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martes, 26 de julio de 2022

Fondos que esperan, ¿en el banco de la paciencia?

El Banco de Fomento Agrícola constituye un loable estímulo al campesinado para producir alimentos; sin embargo, en su aprovechamiento hay engranajes que pueden encajar mejor


En Guantánamo los créditos se han dirigido mayormente al capital de trabajo, no a inversiones, estas últimas necesarias para transformar la infraestructura local. Foto: Leonel Escalona Furones

Con el fin de aumentar la disponibilidad de alimentos en Cuba, en septiembre de 2021 comenzó a operar nacionalmente, por primera vez, el Banco de Fomento Agrícola.

Alrededor de 1 800 millones de pesos se destinaron del Presupuesto del Estado para dicho proyecto, cuyo objetivo es elevar los rendimientos productivos, al dotar a los campesinos de liquidez para costearse los gastos que implica esa labor.

Un comité coordinador se dedicó a escoger a los productores, con la condición de ser líderes en cultivos y ganadería priorizada. Ellos contarían con facilidades de créditos muy blandos, una tasa de 1,5 % para los préstamos, destinados a la producción, y del 2 % en los de inversiones. Además, el plazo de amortización sería más largo y no requerirían garantías.

Sin embargo, una mirada a cómo se aplica en Guantánamo lo que, en teoría, debe funcionar «como un reloj» que eleve los niveles de productividad, revela engranajes que pudieran encajar mejor.

«Realmente hay muy pocas solicitudes hasta la fecha, en relación con la cantidad de productores de la provincia, y a juzgar por los beneficios que da el Banco», explica Magda Rodríguez Mestre, directora del Banco de Crédito y Comercio (Bandec) aquí, institución que asumió sobre su red nacional la creación del Banco de Fomento Agrícola ante la imposibilidad de crear una estructura nueva, lo que demandaría de grandes inversiones y tecnología.

Para el primer trimestre de 2022, más de 287 000 productores en Cuba se habían beneficiado de dichos créditos de Bandec. Mientras, en Guantánamo, se han aprobado, hasta la fecha, más de 200 solicitudes.

«No ha sido por falta de gestión o información», añade Rodríguez Mestre, porque desde las sucursales se ha ido a las cooperativas, se esclarecen dudas, van a los medios, «aunque ciertamente no hemos llegado a todos los productores».

También hay insatisfacciones con la tramitación de financiamiento para el porcino, que son ínfimas en la provincia en relación con la demanda del país, agrega la Directora, quien puntualizó que, si bien los resultados solo se verán a largo plazo, le toca al Banco motivar más en esa área. 

PAPELES QUE VAN Y VIENEN

Ciertamente el Banco de Fomento Agrícola constituye un loable estímulo al campesinado para producir alimentos. El hecho de contar con un presupuesto para adquirir semillas, pagar la mano de obra, preparar la tierra, costear la electricidad… empezando desde cero, ayuda considerablemente a quien trabaja en el campo, que tiene allí de dónde sacar y multiplicar las ganancias.

Así lo aseveró José Miguel Hernández Lías, de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Lino Álvarez, en el municipio de Guantánamo. Con casi 30 años de labor en la finca La niña, del reparto Obrero, nunca antes había pedido crédito, y dada la facilidad de esta nueva forma de apoyo se animó a hacerlo. Solicitó 250 000 pesos para dos hectáreas de plátanos.

«Cuando fueron a la cooperativa a explicar las ventajas del crédito, mostraron mi expediente como ejemplo, con todos los documentos listos para, en siete días, recibir respuesta», nos contó Hernández Lías.

Pero todo eso ocurrió en marzo… y no fue hasta finales de mayo que recibió la primera parte del dinero. Siete días se habían transformado en unos dos meses.

Documentos incompletos, errores de números, inconsistencias con la demanda del productor (le aprobaron el monto para costear una hectárea y debía ser para dos), entre otros desatinos, alargaron el proceso de otorgamiento del préstamo.

En ese periodo –añade– perdió parte de la inversión que hizo en semillas, ascendente a unos 40 000 pesos, porque no tenía la tierra lista. Hoy, de las 8 000 plantas que debía tener, solo cuenta con 2 000.

«La idea era en mayo para, con las lluvias, tener todo listo. Terminaré, con suerte, en estos días, y la cosecha del año próximo estará en peligro porque coincidiría con la temporada ciclónica, pero mi compromiso es sembrar, y lo haré como sea», aseguró el campesino.

El efectivo es su otro gran problema. «Se dice que el pago es por factura y, actualmente, los suministradores estatales no tienen nada, y los particulares solo venden si les das el dinero directamente; pero el Banco no nos puede entregar la plata en la mano; para colmo, el monto para el pago de salario a mis trabajadores no lo he podido sacar porque debe ser por tarjeta, y Bandec no me la ha entregado», sostuvo.

Similar situación tiene José Pelegrín García, de la misma CCS, quien, de 78 000 pesos asignados para una hectárea de plátano burro, solo obtuvo «25 000, tras mucho insistir».

«De parte y parte», así caracteriza su dilema pues, por un lado, en su opinión, está el personal financista de la cooperativa, que no se encuentra del todo preparado para asumir lo que significa la solicitud de estos créditos, y el Banco, que debiera asesorar más y mejor a las formas productivas para evitar errores, una y otra vez.

«Evidentemente falta capacitación y agilidad para hacer de esta herramienta, que es el Banco de Fomento Agrícola, algo efectivo», comentó Pelegrín García, porque al final quien sale perdiendo es el agricultor que se atrasa, gasta recursos de su patrimonio personal, se desmotiva, y pudiera incumplir sus compromisos por sentarse a esperar, entre subsanaciones de errores y otros papeles, en el banco de la paciencia. 

