toma en cuenta que en la etapa se produjo la salida de sus cargos públicos del legendario fundador de la Revolución de enero de 1959, Fidel Castro; asumió esas responsabilidades otro de los líderes históricos del proceso, Raúl Castro, y finalmente ocurrió el relevo generacional en la dirección del Estado y del Partido Comunista, con la llegada de Miguel Díaz-Canel.

Solo con esos elementos ya valdría la pena acercarse a esta propuesta, pero como la realidad es siempre más rica que la ficción, al cambio de mando en un país gobernado durante casi 60 años por las mismas personas (algo incomprensible para muchos en el mundo, en particular para quienes juzgan desde los estereotipos), se unieron otras circunstancias que hicieron más dramático y singular el momento.

La isla abrazó, desde 2011, un proceso gradual de transformaciones económicas y sociales que obligan a dirigir la mirada justamente hacia el rumbo de esos cambios. A ello se suma que, en este periodo, las siempre controvertidas relaciones con Estados Unidos pasaron del restablecimiento de los vínculos diplomáticos, la firma de 22 acuerdos y la visita del mandatario norteamericano a la isla, entre otras distenciones en el segundo periodo de gobierno de Barack Obama (2009- 2017), a la etapa de mayor recrudecimiento de las políticas coercitivas hacia la mayor de las Antillas con la llegada de Donald Trump (2017-2021), y la continuidad de estas por el presidente Joseph Biden.

El tránsito por esos agitados momentos Arreola lo realiza mediante un hilo conductor: el debate sobre el futuro del país. El autor no valora, no introduce sus opiniones, sino que presenta los hechos, para lo cual tuvo que hacer un ejercicio periodístico de altos kilates, pues no solo indagó en distintos medios de prensa y espacios digitales, sino que debió leer entre líneas, echar mano a archivos personales y atar cabos sueltos para poder construir una pintura de la realidad cubana de esos años.

Lo ayudó su permanencia en la isla como corresponsal de La Jornada, que le permitió ser testigo presencial de muchos de los acontecimientos que narra y, por qué no, adentrarse en los entresijos de la sociedad cubana, para así brindar los sucesos con muchos más matices.

Su obra, sin embargo, no se inclina hacia ninguno de los dos bandos en los que suelen dividirse quienes acostumbran a hablar de la nación caribeña. Mantenerse objetivo y distante, mostrar los acontecimientos sin sesgos es un propósito que se respira en el libro y que consigue en buena medida.

Algunos podrán decir que no está reflejado suficientemente en ella el impacto de las políticas estadounidenses sobre las decisiones políticas adoptadas por Cuba en determinadas circunstancias, y que después determinaron conductas o líneas de acción en el tiempo. Otros podrán tildarlo de “defender al régimen” por mencionar los aciertos y cualidades de los hermanos Castro, como acostumbran a llamarlos en esos grupos. En cualquier caso, Arreola se arriesga a buscar el equilibrio y lo encuentra, y eso permite que el lector participe de este viaje en el tiempo sin entrar en grandes conflictos con el autor.

No es, sin embargo, una lectura lineal, lo que pudiera en determinados momentos confundir a quienes no son seguidores de los temas sobre Cuba. El periodista mexicano opta por abordar tópicos: la enfermedad de Fidel Castro, el ascenso de su hermano Raúl al frente del Gobierno, los cambios en el modelo económico y social del país, la política exterior como expresión de los nuevos tiempos… Es este reacomodo el que lleva a dedicar un capítulo entero a la visita de Obama a la isla, aunque anteriormente se haya hecho alusión a sucesos posteriores.

El libro, amén de un par de inexactitudes históricas o geográficas, me atrevo a decir que es lectura obligada para cualquiera que desee acercarse a la realidad cubana y, más aún, cuestionarse sobre su futuro, no importa el signo de ese cuestionamiento. Es tan acucioso el trabajo de recopilación de información, que incluso a una cubana que vivió buena parte de los acontecimientos a los que alude, la sorprenden enfoques, matices y detalles desconocidos.

Aciertos, sin duda, son la inclusión de un segmento dedicado a la Constitución vigente desde el 10 de abril de 2019, y el epílogo con los sucesos del 11 de julio de 2021, cuando miles de personas salieron a las calles del país, unos en protesta ante la situación de la nación y otros en defensa de la Revolución. Aunque se extrañan, presumiblemente por la añadidura de último minuto, referencias a la campaña mediática que antecedió a este hecho, o el diálogo encabezado por el presidente Miguel Díaz-Canel con distintos sectores sociales, que venía desde su toma de posesión, pero se intensificó con la situación del verano del pasado año.

Cuba el futuro a debate. La era de Raúl Castro y los retos de la transición, de Gerardo Arreola, no es un libro de respuestas, por el contrario, es un libro que nos deja llenos de preguntas. Pone sobre la mesa los hechos en el devenir del tiempo y nos invita a reflexionar al estilo clásico de la filosofía: de dónde venimos y hacia dónde vamos.

A mí en lo personal me hizo recordar la frase que dicen distingue a los cubanos, porque ciertamente “no es fácil” el camino, y el socialismo sigue siendo esa utopía por construir y conquistar.

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