EL FIN NO SIEMPRE ES EL MISMO

Arnolvis Gómez Rodríguez, campesino de la CCS Enrique Pereira González, agradeció esta oportunidad para impulsar su trabajo.

«Pedí el dinero para pagar el desbroce del marabú de mi tierra, que forma parte del polo productivo de Paraguay, y usé la otra parte para sembrar plátanos, diez hectáreas en total. También incluí cultivos intercalados de maíz, yuca y berenjena. De esta última he entregado unos cien quintales desde mi finca El girasol», detalla el usufructuario.

Gómez Rodríguez es dueño de 36 hectáreas de tierra, las que espera poner en explotación próximamente, con la ayuda de los 800 000 pesos obtenidos del Banco, que a la larga podrían convertirse en más de 3 000 000 de pesos, si el plátano rinde todo lo que prevé. Entonces no solo podrá saldar la deuda, sino también aportar al país.

«Además, solicité un crédito para inversiones que me permitirá contar con equipos de riego y otras maquinarias imprescindibles para cosechar. Si se me aprueba, mis rendimientos serán más», afirmó el joven, graduado de técnico medio en Agronomía, de 33 años edad, tres de ellos dedicados a la agricultura.

Efraín Charón Chivás, presidente de la CCS Enrique Pereira, reconoce el influjo que la Banca ha tenido en el colectivo, cada vez más motivado por cultivar viandas o criar ganado mayor y menor.

«De los 197 socios de nuestra forma productiva, ocho han solicitado ayuda del Banco de Fomento Agrícola y seis están en proceso de trámites. De hecho, gracias a eso hemos logrado el incremento de 44 hectáreas de viandas sembradas en tres meses, de las 200 que prevemos para el año», agrega.

La visión de Charón Chivás es «que el 30 % de nuestra gente apele a ese tipo de financiamiento o cualquier otro de Bandec, pues son efectivos». 

¿CÓMO ACCEDER A LOS BENEFICIOS?

Para acceder a los beneficios del Banco de Fomento Agrícola se debe recurrir a las sucursales de Bandec.

Yudel Ortiz González, jefe del Departamento Provincial de Atención a la Banca Agropecuaria en la dirección territorial de esa institución, explica que en Guantánamo se han aprobado, hasta la fecha, más de 200 solicitudes, por un costo superior a 120 000 000 de pesos, y están en ejecución unos

72 000 000, vinculados con el capital de trabajo, o la producción. No se ha aprobado nada aún para inversiones (la compra de tecnologías, por ejemplo), ya que ello requiere más tiempo.

De los 11 productos priorizados para el financiamiento: porcino, ganado vacuno, ganado menor, arroz, plátano, yuca, frijoles, papa, cultivos protegidos, frutales y la caña; en el Alto Oriente el mayor porciento de dinero se ha concentrado en el plátano, los cerdos y el ganado vacuno, añadió el especialista.

Se destaca, con la zona más avanzada en estas gestiones, el municipio de Imías, con más de cien solicitudes, la mayoría de productores independientes y usufructuarios.

Se trata de un proceso sencillo, cuyo trámite debe tomar siete días si se entrega correctamente la documentación: los resultados productivos avalados y certificados por la delegación de la Agricultura, la Empresa o la cooperativa, el modelo de solicitud (se adquiere en el banco), la póliza de seguro y el contrato de compraventa, para saber en qué se gastará el crédito.

Precisó Ortiz González que los beneficiarios deben cumplir los requisitos para cada actividad, entre ellos los rendimientos por área, la aplicación de la ciencia y la técnica, contar con sistemas de regadío, y tener como destino de sus cosechas la industria, el balance nacional y los mercados agropecuarios. Es indispensable la disponibilidad de alimentos y de agua en el caso de la ganadería.

El Banco de Fomento Agrícola es un proyecto relativamente joven, que aún no llega al año de puesto en marcha y del que, en opinión de los entrevistados, pueden esperarse frutos mayores.

La clave está en que no se pierda de vista aquello de que en la agricultura, además de paciencia, también hay que tener las cuentas claras en dinero y en tiempos, porque de ellos depende la siembra y la cría de animales, que luego repercutirán en el plato del pueblo. HHC: Negritas nuestras.

Comentario HHC: Una idea buena, que por la burocracia, no funciona siempre. 

3 comentarios:

  1. HH esto es un problema estructural. Hasta que todo el sistema político, que representa teóricamente la voluntad del pueblo, no ponga al gobierno a trabajar, y dejen de aplaudir, dar vivas a cualquier cosa y votar unánimemente, no habrá solución. Finalmente, el problema es POLÍTICO.

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  2. Se dan cuenta? Qué pinta el delegado de la agricultura en esto?

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  3. Si observamos las respuestas de las personas del banco continúan exponiendo ideas y actitudes que se alejan de las quejas que tienen los clientes. El banco no acaba de reconocer que esta para facilitar y fomentar el crédito, no para entorpecerlo y situarle barreras, de lo contrario si continua sin preparación, pero tampoco con actitudes de una entidad financiera que asume las funciones de un fondo de desarrollo, entonces que renuncie a su rol y pida asistencia internacional o representación de instituciones financieras que tienen experiencia en los fondos de desarrollo, incluido en nuestro continente, en países con buenas relaciones con Cuba como Bolivia. No sigamos extendiendo mas la agonia de los bancos en la economia cubana y seguir oyendo continuamentre que necesitan prepararse, sin acciones y resultados concretos
    La situación de estancamiento, incapacidad de su personal y parálisis de tramitación se ha extendido para el sector de las mipymes y todo ello fundamenta que las instituciones financieras del país no acompañan las trasformaciones que la dirección del país ha exigido

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